El amor de mi vida – Capítulo 2

Capítulo 2: «Situaciones confusas»

Fanfic: El amor de mi vida


En la mañana se renovaban las inscripciones para los alumnos que deseaban cursar el siguiente año y las filas eran enormes, pues siendo la escuela de dos turnos, eran muchos alumnos los solicitantes.

GH: «Creo que tendré que esperar mucho tiempo y al parecer Videl no está. Qué mala suerte, y yo que quería verla hoy» –pensó muy triste hasta que alguien puso una mano en su hombro, un hombre un poco más bajo que él, de cabello rubio y con un corte de cabello al estilo Trunks en Dragon Ball GT, ojos azules y bien formado, pues también entrenaba artes marciales (y adivinen con quién… Claro, con Videl)

???: Hola. Justo la persona que quería ver…

GH: Ah, eres tú.

???: Claro. ¿Esperabas a alguien?

GH: No, no, a nadie… Aunque si hubiera sido ella, me sentiría más feliz –murmuró más para él mismo que para su compañero.

???: ¿Dijiste algo?

GH: No, nada, jajaja. Solamente me preguntaba cuánto más tengo que esperar para que sea mi turno.

???: Es un poco lento el movimiento, ¿no?

GH: Sí. ¿Y en qué salón te tocó, Sven?

SV: En el 3. ¿Y a ti?

GH: «Maldición» — A mí también me tocó el salón 3.

SV: ¡¡Me parece grandioso!! Al parecer, los cuatro estaremos juntos de nuevo.

GH: ¿Los cuatro?

SV: Iresa, Videl, tú y yo.

GH: ¿Videl está aquí?

SV: Sí, la vi cuando fui a las listas de los grupos, hace como media hora. Ella junto con Iresa. Fueron a beber algo porque tenían mucho calor y me dijeron que viniera a apartar lugar…

GH: «Está aquí. Tengo que hablar con ella» — ¿Entonces vienen para acá?

SV: Sí, ya no deben de tardar. Oye, por cierto, yo quería hablar contigo sobre Videl.

GH: ¿Qué? ¿Y de qué?

SV: Ayer estuve platicando mucho con ella en el Gimnasio Satán y la verdad no sé cómo puedo decirle que…

GH: ¿Qué?

SV: Bueno, mira, la verdad, desde que la conocí, realmente se me metió mucho en la cabeza y creo que estoy enamorado de ella y quería decírtelo, pues como sé que ustedes son muy amigos, pensé que deberías saberlo tú antes de decírselo a ella, jajaja –dijo sonrojándose.

Su compañero, que estuvo muy atento a su explicación, se quedó pasmado y helado como iceberg y lo que se le parezca. Todo lo que se le venía a la mente era: «Oh, no, está enamorado de la persona, mujer, amiga que más me importa en la vida. No, no puede ser«. Pero a pesar de todo, Sven siguió platicando muy emocionado…

SV: Y ayer, cuando hablábamos, me di cuenta que no puedo ocultárselo un minuto más. Siento la necesidad de tenerla junto a mí. Hasta me sorprendo a mí mismo soñando con ella, jajaja. Y pensé en decírselo en ese momento y d…

GH: ¿Y qué pasó? –lo interrumpió, totalmente alarmado.

SV: Cuando se lo iba a decir, me dijo algo que me hizo decidir decírtelo a ti primero.

GH: ¿¿¿Qué??? ¿Y qué fue lo que ella te dijo para que tomaras esa decisión?

SV: Me dijo que, desde que te conoció, ha sido muy estrecha su relación, que eres su mejor amigo y que nunca te ocultaría nada pues eres muy importante para ella, y que además tú le has revelado muchos secretos de tu vida que a nadie se los dirías.

GH: ¿Ah, sí? –contestó un poco sorprendido y desilusionado, ya que tenía la esperanza de que no sólo fuera un «amigo» para ella–. ¿Y qué más te dijo?

SV: Otras cosas, pero que ya no tienen importancia.

GH: «Eso es lo que tí crees» –pensó ante su comentario, pues no se encontraba en sus zapatos.

SV: Pero dime cómo crees tú que le debo decir a Videl lo que siento por ella. Te lo pregunto a ti porque tú la conoces más que yo.

GH: No sé… La verdad, yo no le he dicho a nadie este tipo de cosas, así es que no tengo experiencia en eso –Y cómo le entristecía eso, el no poder vencer el temor de decirle a su amiga lo que en realidad siente por ella.

SV: Sí, lo olvidaba. Ella me dijo que tú nunca has tenido novia y no me explico porqué. Pero bueno, tú sabrás. ¿Sabes?, creo que se lo diré esta tarde. Me pidió que la acompañara a comprar un regalo al centro comercial…

GH: «Oh, no, se lo dirá hoy y yo… yo… no puedo hacer nada«, pensaba apretando los puños ante su impotencia hacia la situación.

SV: ¿Crees que hagamos bonita pareja?… jajajaja, sólo bromeaba, jajajaja.

GH: «Qué gracioso» –y apretó más las manos al no poder arrojarle un Kame Hame Ha y hacer que se estrellara en el edificio más cercano por estarle robando a la persona que más amaba en el mundo.

En ese momento, una voz le sacó de sus pensamientos y adivinen de quién era…

VIDEL (VD): ¡¡Hola, chicos!! Gohan, ¿cómo estás? –dijo alegremente, y se arrojó a los poderosos brazos de su amigo para darle un muy estrecho abrazo.

GH: B-bien, grrracias –contestó un poco nervioso.

IRESA (IR): Si no los conociera, diría que hacen una hermosa pareja, muchachos –comentario que hizo a la pareja sonrojarse.

VD: Deja de decir eso, ¿quieres? ¿Qué va a pensar Gohan? –dijo soltándose del efusivo abrazo, mientras él lo único que podía sentir era su corazón latir 10000 veces por segundo al percibir el aroma de aquel perfume que la caracterizaba, y sobre todo al sentirla cerca–. Por cierto, Sven…

SV: ¿Sí? ¿Qué pasa?

VD: Ya no es necesario que me acompañes al centro comercial.

SV: ¿Y por qué? –contestó muy deprimido.

IR: Por que tiene que ir a mi casa a comer unas deliciosas galletas que le cocinó mi mamá.

SV: Ahhh, ¿y qué piensas comprar, Videl?

VD: De hecho voy a recoger algo que mandé hacer, pero es una sorpresa.

IR: Es un obsequio para un persona muy especial para ella.

VD: ¡¡¡¡CÁLLATE, IRESA!!!!

IR: Está bien, lo siento, Videl. No lo volveré a hacer –le dijo un poco apenada.

SV: Muy bien, Videl. Si no quieres que vaya contigo, no hay problema, ¿pero podría ir a tu casa mañana? –En ese instante, por la mente de alguien totalmente frustrado, pasaba una oración a Kamisama para que ella se negara. Después de todo, no podía permitir que se la ganara.

VD: Lo siento, Sven, pero no voy a estar porque tengo otros planes y no sé a qué hora vaya a regresar a casa. Pero yo te llamo en cuanto me desocupe, ¿sí?

SV: Claro, está bien — «Diablos, y yo que pensaba decírselo hoy» –pensó.

GH: ¡¡Ufff!! Qué alivio… –murmuró.

En eso, una voz los interrumpió llamando al siguiente que era Gohan. Pasó, recogió sus papeles y algo especial, el papel que lo convertía en el alumno #1 de la escuela: su beca. Cuando salió, vio platicar a dos personas «muy» amenamente, cosa que no le agradó mucho. Estaban riendo.

SV: Hola, Gohan. Te tardaste mucho. Eh, ¿pasó algo malo?

GH: Eh, no. Lo que pasa es que me tramitaron de nuevo la beca.

VD: ¿De verdad? Qué bueno, déjame felicitarte –y enseguida lo abrazó casi de igual forma que la vez anterior (y digo casi porque fue mucho más apretado que el otro y Gohan sólo atinó a abrazarla a ella también. A mí se me hace que ya les gustó, ¿no creen?), y dándole un beso en la mejilla antes de soltarle–. Me da mucho gusto que sigas siendo el más importante aquí.

GH: No digas eso, jajajaja –haciendo la clásica postura que es sello en los Son: «la mano tras la cabeza»–. ¿Y dónde está Iresa?

SV: Fue por sus papeles. Al parecer se le olvidó algo, ya la conoces.

VD: Oye, Gohan, quisiera hablar contigo mañana, ¿podrías ir a las montañas?

GH: Pues no sé… Lo que pasa es que tengo que ir a casa de Bulma y no sé a qué hora me vaya. Ya ves que en esa casa todo puede suceder, jajaja.

VD: Es cierto… ¿Irás por tu reloj? Yo también tengo que ir por el mío, pero no puedo porque tengo que ayudar a mi padre con el entrenamiento de la mañana. ¿Podrías recogerlo por mí?

GH: Sí, no te preocupes. Entonces nos vemos mañana, ¿a qué hora?

VD: ¿Puedes al medio día?

GH: Al medio día estará bien. ¿En el lago o en la montaña?

VD: En el lago está bien.

SV: Vaya, no cabe duda que ustedes se conocen muy bien, porque por lo que veo ya hasta tienen sus propios lugares para verse.

GH: A decir verdad, en ese lugar fue donde más nos conocimos, ¿verdad?

VD: Sí, además de ser un lugar precioso.

SV: Bueno, me tengo que ir. Olvidé que prometí volver temprano a casa. Hasta luego y, Videl, no olvides llamarme, ¿eh? –le dijo tomándola de los manos para luego darle el beso de despedida (en la mejilla, por supuesto), acción que su otro compañero no le gustó en nada.

VD: Sí, no se me olvidará. Adiós. Ahora que estamos solos, me vas a decir qué estaban diciendo antes que Iresa y yo llegáramos.

GH: ¿Eh? ¿A qué te refieres?

VD: ¿Sven te dijo algo extraño?

GH: ¿Extraño? ¿Como qué?

VD: No sé… Olvídalo, es sólo que ha estado muy extraño. Últimamente lo único que le interesa es la relación que tengo contigo.

GH: Debe ser porque nos quiere conocer más –mintió.

VD: Sí, tienes razón.

GH: ¿Y para qué quieres hablar conmigo mañana?

VD: Es una sorpresa y no te lo voy a decir.

IR: Ya fue todo. Videl, vámonos porque se nos hace tarde. Adiós, Gohan –dijo casi tirando a Videl porque la jalaba del brazo.

VD: Sí, ya voy. Nos vemos mañana.

GH: Mañana nos vemos, adiós.


«¿Qué será lo que me dirá? Tal vez es mi oportunidad de declararme antes que Sven lo haga, pero no, no puedo, no tengo el valor suficiente». De repente se oye que alguien toca la puerta de la habitación.

Toc, toc, toc.

GK: Hijo, ¿puedo pasar?

GH: Pasa, papá –Él pasó y se sentó en la cama de su hijo, que ya se había sentado también.

GK: Te noté muy raro desde que llegaste de la escuela y muy ausente en la cena. ¿Ocurre algo, Gohan? ¿Hay algo que quieres que sepa?

GH: No, nada grave, papá. Es sólo una tontería.

GK: Que por alguna razón tiene que ver Videl en todo esto, ¿verdad?

GH: ¿Quéee? ¿Cómo lo supiste? Digo, no, no es… bueno, sí, pero…

GK: ¿Quieres hablarme de ello? –El muchacho asintió con la cabeza. Tal vez su padre no era el mejor consejero del mundo, pero al menos podría desahogarse.

GH: Lo que sucede es que creo que me enamoré de ella y no…

GK: ¿Eso era? ¡¡Pero si eso ya no es nuevo, Gohan!! Tu madre y yo, junto con todos los demás, ya lo sabíamos.

GH: No, no es eso, si no que no… –de nuevo fue interrumpido.

GK: ¿No puedes decírselo?

GH: No, no puedo, y menos ahora que sé que también Sven la quiere.

GK: ¿Y cuál es la diferencia entre tú y él? No necesito conocerlos bien para saber que ella te escogería a ti. A él lo acaba de conocer y a ti te debe muchas cosas y sobre todo porque yo sé que ella te quiere también.

GH: ¿Cómo lo sabes?

GK: ¿Recuerdas que te dimos por muerto cuando luchaste con Boo? Cuando les dije a todos que te habías muerto, sólo a dos personas les afectó más, a tu madre y a ella, al grado que nos aseguró que estabas vivo y que lo sabía muy bien porque se lo decía su corazón, y al final tuvo razón.

GH: ¿De verdad dijo eso? No lo puedo creer.

GK: Pues hazlo, y en cuanto a lo otro, es mejor que se lo digas antes que Sven se te adelante y que también se lo digas a él.

GH: El pensó lo mismo con respecto a mí, dijo que me lo quería decir a mí antes que a ella porque yo era su mejor amigo y me sentí muy mal cuando lo dijo, porque yo no quiero ser sólo su amigo. Aunque mañana la voy a ver en el lago de las montañas… Me pidió que nos viéramos porque quería hablar conmigo.

GK: ¿Lo ves? ¡¡Tienes una oportunidad, no la desaproveches!!

GH: Oye, papá… ¿Y cómo le dijiste a mamá que la querías?

GK: Fue después que nos casamos, cuando vinimos a nuestra casa. Ella comenzó a llorar diciendo que se había asustado mucho con la pelea con Piccoro y que tenía miedo que no lo venciera. Yo la abracé y le dije que nunca hubiera permitido perder porque no quería que la Tierra fuera destruida, y que sobre todo no quería dejarla sola a ella porque la quería con toda el alma.

GH: Ojalá tuviera la misma facilidad para decirle eso a Videl.

GK: La tendrás, y créeme, va a ser lo mejor para ti y para ella, que estoy seguro que también te quiere. Ahora descansa y tranquilízate.

GH: Está bien. Y gracias, papá. No sabes el gusto que me da que estés aquí.

GK: Yo también me siento muy feliz de estar aquí con ustedes. Hasta mañana.

GH: Hasta mañana.
¿Qué pasará mañana? ¿Qué le dirá Videl a Gohan? ¿Aprovechará la gran oportunidad Gohan de declarar su amor? Esto y más sabremos en el siguiente capítulo, titulado: «Un pequeño aprieto«.