Papá por Siempre – Capítulo 6

Capítulo 6: «Compras divertidas»

Fanfic: Papá por Siempre


A pesar de su reiterada negativa, Vegeta había accedido a hacer las compras llevando a Trunks con él. La última vez los dejamos fuera del centro comercial…

Vegeta caminó hacia la entrada del centro comercial, que de por sí era el más grande de la ciudad y tenía cientos de locales que exhibían sus productos y hacían mucha publicidad a todos los transeúntes que pasaban tratando de llamar su atención.

Había mucha gente llendo y viniendo, familias enteras, niños que pasaban corriendo y gritando… él detestaba eso porque estaba acostumbrado a lugares sin mucha gente y vaciló un poco antes de entrar, pero finalmente, al sentir la mirada de su hijo en él, suspiró y atravesó la puerta del centro. Trunks miraba todo curioso y a la vez entusiasmado, pero a Vegeta lo único que le interesaba era encontrar el supermercado, pero entre tantos corredores y galerías, se estaba confundiendo y tenía dificultades para recordar el camino.

Finalmente llegaron a una intersección y allí el príncipe de los saiyas se detuvo bastante molesto…

  • VG : ¡¡Maldita sea!!… –murmuró enojado– ¡¿En dónde estará ese endemoniado lugar?! Entre tantas tonterías y locales absurdos, no logro dar con él… me están dando unas ganas bárbaras de desintegrar sitio por sitio hasta encontrarlo… grrr… pero… ¡¡qué demonios, ya lo encontraré por mi cuenta sin ayuda, pero jamás se me ocurrirá preguntarle a algún estúpido humano su ubicación!!

Trunks lo miraba confundido, y desviando su atención comenzó a mirar a su alrededor y sus ojos se posaron en unos estantes de una tienda cercana que exhibían juguetes y peluches de todos los colores y tamaños. Se entusiasmó y comenzó a agitarse…

  • TR : ga..aa..ga… mm..ga… –balbuceó y movía sus manitos en dirección a los muñecos.
  • VG : ¿Qué?… ¿qué quieres, eh? –preguntó extrañado y al ver la tienda de juguetes que señalaba, frunció el ceño– Pensé que era algo importante, pero por lo que veo sólo son tonterías de bebés… ¡¡No he venido aquí para comprarte juguetes estúpidos, sino comida, así que olvídate de eso, mocoso!! –luego añadió en voz alta– ¡¡Mierda!!… ¡¡¿En dónde estará ese maldito supermercado?!!

La vendedora de la tienda de juguetes que estaba cerca a los estantes acomodando su mercancía, logró escuchar el comentario del saiya y suponiendo que tenía problemas de orientación, se le acercó:

  • VENDEDORA : Disculpe, caballero… –dijo amablemente– No pude evitar escuchar su comentario… ¿desea encontrar el supermercado central?
  • VG : ¿Eh?… ¿Y cómo diablos sabe lo que estoy buscando? –respondió Vegeta con su habitual cortesía.
  • VENDEDORA : Bueno… ya le dije… lo escuché hace un momento… pero no se preocupe, mire… vaya de frente y luego de que pase tres corredores, doble a la derecha un bloque y de allí nuevamente doble a la izquierda. Allí encontrará una escalera mecánica, suba a la segunda planta y de allí doble a la izquierda dos galerías y lo encontrará… ¿Lo entendió o se lo repito de nuevo?
  • VG : ¡¡No es necesario, lo entendí perfectamente!!… ¡¡¿cree que soy tonto?!! –dijo dándole la espalda. Trunks se asomó por encima del hombro de su papá y le sonrió a la vendedora mientras Vegeta decía– ¡¡Y la próxima vez no se meta en asuntos ajenos!!
  • VENDEDORA : No se preocupe, señor… –dijo sonriente– Que tenga un buen día… ¡ah! por cierto… tiene un niño muy lindo…

Vegeta, sin siquiera agradecerle, se fue rabiando y la vendedora ya se disponía a entrar a su local cuando…

  • VG : ¡¡Eh, muchacha!! –dijo el saiya apretando los dientes y sonrojándose– ¿Podrías repetirme de nuevo… lo que me dijiste antes? –dijo apartando la mirada, a lo que la vendedora le hizo gracia.
  • VENDEDORA : «Desde luego… tonto» –pensó para sí divertida y luego dijo– Mire, ponga atención… vaya de frente y…

Luego de un rato, algunas equivocaciones y de aguantar comentarios como «vaya por allí»… «¡qué bebé tan adorable!»… o «¡qué peinado tan original!»… entre otros, Vegeta había dado finalmente con el supermercado, el cual estaba reventando de gente y esto como que desanimó al príncipe de los saiyas, pero como ya estaba allí, ya no podía dar marcha atrás, así que se dispuso a entrar mientras murmuraba:

  • VG : Grrr… ¿por qué todos los humanos se les ocurre venir el mismo día a comprar?… pufff… ¡¡es como si se hubieran puesto de acuerdo, diablos!!… esto me molesta…
  • TR : ¿¿Aah??… ¿gaa…aa? –balbuceó Trunks, mirándolo curioso.
  • VG : ¡¡Ya, cállate!! –dijo mirándolo– Y recuerda el trato que hicimos antes de entrar y la regla más importante… no llantos y NO ME MOLESTES, ¿entendido?

Trunks sonrió divertido y Vegeta puso una cara de resignación mirando hacia arriba. Sacudió su cabeza y, luego de acomodar bien a su hijo en sus brazos, entró al local mientras pensaba en su lista de compras. Al pasar por una de las entradas, uno de los empleados que la cuidaba lo miró y le dijo:

  • EMPLEADO : Perdón, señor… ¿el niño que lleva es su bebé? –dijo el chico de uniforme.
  • VG : ¡¡Sí!!… ¡¿por qué?!…¡¿Acaso está prohibido?! –respondió el saiya molesto.
  • EMPLEADO : No…n…no… claro que no –dijo nervioso– Es decir… a lo que me refiero… es… ¿usted viene a comprar, no?
  • VG : Noooo… ¿cómo se le ocurre? –dijo en tono irónico– Solamente he traído a mi hijo para que vea esta maravillooosa mercancía y me dé su opinión… ¡¡¡POR SUPUESTO QUE HE VENIDO A COMPRAR, ESTÚPIDO, A QUÉ OTRA COSA PUEDO HABER VENIDO!!!

El grito de Vegeta resonó en el local haciendo que las personas a su alrededor se paralizaran por la sorpresa y lo miraran en confusión, pero al cabo de unos segundos, volvieron a sus actividades normales.

El pobre muchacho estaba petrificado al ver el amenazante puño del saiya y su terrible mirada, en contraste con la tierna mirada de Trunks que lo miraba sin sorprenderse de las inesperadas reacciones de su papá. El chico poco a poco comenzó a recuperar el habla y dijo entrecortado…

  • EMPLEADO : Ss…sí, claro… ti..tiene… razón, señor… E…es obvio que viene a co…comprar… tonto de mí… no debí preguntarle eso… –dijo secándose el sudor con un pañuelo y continuó– No se enoje, señor… lo…lo que yo quería decir es que si va a comprar y lleva a su bebé, para que no le sea incómodo hacerlo… sería bueno que usara uno de estos carritos de compras y…
  • VG : ¡¡La manera en que yo compre no es asunto tuyo ni de nadie más!!… ¡¡Desaparece, insecto!! –contestó toscamente.
  • EMPLEADO : Espere, señor… eehh… no me dejó terminar… verá… estos carritos de compras tienen una silla especial para bebés con correas de seguridad para evitar cualquier accidente… de esta manera usted podrá comprar sin problemas… glup… ¿qué dice?… –dijo tragando saliva.

Vegeta se le quedó mirando con ganas de romperle la cara de un golpe, pero luego pensó en las palabras del chico, que parecían tener sentido… realmente le sería muy dificil llevar todas las compras con Trunks bajo un brazo y si lo dejara en algún sitio podría causar algún destrozo y luego traerle problemas… Las imágenes pasaban y pasaban por su mente. Luego de pensar por unos instantes y de sentir a Trunks agitándose en sus brazos, se calmó un poco y dijo con su voz normal al chico que aún continuaba sin moverse de su sitio:

  • VG : Uhm… ¡bah, está bien! Usaré esos carritos que dices, microbio… –dijo mirándolo– ¿Qué haces allí parado todavía como un estúpido?… ¿Acaso no me oíste?… ¿No piensas traerme uno o ya se olvidó lo que es «la atención al cliente» como ustedes dicen?… ¡¡MUÉVETE!!

Luego de escucharlo, el todavía asustado chico fue corriendo a traerle el carrito y mientras lo veía irse, Vegeta dijo:

  • VG : Qué patéticos siguen siendo los humanos… terminas de hablar con uno y aparece otro fastidiándote la existencia… ¡¡todos son una basura!!
  • TR : Mmhh…aaa…gg..aaa –gimoteó Trunks molesto y tirando de la camiseta de su papá mientras lo miraba frunciendo su pequeño ceño.
  • VG : ¡¡Ya, ya… tranquilo, enano!!… –dijo Vegeta mirándolo– Está bien, está bien… no todos son basura… mamá no es basura, ni tampoco nadie que conoces de la casa… ¿contento? –y luego de escuchar las palabras de su papá, Trunks se alegró mientras Vegeta suspiraba mirándolo de reojo.

Al cabo de unos minutos, Vegeta se encontraba recorriendo los pasillos del supermercado empujando un carrito de compras y Trunks estaba feliz con el paseo cómodamente sentado en la sillita especial de bebés del carrito. A Vegeta esto no le hacía nada de gracia y mientras caminaba murmuraba visiblemente avergonzado:

  • VG : Esto es muy embarazoso… grrr… Yo, el príncipe de los saiyas, el último descendiente de la familia real de Vegetasei, haciendo compras… ¡Maldita mujer, te odio por hacerme esto! –dijo molesto refiriéndose a su esposa.

Trunks, sin prestarle atención a las rabietas de su papá, seguía agitándose contento y sonreía a toda la gente que pasaba por su lado que la mayoría de las veces le devolvían la sonrisa, aunque la borraban al ver la expresión fulminante de Vegeta.

El supermercado era gigantesco y tenía cualquier artículo que uno quisiera comprar. Algunos de los empleados usaban curiosamente patines para hacer más rápido sus labores como orientadores de los clientes sobre lo que quisieran comprar, pero por supuesto Vegeta prescindió de ellos por voluntad propia.

Luego de dar muchas vueltas en círculo, el príncipe de los saiyas estaba empezando a perder la paciencia y a irritarse cada vez más, porque no daba con el sector de comida para bebés… aunque cómicamente siempre pasaba por el sector de comida para mascotas, pensando que era el camino correcto y terminaba confundido de nuevo. Se detuvo repentinamente en el centro de una intersección de pasillos y comenzó a quejarse de nuevo… como si fuera novedad para él…

  • VG : ¡¡MIERDA!!… –dijo apretando los puños– ¡¡Ya me estoy cansando de buscar esa dichosa comida que no sé en dónde diablos estará!!… Ya he buscado por todas partes sin éxito… pero… ¡¡no!!… Jamás me rebajaré a preguntarle a un humano… lo haré yo solo… a ver… hace tiempo vine por aquí… ¿por dónde me falta pasar? –dijo pensativo apoyándose en el carrito.

Trunks lo miró con curiosidad y, luego de ver a su alrededor, sus ojitos brillaron y estirando sus manitos agarró la camisa de su papá tirando de ella…

  • TR : Aga…aga…ggg…aa… –balbuceó llamando la atención de Vegeta, que se sorprendió…
  • VG : ¿Eh?… ¿Y ahora que quieres?… ¿No ves que estoy ocupado en encontrar tu comida?… ¡Quédate quieto y no me fastidies!
  • TR : mmm…ggg…aagaa… –volvió a agitarse más que antes, señalando con su pequeño dedito un corredor en especial que se encontraba algo alejado.
  • VG : ¿Acaso quieres que vaya por allí?… ¡Ah!… ya veo, –dijo sonriendo maliciosamente– Tú, un mocoso que todavía no sabe ni hablar, piensas que sabes más que yo y quieres decirme en donde está la comida de bebés… ¡¡es algo absurdo!!… Está bien… iremos por donde dices y veamos quién tiene la razón…

Sin pensarlo dos veces, Vegeta se dirigió hacia el corredor que le indicaba su hijo con la idea de que era una pérdida de tiempo, pero para su amargura vio que unos estantes más adelante estaba en fila todo tipo de alimento para bebés. Miró a Trunks sorprendido y a la vez con rabia al admitir que su hijo le había ganado…

  • VG : Lo…lo único que puedo pensar es que este enano ya había venido con su madre antes… –pensaba molesto–… pero lo que me asombra es que tenga tan buena memoria a pesar de su corta edad… bueno, en fin… por algo es mi hijo… –trataba de reconfortarse y calmarse, pero cuando vio la pícara sonrisa en la cara de Trunks que lo observaba, volvió a endurecer la mirada y dijo en voz alta– ¡¡Ya, bueno, está bien, mocoso, acertaste!!… Pero no creas que te vas a salir siempre con la tuya… ¡¡¡así que borra esa estúpida sonrisa inmediatamente!!!

Trunks puso una cara de extrañeza y Vegeta, sin prestarle atención, avanzó empujando el carrito hacia los estantes y al encontrar los frasquitos de comida, murmuró mientras examinaba uno:

  • VG : No puedo creer que haya pasado por tantas cosas para esto… a ver qué es lo que tiene… fruta, nutrientes, ác.cítrico, carbohidratos… blablabla… blabla… ¡bah!… esto no parece comida, sino un complejo químico… pero bueno, con tal que te quedes calmado… –siguió leyendo la etiqueta del frasco– ¿¿Uno por comida??… ¡¡Ridículo, para un saiyajin eso no es suficiente!!… Veamos, supongo que te compran comida a la semana, serían… alrededor de 21 frascos, no… tú debes comer más… ¡¡qué diablos!!… ¡¡¡nos los llevaremos todos!!!

Irritado, tomó todos los frascos de los estantes y los colocó en el carrito ante la atenta mirada de Trunks, que abrió la boca en sorpresa. Luego se dispuso a empujar el carrito con rumbo a la salida…

  • VG : ¡¡Listo!!… ahora nos largaremos antes de que alguien, sobre todo de ese grupo de idiotas amigos de Kakarotto, nos encuentre… eso sería lo peor que me podría pasar… grrr… –cuando estaba a punto de irse se sobresaltó como si recordara algo– No sé porqué siento que me estuviera olvidando de algo… ¡Ah!, ahora recuerdo… le falta leche a este enano… aunque con toda la comida que lleva… mmm… mejor voy por ella antes de que me arrepienta después. Tengo la seguridad de que este mocoso es capaz de hacerme regresar a buscarla…

Comenzó a empujar a Trunks por el corredor, pero cuando Vegeta observó el mar de gente que iban y venían como hormigas, rugió en frustación y dijo:

  • VG : Demonios… estos malditos humanos serán un estorbo si voy empujando el carrito con el mocoso… además perderé mucho tiempo… mmmh… será más fácil si voy yo solo, y no creo que pase nada si dejo al niño aquí, está bien asegurado a la silla y no me tengo que preocupar de que rompa algo… bien, lo haré así… –luego miró a Trunks de frente– ¡¡Escúchame bien, enano!!… Te vas a quedar aquí un rato y sin tocar nada… ¿me oyes?… Yo regresaré en unos minutos…
  • TR : gg…mmm…mmggg –gimió estirando sus manitos a su papá, a la vez que las lágrimas asomaban en sus ojitos azules…
  • VG : Por favor… ¡¡tampoco quiero que llores, recuerda nuestro trato!!… –se le acercó un poco más y le dijo en un tono de voz más suave– Mira… eh… Trunks… yo estoy cansado y tú también lo estás… los dos estamos con hambre… así que vamos a acabar rápido con esto para irnos a casa… te lo prometo, no me voy a tardar nada… entendiste, ¿mmm? –dijo ablandando su mirada, a lo que Trunks luego de mirarlo un rato, volvió a sonreir y agitarse. Vegeta cabeceó asintiendo y dijo sonriendo ligeramente…– Muy bien… entonces te quedas aquí y me esperas…

Luego de decirlo, Vegeta se alejó por el corredor y desapareció entre la multitud dejando a Trunks solo.
¿Podrán Vegeta y Trunks terminar con sus compras sin problemas?… ¿Y qué otras sorpresas les esperan?