Una Madre, un Anillo… y una Unión – Capítulo 5

Capítulo 5: «Decisiones»

Fanfic: Una Madre, un Anillo… y una Unión


Otro día más corría en Vejitasei, un planeta que nunca cesaba su actividad de
conquista, llevada a cabo por sus poderosos guerreros que constantemente salían
de misión… Incluso el poderoso Rey Vegeta había partido hacía mes y medio a
una larga misión que no se sabía cuándo tendría retorno. Todos aguardaban en el
castillo su regreso… y especialmente alguien que, por un capricho suyo, había
hundido para siempre…

Kaissa trataba de hacer llevadera su situación en el castillo, pero los
recuerdos siempre invadían su memoria… y cada vez que eso sucedía, desviaba
sus pensamientos hacia el rey. Le tenía odio por lo que le hizo. Aparte de
mantenerla como si fuera una prisionera en el castillo, que ahora era «su»
castillo, la tenía harta. Siempre buscaba desahogarse en los entrenamientos que
cada vez los volvía más severos, exigiéndose mucho a sí misma para tratar de
olvidar… pero no era lo mismo entrenar sola que con un oponente real, así que
mientras se dirigía al campo de entrenamiento de la guardia, donde había
combatido y sellado para siempre su destino, observó por una de las ventanas del
castillo que alguien entrenaba en ese lugar… era Nappa.

A Kaissa le pareció raro verlo solo, ya que siempre entrenaba con los demás
guerreros, pero ella estaba decidida a cambiar la rutina de entrenamiento, así
que sin importarle nada, saltó por la ventana y levitó hacia la arena, en tanto
que el enorme saiya seguía con su rutina de entrenamientos sin percatarse de la
presencia de la guerrera…

  • NP : ¡¡¡AAAAHHHH!!! –gritó mientras lanzaba un golpe al aire, seguido de una
    patada contra su enemigo invisible. Nappa, a pesar de ser tan corpulento, era
    muy hábil cuando de peleas se trataba, además de ser un enemigo difícil de
    derrotar.
  • KS : No está mal, Nappa… –dijo Kaissa mientras sonreía levemente–. Tus
    habilidades han mejorado desde la última vez que combatimos…
  • NP : ¿Quién a…? Oh, su majestad… –se inclinó–. No sabía que estaba aquí,
    le ruego me perdone…
  • KS : ¡¡Ya olvídate de los formalismos, idiota!!… –dijo molestándose–.
    ¡Estoy cansada que todos me traten como si fuera una extraña!… ¡Y sobre todo
    tú, que eras casi como mi hermano!
  • NP : Me vuelvo a disculpar nuevamente, señora… –respondió en el mismo
    tono–. Me retiraré ahora mismo…
  • KS : ¡¡Espera!!… –dijo avanzando hacia la arena y, mirándolo a los ojos,
    agregó–: Quiero combatir contigo…
  • NP : Pero, su majestad… –dijo sorprendido–. No puedo hacer eso… Usted
    es…
  • KS : ¡MIRA!… ¡¡No me interesa lo que el rey Vegeta te haya dicho o lo que
    pienses!!… Quiero pelear, ya que hace mucho tiempo que no entreno con
    alguien… Así que pelearás conmigo…
  • NP : No podría pelear con usted, alteza… –respondió sin levantar la
    mirada.
  • KS : Puedes negarte a una petición, pero no a una orden… –sonrió–. Muy
    bien, entonces… por la autoridad y el rango que tengo como mujer del rey…
    ¡¡TE ORDENO que pelees conmigo, guerrero Nappa!!… ¡¡AHORA!!

Luego de decirlo, Nappa se quedó de una pieza, pero era cierto lo que dijo,
él no podía negarse a la orden de un superior, de la misma altura del rey, como
la que ocupaba Kaissa, así que suspirando, respondió:

  • NP : Como usted ordene, su majestad… –contestó de manera casi desganada,
    mientras se ponía en guardia.
  • KS : Quiero que tengas en claro una cosa, Nappa… –dijo en tono severo–. Si
    me llego a dar cuenta que no peleas en serio o que te das por vencido durante el
    combate, te juro que te arrepentirás… ¡¿ENTENDIDO?!
  • NP : Eh… ¡sí, majestad! –reaccionó.
  • KS : Muy bien… ¡¡DEFIÉNDETE!! ¡¡¡AAAHHHH!!!

Kaissa atacó a gran velocidad con una patada al rostro, que Nappa bloqueó con
un brazo, pero la saiya apoyó sus manos en los hombros del saiya y dando una
vuelta en el aire, se colocó a sus espaldas y atacó con una esfera de energía
que atinó en la espalda del guerrero empujándolo hacia adelante, quedando
tendido en el suelo…

  • KS : ¡¿QUÉ TE PASA, BASURA?! –gritó enojada, tratando de provocarlo–. ¡¡TE
    DIJE QUE PELEARAS EN SERIO!!
  • NP : Eso es lo que estoy haciendo, alteza… –contestó levantándose–. Lo que
    pasa es que usted es muy fuerte…
  • KS : ¡¡No me vengas con esas estupideces porque no te creo!!… ¡¡Diablos!!,
    ¡¿por qué ya no peleas como antes?! Me decepcionas de verdad… –contestó
    irritada.
  • NP : Usted ya debería saberlo, ya no es la misma de antes… Y no puedo
    traicionar mis principios, lo siento… –contestó, eludiendo la mirada de la
    saiya.

Kaissa sentía cólera, no por el hecho que Nappa no quisiera pelear con ella,
sino porque prácticamente lo había obligado a hacerlo, ya que de sobra se veía
que el saiya no quería luchar… ¿¿Qué demonios le habría dicho el rey antes de
irse??… Pero no le importaba, ya que quería desquitarse, y lo haría como
fuera…

  • KS : ¡¡AHORA SERÁ MI TURNO PARA ATACAR!!… ¡¡PELEA, IMBÉCIL!! –gritó y de
    un salto, volvió a arremeter contra Nappa, que levantó las manos para repeler su
    ataque.

En eso, Kaissa se detuvo de golpe y comenzó a tambalearse mientras sentía que
su cabeza le daba vueltas. Tomó su cabeza con ambas manos, pero el mareo que
sentía no desaparecía por nada, al contrario, iba en aumento. Nappa se dio
cuenta y sin tardanza acudió a ayudarla. Apoyándose en el suelo, Kaissa musitó:

  • KS : Lo… logró… –dijo apretando los dientes–. E-el muy imbécil… ¡¡lo
    consiguió!!… –y sintiendo que se le nublaba la vista, Kaissa se desmayó.

Rato después…

Kaissa reposaba en una camilla en la enfermería del castillo… Cerca de
ella, un médico estaba realizando unos análisis y la miraba de reojo. Momentos
después, la saiya comenzó a reaccionar y el médico, al escucharla, acudió
rápidamente…

  • DC : ¡Majestad!… ¿se encuentra bien? –preguntó mientras la sujetaba de la
    muñeca para tomarle el pulso–. Según el guerrero Nappa, usted sufrió un desmayo
    mientras entrenaba…
  • KS : Arg… sí, lo sé… ¡ah, me duele la cabeza! –trató de sentarse, pero
    en eso percibió el olor de unos reactivos que estaban en el lugar y de repente
    su estómago comenzó a convulsionarse como loco, y hubiera causado un desastre si
    no fuera porque el médico le cubrió nariz y boca con un paño empapado de
    alcohol, dándole un alivio temporal…
  • DC : Majestad… –comenzó algo nervioso–. Usted debe saber que todos estos
    malestares indican que…
  • KS : Sí… –dijo aparentando normalidad–. Estoy embarazada, ¿cierto?
  • DC : Exactamente, alteza… –continuó, mostrando alegría–. ¡Déjeme
    felicitarla!… ¡Esta es una gran noticia!… ¡¡El Rey Vegeta se pondrá feliz
    cuando lo sepa!!
  • KS : Sí, tal vez el Rey sí… –continuó con una mirada fría–. ¡¡PERO YO NO!!

El médico se quedó sorprendido ante sus palabras. Kaissa lo miró por un rato
más, hizo una mueca de disgusto y salió de la enfermería sin decir nada más.
Caminó rápido por los corredores mientras contenía su rabia… el rey se había
salido con la suya, cumplió con sus planes. Se detuvo en la mitad del pasillo y
bajó la mirada. En su rostro se reflejaba miedo, la maternidad era algo que ella
nunca esperaba y nunca buscó… Colocó una mano en su vientre y suspiró…

  • NP : ¿Se encuentra bien, majestad? –escuchó una voz a sus espaldas.
  • KS : ¿Otra vez por aquí? –contestó con fastidio–. Se ve que el rey te tiene
    bien entrenado para que me vigiles…
  • NP : Sólo cumplo con mi obligación, señora… –contestó Nappa sin
    inmutarse–. Ahora deberá tener más cuidado en su persona, ya que dentro de su
    cuerpo se encuentra el futuro heredero al trono.
  • KS : Ya lo sé… ¿Qué irónico, no? –volteó a verlo–. ¡Al final el rey se
    salió con la suya, su hijo fue concebido, todos son felices y a mí que me parta
    un rayo, ¿no?!
  • NP : No debe verlo de esa manera… Su hijo será un guerrero muy poderoso,
    ya que ambos son los mejores guerreros de este planeta… Yo, por mi parte, me
    siento feliz por usted.
  • KS : ¡Claro!, eso es lo único que les importa a todos… –continuó con
    sarcasmo–. Que el heredero sea el más fuerte y nada más… ¡bonita manera de
    utilizarme!… ¡Ahora entiendo porqué nadie quería luchar conmigo, querían
    asegurarse que estuviera en perfectas condiciones para el pequeño bastardo!
    –caminó por el lado de Nappa y continuó en voz baja, pero fría–. Festejen…
    todo lo que quieran… ya que para mí, es el principio del fin… –y se alejó
    por el corredor.
  • NP : «Lo siento mucho… en verdad, Kaissa…» –pensó para sí con algo de
    culpa y también se retiró.

Los meses corrieron rápidamente. Ya todo el mundo en el castillo y en
Vejitasei sabían de la venida del futuro príncipe, el heredero al trono…
aparte que el estado de Kaissa era muy notorio. A causa de eso, ya no podía usar
sus ropas de siempre, viéndose obligada, y muy a pesar suyo, a usar uno de los
atuendos que le correspondía como reina, como un amplio vestido. Ella se veía
hermosa sin dudas, pero su rostro y mirada reflejaban una profunda tristeza.
Había dejado los entrenamientos a causa de su estado, además de que no se lo
permitían. Ahora sí se sentía prisionera, incapaz de hacer algo sin llamar la
atención… De nuevo, la sensación de soledad la invadió…

Faltaba algo más de dos meses para que su tiempo de espera terminara, cuando
una mañana Kaissa escuchó un gran alboroto, con gritos de júbilo de todos los
guerreros, seguido del ruido de varias naves que aterrizaban… Eso sólo podía
significar una cosa…

  • MU : ¡¡Majestad, majestad!! –gritó una mucama eufórica al mismo tiempo que
    entraba en la habitación de Kaissa, sin molestarse en llamar–. ¡¡Alteza, el rey
    ha regresado de su viaje!!… ¡¡TRIUNFÓ!!
  • KS : ¿Ah, sí?… –respondió secamente sin inmutarse para nada mientras
    continuaba sentada en su silla. Era obvio que no le importaba.
  • MU : ¡¡Sí, alteza!! –continuó en el mismo tono–. ¡¡Debe prepararse, ya que
    esta noche habrá una celebración por su victoria!!… Déjeme ayudarla con su
    vestuario… –se acercó a ella, pero Kaissa la detuvo levantando la mano…
  • KS : No es necesario. Vete… –dijo sin mirarla–. No me siento muy bien…
  • MU : ¿Desea que llame al médico, su alteza? –preguntó preocupada.
  • KS : No es necesario… sólo necesito descansar… ¡Ahora, retírate!

La mucama obedeció la orden y Kaissa se quedó sola en la habitación. Hizo un
esfuerzo para levantarse, ya que su vientre estaba muy grande y le dificultaba
movilizarse. Sonrió mientras se observaba, el futuro heredero era muy fuerte…
pero al asomarse a la ventana, su expresión cambió. A lo lejos, podía verlo
mientras descendía de su nave entre los gritos de victoria de los
concurrentes… El muy maldito, ahora se sentiría satisfecho al enterarse que
cumplió su misión… y no se refería a su largo viaje precisamente, sino a la
«otra» misión. Kaissa miró al rey Vegeta mientras la rabia inundaba su
corazón… y sin querer saber más, se alejó de la ventana.

Durante todo el día, la celebración se llevó a cabo en el gran salón del
castillo. El escuadrón del rey había conquistado cerca de veinte planetas, todos
ellos con guerreros muy poderosos. El Rey Vegeta se jactaba de sus hazañas en la
celebración junto con sus guerreros, pero pronto notó que alguien faltaba…
imaginándose quién podría ser…

  • RV : ¡¡Nappa!! –llamó al guerrero, que se encontraba dialogando con algunos
    soldados–. ¡¡Acércate!!
  • NP : ¿Me mandó llamar, su majestad? –acudió sin demora, saludando
    respetuosamente.
  • RV : Dime algo… ¿Por qué no está aquí la «futura mamá»? –dijo en son de
    burla.
  • NP : Según pude enterarme por las mucamas… vuestra compañera Kaissa se
    encuentra algo indispuesta… tal vez por su estado…
  • RV : Ya veo… pero no vuelvas a decir que es mi compañera, es algo…
    molesto, ¿entiendes?… –continuó serio–. ¿Y cuánto tiempo lleva?
  • NP : Según el médico, su tiempo de espera se cumplirá en dos meses más, su
    majestad…

El rey Vegeta no dijo nada más y la celebración continuó hasta muy entrada la
noche, pero en todo ese tiempo, Kaissa no quiso bajar, a pesar de que había sido
llamada varias veces. Incluso Nappa había ido a llamarla por encargo del rey,
pero ella no quiso salir.

Cuando todo hubo terminado, el rey Vegeta subió a sus habitaciones y se
detuvo delante de la de Kaissa, sonrió con ironía y entró si avisar. La encontró
sentada en su silla observando por la ventana. Kaissa volteó la mirada y mostró
una sonrisa fingida…

  • KS : ¡Vaya!… ¡Por fin su majestad se atreve a dar la cara! –dijo sin
    moverse de su lugar.
  • RV : ¿Por qué no acudiste cuando te llamé, mujer?… –contestó con los
    brazos cruzados y sin moverse del dintel de la puerta–. No te veo en tal mal
    estado como dijiste que te encontrabas…
  • KS : Simplemente no podía… –se levantó apoyándose en el marco de la
    ventada y continuó con la misma sonrisa irónica mientras le mostraba su
    vientre–. Ya que esta «pequeña» carga me lo impide…

El Rey Vegeta la observó de arriba a abajo. El embarazo de la saiya era muy
acentuado y le dificultaba moverse. La observó a los ojos y notó una mirada de
rencor, muy diferentes a como los había dejado antes de irse… pero no le tomó
importancia…

  • RV : No digas estupideces, mujer… Recuerda que eres una guerrera y el que
    estés así no significa que no pudieras ir a recibirme como se supone que debes
    hacer… ¿Acaso no sabes tu papel en este castillo?
  • KS : Claro que lo sé… –dijo mientras se acercaba al soberano–. Un papel
    que me fue impuesto sin que yo supiera nada… ¡contra mi voluntad!… ¡¡¿¿CREES
    QUE NO ESTOY ENTERADA QUE ME USASTE PARA TUS PLANES??!!
  • RV : ¡No grites en mi presencia, Kaissa!… –dijo frunciendo el ceño–. Sólo
    me limité a escoger lo mejor para engrendrar al futuro heredero al trono y lo
    mejor que pude encontrar fuiste tú… Deberías sentirte honrada, ya que llevas
    al hijo del soberano de Vejitasei en tu seno…
  • KS : ¡¡Ése no es el punto, maldita sea!! –gritó apretando los puños–. ¡¡SÓLO
    FUI UN OBJETO PARA TI, SÓLO UN MEDIO BARATO PARA PROCREAR A TUS
    DESCENDIENTES!!… ¡¡ÉSE ES MI ÚNICO VALOR PARA TI!!… ¡¿NO TE DAS CUENTA DE LO
    QUE ME HICISTE?!
  • RV : ……….. (silencio)
  • KS : ¿¿Cómo diablos crees que me siento??… Me destruiste, ¡¿lo oyes?!…
    ¡¡Maldito miserable, sólo piensas en ti sin importar nada más… Cada vez que
    recordaba lo que pasó esa noche, pensaba que eras diferente, pero no… Me
    equivoqué, fui una estúpida al caer en tu juego!! –lo miró irónica–. Debes
    sentirte feliz, ¿no?… Te aseguraste muy bien de que yo quedara embarazada, por
    eso no me dejaste en toda la noche… ¡¡¿¿O acaso no te sentías capaz de eso,
    poderoso Vegeta??!!
  • RV : ¡¡¡¡YA CÁLLATE, PERRA INSOLENTE!!!! –gritó mientras le lanzaba una
    bofetada que la hizo caer al suelo, afortunadamente sin golpearse el vientre.

Kaissa lo miró con ojos inyectados de furia, al mismo tiempo que un hilo de
sangre corría por su boca. El rey Vegeta la miraba fríamente y levantó su mano
como si fuera a lanzarle un disparo. Kaissa cerró los ojos esperando su
destino…

  • RV : Debería matarte por lo que dijiste, mujer… y no me faltan ganas para
    hacerlo… –dijo sin dejar de apuntarla con su mano–. Pero ese niño que llevas
    dentro es muy importante para el reino y para el futuro de los saiyajins…
    además que no hay ninguna otra hembra que tenga tu potencial de pelea.
    Desgraciadamente tu poder es el más alto y eso me conviene.
  • KS : Eso es lo único que te importa… –dijo entre dientes.
  • RV : ¡¡Por supuesto que sí!! –dijo levantando la voz–. Tu único papel aquí
    es tener bien a ese niño, es tu único valor de existir… Pero una vez que
    nazca, te olvidarás de él para siempre… ¡¿Lo entiendes, Kaissa?!

Kaissa lo miró a los ojos casi a punto de llorar… Él era un ser
despreciable, insensible, inhumano… pero su destino estaba escrito y por ahora
no podía hacer nada…

  • KS : Sí, majestad… –dijo en voz baja.
  • RV : ¿Qué dijiste?… No te escuché nada… ¡¡HABLA BIEN!! –gritó en tono
    autoritario.
  • KS : ¡Sí, su majestad! –dijo más fuerte, sin levantar la mirada.
  • RV : Bien… –y dándole la espalda, continuó–. ¡Y no quiero que esta falta
    de respeto hacia mí se vuelta a repetir, si no, te arrepentirás! –y terminando
    de decirlo, salió, cerrando la puerta de la habitación.

El silencio inundó el cuarto… estaba sola de nuevo. Kaissa se levantó como
pudo, ya que su vientre pesaba mucho y con una de las mangas de su vestido
limpió la sangre de su boca y cerró los ojos en un esfuerzo por contener el
llanto. Se sentía humillada, indefensa, marginada… ya no quería estar así, no
lo soportaba, así que de un momento a otro, salió de la habitación…

Con los ojos fijos en el vacío, Kaissa caminaba por los corredores del
castillo, apoyándose de vez en cuando en las paredes para no caer… No había
nadie en los corredores, ya que era muy tarde y, sin darse cuenta, Kaissa llegó
a las torres del castillo… estaba en la más alta, y sobre su cabeza se
extendía el inmenso firmamento. Miró al cielo que tanto la consolaba cuando
estaba sola y luego desvió sus ojos hacia abajo, donde, a una considerable
distancia, estaba el patio principal del castillo. Kaissa se apoyó en una de las
cornizas de la torre y fijó su atención hacia abajo… Sí, era una distancia
impresionante, ni el más fuerte de los saiyajins podría sobrevivir a una caída
así…

«¿Qué pasaría si alguien se cayera desde aquí?… Con seguridad, no
sobreviviría…» –pensaba. Desde donde Kaissa se encontraba, podía ver las
habitaciones del Rey claramente y frunció el ceño… Maldito, quería destruirlo
como fuera, hundirlo a modo de venganza. Cruzó por su mente una idea… si ella
se arrojaba desde esa altura, arruinaría los planes del rey, ya que tanto ella
como el niño que llevaba dentro, morirían. Sonrió al imaginarse la cara de
impotencia del rey al no poder hacer nada… Todos sus proyectos a futuro
arruinados. Kaissa comenzó a reír primero suavemente, pero después de manera
ruidosa, pero nadie la escuchó… Mejor, si se mataba, se libraría de esa cruz y
nadie se daría cuenta… encontraría la paz… se encontraría con su hermano y
no volvería a estar sola. Ya estaba decidida a hacerlo, era la manera perfecta
para desquitarse con el rey. Apoyó sus manos en la corniza dejando que su peso
la llevara hacia adelante…

«Será rápido…» –pensaba– «No lo sentiré y me libraré de esto para
siempre… ya no sufriré más…» –ya estaba a punto de levantar la pierna para
dejarse caer cuando en eso sintió algo…

Kaissa se sobresaltó de pronto… Había sentido una patada desde dentro de
ella y volvió a sentir otra. Era como si su bebé se diera cuenta de lo que
planeaba hacer su mamá y le estaba llamando la atención… que ella no estaba
sola. Kaissa tocó su vientre y lentamente se alejó del borde de la corniza. Una
suave brisa agitó sus cabellos y las lágrimas afloraron de sus ojos…

«Es cierto… ¡¡he sido una egoísta!!» –pensaba sin dejar de tocar su
vientre– «Tal vez yo sí quiera matarme, pero… este pequeño inocente no tiene
la culpa de nada… No tengo porqué arrastrarlo conmigo…»

Volvió a sentir otra patada en su vientre… clara señal que el futuro
príncipe era fuerte y, sobre todo, que estaba lleno de vida… Quería aferrarse
a la vida, una vida que nadie se la podía quitar y que no era decisión de
nadie hacerlo.

Kaissa sonrió al sentir a su bebé… Por lo menos sabía que no estaba sola,
pero se sentía avergonzada por lo que había estado a punto de hacer… Así que
dejándose caer en el duro suelo de piedra… lloró amargamente…

Una Madre, un Anillo… y una Unión – Capítulo 4

Capítulo 4: «Una orgullosa guerrera»

Fanfic: Una Madre, un Anillo… y una Unión


El sol subía por las colinas de Vejitasei, iluminando todo a su alrededor y despertando a los últimos habitantes por todos los rincones del planeta. La intensa luz se reflejaba en los hermosos vitrales del palacio real y se colaba por las rendijas de las ventanas… incluyendo la habitación del rey, donde una figura daba muestras de no querer despertar.

Kaissa se cubría con las mantas sus ojos de la intensa luz del sol y, a pesar de los esfuerzos que hacía por seguir durmiendo, finalmente acabó por despertar. Miró a su alrededor sintiéndose un poco desorientada, pero al verse a sí misma recordó todo lo que había pasado la noche anterior, esa noche en la que el rey Vegeta la había hecho suya… una noche que jamás olvidaría. Lentamente se incorporó, quedándose sentada sobre la cama con sus ojos fijos en el vacío…

  • KS : «¿Qué diablos fue lo que pasó?» –se preguntaba– «O mejor dicho… ¿qué me pasó?»

No era para menos, ella estaba muy confundida, su cuerpo se sentía extraño, pero lo más extraño era que el soberano no estaba. Kaissa tocó con su mano su lado de la cama y la sintió fría, indicando que su ocupante ya la había abandonado desde hacía bastante tiempo. Repasaba una y otra vez los acontecimientos en su memoria… «¿por qué había actuado así?…¿realmente lo deseaba?… pero lo más importante… ¿ella sería importante para él?»

Sus pensamientos fueron interrumpidos por unos golpes en la puerta de la habitación que hicieron que la saiyajin se pusiera en alerta, buscando algo de lo que quedaba de su ropa para cubrirse (recordemos que estaba rota…). Estaba en eso cuando se oyó una voz…

  • ??? : Majestad, ¿podemos pasar?… –Kaissa se quedó helada, ya que no era la voz de un guerrero o de un sirviente, sino muy por el contrario, era de una mujer. Por la cabeza de la saiya pasaron muchas cosas, desde guerreras hasta concubinas, pero se volvió a escuchar la voz–. Alteza… ¿se encuentra bien?

Sin darle tiempo a ordenar sus ideas, la puerta se abrió, dejando pasar a tres jóvenes muchachas en actitud muy humilde. Kaissa las miró fijamente, hasta que una de ellas habló…

  • MU1: Muy buenos días, su majestad… –saludó respetuosamente sin sorprenderse para nada de la presencia de Kaissa en las habitaciones del Rey–. Estábamos desde hace rato esperando su llamado, pero como nada pasaba, decidimos acudir…
  • KS : «¿¿Majestad??…. ¡¿pero de qué diablos está hablando esta tipa?!» –pensaba sin comprender en lo absoluto lo que pasaba.
  • MU2 : Nos alegra encontrarla bien, señora… Por favor, déjenos ayudarla con su vestuario… –dijo la otra mucama, con mucho respeto igualmente.
  • KS : «¿¿SEÑORA??… pe…pero… ¿¿qué está sucediendo aquí??» –volvió a pensar ahora más nerviosa que antes.
  • MU3 : Debe sentirse muy cansada. Nos complacerá ayudarla en todo lo que podamos hasta que el rey regrese de su misión… –dijo la tercera mucama, palabras que le cayeron a la saiya como baldazo de agua fría y ya no pudo resistir más…
  • KS : ¡¡YA BASTA!!… ¡¿De qué están hablando, estúpidas?!… díganme lo que está pasando, pero lo más importante… ¡¡¿¿dónde está el Rey??!! –gritó casi brincando de la cama, acción que asustó a las mucamas.
  • MU1 : Por favor, su majestad… no se enoje… –habló una inclinándose–. Sólo complimos con el mandato que dejó su majestad el rey, antes de partir…
  • KS : ¿¿Partir??… ¡¿a dónde?! –dijo casi eufórica.
  • MU2 : De… de misión de conquista, su majestad… pensábamos que ya lo sabía…
  • KS : ¡¡SABERLO!!… ¡¿hace cuánto fue eso?!…. ¡¡HABLA!! –gritó tomando a la mucama que había hablado de las ropas.
  • MU2 : Se lo suplico, no me haga daño, su majestad… El rey partió hace como tres horas en una misión muy larga y la verdad no sé cuándo regresará… –dijo tartamudeando.
  • KS : «¿Misión?… podría ser que… ya veo…» –pensó al mismo tiempo que la expresión de su rostro cambiaba por una de furia y sin decir nada más, soltó a la muchacha.
  • MU3 : ¿Alteza?… –preguntó una de las chicas temerosa, lo que se ganó una fulminante mirada de Kaissa que la hizo retroceder al igual que las otras…
  • KS : Quiero que salgan en este instante… –dijo con tono tranquilo, pero al ver que no pasaba nada, gritó–: ¡¡YA QUE SI NO LO HACEN, LES VOLARÉ LA CABEZA, ¿¿ENTENDIDO??!!

Las mucamas salieron corriendo aterradas de la habitación, dejando a Kaissa sola en medio de ella… En su rostro asomaban muchas sombras, su mirada era terrible y apretaba los puños con fuerza. El rey se había marchado a quién sabe dónde y la había dejado como cualquier basura después de haberle quitado lo más preciado que tenía: su dignidad. Kaissa se sintió como una tonta, ya que el Rey Vegeta la había humillado, avergonzado, se divirtió con ella únicamente por gusto para luego irse… ella lo sabía… y aún sabiéndolo cayó en su juego…

  • KS : «Qué estúpida…. ¡¡qué estúpida fui!!» –se repetía mentalmente mientras sentía que la ira crecía dentro de su corazón y su cola se agitaba nerviosamente… esto no lo iba a perdonar nunca… NUNCA.

Sin pérdida de tiempo, buscó algo con qué vestirse entre los armarios dando, para su fortuna, con un traje ajustable como el que usan los saiyas. Terminando de arreglar su atuendo y calzarse sus botas, Kaissa salió por el corredor cuidando de no ser vista y rápidamente caminó por los pasillos tratando de calmarse un poco, pero lo más extraño todavía no acababa de empezar…

Al pasar por un corredor, se topó con un grupo de guardias que, al verla, para estupor de la saiya, se inclinaron en señal de respeto. Kaissa los miró más confundida que antes y siguió adelante… Esto ya era demasiado, pensaba que la conducta de las mucamas era típica de ellas con cualquier mujer que pasara la noche con el rey, pero que los guardias se comportaran de igual forma era ya algo inexplicable. Cada vez que se encontraba con algún cortesano, y a pesar de estar vestida muy simplemente, Kaissa era saludada como si fuera alguien muy importante en el castillo y eso se repetía a cada minuto. Ya estaba más que confundida y necesitaba encontrarse con alguien que le aclarara todo este dilema, pero por más que caminaba no encontraba a nadie, hasta que al voltear por un corredor, una conocida silueta apareció en su campo visual y al reconocer al dueño, lo llamó…

  • KS : ¡¡Nappa!! –dijo con gran alivio al encontrar a su amigo, quien al verla continuó con su expresión de siempre, pero sin darle importancia, Kaissa continuó–. Qué bueno que te encuentro… No sé qué está pasando, todos están locos… es muy raro…
  • NP : ¿En qué puedo servirle, su majestad? –se limitó a decir mientras se inclinaba respetuosamente ante una Kaissa que no sabía qué decir o qué hacer ante esto…
  • KS : ¿¿Qué??… ¿¿tú también??… esto no puede ser… –dijo con una mano cubriendo sus ojos en señal de angustia–. ¡Nappa, ya déjate de bromas y actúa normalmente!… ¿Qué les pasa a todos los del castillo?
  • NP : Únicamente actúan como debe ser ante su majestad… –dijo sin cambiar su tono de voz.
  • KS : ¿¿Su majestad??… ¿por qué todo el mundo me dice así?… no entiendo… –ya perdiendo su paciencia, lo encaró y dijo frunciendo el ceño–: ¡¡Nappa, ya basta!!… ¿qué mierda está pasando aquí?… Desde esta mañana todos actúan como si fuera la reina o algo por el estilo…
  • NP : Tú lo has dicho…
  • KS : ¡¿A qué te refieres?!… ¿¿que yo soy la reina??… ¡¡JAJAJA!! –rió nerviosamente–. ¡Eso es una completa estupidez, ¿lo oyes?!… ¡¡ya no estoy dispuesta a tolerar más bromas ni humillaciones, así que me largo de aquí!!
  • NP : Esto no es ninguna broma, Kaissa… –dijo muy serio, al mismo tiempo que la detenía del brazo.
  • KS : ¡Qué diablos tienes, suéltame! –dijo soltándose de su agarro–. Ahora explícame toda esta burla… No entiendo nada y eso es lo que más me desespera…
  • NP : Pasa que ahora eres la compañera del rey, Kaissa… Y por lo tanto, tienes un nuevo papel y se te debe tratar como debe ser… Ya todo el mundo lo sabe en el castillo…
  • KS : ¿¿Que todo el mundo lo sabe??… ¡¡oohh, genial!! –dijo sarcástica–. Todo el mundo lo sabe, menos yo… ¿Y me puedes decir quién dijo eso, eh??
  • NP : El Rey Vegeta… –contestó en el mismo tono–. Antes de partir en misión…

El Rey Vegeta se dirigía al puente de lanzamiento, seguido de toda su escolta, pero antes de abordar lanzó una mirada hacia la corte y dijo con voz potente:

  • RV : ¡¡Escuchen todos!! –ordenó–. A partir de este momento, la guerrera saiya llamada Kaissa es mi mujer y compañera, así que deberán tratarla como debe ser… ¡¡como la esposa del Rey, ¿¿entendido?!!

Luego de decirlo, cruzó unas palabras con algunos guerreros entre los que se encontraba Nappa y, con una sonrisa de satisfacción, se introdujo en su nave…


 

  • NP : Y así quedó dicho… –continuó ante la esquiva mirada de Kaissa–. Ya eres prácticamente la reina del castillo luego de ese mandato, así que desde ahora vivirás aquí y ocuparás el lugar que te fue asignado… –suspiró–. Me imagino que te debes de sentir feliz…
  • KS : ¡¡¿¿FELIZ??!! –gritó furiosa–. ¿¿Acaso de volviste loco??… ¡¿Por quién me tomas?!… Me condenaron para siempre, el rey tomó una desición sobre mi persona sin ni siquiera decirme nada, como si fuera un objeto, y eso es lo que más me molesta…
  • NP : Debiste de haber pensado eso… antes de acostarte con él… –continuó con una calma increíble.

La saiya enmudeció ante sus palabras, eso era cierto… Ella misma se había condenado al caer en el juego del Rey. Se sentía miserable, estúpida, tonta…

  • NP : Deberá saber, su majestad, que no podrá salir de estos muros para nada y eso incluye misiones de conquista, debiendo permanecer aquí todo el tiempo, por órdenes del rey… Ya todos en el castillo lo saben y cumplirán la orden… –continuó, retomando la manera respetuosa de tratar–. Espero haberle sido de utilidad, su majestad… Me retiro… –y terminando de decirlo, desapareció por el corredor.

Kaissa no podía creerlo, la habían privado de su libertad permanentemente al encerrarla en el castillo… Tal vez ésta sería la venganza del rey después de lo que le hizo al pelear con él… divertirse con ella y luego humillarla. La mujer se sentía muy mal, sus principios traicionados por una estupidez, pero lo que dolía era que ahora todos eran unos extraños para ella, inclusive Nappa había cambiado totalmente su actitud con ella…. Era otro extraño más, y se sintió sola de nuevo…

Sentía rabia e impotencia por no poder hacer nada para remediar eso. Pensaba en volar los muros con un disparo y escapar por allí, pero aunque lo hiciera sería inútil ya que en segundos tendría a todos los guardias detrás de ella y, aunque ella era muy fuerte, no podría con todos a la vez y sería peor… Ya no quería ver más sangre por el momento. Lentamente se deslizó, apoyada en la pared, hasta quedar sentada en el suelo y de sus ojos brotaron lágrimas que corrieron libremente por sus mejillas…

Los días corrieron lentamente. Kaissa era tratada tal y como había dicho Nappa, como la esposa del Rey… pero este trato no la hacía sentirse feliz y le incomodaba tremendamente. Había pasado de ser una activa guerrera a un objeto de cristal que debía ser cuidado celosamente y esto era intolerable para ella. Ni siquiera podía buscar alivio en las peleas porque todos evitaban luchar con ella, ya que era «la mujer» del rey… Rehuía todo contacto con los sirvientes del palacio. Incluso rechazó la idea de vestirse como la reina. Lejos de todo eso, vestía sus ropas de siempre, aparte de ocupar una habitación diferente, ya que no quería dormir en la del Rey de ninguna manera.

«¿Por qué? –se preguntaba Kaissa cada noche mientras contemplaba las estrellas en el cielo–. ¿Por qué me hizo esto?… ¿Por qué me privó de mi libertad, de mi condición de guerrera, de mis derechos?… Yo no quería esto, acabar de esta manera, como un objeto…»

«¿Acaso no buscabas esto?… ¿Lograr un lugar importante dentro de tu clase de guerrera saiya, la posición más alta entre las mujeres saiyajin?» –escuchó una voz en su cabeza.

«Eso no es cierto… Quería encontrar mi propio destino y valor… ser la mejor de los guerreros como se lo prometí a Karionte, pero en esta situación me siento limitada… Nunca debí acudir con el rey cuando me llamó… Sabía perfectamente lo que él quería y no opuse resistencia a sus deseos… Fue mi culpa también y ahora lo estoy pagando. Lo peor es que el muy maldito se largó para evitar darme la cara, buscó una salida fácil… y eso es algo que me las pagará… lo juro… Pero sobre todo, este asunto es muy sospechoso… estoy segura que hay un interés en todo esto, ¿pero qué podrá ser?» –observó su inseparable anillo y cerró los ojos, no quería sentirse sola y trataba de reconfortarse con su pequeño objeto. Pero lejos de esos pensamientos, recordaba la forma como el rey la había hecho suya, pensó que era diferente y que sentía algo por ella… Trató de evitar esos pensamientos, pero no rechazó la idea.

Pronto sintió hambre y decidió entrar al castillo en busca de algo para comer… Pero a pesar de contar con la autoridad de mandar que le preparasen un banquete, prefirió hacerlo por sí misma. Había estado sola casi toda su vida y de esa manera prefería hacer sus cosas. Se introdujo por una de las ventanas y mientras caminaba por uno de los cientos de corredores, pasó por la puerta del laboratorio del castillo, donde un grupo científicos trabajaba desde hacía mucho tiempo buscando la manera de crear guerreros más fuertes entre los saiyajin. En ese momento habían dos de ellos hablando de algo. Kaissa los miró de reojo, resumió pasar de largo restándole importancia, cuando en eso un comentario llamó su atención…

  • CI 1 : ¡Definitivamente el rey fue muy astuto al idear este plan! –comentó uno de los científicos.
  • CI 2 : Es cierto… Esa saiya tiene un poder de pelea muy por encima de cualquier hembra de su especie –comentó el otro–. Kaissa es excepcional.
  • KS : «¿Qué?» –pensó Kaissa poniendo atención, a la vez que se pegaba a la pared para escuchar mejor–. «¿Por qué me habrán mencionado?… Tengo que saberlo…»
  • CI 1 : ¡¡Y si el rey llega a procrear un hijo con ella, el poder de pelea de ese niño será algo increíble!!
  • CI 2 : Claro que planea que ella tenga a su hijo… ¿Si no por qué crees que la escogió?… Esa hembra sólo vale por su poder de pelea…
  • CI 1 : Sí… y lo más seguro es que después se deshaga de ella… Sería una lástima, porque esa mujer no está nada mal y…

Un disparo de energía salido de la nada mandó a volar a los científicos por diferentes direcciones, y el rayo, al chocar contra las máquinas, causó una violenta explosión. Los científicos se miraron desorientados y en eso la figura de Kaissa asomó entre el humo que se había levantado. Ella los miraba con una expresión feroz, como si quisiera borrarlos del mapa en ese momento. Sin mediar palabra alguna, se acercó a uno de ellos y tomándolo de los cabellos lo levantó con violencia y dijo:

  • KS : Quiero que me repitas todo lo que dijiste antes… ¡¡si no quieres que te deje tus entrañas regadas por el suelo!! –amenazó.

Antes que el sujeto pudiera decir algo a su favor, unos guardias llegaron apresuradamente alertados por el ruido de la explosión. Uno de ellos habló…

  • GU : ¡¡ALTO!! ¡¡QUÉ SUCE… Oh, alteza… no sabíamos que estaba aquí… ¿Ocurrió algo? –se inclinó rápidamente.
  • KS : No pasa nada… –respondió secamente, asumiendo su posición–. La explosión fue causada por un descuido de este insecto… ¡¡así que regresen por donde vinieron!! –ordenó, pero otra voz llamó su atención.
  • NP : Será mejor que sueltes a ese sujeto… Es un miserable que no tiene la culpa de nada… –dijo Nappa, apareciendo entre los soldados.
  • KS : ¿Qué?… Nappa, ¿cómo te atreves a decir eso?… ¡¿Acaso estás de su parte?! –respondió zarandeando al científico, pero al instante lo soltó y gritó–. ¡¡DESAPAREZCAN EN ESTE MOMENTO!! ¡¡¡TODOS!!!

Todos los presentes obedecieron la orden, y Kaissa, al ver el despliegue, se quedó admirada de la autoridad que tenía sobre ellos, pero ahora eso era lo de menos… otra cosa la mortificaba y no quería creerlo. Nappa se había quedado mirándola seriamente y no se movió cuando Kaissa volteó a verlo…

  • KS : Nappa, no puedes mentirme… –lo acusó–. Tú sabes algo… ¡¡DÍMELO!!
  • NP : Lamento que halla sucedido todo esto, su majestad… Esos imprudentes pagarán por eso… –respondió refiriéndose a los científicos.
  • KS : ¡¡AL DIABLO CON ELLOS!! –gritó más furiosa–. No me importa lo que pueda pasarles, sólo quiero saber si lo que dijeron era verdad…
  • NP : ……….. (silencio)
  • KS : ¿Tú lo sabías, no?… ¡¡ESTABAS ENTERADO DE TODA ESTA FARSA DESDE EL PRINCIPIO Y NO ME DIJISTE NADA!!… ¡¡NI SIQUIERA POR RESPETO A MI HERMANO LO HICISTE!!… ¡¡¿¿TAMBIÉN FUISTE PARTE DEL JUEGO DEL REY VEGETA??!! –gritó indignada.
  • NP : Majestad, yo…
  • KS : ¡¡YA DEJA DE DECIRME ASÍ!! –dijo destrozando un panel de control del laboratorio–. ¡¡ERES UN TRAIDOR!! ¡¡EL REY ME USÓ, TÚ ME USASTE, TODOS ME USARON!!… ¡¡¡¡SU ÚNICO INTERÉS EN MI PERSONA ERA COMO INCUBADORA VIVIENTE DE SUS BASTARDOS!!!! –gritó casi llorando de rabia.
  • NP : No piense así, su majestad…
  • KS : ¡¡BASTA!!… –respondió recobrando la compostura–. Le tienes tanto miedo al Rey que no pudiste hacer nada para evitarlo… Está bien, lo entiendo… te estabas jugando tu cobarde pellejo…
  • NP : Lo lamento mucho… –dijo finalmente, inclinándose–. Pero debes entender que cualquier orden del Rey es ley… y aunque no esté de acuerdo, siempre estaré al servicio del Rey Vegeta pase lo que pase…
  • KS : Ya veo que hiciste mucho, Nappa… –lo miró–. Pero no gastes saliva en darme excusas… El rey es el rey y se debe hacer siempre lo que él ordene, ¿no?… Y si quería tener un hijo, se consiguió una hembra con poder adecuado, la hizo suya para satisfacer su capricho y luego deshacerse de ella… Jaja, pero eso también está bien, ¿no?… Porque es el gran soberano de Vejitasei y nadie puede darle la contra… ¡¿SÍ O NO?! –preguntó irónica.
  • NP : Por desgracia… así es… –se limitó a responder.
  • KS : Quiero que te vayas… –dijo dándole la espalda–. Ya no te necesito más, Nappa…. Puedes retirarte…
  • NP : ¿Eh?… s-sí. Con su permiso, su majestad… –respondió algo confundido, pero sin animarse a decir algo más, se retiró en silencio.

Kaissa ya no podía más, era demasiado para ella… ya no tenía dudas de que el rey la había usado para que tuviera a su hijo. Ahora entendía todo, el porqué de su interés con ella, su retención en el castillo, ¡era sólo para eso!… También recordó la noche que pasaron juntos, la manera como la tomó… El muy cretino se aseguró de hacer un buen trabajo y luego de eso se marchó para no tener que confrontarla, seguro de haber cumplido sus objetivos… Canalla, ella no era nada para él, sólo un medio de engrendrar guerreros poderosos… un objeto.

Ahora Kaissa se sentía más sola que antes. El saber que había sido utilizada era muy doloroso para ella… y sin poder contener más el llanto, se abrazó a sí misma y lloró en silencio…


Una Madre, un Anillo… y una Unión – Capítulo 3

Capítulo 3: «Recuerdos… y algo más»

Fanfic: Una Madre, un Anillo… y una Unión


Ya había pasado un mes desde ese épico combate entre el Rey Vegeta y la guerrera misteriosa, que resultó llamarse Kaissa, guerrera de clase alta. El combate había sido espectacular, ya que por primera vez el rey había sido dañado y eso nadie lo había hecho nunca. A causa de eso, la voz se corrió por todas partes… y de la hábil mujer saiya…

Luego de restablecerse en la cámara de recuperación, Kaissa permaneció en el palacio por órdenes del rey Vegeta, además de que también eso era por voluntad propia. El rey se había comportado muy extraño con ella, ya que de haber querido la hubiera matado por su insolencia… pero no lo hizo… ¿orgullo tal vez?… quién sabe… pero ya lo averiguaría tarde o temprano. Por otro lado, ya que tenía a su disposición el campo de entrenamiento de la guardia imperial, su estancia en el palacio era perfecta para ella porque todo ese tiempo lo aprovechó para mejorar sus técnicas y pulir sus habilidades como guerrera… su fortaleza era excepcional… pero también tenía una personalidad muy misteriosa, ya que en sus ratos libres, generalmente en las noches, en lugar de irse con los demás guerreros a algún lugar para divertirse, tenía la costumbre de sentarse en las cornizas del palacio o a veces en las torres y observaba el cielo por horas… mientras en su cabeza daban vueltas muchas cosas… y una de ellas era el imponente soberano… y su mirada de hielo…

Además de entrenar, estaba siempre al pendiente de alguna nueva misión de conquista, ya que como casi toda su vida había viajado constantemente, no podía dejar de hacerlo así de pronto… y además la vida en el castillo se estaba tornando bastante monótona y aburrida… Ella, de carácter siempre activo, no podía quedarse así mucho tiempo. No hablaba con muchos guerreros del castillo, salvo con Nappa, el único saiya con quien parecía llevarse aparentemente bien…

Campo de Entrenamiento – Palacio Real

Se podía escuchar el ruido de golpes y patadas que volaban por todas partes, en el que ambos combatientes pugnaban por ser los mejores. Entre los saiyas de sangre pura… el combate lo era todo.

Kaissa se lanzó a toda velocidad hacia su oponente y lo barrió de un golpe, pero éste pudo evitarlo de un salto y contestó con una patada que fue fácilmente eludida por la saiya, que tomando la pierna del enorme guerrero, lo lanzó contra el suelo, para luego saltar sobre él y hundirle la rodilla en el estómago. Nappa gritó de dolor y reaccionó con unos rayos que salieron de sus ojos hacia el rostro de la mujer, que cruzando sus brazos los detuvo y sin pérdida de tiempo volvió a golpearlo sin piedad, hasta hacerlo retroceder muy cerca del límite de la arena. Nappa reaccionó y lanzó un puñetazo, pero fue eludido con facilidad, al igual que los otros que le siguieron. Nappa ya se estaba cansando, en tanto que Kaissa conservaba sus energías. Luego del último ataque de Kaissa, que rasgó parte de la armadura del saiya, dijo…

  • NP : ah…ah… –dijo agitado– No cabe duda que tu nivel de pelea se ha disparado desde el combate que tuviste con el rey… tus habilidades son estupendas, Kaissa… quién lo diría…
  • KS : ¿Y por qué te extrañas?… –dijo sonriendo– Bien sabes como yo que nosotros los saiyas, luego de una batalla difícil, nos volvemos más fuertes al recuperarnos… pero, aún siento que necesito mejorar más…
  • NP : Jeje… es increíble lo mucho que me recuerdas a tu hermano… tu estilo de lucha es idéntico al de él… has copiado muy bien su estilo… –dijo poniéndose de pie.
  • KS : No lo creas… ¡yo nunca podré igualar a Karionte! –dijo frunciendo el ceño– Su manera de pelear era única y con un estilo muy particular… lo único que hice fue asimilar lo más importante de él y a partir de eso crear mi propio estilo… –suspiró– Me falta mucho para ser como él…

Kaissa se sentó en la arena. Su mirada reflejaba nostalgia y tristeza por el anterior comentario de Nappa. Luego de unos momentos de estar así, se animó a decir…

  • KS : Me siento como una tonta al ponerme de esta manera… y eso que ya han pasado casi diez años desde su muerte… pero aún así no puedo evitar sentirme así… –dijo con una voz triste, y Nappa, cruzando los brazos, dijo…
  • NP : No es fácil olvidar a alguien que ha sido tan importante en tu vida… yo tampoco puedo olvidarlo… –dijo mirando hacia otro lado.
  • KS : Me das envidia… –dijo Kaissa mirándolo de reojo– Mi hermano pasó más tiempo contigo que a mi lado… bueno, en esa época era una mocosa… tal vez no era muy importante… sólo que hubiera querido que me dedicara un poco más de tiempo…
  • NP : Karionte… como compañero de armas era uno de los mejores… un guerrero muy poderoso del cual aprendí mucho… y no puedes negar que no te dedicó tiempo para entrenar… siempre se jactaba de tus progresos cuando estaba con nosotros en las misiones…
  • KS : Tal vez… –bajó nuevamente la cabeza y comenzó a juguetear con su anillo mientras decía– Karionte fue para mí… además de mi hermano… maestro, amigo, consejero… y después que murió mi madre… padre y madre a la vez… Fue un duro golpe… –sacudió su cabeza y dijo, retomando la seriedad– ¡Ah!… no sé por qué tengo que molestarte con mis estúpidos comentarios… soy una saiya… una guerrera de clase alta… ¡y no debo molestarme con tonterías sentimentales!

Karionte fue el hermano mayor de Kaissa… y compañero de armas de Nappa en su juventud, allí la razón por qué Nappa la conoce tan bien… y que la dejó muy precozmente. Después de lo que dijo, Nappa volteó a verla y sonrió, le recordaba tanto a su amigo muerto… que también recordaba como un gran guerrero.

  • KS : Aún no puedo creer que haya muerto… ¡y de una manera tan idiota! –dijo apretando los puños.
  • NP : Tu hermano siempre será recordado como un gran guerrero, murió en el campo de batalla y te apuesto que para él eso es suficiente…
  • KS : No lo creo… ¡él pudo hacer hecho más, lo sé!… sólo que… aún no me acostumbro a la idea de su muerte… fue algo tan rápido…

Kaissa reflejó el sol en el anillo que tanto atesoraba. Nappa no dijo nada, pero al ver el anillo en manos de la saiya, acontecimientos comenzaron a regresar a su memoria…


 

Diez años atrás – Estrella AXIS

En toda la superficie del planeta Axis se respiraba olor a muerte, ya que hacía una semana un escuadrón de saiyas desembarcó en ese planeta y arrasó con todo tipo de existencia, sin dejar a ningún nativo con vida. Pronto ese planeta estaría listo para ser vendido…

El escuadrón de asalto estaba compuesto por seis saiyas… y Nappa se encontraba entre ellos, bastante más joven, con pelo y sin usar barba. Los saiyas descansaban luego de terminada su misión. Hablaban y reían entre ellos, mostrando una conducta típica de salvajes, en tanto que el joven Nappa permanecía a un lado, sin tomar importancia a las tonterías de sus compañeros. De pronto, sintió unas pisadas a sus espaldas y luego el filo de una daga en su cuello…

  • ??? : ¡Dame todo lo que tengas o despídete del mundo!… –dijo la voz. Nappa, sin inmutarse, tomó la mano de su atacante y respondió…
  • NP : Vete al infierno que estoy descansando… ¡¡AAAHHH!! –y con un movimiento lanzó a su atacante hacia adelante, el cual dio una vuelta en el aire y cayó limpiamente frente a él. Nappa continuó–. Además recuerda que estoy quebrado. Ya te presté cierta cantidad para que pudieras salir con esa voluptuosa hembra… ya no tengo dinero, Karionte…

El corpulento saiya rió al escuchar las palabras de su compañero Karionte, un guerrero de contextura parecida a la de Nappa, aunque un poco más delgado, tez clara y un largo cabello que le llegaba a la cintura, sujeto de una cola. Karionte se sentó al lado de su amigo…

  • NP : ¿Por dónde estuviste?… ya revisamos todo el lugar con nuestros rastreadores y no quedaba nadie… –preguntó Nappa sin cambiar su postura de descanso.
  • KA : Nada de importancia… sólo fui a ver si encontraba algo que valiera la pena para llevarme… ya que cuando lo vendamos y los nuevos dueños lleguen a este planeta, arrasarán con todo y no dejarán nada…
  • NP : Ya veo… ¿y encontraste algo?
  • KA : Uhm… podría decir que sí… –y luego de decirlo se sentó y rebuscando en su traje sacó una pequeña bolsa y al sacudirla en su mano, un objeto brillante apareció. Nappa lo observó y dijo…
  • NP : Vaya… se ve interesante… ese anillo es una bonita baratija… pero no creo que te den mucho si lo vendes. Además, no creo que valga mucho…
  • KA : Sí… yo también creo lo mismo.. –dijo Karionte mientras lo observaba– Tal vez sirva de algo… fue lo único que llamó mi atención en medio de toda esta basura…
  • NP : ¿Y qué harás con él?… ya que no vale mucho, ¿por qué no se lo das a tu hermana?… ya sabes que a las mujeres les gustan esas baratijas…
  • KA : Voy a pensarlo… hablando de ella… espero que siga entrenando. Creo que probaré sus habilidades a mi regreso…
  • NP : La última vez que la vi fue hace ya bastante tiempo… debe estar bastante crecidita… ¡jaja!… te recomiendo que la cuides, porque a una hembra joven y bonita le echan el ojo rápido… –dijo mientras le daba una palmada en la espalda en son de broma– Me supongo que no eres celoso, ¿no?… ya que si es así…
  • KA : ¡Oye, cerdo!… ¿qué estás insinuando, eh? –dijo mirándolo agresivamente.
  • NP : ¡Tranquilo, compañero!… no te sulfures… era una broma, en serio… además recuerda que yo tengo a mi compañera esperándome y es mucho más bonita y despachada que… –iba a seguir, pero Karionte le cortó…
  • KA : No te hagas el gracioso, Nappa… porque recuerda que cuando nuestro escuadrón regrese, en lugar de estar compuesto por seis naves… y si sigues con esas bromas… ¡¡podrían regresar sólo cinco!! –dijo amenazante.
  • SAIYA 1: ¡¡Oigan, par de idiotas!!… –gritó uno de los saiyas que estaba reunido con los restantes del escuadrón– Una mano de poker… ¿Qué dicen?
  • KA : No molestes… no tenemos nada para apostar… –contestó Karionte con indiferencia.
  • SAIYA 2 : ¿Seguro, amigo?… –dijo otro acercándose– Porque según pude escuchar por mi rastreador… (Karionte no se había percatado que el suyo estaba activado) encontraste algo de valor por los alrededores… ¿por qué no nos muestras lo que es?
  • KA : Eso a ti no te importa… ¡Lárgate, gusano! –dijo molestándose, mientras escondía el anillo en su traje.
  • SAIYA 1 : Déjalo, compañero… esa basura que tiene no es interesante, pero… –sonrió con malicia– hay otra cosa suya que podría valer la pena… como su hermanita menor… Kaissa.
  • KA : ¿¿QUÉ?? –dijo poniéndose de pie con los ojos muy abiertos.
  • SAIYA 2 : Es cierto… la mocosita está bastante buena para ser sólo una adolescente… ¿qué dices si la apostamos?… te aseguro que como amante debe de ser excelente… ¿qué opinas Ka… ARRRRGGGG!!!!!

El insolente saiya calló de golpe a causa del potente disparo que recibió por parte de Karionte que lo mandó a estamparse contra unos escombros cercanos. Todos los demás guerreros se quedaron mudos a causa de la violenta acción. Karionte levantó vuelo hacia donde había caído el saiya y al encontrarlo lo levantó de los cabellos y le dijo mirándolo cruelmente…

  • KA : Escucha bien, porque sólo lo repetiré una sola vez… si vuelves a hacer ese tipo de comentarios respecto a mi hermana… ¡¡TE VOLARÉ LA CABEZA EN MILES DE PEDAZOS!! ¡¡¿¿QUEDÓ CLARO??!!… –luego volteó a ver a sus compañeros– ¡¡Y ESTO VA PARA USTEDES TAMBIÉN!! –luego de decirlo, soltó al saiya y se alejó hacia su nave.

Todos los otros guerreros se miraron confundidos… en tanto que Nappa esbozó una pequeña sonrisa…


 

  • NP : «Karionte era un tipo extraño…» –pensaba– «Ningún otro saiya que conocía demostraba ese tipo de preocupaciones hacia sus parientes… yo no estaba del todo de acuerdo con su manera de ser… pero tampoco lo condenaba…»

En tanto que Nappa recordaba en silencio, Kaissa observaba su anillo… y los recuerdos también regresaron a su mente…


 

Karionte se encontraba haciéndole los últimos ajustes a su uniforme de batalla, cuando de pronto se detuvo y miró de reojo a sus espaldas, de donde al parecer había escuchado un ruido. Acto seguido se volteó y moviendo la cabeza, eludió el golpe de un bastón. Lo tomó con una mano y dijo con voz tranquila…

  • KA : ¿Qué significa esto, niña? –dijo algo indiferente.
  • ??? : Nada… únicamente quería saber qué tal estaban tus reflejos… no está mal… –dijo la niña cuya edad oscilaría por los catorce años, de mirada desafiante y una larga trenza cayendo a un lado–. Pero veremos si puedes detener este golpe… ¡¡¡AAAHHH!!! –y volvió a golpear con el bastón.
  • KA : De acuerdo, Kaissa… si insistes… –y terminando de decirlo esquivó el golpe del bastón, tomó la muñeca de la niña y usando el mismo bastón la inmovilizó en el suelo, casi sin esfuerzo–. Necesitas practicar más… todavía te falta mucho…
  • KS : Y eso que he derribado a varios con el bastón… no es justo, te aprovechas porque eres más grande y fuerte que yo… –dijo algo picona.
  • KA : La fuerza no tiene nada que ver, hermanita… únicamente lo que cuenta es la habilidad y el ingenio… además de aprovechar los movimientos y la fuerza de tu oponente… ya verás… el día que tengas un hijo que te salga más pequeño que tú y se queje de su tamaño… recordarás mis palabras y se las dirás con mucho cariño, ¡¡ja ja ja!!… –dijo mirándola divertido.
  • KS : ¡Oye!… eso no fue gracioso… además, para tu información, yo no pienso tener hijos… ¡¡Tonto!! –dijo molesta.
  • KA : Eso es lo que tú dices… –y terminando de acomodar su armadura, se dirigió hacia la puerta– Bueno, me voy…
  • KS : ¿Qué?… ¿tan pronto?… oye, pero si acabas de llegar. Además dijiste que me ayudarías con mis entrenamientos… lo prometiste –se quejó.
  • KA : Ya no actúes como si fueras una bebé… será una misión corta y cuando regrese me quedaré para entrenar… ¿está bien? –respondió tratando de calmar a Kaissa.
  • KS : Uhmm… de acuerdo… ¡ah!… ten esto… –dijo mientras le lanzaba un paquete–. Es la comida que sobró ayer… llévatela por si los insectos que maten en el planeta al que vas no tengan buen sabor… –dijo con una sonrisa irónica.
  • KA : ¡Vaya, qué amable!… –dijo con sarcasmo y, metiendo una mano en su traje, agregó mientras le lanzaba un objeto brillante– Ten esto… guárdalo hasta mi regreso…
  • KS : ¿Qué es?… ¡¡ah, no está mal!… te lo agradezco… ¿es para mí? –dijo sonriendo.
  • KA : ¿Ya quisieras, verdad?… dije que LO GUARDARAS… ¡no te lo estoy regalando! –dijo con ánimo de fastidiarla y al ver la mirada en su rostro dijo– ¡Oh, está bien!… ¡te lo regalo si quieres!… ¡¡Quédatelo!!
  • KS : ¿Y me puedes decir por qué tengo que guardar tus cosas, eh?… ¿quién crees que soy?… además, ahora que lo pienso… ¿cuándo me darán por este anillo?… sería interesante…
  • KA : Jum… has lo que quieras con él, no me iba a servir de todos modos… aunque… mejor consérvalo… no vaya a ser que me muera en esta misión y sea un recuerdo mío… ¡jaja!… ya me voy, Kaissa… y no dejes de entrenar… –dijo sonriendo mientras se daba vuelta.
  • KS : Jojo… muy gracioso… –y mientras observaba a su hermano alejarse, dijo– ¿Vas a volver, cierto?… entonces… ¡cuídate! –ante sus palabras Karionte se detuvo y dedicándole una sonrisa cálida a su hermana, respondió…
  • KA : Claro que sí… lo juro por ese anillo… ¡Adiós! –dijo como bromeando y desapareció por la puerta. Kaissa se le quedó observando un largo rato y sonriendo con ironía, repitió las palabras de Karionte mientras se colocaba el anillo en el dedo…
  • KS : «No vaya a ser que me muera y sea un recuerdo mío»… ¡Bah!… ¡Qué absurdo!

 

  • KA : «Fue la última vez que lo vi… ya que esa misión fue su última y allí perdió la vida… ¿por qué dijo esas palabras?… ¿acaso sabía que iba a morir?… cómo será…» –pensaba mientras los recuerdos se alejaban de su mente, una tenue lágrima asomó por uno de sus ojos, pero sin pérdida de tiempo la limpió y poniéndose de pie, se dijo apretando los puños– Desde ese momento que me enteré de su muerte me juré a mí misma cumplir los objetivos que Karionte me dijo en vida… ¡ser el mejor guerrero saiyajin de clase alta!… él era de clase media y por lo tanto yo también… tracé mis metas, con los años escalé posiciones y por fin he llegado hasta donde estoy… pero… ¿y ahora qué?… –terminó de decir bajando las manos, mientras recordaba su pelea con el rey Vegeta…

Nappa logró escuchar lo que dijo la saiya, pero no se animó a hacer ningún comentario. Él también había escalado posiciones desde los niveles más bajos, y ahora que había llegado a ser guerrero personal de su majestad, no podía quejarse. Observó a Kaissa y luego desvió sus pensamientos hacia las habitaciones del rey… recordando las palabras que dijera el soberano semanas atrás… a pesar de sus opiniones personales, respetaba mucho a su majestad y eso jamás iba a cambiar. De pronto, escuchó la voz de la guerrera, que lo sacó de sus pensamientos…

  • KS : Bueno… creo que ya está bien de entrenamientos por hoy, Nappa… me despido. Voy a ver si hay alguna novedad en el mando… –dijo con voz seria.
  • NP : ¿A qué te refieres? –preguntó sin entender.
  • KS : Lógicamente me refiero a alguna nueva misión de conquista, ¡por supuesto!… ya llevo aquí más de un mes sin hacer nada y necesito algo de acción… ¡Nos vemos! –y sin darle tiempo a Nappa de responder, se dirigió al castillo.

Kaissa caminó por los corredores del palacio en busca del puesto de mando, con la intención de salir en alguna misión al espacio… como era su costumbre. Al llegar, el lugar estaba atestado de saiyas, que esperaban saber a qué misión los habían designado. Muchas cápsulas estaban siendo preparadas y con los destinos por determinar. Al voltear la mirada hacia el puente de lanzamiento, observó cómo los saiyas recién nacidos eran preparados para enviarlos a planetas que tuvieran bajo nivel de pelea, para que los destruyeran y conquistaran al ser adultos. Para su fortuna, Kaissa al nacer tenía un poder de pelea aceptable… así que no tuvo que pasar por eso. Sin darle mucha importancia, se acercó al jefe de mando, que era un saiya bajo de estatura, y preguntó directamente…

  • KS : ¿Y bien?… ¿Hay alguna nueva misión?… ¡Habla! –dijo cruzando los brazos.
  • JM : ¿Tú eres la guerrera Kaissa, cierto?… veamos… mmm… hay dos planetas por conquistar a pedido del gran Freezer… al parecer le interesan mucho… –dijo mirándola.
  • KS : ¿Dos, eh?… ¡perfecto!… ¿y en cuál me toca? –dijo sonriendo animada.
  • JM : Pero… espera un poco… –dijo mientras revisaba un libro, comentario que llamó la atención de Kaissa. El saiya, tras revisar varias veces el libro, dijo– Lo siento… pero tú no estás programada para ninguna de ellas…
  • KS : ¡¡¿¿Qué dijiste??!! –dijo volteándose a verlo furiosa– ¡¡¿¿Cómo es eso de que no estoy en ninguna misión??!!
  • JM : Lo siento… pero las misiones ya fueron designadas a otros escuadrones… Además fue orden directa del Rey Vegeta el no ponerte en ninguna misión de conquista… Según dijo… todavía no estás lista.
  • SAIYA : Uyuyuy… eso dolió, hembrita… –dijo un saiya que estaba detrás de ella– Tal parece que el rey te considera muy débil para este tipo de misiones… las hembras no sirven para pelear… a menos que sea en la cama… ¡¡Jajajaja!!
  • KS : ¡¡¡¡¡INSOLENTE!!!!! –gritó enfurecida, y de una poderosa patada, lo lanzó hacia el otro extremo de la sala ante las risas de los demás guerreros. Luego se volteó hacia el jefe de mando y tomándolo del cuello, dijo con una mirada feroz– ¡¡AHORA ESCÚCHAME BIEN, BASURA!!… ¡¡NO ME IMPORTA LA OPINIÓN DEL REY!!… ¡¡YO PUEDO ENFRENTARME A CUALQUIER ENEMIGO EL DÍA QUE SEA Y DEJAR SUS VÍSCERAS REGADAS POR EL SUELO!!… ¡¡ASÍ QUE AHORA COLÓCAME EN UNA MISIÓN EN ESTE INSTANTE!!… SI NO, VOY A…
  • ??? : ¡¿Vas a qué?!… –se escuchó una voz a sus espaldas… una voz profunda que la hizo sobresaltarse…

Todos se inclinaron ante la presencia del rey, el cual había entrado en compañía de su escolta. El rey Vegeta se quedó mirando fijamente a Kaissa mientras caminaba hacia ella. Ella sentía que no podía moverse ante esa mirada… fría, y a la vez, profunda. Cuando estuvo muy cerca de ella, dijo…

  • RV : No creas que ya estás lista para salir a la batalla sólo porque entrenaste aquí… todavía te falta mucho… –dijo fríamente.
  • KS : Perdóneme, su majestad… –dijo mientras se inclinaba– Pero tengo muchos años viajando en misiones y conozco perfectamente mis habilidades… y si me permite decirlo, puedo enfrentar cualquier misión sin problemas…
  • RV : Si te digo esto, es porque sé valorar a mis guerreros. Según informes, en ese planeta hay habitantes muy poderosos y me he encargado de seleccionar a mis mejores hombres para que vayan a destruirlos… y aunque hayas aumentado tu nivel de pelea, prefiero que perfecciones más tus técnicas… además que sería una lástima perderte como guerrera…
  • KS : Si su majestad me escucha, quisiera decirle que… –iba a continuar, pero el rey la cortó.
  • RV : ¡¡Suficiente!! –dijo con autoridad– ¡¿Acaso osas oponerte a mis órdenes, joven hembra?!… Todavía te falta mucho por perfeccionar…

A Kaissa se le cortó la respiración cuando escuchó las últimas palabras del Rey… eran iguales como las que su hermano Karionte le dijo alguna vez. Suspirando, bajó la cabeza y respondió…

  • KS : Como usted ordene, su majestad… –dijo aceptando la orden.
  • RV : Eres una gran guerrera y vales mucho para mi escuadrón… no lo olvides… –y terminando de decirlo, miró fijamente a la guerrera y, dando media vuelta, se marchó seguido de sus hombres.

El jefe de mando observó a Kaissa, que tenía sus ojos fijos en el vacío. La saiya volteó a verlo, luego a los demás saiyas que la observaban y, sin decir nada, salió por el corredor…

Dos meses después…

Kaissa continuaba con sus entrenamientos a petición del Rey, y cada día mejoraba más… pero esos pensamientos seguían dando vueltas en su cabeza… ¿por qué el rey insistía en que ella se quedara?… porque había dejado pasar tres oportunidades más de salir de misión, por órdenes del rey, igualmente. Esta situación la estaba confundiendo… pero lo que más la incomodaba era su relación con el Rey Vegeta… que hasta ahora se había basado únicamente en juegos de miradas. A veces, cuando ella pasaba por algún corredor, por coincidencia se encontraba con el rey que venía acompañado siempre de su escolta. Kaissa le hacía una respetuosa reverencia, pero sentía que el rey no le quitaba los ojos de encima… Incluso cuando entrenaba en el campo, notaba una sombra en las habitaciones del rey, que la observaba por horas. Sentía que esa mirada profunda la paralizaba cada vez que encontraba sus ojos… al igual que el dueño de esos ojos. Pero ella debía olvidarse de eso, su atracción hacia el rey… no podía ser posible. Además, el rey Vegeta era un ser frío e insensible, incapaz de sentir afecto hacia alguien… nunca nadie podría ser como su hermano Karionte… el único saiya que en verdad la había querido… y que diez años atrás se había ido para siempre… Kaissa no comprendía por qué seguía viviendo en el palacio… no iba a llegar a ninguna parte si seguía en esa situación, y eso la perturbaba…

Últimamente se había enterado de una nueva misión de conquista, que al parecer iba a ser muy larga… y también había escuchado rumores de que el rey los acompañaría esta vez. Seguramente esta vez le permitiría viajar a combatir… pero no estaba segura de eso…

Una noche, el rey Vegeta se encontraba en sus habitaciones y observaba fijamente al cielo sentado en su mesa de trabajo y luego desviaba su atención hacia la puerta… como si esperara algo. Luego de unos minutos de estar así, alguien llamó a la puerta…

  • RV : Adelante… –dijo el Rey sin moverse. La puerta se abrió y dio paso a una hembra saiya, que respetuosamente se inclinó, saludando al rey…
  • ??? : Con vuestro permiso, su majestad… –dijo la recien llegada, mientras continuaba hablando–. Se me comunicó que su majestad quería verme…
  • RV : Agradezco tu puntualidad, Kaissa… –dijo mientras la miraba– Puedes ponerte de pie…
  • KS : Muchas gracias, mi señor… –luego de levantarse, miró al rey a los ojos y dijo– Dígame, su majestad… ¿para qué me necesita?
  • RV : Mmm… eres muy respetuosa, joven hembra… y eso lo valoro mucho en un guerrero… especialmente si es una guerrera muy fuerte…
  • KS : Sólo me comporto como debe ser delante del rey… –dijo mirando al frente.
  • RV : Ya veo… –dijo frunciendo el ceño y, sin borrar la sonrisa de su rostro, continuó– He tenido agradables noticias acerca de tus progresos en los combates, me siento muy complacido… Valió la pena que te hubieras quedado aquí… ¿no crees?
  • KS : Nadie mejor que yo lo sabe, su majestad… –y añadió–. Pero si su majestad me permite opinar, no creo que me haya hecho venir a estas horas a vuestros aposentos sólo para decirme eso…
  • RV : ¿Y por qué crees eso, eh? –preguntó sin quitarle la mirada de los ojos.
  • KS : No lo sé… –dijo sintiéndose algo incómoda– Es sólo una opinión mía… nada más…

El rey sonrió mientras observaba a Kaissa detenidamente. Ella vestía una camisa sin mangas ceñida a su cuerpo, sin armadura, junto con sus acostumbrados pantalones azules y botas. Kaissa sentía al rey recorrerla con la mirada y quería salir de allí…

  • KS : Eeehh… si su majestad me lo permite, me gustaría retirarme… ya que mañana debo entrenar desde muy temprano y ya es bastante tarde… –dijo mirando hacia el frente.
  • RV : ¿Y por qué la prisa?… aún no te he ordenado que te vayas, joven hembra… además, me extraña que quieras irte tan rápido, ya que apenas mandé llamarte, llegaste de inmediato…
  • KS : Me gusta ser puntual, su alteza… por favor, si no hay nada más que su majestad desee, permítame retirarme… –dijo sintiéndose nerviosa.
  • RV : ¿Qué te pasa, mujer?… parece como si no te gustara estar cerca mío… ¿acaso me tienes miedo? –dijo mientras se ponía de pie y caminaba hacia ella.
  • KS : No… claro que no, majestad… sólo que… –trató de hablar, pero de nuevo sintió esa mirada profunda sobre ella y las palabras no conseguían salir de su boca.
  • RV : Si no me tienes miedo… ¿entonces por qué tiemblas? –dijo a un escaso metro de ella.
  • KS : No tengo miedo, majestad… sólo que está haciendo mucho frío… nada de importancia…
  • RV : ¿Conque frío, eh?… entonces, ve y cierra la puerta… ¡y es una orden! –dijo frunciendo el ceño.

Kaissa asintió y dando media vuelta, cerró la puerta… en eso, sintió que la tomaban de los hombros y una de las manos se deslizó por su brazo hacia la manija de la puerta, cerrándola con llave. La saiya ya se imaginaba lo que el Rey Vegeta pretendía de ella y quería enfrentarlo, ya que ahora era más fuerte por sus entrenamientos y seguramente podría derrotarlo… pero algo dentro de ella se lo impedía y no sabía por qué…

  • RV : No me había fijado, pero eres una mujer muy hermosa… –dijo a su oído mientras sus manos recorrian los laterales de su cuerpo lentamente y la acariciaba con su cola…
  • KS : So…sólo soy… una guerrera como cualquier otra… al servicio de su majestad… –pronunció con dificultad.
  • RV : No te servirá de nada hacerte la tonta conmigo, mujer… sabes perfectamente lo que quiero… al igual que tú lo deseas… –dijo mientras aspiraba el perfume de sus cabellos.
  • KS : A… ¿a qué se refiere con eso, majestad? –dijo sintiendo que las fuerzas le fallaban.
  • RV : ¿Crees que no me he dado cuenta de la forma como me miras?… Desde esa ocasión en que luchamos por primera vez… vi en tus ojos esa fuerza tan fuera de lo común que me hizo desearte desde ese momento… ese poder que pudo hacer sangrar al Rey por primera vez en un combate… y mi cicatriz aún arde al recordar eso… lo siento hasta el fondo de mi alma… –y obligándola a verlo, añadió– No puedes engañarme, mujer… también lo deseas… puedo verlo en tus ojos…

Kaissa sentía que se perdía en su mirada, y pronto las manos del rey comenzaron a recorrerla por todas partes, pero ella trató de volver a la realidad… entender que sólo la estaba usando, que no sentía nada por ella… más que simple placer físico… pero, su cuerpo no le obedecía bajo esas cálidas manos que no dejaban de recorrerla. Trató de reaccionar, de recuperar su lugar… de hablar…

  • KS : Majestad, yo… no puedo… déjeme, por favor… –dijo en tono suplicante, pero como el rey no le respondía trató de soltarse un poco, pero el Rey la detuvo inmovilizándola de sus brazos y le dijo a milímetros de su rostro…
  • RV : Mírame a los ojos, Kaissa… y dime que no me deseas… que esto no te gusta… y si es así… ¡Márchate de inmediato! –le dijo con severidad y con esa mirada profunda que podía paralizar a cualquiera.

Kaissa no podía engañarse, también deseaba que el rey la tomara, aún sabiendo las consecuencias. Al no escuchar salir palabra alguna de su boca, el soberano dijo…

  • RV : Ya que no dices nada, tomaré tu silencio como un «sí»… –y dicho esto, la besó efusivamente en los labios, en tanto que sus manos continuaron acariciando sus partes más sensibles. Ella trató de evitar el beso, sus caricias… pero sus fuerzas la abandonaban y pronto dejó de resistirse…

Lo siguiente que se escuchó en la habitación fue el sonido de ropas rasgándose, acompañados por gemidos de placer que se prolongaron sin descanso… y durante toda la noche…

Al amanecer…

El sol asomaba por las ventanas de las habitaciones del Rey Vegeta y afuera se escuchaba el ruido de naves, preparándose para partir de misión, ya que al parecer, la partida iba a ser ese mismo día. El rey le estaba dando los últimos toques a su traje de batalla, ya que esta vez él saldría de misión con sus guerreros… y no sabía por cuánto tiempo. El rey sonrió mientras recordaba los acontecimientos de la noche anterior, que definitivamente había sido la más agitada que había pasado con una hembra saiya. Volteó su mirada hacia la cama y contempló la figura de la mujer que lo había acompañado toda la noche… la mejor de todas y la que había escogido para sus planes…

Pronto, escuchó el ruido de golpes en la puerta y sin demora acudió a abrir, para evitar que su ahora nueva compañera despertara de su sueño. Quien llamaba era un lacayo, que traía un mensaje para el rey…

  • LY : Su majestad… –se inclinó– El escuadrón ya está listo y esperando por usted…
  • RV : Muy bien, diles que se preparen. Partiremos de inmediato… ahora… ¡Retírate! –ordenó.

Una vez que el lacayo se fue, el rey se dispuso a seguirlo… pero antes de atravesar la puerta, volteó a ver a Kaissa y musitó…

  • RV : Hecho… –dijo con una sonrisa de satisfacción, como si hubiera cumplido una misión.

La observó por unos instantes más y pronto salió de la habitación…


 

 


Una Madre, un Anillo… y una Unión – Capítulo 2

Capítulo 2: «Érase una vez… una Saiya»

Fanfic: Una Madre, un Anillo… y una Unión


Vegetasei : Año 731 del calendario del Dragón…

Los saiyas, como todos sabemos, eran una raza de poderosos guerreros que, al poseer una gran capacidad de pelea, por donde pasaban sembraban el caos y el terror, destruyendo todo a su paso. Había pasado más o menos un año de esa famosa guerra en la que los saiyas vencieron a los tsufurs y se apoderaron del planeta antes llamado Plant, y que ahora era conocido como planeta Vegeta, llamado así en honor al monarca de los saiyajins, el Rey Vegeta, Saiya no Ou.

Las grandes habilidades de los saiyas no habían pasado desapercibidas ante el emperador del universo y tirano espacial llamado Freezer, que en este mismo año había establecido una alianza con los saiyas, por la cual ellos se comprometían a venderle los planetas que eventualmente conquistaran… y esto era perfecto para los saiyas, porque de esta manera ellos se dedicarían a hacer únicamente lo que más les gusta y dominan: pelear.

Justo en ese año eran cuando más conquistas hacían los saiyas debido a la abundancia de misiones en las que se les encomendaba conquistar planetas, y regresaban casi de todas victoriosos. Incluso los aseguraban por adelantado, ya que tenían la costumbre de mandar a sus bebés que tenían bajo potencial de pelea a planetas lejanos para que los conquistaran y entregaran a la corona una vez que fueran adultos. Una costumbre algo salvaje, pero normal para ellos, ya que no sentían demasiado apego hacia sus hijos.

Palacio Real. Habitaciones del Rey.

El rey Vegeta se encontraba en sus habitaciones revisando unos asuntos, mientras era informado de las últimas novedades de sus tropas. Por el semblante que tenía, las noticias eran de su agrado…

  • RV : ¡¡Excelente!!… así que lograron conquistar esa estrella en tan sólo un día… ¡¡jaja!!… me complace mucho el saber que nuestro ejército no tiene rival en el universo… esto le agradará enormemente al gran Freezer… –contestó sonriendo con soberbia, mientras su súbdito lo observaba atentamente. Era un guerrero de enormes proporciones y algo escaso de cabello.
  • ??? : Tiene toda la razón, su majestad… –contestó haciendo una leve reverencia y sonriendo también– Si no fuera por nosotros, el gran Freezer no tendría a quién adquirir planetas…
  • RV : Hablas con lógica, Nappa… eso me agrada ver en un guerrero… –y poniéndose de pie, continuó– Pero también debo tomar en cuenta que mi reinado, o mejor dicho… que yo mismo no viviré para siempre…. por lo que creo que ya es tiempo en que me ponga a pensar en tener un heredero… alguien tan fuerte y poderoso como yo, además de ser cruel y despiadado… en otras palabras… un verdadero guerrero saiya… que sea más poderoso que nadie.
  • NP : Bueno… si me permite opinar, su majestad… usted tiene mucho de donde elegir. Hay muchas hembras saiyas que darían lo que fuera con tal de estar a su lado, incluso las que viven aquí, dentro del palacio…
  • RV : ¡¡¡No digas estupideces, Nappa!!! –contestó furioso– ¡¡Ninguna de esas mujeres está a mi altura y menos esas putas que están dentro de estos muros!!… ¡¡Sería absurdo pensar que alguna de ellas que se acuestan con medio castillo podría darme un hijo con las cualidades de un guerrero perfecto!!
  • NP : Le ruego que me perdone, su majestad… –contestó inclinándose– Pero entonces, ¿qué piensa hacer?… si me permite la pregunta…
  • RV : Aún no lo sé… –contestó dándole la espalda y frunciendo el ceño– Ya pensaré en algo…

En ese mismo instante…
Jardines del palacio real de Vegetasei. Campo de entrenamiento.

  • GUARDIA 1 : ¡¡¡LÁRGATE DE AQUÍ, MUJER!!! –gritó un guardia saiya– ¡¡ESTE LUGAR NO ESTÁ PERMITIDO A LAS HEMBRAS!!
  • GUARDIA 2 : ¡¡SÍ, VETE!! –contestó otro guardia, algo gordo y repulsivo– ¡¡AQUÍ PUEDE ENTRENAR ÚNICAMENTE LA GUARDIA IMPERIAL DEL CASTILLO, ASÍ QUE TÚ SALES SOBRANDO!!
  • GUARDIA 3 : ¡¡¿QUÉ ESPERAS?!!… ¡¡ESFÚMATE SI NO QUIERES QUE ACABEMOS CONTIGO!! –contestó otro guardia en una actitud más agresiva.

Los saiyas comenzaron a abuchear e insultar a la mujer que estaba frente a ellos, una joven hembra saiya en edad adulta, que irradiaba gran fortaleza y seguridad…

  • MUJER : Me parece que ustedes son solamente pura boca… –dijo la saiya mirándolos en señal de burla– Hasta ahora me han dicho de todo, pero ninguno se ha atrevido a levantar un dedo hacia mí… ja, no sé cómo se vanaglorian de pertenecer a la guardia imperial, si sólo son un puñado de cobardes…
  • GUARDIA 2 : ¡¡¿¿Qué dijiste, zorra insolente??!!… –gritó ofuscado, a la vez que levantaba el puño.
  • MUJER : Además… por si no lo sabían, yo también soy una guerrera de clase alta, y si no me han visto es porque viajo continuamente en misiones de conquista… ¡¡Así que tengo tanto derecho de usar este campo de entrenamiento como ustedes!! –dijo frunciendo el ceño.
  • GUARDIA 2 : GRRR… ¡¡ERES UNA…!! –gritó avanzando hacia ella, pero uno de los otros guardias lo detuvo del hombro.
  • GUARDIA 1 : Espera, compañero… me parece que lo que dice esta hembra es cierto… pero… –miró hacia su otro amigo que estaba atrás– ¿por qué no lo comprobamos?
  • GUARDIA 3 : ¿¿Qué?? –dijo levantando una ceja.
  • GUARDIA 1 : Exacto… –luego se dirigió hacia la saiya– ¡¡Oye, mujer!!… te propongo algo, te dejaremos usar el campo de entrenamiento, pero con una condición… que derrotes a cualquiera de nosotros tres en un combate y, si lo haces, ya no te molestaremos más.
  • MUJER : Me parece bien… –contestó la saiya sin mucha emoción.
  • GUARDIA 1 : Pero eso no es todo, ya que si tú pierdes… jeje… tendrás que cumplirnos ciertos «favores» –dijo maliciosamente mientras observaba las bien formadas curvas de la mujer– ¿qué dices? ¿Aceptas?
  • MUJER : Si así lo quieren, de acuerdo… –dijo avanzando hacia el campo de arena.

Al llegar al centro, la joven se tomó la mano izquierda, despojándola de un extraño anillo. Lo apretó en su mano para luego guardarlo dentro de su traje para que no se estropeara con la pelea. Luego de esto, dijo…

  • MUJER : ¿Y bien?… ¿quién quiere ser el primero?
  • GUARDIA 1 : Esta hembra es tonta… –le dijo a sus compañeros– Jamás podrá contra alguno de nosotros, ya que somos los mejores guerreros… creo, muchachos, que tendremos diversión asegurada esta noche… ¡¡jaja!! –luego de decirlo, dio un salto y se colocó frente a su rival y le dijo– Yo seré tu oponente… jeje… espero no tener que lastimarte mucho, cariño… ya que no me gustan los cuerpos sangrantes y magullados cuando hago el amor…
  • MUJER : ¡¡Mejor no digas tantas estupideces y acabemos de una vez!!… ¿¿A qué esperas??… ¡¡ATACA!! –le gritó sin cambiar su posición de brazos cruzados.
  • GUARDIA 1 : Muy bien, conste que tú lo quisiste… ¡¡AAAAHHHHH!! –gritó lanzándose a toda velocidad hacia ella.

El saiya lanzó un golpe con todas sus fuerzas hacia la chica, que lo esquivó con tan sólo un movimiento, y así hizo con los siguientes que le siguieron. El guardia no podía creer que fuera tan veloz para ser una mujer, así que llenándose de rabia le propinó una patada la cual la mujer esquivó agachándose y en una fracción de segundo el guardia escupió sangre a causa del potente rodillado que recibió en plena boca del estómago, seguido de un puñetazo que lo mandó unos metros lejos. Los otros saiyas se quedaron boquiabiertos por lo que había pasado, mientras el castigado guardia trataba de ponerse de pie como podía…

  • GUARDIA 1 : ¡¡¡ERES UNA MALDITA!!!… ARGG… ¡¡PERO TE JURO QUE ME LAS PAGARÁS!! ¡¡TE HARÉ POLVO!!
  • MUJER : Ya, «pura boca», deja de hablar así que me das risa… –dijo en tono burlón– ¿¿O es que ya te cansaste??

El enfurecido saiya volvió a lanzarse contra ella, que se preparó para recibirlo…

Palacio Real. Habitaciones del Rey

El Rey Vegeta continuaba recibiendo los informes de Nappa, pero el ruido de la encarnizada lucha que provenía del campo de entrenamiento que justo quedaba frente a su ventana lo distraía constantemente. Finalmente, perdiendo la paciencia, rompió la pluma que tenía en su mano y se la arrojó a Nappa que, afortunadamente para él, pudo esquivarla…

  • RV : ¡¡¿¿QUÉ DIABLOS ESTÁ SUCEDIENDO ALLÁ AFUERA??!! –gritó levantándose y tirando la silla en el proceso– ¡¡EN TODOS LOS AÑOS QUE LLEVO AQUÍ, JAMÁS HABÍA ESCUCHADO TANTO ESCÁNDALO COMO AHORA!!
  • NP : Por favor, su majestad, no se altere… deben de ser los guardias que están entrenando en el campo… usted sabe lo ruidosos que son… –dijo Nappa tratando de tranquilizar al rey en tanto que recogía la pluma que le había lanzado momentos antes.
  • RV : Esos imbéciles… ¡¡Si no se callan en este preciso momento, lo pagarán con sus miserables vidas!! –dijo ofuscado mientras se acercaba a la ventana y, luego de observar el escenario frente a él, su semblante cambió y murmuró extrañado– Uhmm… ¿qué significa esto?… jeje… se ve muy interesante… –terminó de decir sonriendo ligeramente.

Mientras tanto, en el campo de entrenamiento, la lucha continuaba y el que llevaba todas las de perder definitivamente era el confiado guardia, quien no podía hacer nada para parar o esquivar los golpes que la mujer le incrustaba, y al final terminó derrotado y humillado con un ki-blast proveniente de la muchacha que lo lanzó fuera de la arena contra una pared. Los otros guardias no atinaban a decir nada al ver a su compañero medio muerto y sin poder moverse, mientras la saiya permanecía incólume en su posición de brazos cruzados.

  • GUARDIA 2 : Eee…es imposible… ¡¡no puedo creerlo!!… –dijo el guardia asustado– ¡¡Cómo es posible que una simple hembra luche así!!… ¡¡es inaceptable!!
  • GUARDIA 3 : Que no te sorprenda… ¿recuerdas que esta hembra dijo que siempre estaba en misiones?… Lógicamente debe haber tenido peleas peores que ésta, que tal vez la dejaran al borde de la muerte y al recuperarse su poder aumentó como sucede en todos los de nuestra raza… no es imposible… sólo que el muy idiota de nuestro compañero se confió demasiado…
  • MUJER : ¿Y bien?… creo que gané, así que si me permiten, usaré el campo para entrenar… –dijo disponiéndose a retirarse.
  • GUARDIA 3 : ¡¡No tan deprisa, mujer!!… –dijo mientras saltaba a la arena– Aún te falta pelear conmigo…
  • MUJER : ¡¿Qué?!… ¿Acaso el trato no era que si derrotaba «a alguno de ustedes» ya no me molestarían? –dijo mirándolo de frente.
  • GUARDIA 3 : Las reglas han cambiado desde ahora… tendrás que derrotarnos a los tres. ¿O es que tienes miedo, pequeña hembra?
  • MUJER : Bueno… –dijo encogiéndose de hombros– Si así lo quieres… ¡continuemos!
  • GUARDIA 3 : Te advierto que yo no soy como ese estúpido, ¡¡así que será mejor que saques tus mejores armas, que yo pelearé en serio desde el comienzo!!
  • MUJER : Está bien… veremos qué tan bueno eres, «guardia imperial» –dijo poniéndose en guardia.

Ambos comenzaron a pelear, y esta vez la lucha era más dinámica que la anterior. En tanto, el Rey Vegeta continuaba observando desde su ventana el interesante espectáculo…

  • RV : No está mal… no lo hace nada mal… –dijo tomándose del mentón y sonriendo– ¡¡Nappa!! ¡¡Acércate!!
  • NP : ¿Me llamaba, su majestad? –preguntó el guerrero, haciendo una reverencia.
  • RV : Dime una cosa… ¿conoces a esa mujer? –preguntó apuntando hacia donde se daba la lucha– Mira por la ventana…
  • NP : ¿A quién? –dijo extrañado mientras observaba hacia donde le había indicado el Rey y casi al instante dijo asombrado– ¡¿Qué?!… no puedo creerlo, ¿cuándo regresó?
  • RV : Nappa, no te guardes tus comentarios para ti mismo y respóndeme a lo que te dije… ¿la conoces, sí o no? –dijo frunciendo el ceño.
  • NP : ¿Eh?… lo-lo lamento, su majestad… sí, sí la conozco… ella es una guerrera de clase alta, pero no sabía cuándo iba a regresar de su misión… al parecer se adelantó…
  • RV : Es extraño, pero es la primera vez que veo a esa hembra… ¡Dame mi scouter! –ordenó a Nappa.
  • NP : Sí, como usted diga, mi señor… –y rápidamente cumplió la orden del rey, trayendo la máquina que usaban para detectar el poder del enemigo.

El Rey Vegeta se colocó su rastreador y apuntó hacia donde la mujer y el guardia luchaban, activándolo. Una serie de cifras aparecieron en la pantalla de la máquina, y cuando marcaron la cifra del poder de pelea, el rey sonrió satisfecho…

  • RV : Tal como lo sospechaba, el poder de pelea de esta hembra es elevadísimo, mucho más alto que el poder de esos idiotas con los que pelea… únicamente está jugando con ellos… –y quitándose el rastreador, dijo al otro saiya– Sabes, Nappa… creo que me están entrando ganas de participar de ese «jueguito»… ¡¡Sígueme!! –y terminando de decirlo, salió de la habitación.

Mientras tanto, en el campo de entrenamiento…

A pesar que esta segunda lucha había sido más animada que la anterior, la saiya había logrado dominar a su oponente y estaba literalmente masacrándolo, aunque ella también había recibido unos buenos golpes que habían rasgado su traje. Al final, ya harta de todo, la mujer decidió poner fin al combate, derribando al guardia y tomándolo de la cola le dio varias vueltas para lanzarlo finalmente hacia donde había dejado al otro fuera de combate. Esta vez se le notaba algo más cansada, pero no tanto como para no poder pelear con el otro idiota que la observaba muerto de miedo. Paró para respirar un poco y luego, incorporándose, miró al gordo guardia que quedaba y cruzando los brazos le dijo…

  • MUJER : Bien, ya acabé con dos y si no me equivoco creo que me faltas tú para ganarme el derecho de usar el campo… Bueno, ¡¡es tu turno, gordo!!… ¡¡Ven aquí rápido!!
  • GUARDIA 2 : ……Aaahh… –trató de hablar, pero ni una sola sílaba logró salir de su garganta.
  • MUJER : ¿Qué te pasa?… ¿Acaso me tienes miedo?… y eso que soy sólo «una simple hembra», como dijiste hace un rato… no creas que no te escuché –dijo sarcásticamente.
  • GUARDIA 2 : …… (a punto de morirse del susto)
  • MUJER : Me das asco, no mereces ser parte de la guardia imperial… ¡¿Que no hay nadie que quiera luchar conmigo?!
  • ??? : ¡¡YO PELEARÉ CONTIGO!! –se escuchó una voz a lo lejos.

Ambos voltearon hacia la dirección de donde había provenido la voz y el guardia se asustó al reconocer al Rey Vegeta en persona…

  • GUARDIA 2 : Su… ¡¡SU MAJESTAD!!! –dijo postrándose a sus pies– Le ruego que me perdone, su majestad. No quería molestarlo, yo…
  • RV : ¡¡CÁLLATE!! –dijo con voz potente– ¡¡Lo he visto todo y esa mujer tiene toda la razón al decir que no mereces ser parte de la guardia imperial!!… ¡¡Eres una basura!!… ¡¡MUERE!!
  • GUARDIA 2 : ¡¡¡NO, MAJESTAD!!!… ¡¡ARGGGG!! –gritó al recibir un disparo que lo mandó hacia el muro cerca a donde estaban sus compañeros que lentamente se estaban recuperando y, luego de empotrarse, el guardia cayó sin vida al suelo y un gran charco de sangre se formó bajo su cuerpo.

La saiya miró hacia donde había caído el guardia sin sorprenderse en lo absoluto, porque ella había visto y causado muchas muertes en su vida, por lo que eso no era algo extraño para ella. Luego miró hacia el rey sin cambiar su acostumbrada postura y al cabo de un instante se inclinó haciendo una respetuosa reverencia…

  • MUJER : Señor… os ruego me perdone al haber causado todo este problema… Si usted lo desea, me iré de inmediato…
  • RV : Jum… así que una mujer ha puesto en ridículo a la guardia imperial que se supone son los mejores guerreros a mi servicio… –y mientras decía esto lanzó una mirada fulminante hacia donde se acercaban tambaleándose los otros guardias– ¡¡Qué patético!!
  • MUJER : Lo siento mucho, su majestad… pero si actué así fue porque también a mí me correspondía y tenía el derecho de entrenar aquí como cualquier guerrero o guerrera de clase alta, así que por eso lo hice… además de hacerme respetar por estos sujetos…
  • RV : Sí… Nappa ya me había comentado algo de tu posición como guerrera… y no se equivocó al decirlo… –al escuchar esto, la saiya miró hacia donde se encontraba Nappa, pero la voz del rey la distrajo– Peleas muy bien, mujer… pasaste las pruebas.
  • MUJER : Muchas gracias, su majestad… pero, ¿qué quiso decir con pruebas? –dijo sin comprender.
  • RV : Sólo fueron pruebas… –luego sonrió malvadamente– Porque todavía te falta el «examen final»… y eso significa que lucharás contra mí…
  • MUJER : ¿¿Contra usted, su alteza?? –dijo levantando la mirada sorprendida hacia el monarca.
  • RV : Así es, mujer… quiero comprobar personalmente tu poder de pelea, el verdadero poder… porque lo de la pelea de antes sólo fue un simple juego para ti, ¿o no?… –dijo mirándola de frente.
  • MUJER : Su majestad, yo no… –dijo sin mirarlo de frente.
  • RV : ¡¡Además quiero que sepas que esto no es una petición, sino una orden!!… ¡¡Así que ponte en guardia, mujer!! –dijo mientras entraba a la arena.
  • MUJER : Como usted diga, mi señor… –luego de decirlo se incorporó y se colocó frente al rey.

Ya en la arena, ambos se observaron detenidamente, como si se estudiaran mutuamente. La saiya contempló al rey; lo había visto sólo unas pocas veces porque ella siempre se encontraba en alejadas misiones de conquista y casi no paraba en su planeta más que para reponerse, recargar combustible y provisiones; el resto del tiempo lo pasaba en el espacio. El rey Vegeta tenía un aspecto imponente, de tez ligeramente oscura, cabello de punta, su rostro adornado con una distintiva barba y con una mirada peculiar en sus ojos con un ceño fruncido bien marcado. Además era alto y con los músculos bien definidos… en otras palabras, podría decirse que era atractivo… para los ojos de ella.

Por el otro lado, el rey observaba a la guerrera… ella era hermosa en cierta forma, definitivamente mucho más que cualquier otra hembra de su especie. Era de contextura delgada, musculosa, pero con sus formas bien marcadas sin ser demasiado voluptuosa. Su rostro era fino y elegante, y además había algo diferente a otras mujeres de su raza… ella era alta, tenía el cabello largo y lacio recogido de una sola trenza que le caía de lado, y unos mechones de su cerquillo caían sobre sus ojos, de un hermoso color castaño claro. Vestía en la parte superior una armadura de combate y un ceñido pantalón azul obscuro que hacía juego con un par de botas blancas. Finalmente, la cola completaba el atuendo, enroscada finamente en su estrecha cintura. Una guerrera, dueña de una gran fortaleza… y al mismo tiempo, de una gran belleza… la perfecta combinación.

Luego de unos momentos más de estarse observando, la saiya se decidió a atacar primero, sabiendo perfectamente que el rey tenía un nivel muy superior de combate, incluso más que ella, pero de todas maneras ella también tenía curiosidad por saber cómo era el nivel de combate del soberano. Así que rápidamente la mujer inició su ataque con un puñetazo que fue eludido por el rey sin problemas. Ella se dio cuenta y le asestó otro golpe que también fue evitado. Esta vez el rey contraatacó con un codazo en el rostro de la joven, seguido de una patada que la mandó por los aires. Ella pudo reaccionar a tiempo, y usando sus poderes de levitación se detuvo en el aire y observó a su rival. El rey sonrió y se lanzó a su encuentro, lanzándole de la nada una esfera de energía que ella pudo rechazar con sus brazos, pero en ese instante el rey apareció detrás de ella y golpeándola con ambos puños la mandó de nuevo a tierra. La saiya cayó pesadamente en la arena y el rey aterrizó justo detrás de ella. Mientras ella se incorporaba, el monarca dijo en tono arrogante…

  • RV : ¿Qué te pasa, mujer?… ¿por qué ya no peleas como lo hacías antes?… porque no creo que esos simples golpes hayan bastado para derrotarte… –luego agregó en tono enojado– ¡¡YA DEJA DE HACERTE LA TONTA Y PELEA EN SERIO, PORQUE ESTO NO ES UN JUEGO!!
  • MUJER : Perdone usted, su majestad… –dijo mientras se limpiaba la sangre de la boca y sonreía levemente– Tenía usted razón al decir que no estaba peleando en serio… únicamente estaba tanteando sus movimientos… pero a partir de este momento, ya no lo haré más… –dijo mirándolo de frente y frunciendo el ceño.
  • RV : ¿En serio?… pues entonces hazlo rápido, porque no me gusta espe…

El rey Vegeta casi no pudo terminar la frase al sentir la feroz patada de su hermosa contrincante, que lo obligó a retroceder y ella, sin darle tiempo a nada, volvió a atacar de nuevo y esta vez ambos se enfrascaron en una encarnizada lucha de mayor nivel de combate en la que los golpes y patadas volaban por todas partes. Para ese entonces el campo de entrenamiento se había llenado de espectadores, entre cortesanos y guerreros que no podían creer lo que veían… solamente Nappa permanecía muy tranquilo de pie, sin perder ningún detalle de la lucha.

La mujer, en uno de sus ataques, barrió el suelo obligando al rey a elevarse y en ese momento aprovechó para lanzar un potente ki-blast que puso en graves aprietos al rey, que contraatacó con varios misiles de energía que la saiya eludió con ágiles saltos acrobáticos y en uno de esos movimientos saltó al encuentro del rey y ambos lanzaron al mismo tiempo un golpe, luego otro y se quedaron haciendo pulso con sus manos. En ese momento sus miradas se encontraron… unas miradas intensas, pero al mismo tiempo, con deseos de ganar. Ambos volvieron a separarse y al aterrizar se quedaron alejados unos metros… respiraban agitadamente y tenían varios golpes y contusiones. Ella, sobre todo, era la que estaba más lastimada, pero no mostraba ninguna señal de queja. El rey frunció el ceño y despojándose de la capa y de la medalla de la familia real, dijo…

  • RV : ¡¡NAPPA!! –gritó mientras le lanzaba los atuendos a su sirviente– «Me parece que tendré que emplear al máximo mi fuerza si quiero vencer a esta hembra…» –pensó.
  • MUJER : «Va a pelear en serio… uhm… tengo que ser más cuidadosa con sus ataques a partir de este momento…» –pensó algo preocupada.

Tal y como lo había pensado, los ataques del rey fueron más fuertes y ella los sintió duramente. Allí se dio cuenta que el rey tenía un nivel de combate muy superior a ella, pero ella no se dejaría vencer y lucharía hasta el final como cualquier saiya lo haría. El rey comenzó a dominarla con sus golpes y en uno de sus ataques la atrapó en el aire en una llave haciéndola gritar de dolor, pero ella, utilizado su cola que estaba libre, le asestó un fuerte golpe en pleno rostro del monarca y tomando su brazo lo lanzó a tierra, persiguiéndolo para rematarlo cuando cayera, pero el rey pudo detenerse a tiempo para recibir a su rival con una patada en el rostro que la hizo rodar por los suelos. Seguidamente el rey la apuntó con ambas manos, listo para lanzarle un energy-ha con todas su fuerzas.

La saiya se incorporó con gran dificultad, y al levantar la mirada vio con horror que el rey se preparaba para rematarla, así que como pudo levantó sus manos y también las colocó en posición de ataque y concentró su energía…

El choque fue inevitable… ambos disparos salieron y se escuchó una enorme explosión que remeció todo el palacio, mientras los cortesanos corrían rápidamente a refugiarse de la onda expansiva. Únicamente Nappa se quedó de pie sin moverse de su sitio…

Cuando el humo se despejó, el campo de entrenamiento estaba hecho un desastre y, para sorpresa de todos, ambos contrincantes seguían de pie, pero eso sólo fue por un instante, ya que la saiya cayó al suelo de rodillas y se apoyó en sus manos, mientras que de sus numerosas heridas brotaba abundante sangre. El rey Vegeta se le quedó mirando, y de pronto de su brazo comenzó a correr un hilo de sangre que se fue haciendo más abundante y goteó en el suelo. Al ver esto, los cortesanos se alarmaron…

  • COR 1: ¡¡OH, NO!!… ¡¡HAN HERIDO AL REY!! –gritó uno alterado.
  • COR 2 : ¡¡FUE ELLA!!… ¡¡ESA MUJER!!… ¡¡HAY QUE ELIMINARLA!! –gritó otro apuntando a la saiya.

Los soldados ya se disponían a atacar a la mujer, pero Nappa se interpuso entre ellos y la hembra saiya, y dijo…

  • NP : Si se atreven a tocar a esta guerrera… ¡¡el rey se las cobrará con la vida de ustedes!! –dijo en tono amenazante.

La mujer miró de reojo a los enfurecidos cortesanos y después al rey, que aún no había dicho ni una palabra. Recordó como los disparon de ambos chocaron y se cruzaron… al parecer el rey pudo eludirlo un poco, pero ella no tuvo tanta suerte y lo recibió de lleno. Se incorporó tambaleándose mientras se tomaba el costado, el cual sangraba en abundancia. El rey la miró luego de examinar su lastimado brazo y se le acercó hasta cierta distancia y dijo…

  • RV : Estoy sorprendido… tienes un gran poder, joven hembra… –dijo sonriendo levemente– eres la primera saiya que ha logrado herirme de esta manera en un combate cuerpo a cuerpo… ni siquiera me han herido así en alguna conquista del espacio.
  • MUJER : Os doy las gracias por haberme permitido este combate, su majestad… –dijo con dificultad mientras trataba de inclinarse poniendo una rodilla en el suelo mientras sostenía su costado con su mano libre, en tanto que la otra la ayudaba a mantener el equilibrio– Pero como fui derrotada, ya no tengo derecho a estar aquí, así que será mejor que me retire… –contestó con voz seria, pero firme.
  • RV : No lo creas… –luego dijo a los presentes– ¡¡ESCUCHEN TODOS USTEDES!!… ¡¡A PARTIR DE ESTE MOMENTO, ESTA GUERRERA ENTRENARÁ EN EL CAMPO DE ENTRENAMIENTO DE LA GUARDIA IMPERIAL!! ¡¡ASÍ QUE EL QUE TENGA ALGUNA QUEJA SOBRE MI DECISIÓN, NO VIVIRÁ PARA CONTARLO!!

Todos los presentes asintieron con júbilo ante el mandato del rey y poco a poco se fueron retirando, en tanto que la mujer aún permanecía inclinada en el suelo, y no era porque lo quisiera así, sino porque el gran dolor que sentía en su costado no le permitía incorporarse. Una vez que la mayoría de los presentes se fueron, el rey se acercó a la saiya…

  • RV : Espero que con esto podrás aumentar tu nivel de pelea… y pueda tener también pronto noticias agradables sobre eso… –dijo sin mirarla.
  • MUJER : Se lo agradezco mucho, mi señor… –dijo sin cambiar de postura.
  • RV : A propósito… ¿Cómo te llamas, mujer? –dijo dándole la espalda.
  • MUJER : Kaissa, mi señor… –contestó levantando la mirada hacia el rey.
  • RV : Conque Kaissa, ¿eh?… muy bien… –y terminando de decir esto comenzó a caminar con rumbo al palacio dejando a la saiya en la arena, y al pasar al lado de Nappa, le dijo mientras se colocaba la capa– Llévatela a la sala de recuperación, si no, no vivirá si sigue desangrándose de esa manera.. –luego lo miró mientras sonreía con cierto misterio– Creo que ella servirá… es perfecta… –y diciendo esto, siguió su camino.

Kaissa estaba a punto de desmayarse, pero Nappa la detuvo antes de caer y la ayudó a levantarse…

  • NP : Fue un combate muy bueno… nadie jamás ha logrado herir al rey de esa manera… te felicito, Kaissa… –dijo sonriendo.
  • KS : No lo creo… argg… siento que pude haber peleado mejor, pero no sé porqué no fue así… –dijo tratando de sostenerse ella sola.
  • NP : Bueno, eso ya no importa… ahora debes ir a la cámara de recuperación para que cures esas heridas; será lo mejor si quieres estar como nueva… ven conmigo –y diciendo esto comenzó a caminar hacia el castillo.

Kaissa lo observó alejarse de donde se encontraba y una suave brisa sopló moviendo sus cabellos. Tenía muchas incógnitas en su cabeza, muchas dudas… y el rey… no podía quitárselo de la cabeza. Unos instantes después, introdujo su mano dentro de su destrozado traje y extrajo el objeto de su interés que afortunadamente no había sufrido daño alguno, y se lo colocó en el dedo de su mano donde estaba antes. Apretando los puños, Kaissa miró hacia el castillo y lentamente comenzó a caminar…

Nota: La idea principal de este capítulo está basada en uno de los fics de mi amiga Vejichan, llamado «Father’s Love«… Muchos agradecimiendos a ella por permitirme usarlo.


 

 



Una Madre, un Anillo… y una Unión – Capítulo 1

Capítulo 1: «Un malentendido»

Fanfic: Una Madre, un Anillo… y una Unión


Ya ha pasado más de un año desde que los Guerreros Z derrotaron a Cell, y en la Tierra se respira un profundo ambiente de paz. De no ser por la ausencia de Goku que, como todos saben, se sacrificó para salvar a la Tierra, todo sería perfecto… pero su familia y amigos comprendieron que el no volver al mundo de los vivos fue su decisión y debía respetarse… pero a pesar de todo, Goku siempre estaría en la mente de todos sus amigos…

Nos trasladaremos a la Capsule Corp. en donde también todo está tranquilo… de no ser por Vegeta, que continuaba con su imparable entrenamiento en la cámara de gravedad, y a pesar del tiempo transcurrido todavía no perdonaba el hecho de que su rival se hubiera suicidado antes de que él pudiera matarlo con sus propias manos… pero fuera de eso, dado su espíritu guerrero, el príncipe saiya continuaba entrenando sin parar.

Por otro lado, en la sala principal de la Capsule Corp., Bulma se encontraba charlando animadamente con Chichi, que había venido de visita con Son Gohan, que ahora tenía 12 años… y con su nuevo hijo, Son Goten, de casi unos 6 meses de nacido…

  • BL : Realmente me sorprende verte tan recuperada, Chichi… parece que la nueva maternidad te ha sentado muy bien… –dijo mientras tomana un sorbo de té helado, dado el terrible calor del verano.
  • CH : Sí, así parece… ja, ja… –respondió contenta mientras mecía a su bebé en brazos.
  • BL : Y lo que más me sorprende es que este pequeñín es idéntico a Goku cuando era pequeño… en todos los rasgos, sin excepción… ¿Tú que dices, Gohan? –se dirigió al muchacho, que se sobresaltó del golpe.
  • GH : Eh… bueno, yo no era tan parecido… creo… jeje –contestó con una mano en su cabeza, vivo reflejo de su padre.
  • CH : Pero te digo que criar a dos saiyajins es matador… mi pequeño Goten tiene un apetito insaciable, igual que su padre… –mientras decía esto miraba a su bebé, que le sonrió alegremente.
  • TR : Bebé… gracioso… ja, ja… –dijo Trunks mientras señalaba a Goten desde su corral.
  • BL : Pero lo bueno es que tú tienes a Gohan para ayudarte… la mayoría de las veces, yo tengo que hacerme cargo de Trunks sola, y ahora que ya sabe caminar, es una bala imparable… ya ha roto muchas cosas… A veces me hubiera gustado que se quedara quieto en su cuna para siempre… –dijo desviando la mirada en señal de resignación.

Trunks, desde su corral, por jugar, le lanzó una pelota a Gohan, que de no ser porque el muchacho la detuvo con su cabeza, hubiera roto un costoso espejo. Gohan se sorprendió y dijo…

  • GH : ¡Ay!… no la tires tan fuerte, Trunks… eso me dolió… –dijo sobándose la cabeza.
  • BL : Parece que quiere jugar contigo, Gohan… ¿por qué no lo llevas con la pelota a la alfombra y juegan un poco?… pero ojo, sin romper nada… –dijo guiñando un ojo.
  • GH : Eh… bueno, está bien. –y terminando de decirlo sacó a Trunks de su cuna y se lo llevó a jugar.

Ambas mujeres se quedaron mirando a los niños, pero Chichi notó que Bulma tenía una expresión preocupada, y rompiendo el silencio, dijo…

  • CH : Bulma… y aparte de todo esto… ¿cómo van las cosas con Vegeta? –preguntó sacándola de sus pensamientos.
  • BL : ¿Qué?… ah, no te preocupes, todo va bien… ahora él pasa un poco más de tiempo con Trunks y dice que en un año más podrá empezar a entrenarlo como debe ser en un guerrero de su categoría… ¡pero a mí eso me parece una barbaridad!… ¡Ya no estamos en su planeta, ni necesitamos pelear!… Pero ese saiyajin es muy necio para hacerle entrar en razón… –suspiró algo ofuscada.
  • CH : Bueno… déjalo, es su manera de pensar… pero, ahora… ¿en qué piensa Vegeta después de todo este tiempo?… Es decir… ¿sigue con la idea de ser más fuerte que nadie, a pesar de que Goku ya murió?
  • BL : Definitivamente… –dijo en tono molesto– ese saiyajin no sabe hacer otra cosa aparte de luchar y comer… se la pasa todo el santo día metido en su cámara de gravedad, sin trabajar en lo absoluto, es igual a tu difunto esposo… ¡Menuda excusa que se manda para no hacer algo productivo! –dijo cruzando los brazos– Pero fuera de todo eso… ya no es tan arisco como antes… y eso es lo bueno… –terminó de decir ablandando la mirada y sonriendo levemente.
  • CH : Y tal vez las cosas sigan mejorando, quien sabe… –dijo colocando a Goten a un lado de ella en el sillón.

En eso, Trunks llegó corriendo como una tromba seguido de Gohan, ambos riendo, y el pequeño de cabellos morados se detuvo a ver a Goten. Ambos niños se miraron con curiosidad y Trunks, apuntándolo, dijo entrecortado…

  • TR : Bebé… tonto… –dijo sonriendo.
  • GT : ¿Aaah?… mmm… ¡aaahh!! –gimió Goten pescando con su mano un mechón del cabello de Trunks, que ya estaba bastante crecido, y tiró de él con fuerza.
  • TR : ¡¡¡Ayyy!!!… bebé…¡malo! –gritó Trunks tratando de soltarse del agarro del hijo de Goku.
  • BL : Parece que ya están empezando a llevarse bien… ¿no lo crees, Chichi?
  • CH : Sí, a golpes y patadas… todo se empieza… ¡jajaja!

Todos los que estaban en la sala comenzaron a reír, pero en eso se escuchó en ruido de la puerta del frente y en un instante apareció Vegeta, visiblemente cansado, sudado y con algunas magulladuras que se asomaban por los agujeros de su destrozado traje de entrenamiento.

Todos se le quedaron mirando por un momento; el saiya los miró con su acostumbrada expresión y ya se disponía a ir a la cocina, cuando Bulma le habló…

  • BL : Vegeta… por si no te has dado cuenta, Chichi y Gohan están aquí… –dijo en tono molesto.
  • CH : ¡Hola, Vegeta!… ¿cómo estás? –saludó Chichi alegremente al igual que Gohan. Vegeta frunció el ceño a su esposa y, para el asombro de todos, contestó:
  • VG : Hola… –dijo escuetamente.
  • TR : ¡¡Papá!!… –dijo Trunks con entusiasmo, mientras caminaba hacia él, pero se detuvo a unos cuantos pasos, como si algo le dijera que no debía acercarse más… algo prudente, conociendo el carácter de su padre.

Vegeta miró el rostro confundido de su hijo y nuevamente, para estupefacción de todos, estiró el brazo y tocó la cabeza de Trunks, sonriendo muy levemente y acto seguido se retiró a la cocina. Trunks sonrió y regresó hacia donde se encontraba su mamá…

  • CH : N-no… no puedo creerlo, Bulma… ¿desde cuándo es así con su hijo? –dijo saliendo de la sorpresa.
  • BL : Que no te sorprenda… te dije que había cambiado… –dijo sonriendo mientras cargaba a Trunks.
  • GT : ¡¡BUUUAAAA!!!! –Goten comenzó a llorar de golpe, asustando a todos.
  • CH : ¡Oh, no!… ya se mojó de nuevo… este bebé creo que tiene complejo de manantial… –y mientras se levantaba, dijo– Bulma, voy a cambiarlo un momento… no tardo…
  • BL : Sí, no hay problema… puedes usar el cuarto de baño de allá. Por mientras yo iré a la cocina un rato… Gohan, ¿podrías quedarte con Trunks un momento?
  • GH : Eeeh… de acuerdo… –dijo sonriendo.

Bulma entró a la cocina y encontró a Vegeta tomando ávidamente a grandes tragos una jarra de agua, pero con tanta rapidez que se le escapaba el líquido por los bordes de su boca. Vegeta le echó una mirada a su esposa que lo observaba desde la puerta y dejó de beber…

  • VG : ¡¿Qué?!… ¿Nunca has visto a nadie beber agua? –dijo con algo de fastidio.
  • BL : Sí, pero no de esa manera tan grotesca… ¡Mira! ¡Ya mojaste todo el piso! –dijo fingiendo estar molesta.
  • VG : ¡Bah!… eso no importa… como si fuera tan grave… –contestó desviando la mirada.
  • BL : ¿Sabes? –dijo ablandando la mirada– Fuiste muy cortés con Chichi y sus hijos… realmente me sorprendiste.
  • VG : Jum… conociéndote, si no lo hacía me ibas a armar un enorme escándalo después que se fueran… y ahora no estoy con humor para escuchar gritos… –contestó cruzándose de brazos.
  • BL : Y lo de Trunks… también fue algo muy lindo de tu parte…
  • VG : Mujer… ¿Acaso tengo que explicarte todos mis actos?… ¡Me haces sentir como un animal extraño, demonios!
  • BL : Ya está bien, no te enojes… –dijo acercándosele con una mirada dulce y abrazándose a su cuello, al mismo tiempo que Vegeta la tomaba de la cintura– Ya haré que me perdones después… pero lo que necesitas ahora es un baño y limpiar esas heridas… Como siempre, después de cada entrenamiento terminas como salido de una guerra… ¿tú no aprendes, verdad? –dijo refiriéndose a las magulladuras en el pecho del saiya.
  • VG : No –dijo sonriendo levemente, y plantándole un beso en los labios se separó de ella y le dijo…– Ahora bajo… y te aviso desde ahora que tengo hambre.
  • BL : Sí, de acuerdo… yo despediré a Chichi dentro de un rato más. –dijo dedicándole una sonrisa a su esposo.

Vegeta no dijo nada y salió de la cocina con rumbo a la planta alta. Antes de subir le echó una mirada a Gohan, que jugaba con Trunks. No le agradaba mucho que su hijo se entremezclara con los hijos de su estúpido rival… pero en fin, así que sacudió la cabeza en señal de fastidio y continuó con su camino.

Un rato después, Bulma subió a su habitación llevándole ropa limpia a su esposo y al entrar vio toda la ropa de entrenamiento que Vegeta llevaba puesta tirada por todas partes y el ruido del agua indicando que aún no había terminado de ducharse. Resopló en señal de disgusto y dijo:

  • BL : El día que este saiyajin aprenda a ser ordenado, será un día memorable para la Tierra… mira nada más… –murmuró mientras extendía el destrozado traje de entrenamiento– y eso que este traje estaba nuevo, no sé como piensa Vegeta que le durará la ropa si sigue destrozándola así cada vez que entrena…

Luego de meter toda la ropa en una canasta, fue a la planta baja y allí se encontró con Chichi que acababa de cambiar a su bebé y se había unido al juego de Trunks y Gohan. Pasó a un lado de ellos y dijo:

  • BL : Ahora vengo, voy a llevar toda esta ropa al cuarto de lavado.
  • CH : Uhm… ¿necesitas que te ayude? –contestó Chichi poniéndose de pie.
  • BL : No, gracias… yo puedo sola… no te preocupes… –contestó sonriendo.

Bulma, al llegar al cuarto de lavado, que no estaba muy lejos de la cocina, comenzó a meter la ropa de su esposo en una canasta más grande, previa sacudida, para lavarla después. Pero en eso escuchó un sonido peculiar, como si fuera un tintineo, justo cuando sacudía uno de los guantes de Vegeta. Bulma se extrañó y comenzó a escudriñar el suelo pensando que tal vez era una moneda, pero lo dudaba mucho porque su esposo no era de llevar consigo dinero. Pronto notó un resplandor en un rincón y abrió la boca de sorpresa al descubrir lo que era…

  • BL : ¡¡CHICHI!! –gritó desde el cuarto de lavado– ¡¡VEN RÁPIDO!!

La esposa de Goku acudió rauda al llamado de su amiga, dejando a los niños en la sala, y al llegar encontró a Bulma con el rostro muy pálido y sosteniendo algo en su mano…

  • CH : ¿¿Por qué gritaste, Bulma?? –dijo preocupada– ¿¿Te encuentras bien?? Bulma no le respondió de inmediato, pero después articuló unas palabras…
  • BL : Chichi… ¡¡¿¿dime qué es esto??!! –dijo nerviosa extendiendo el objeto que tenía en la mano.
  • CH : ¿Qué es?… uhm… ¡es un anillo!… pero, ¿por eso gritaste?… no le encuentro nada de malo…
  • BL : ¡¡CLARO QUE LO TIENE!! –gritó alterándose y cortándole la frase a Chichi– ¡¡PORQUE DA LA CASUALIDAD QUE ESTE ANILLO NO ES MÍO!!
  • CH : Bueno… que yo sepa, hay muchos hombres que usan anillos… no sé, tal vez a Vegeta también le guste usarlos…
  • BL : ¡¡NO!!… –gritó la mujer en un tono más fuerte– ¡¡¡PORQUE SI TE FIJAS BIEN, ÉSTE ES UN ANILLO DE MUJER!!! ¡¡Y A NINGÚN HOMBRE SE LE OCURRIRÍA USAR UN ANILLO ASÍ!!
  • CH : Bulma, será mejor que te calmes… A lo mejor este anillo sí es tuyo, sólo que lo perdiste y no lo recordabas… o tal vez Vegeta te lo quería regalar de sorpresa… –dijo sonriendo nerviosamente.
  • BL : Si fuera como dices… ¡¡no lo hubiera encontrado tirado entre la ropa sucia!!… además, yo soy muy cuidadosa con mis joyas como para dejarlas olvidadas en cualquier parte y las recuerdo a todas muy bien… ¡¡y estoy totalmente segura que este anillo no me pertenece!! –dijo cada vez más molesta.
  • CH : Bulma, no vayas a cometer una locura… –sonrió un poco nerviosa– todo tiene su explicación… ¿me escuchas?… ¡¡BULMA!! –gritó mientras corría tras su amiga que había salido repentinamente del cuarto de lavado.

Gohan observó asombrado con los niños el espectáculo de su madre tratando de detener a su amiga sujetándola de la cintura. Bulma estaba furiosa, quería subir a la planta alta y no dejaba de gritarle a Chichi de que la soltara… pero ninguna se había dado cuenta que Vegeta las observaba desde lo alto de las escaleras desde hacía unos momentos…

  • VG : ¡¡Eh!!… ¿qué está pasando aquí? –preguntó el príncipe de los saiyas arqueando una ceja en señal de confusión por lo que presenciaba.

Todos se quedaron callados al escuchar a Vegeta. Bulma le lanzó una mirada fulminante a su esposo, y Chichi, adivinando lo que iba a pasar, fue a donde estaban sus hijos y dijo con una sonrisa nerviosa:

  • CH : Eehh… creo que es tarde y los niños deben de estar cansados… ¿verdad, chicos?… así que me despido… mañana te llamo, Bulma… ¡¡nos vemos, Vegeta!! –se despidió casi arrastrando de salida a Gohan y con Goten bajo el brazo. Trunks se les quedó mirando confundido al igual que su padre, que mientras descendía las escaleras, refunfuñó:
  • VG : Jum… esta esposa de Kakarotto está cada día más extraña… parecía como si se hubiera asustado al verme… bueno, ¡qué demonios!

Bulma lo miró furiosa y, sin decirle nada, fue hacia la cocina. Vegeta se extrañó mucho por su comportamiento, pero pensó que tal vez eran leseras suyas y restándole importancia la siguió porque lo que le importaba ahora era satisfacer su apetito. Como no le decía nada, Vegeta se sentó en la mesa y esperó a que su esposa le sirviera su cena. Pasaron un par de minutos y Vegeta, ya bastante molesto e intrigado, dijo:

  • VG : ¡¿A qué esperas, mujer?!… ¡¡¿¿Qué no me vas a servir de comer??!! –preguntó irritado. Bulma se quedó callada unos instantes sin dejar de maldecirlo mentalmente y dijo en tono cortante…
  • BL : No te preocupes… ahora te daré lo que te mereces… –dijo mirándolo con desprecio.

Vegeta frunció el ceño sin comprender lo que pasaba y desvió la mirada hacia otra parte. Al voltear encontró un plato vacío frente a él… pero con el centro decorado con el extraño anillo que Bulma encontrara antes. Ella quería ver la reacción de su esposo, que no se hizo esperar… Vegeta abrió los ojos en par como si estuviera muy sorprendido y dijo en tono alterado…

  • VG : Pero… ¡¡¿¿QUÉ SIGNIFICA ESTO??!! –dijo mirándola.
  • BL : Eso es lo que yo debería preguntarte a ti, querido Vegeta… qué-significa-ese-¡¡¡ANILLO!!! –esto último lo dijo gritando.
  • VG : ¡¡¿¿DE DÓNDE DIABLOS LO SACASTE??!! –dijo recogiéndolo del plato y guardándolo dentro de su acostumbrado traje ceñido y sin mangas. Luego se puso de pie frente a ella.
  • BL : ¿¿Y todavía te atreves a reclamarme?? –dijo furiosa– ¡¡Eres un cínico!! ¡¡Y te atreves a engañarme con quien sabe quién!! ¡¡TE ODIO!! –gritó para luego irse corriendo a su habitación, dejando a Vegeta parado en el sitio.

Vegeta se le quedó mirando mientras Bulma subía escaleras arriba sin saber qué hacer y sin decir nada. Sólo bajó la cabeza apretando los dientes de rabia. Trunks, que estaba en su corralito, miró confundido a su papá, que sin darse cuenta de su escutrinio, dijo:

  • VG : ¡¡Maldición!!… justo esto era lo que no quería que pasara… ¡¡rayos!!… ¡¡¿por qué tuve que ser tan descuidado?!! –y terminando de decirlo resolvió ir tras su esposa para tratar de arreglar algo del malentendido que se había generado.

Al llegar a la habitación, la encontró cerrada con llave y después de respirar profundamente, dijo:

  • VG : ¡¡MUJER!!… ¡¡Abre la puerta en este instante!! –gritó molesto. Sabía que a Bulma le habían dado uno de sus ataques de celos y esto iba a ser muy difícil para él.
  • BL : ¡¡LÁRGATE!! –gritó entre sollozos– ¡¡ERES UN MALDITO!! ¡¡NO QUIERO VERTE!!
  • VG : Bulma… si abrieras la puerta y me dejaras hablar, sería más fácil… –dijo tratando de mantener la calma.
  • BL : ¡¡¿¿QUE NO ME OYES??!! ¡¡VETE CON ESE MUGROSO ANILLO Y CON LA PERRA QUE TE LO DIO!! ¡¡Y A MI DÉJAME EN PAZ!!! –gritó totalmente ofuscada.

Se escuchó un largo silencio después de que Bulma hablara y de pronto se escuchó un ruido seco y con gran estruendo la puerta de la habitación salió disparada contra la puerta corrediza del balcón, destrozando todas las lunas de vidrio, con un solo golpe de Vegeta. Bulma se cubrió en acto reflejo desde una esquina de la habitación totalmente aterrada de la reacción de su esposo, que lentamente entró y se le acercó con una mirada sombría en sus ojos… una mirada… como la que suele poner cuando va a matar a alguien. Bulma tragó saliva y comenzó a temblar… y eso aumentó cuando Vegeta comenzó a hablar…

  • VG : Nunca te atrevas a volver a decir eso, mujer estúpida… –dijo con voz lúgubre– ¿Lo oyes?… ¡¡NUNCA!!! –gritó al final, asustando a su esposa, que trató de articular palabra después de unos momentos…
  • BL : Y… ¿y todavía la d-defiendes?… me das asco… –dijo nerviosamente tratando de recobrar la compostura– ¿Desde cuándo la conoces?… ¡¡DIME!!
  • VG : ¡¡¡POR UN DEMONIO, YA CÁLLATE ANTES DE QUE PIERDA LA PACIENCIA!!! –gritó apretando los puños– ¡¡NO QUIERO ESCUCHARTE DECIR MÁS ESTUPIDECES!!
  • BL : ¿¿A esto llamas una estupidez??… ¡¡Debería matarte por esto que me estás haciendo!!… A mí no me engañas, Vegeta… ¡¡Ese anillo es de una mujer!! ¡¡¿¿De quién es, eh??!!… ¡¡RESPONDE AHORA MISMO!! –gritó armándose de valor.

Vegeta trató de contener toda la ira que tenía acumulada para no cometer algo de lo que podría arrepentirse el resto de su vida. Apretó los dientes de rabia y, mirándola de frente, dijo:

  • VG : ¡¡ESTÁ BIEN!! ¡¡¿¿LO QUIERES SABER??!!… ¡¡BIEN!! ¡¡TE LO VOY A DECIR PARA QUE TE CALLES DE UNA MALDITA VEZ!!… –respiró profundamente– ESE ANILLO… ¡¡¡ERA DE MI MADRE!!!

Bulma se quedó petrificada al escuchar esas palabras que continuaron haciendo eco en la habitación. Vegeta, con un rugido, salió disparado por la ventana rota de la puerta corrediza antes de ella que pudiera reaccionar… dejándola de una sola pieza y sin saber qué hacer…

  • BL : Vegeta… –musitó en silencio con los ojos llenos de lágrimas. Escuchó el llanto de su bebé, que se había asustado por todo el escándalo generado y, sin poder contenerse, también rompió a llorar, dejándose caer en el duro suelo de la habitación.

Mientras tanto, lejos de la Capsule Corp., Vegeta se había transformado en super saiyajin y continuaba volando a toda velocidad. Había una expresión de rabia y frustración en su rostro y al llegar a una zona desolada, se detuvo y, con un potente grito, soltó gran parte de su poder, desintegrando todo cuanto estaba a su alrededor, y así continuó desahogándose por un largo tiempo… hasta que, agotado, dejó el estado de super saiya y siguió volando hasta que llegó a una zona boscosa y aterrizó en una colina cercana, al pie de un árbol. Era un lugar muy tranquilo y agradable, y el saiya muchas veces acudía a ese lugar cuando realizaba sus viajes de entrenamientos… pero esta vez no venía a entrenar… lo único que quería era despejar su mente.

Vegeta estaba agotado y con la mirada perdida; había mucha confusión en su rostro, muchas cosas daban vueltas en su cabeza. Se sentó al pie del árbol y rebuscó entre su ropa en busca del anillo que le había causado tantos problemas esta noche… un anillo… con una larga historia…

El príncipe de los saiyas contempló el anillo a la luz de las estrellas y dejó que su mente volara al pasado…