It’s a bad day…

por Nyaar

Esta historia es un intento de crear algo divertido por mi parte, pero realmente le debo la historia a mi hermano Kakarot, quien fue el que me dio la idea para escribirla.

¡¡¡Así que si tenéis quejas del guión, la culpa es de Kakarot!!!


Una mañana, cerca ya de las 9:30, Vegeta se levantó de la cama, dejándola toda para Bulma y fue hacia el baño. Allí, después de lavarse con agua fría para despejarse, cogió del armario la cuchilla y la espuma de afeitar y comenzó a enjabonarse la cara. Unos instantes después, se miró en el espejo

¿Y si me dejara bigote? Pensó, pero tras imaginarse unos instantes, le pareció una idea realmente estúpida, y cogiendo la cuchilla comenzó a afeitarse. Cuando ya estaba terminando, su mano deslizó la cuchilla en su cara de una forma incorrecta…

¡Ouch! Nani kuso… Tras terminar de afeitarse y quitar el resto del jabón de su cara, se echó un poco de alcohol en el corte y bajó a la cocina con la intención de desayunar. Bajó las escaleras rápidamente, e iba pensando en el enooorme desayuno que se iba a preparar cuando llegó a la cocina. Allí se dirigió a la nevera, donde esperaba encontrar todo lo necesario para prepararse el desayuno, pero…

¿Nani? ¡No hay nada dentro! ¡Nada! Cerró la puerta del frigorífico con un suspiro de decepción y comenzó a rebuscar por todos los armarios y cajones de la cocina hasta que encontró un paquete de pan de molde

Bueno, al menos comeré tostadas… Pensó cogiendo el paquete y acercándose al robot-tostadora que había fabricado Bulma. Metió las rebanadas dentro, programando al robot para que no las tostase demasiado. Tras esto, se acercó al estante donde su mujer guardaba la mermelada y, cuando la cogió, olió algo raro en el aire. Se dio la vuelta y descubrió que el tostador estaba… ¡¡ardiendo!!

Rápidamente cogió un extintor de detrás de la puerta de la cocina y roció al robot de tal forma que, cuando el fuego se extinguió, parecía un muñeco de nieve. Éste, como queriendo vengarse de él por haberle enterrado en espuma, abrió la compuerta donde guardaba las tostadas, sacándolas calcinadas y recubiertas de espuma. QUE APROVECHE dijo el robot con voz metálica

¡¡Vete al cuerno!! Exclamó el Saiya dándole un puñetazo que le dejó totalmente aplastado Maldito robot de mierda…

Volvió a buscar en los armarios, esta vez encontrando un cartón de leche y unas pocas magdalenas. Lo cogió todo, lo dejó sobre la mesa de la cocina y se sentó en una silla

¡¡CRACK!!

Joder… casi me mato… Pensó, levantándose del suelo. Por si acaso, decidió no volver a sentarse, así que desayunó de pie. Al terminar, dejó la cocina sin recoger y salió fuera de la casa, donde esperaba encontrar un día soleado

Nublado. Está totalmente nublado… Tras mirar unos momentos las oscuras nubes, despegó rápidamente Bueno, eso no me va a impedir marcharme

El día anterior había pensado en marcharse durante todo el día a las montañas para alejarse de la civilización y, ya de paso, entrenar

Tras estar cerca de 45 minutos volando, vio un gran río que corría por entre un frondoso bosque en un profundo cañón y decidió pararse. En el preciso momento en que se posaba sobre unas rocas situadas sobre el cañón…

¡¡CRACK!!

Las piedras se rompieron en varios pedazos, haciéndole caer al río. Cuando, segundos después, surgió de debajo del agua, se dio cuenta de que la corriente era muy fuerte para el lugar en el que se encontraba. Demasiado. Cada vez más, comenzó a hacerse escuchar un poderoso ruido que retumbaba en las paredes del cañón. Cuando se giró para ver de dónde provenía el ruido, ya era demasiado tarde para volar

Una cataratahg…

Tras 100m de caída libre, al fin aterrizó sobre el duro lecho del río y, tras bucear unos instantes, salió afuera, agarrándose a unas rocas para evitar que la corriente le arrastrara de nuevo

¡¡¿Pero qué demonios he hecho yo hoy?!! Exclamó al viento, como si éste tuviera la culpa de todos sus males

Una vez fuera del agua…

Joder… –pensó escurriéndose el pelo– A ver si al menos encuentro algo para comer…

Anduvo un buen rato por el bosque, tanto, que incluso se había secado, pero no pudo ver ninguna criatura que fuera susceptible de ser cazada, con lo que decidió volar para ver si desde lo alto podía divisar algún ciervo entre los árboles, pero ni aún así consiguió ver alguno.

Apretó los dientes con rabia y sopló, conteniendo así las ganas de hacer desaparecer el maldito bosque de un energy ha, y bajó a tierra después.

Justo antes de tocar el suelo, descubrió a lo lejos algo que se movía, algo que tenía orejas y dos ojos brillantes.

Al instante se encontró persiguiendo al animal a través del espeso follaje, pero éste corría muy rápido y no hacía nada más que escaparse de él.

Cuando ya le sacaba bastante distancia, ya que parecía que los árboles y arbustos se colocaban delante de él para entorpecerle el paso, el bosque se acabó, dejando ver una enooorme explanada en la que no había nada, sólo unas montañas que se veían muy pequeñas debido a lo lejos que se encontraban.

El animal siguió corriendo por la explanada sin intención de parar, pero ahora que no había nada capaz de detener la carrera del Saiya, el animal tenía los segundos contados. En pocos segundos, se colocó a su lado

¡¡¡Te atrapé!!! Exclamó saltando sobre su presa. Los dos rodaron por el suelo durante unos momentos hasta que por fin consiguió romperle el cuello.

Vegeta se levantó sujetando a su presa por el cuello y se sacudió el polvo Vaya, por fin algo me sale bien…

En ese momento se oyó un trueno proveniente de las negras nubes que estaban sobre él. De repente, hubo un flash de luz y un rayo cayó, dando paso a que la lluvia cayera torrencialmente sobre él.

Abrió los ojos en shock cuando vio al animal en su mano convertido en carbonilla por el rayo. Al soltarle y caer al suelo, se deshizo en cenizas. Mirando al montón de cenizas, que no sabía muy bien cómo podía haber sido antes su comida, descubrió un charco que había formado la lluvia a sus pies, descubriendo al reflejarse en él que su pelo estaba más erizado que de costumbre y que una capa de ceniza gris cubría todo su cuerpo Genial… y encima lloviendo a cántaros…

Salió volando lo más deprisa que pudo hacia donde estaban aquellas montañas tan lejanas, con la intención de encontrar allí abrigo para la lluvia. Cuando llegó, encontró una cueva, que parecía ser la única por allí. Iba a entrar, pero se paró en seco en la puerta, pensando qué tipo de desgracia le iba a ocurrir dentro, pero luego se dijo Tranquilo, no me puede pasar nada peor que lo de antes…

Nada más entrar, un rayo cayó en la montaña y produjo un desprendimiento que bloqueó la salida

Sigh… Suspiró mirando las rocas que cubrían la entrada. En ese momento se oyeron unos pasos dentro de la caverna y una voz tremendamente familiar dijo

¡Vegeta! ¿Qué haces aquí?

Dios, no… él no… gimió apoyándose en la pared de roca y tapándose los ojos con una mano.

En la oscuridad, Gokuh levantó una mano y ésta comenzó a brillar, creando así luz suficiente para que ambos se pudieran ver. Kakarot levantó una ceja al ver la expresión en la cara de su amigo ¿Te ocurre algo?

Vegeta suspiró y quitó la mano que tenía sobre sus ojos para ver a quien no quería ver No, nada… –dijo sin ningún animo– ¿y tú qué haces aquí?

Verás, yo iba a casa de Krilin para visitarles cuando comenzó a llover tan fuerte que…

Kakarot… Le cortó

¿Huh?

¡¡¡La casa de Krilin está en DIRECCIÓN CONTRARIA!!!

¿Huh? ¿Sí? ¡Ah! ¡Pues es verdad! –dijo riéndose y colocando una mano tras su cabeza– Por eso no podía encontrarla…

Paciencia –pensó– no le estrangules… todavía

Bueno, habrá que salir por otro sitio… Dijo Gokuh mirando hacia las rocas. Se dio la vuelta y señaló hacia delante Por allí hay otro túnel, a lo mejor conduce fuera… ¿Vegeta? Preguntó buscando su aprobación

¿Huh? Ah, sí, vamos… Respondió con resignación siguiendo a Gokuh a través del túnel.

Tras andar cerca de una hora por el laberíntico túnel de la montaña, Gokuh descubrió que había una entrada que había sido bloqueada con piedras, posiblemente por un desprendimiento. Sin perder tiempo, comenzó a lanzarlas hacia atrás

¡CLONK!

¡Ooops! Exclamó Gokuh al oír el ruido. Se dio la vuelta y comprobó que sus sospechas eran ciertas

Gomen… Se disculpó preparándose para correr cuando vio al otro Saiya con una mano en su cabeza. Pasaron unos instantes y como aparentemente no tenía intención de golpearle, le preguntó incrédulo ¿No te has enfadado?

No, si ya lo tengo asumido… Dijo resignado más para él que para Gokuh, pero cuando éste se dio la vuelta, Vegeta le agarró por el cuello y le zarandeó violentamente ¡pero no lo vuelvas a hacer si no quieres que me enfade!

Cuando le soltó, Gokuh se frotó el cuello Sí, ya, entendido…

Continuaron andando por el túnel que Gokuh había desbloqueado y tras un rato vieron al final una luz

¡Mira, Vegeta! ¡El túnel se acaba!

Estupendo… Contestó sin emoción, temiéndose otra catástrofe. De repente, cuando estaban apunto de salir, la tierra se abrió y cayeron a una especie de pozo. Gokuh, que se había agarrado a unas rocas que sobresalían, comentó Vaya, has tenido suerte de que el fondo estuviese lleno de barro, si no, te habrías dado un guantazo…

Sí… una suerte loca… Murmuró saliendo del barro.

Cuando por fin salieron de la montaña, Gokuh se despidió de él y se marchó a casa de Krilin como tenía planeado, dejándole solo

Me he caído, mojado, embarrado e incluso me ha partido un rayo. Lo único que me puede pasar ya es que se me caiga el cielo encima… Pensó, intentando quitarse el barro de encima. De repente, escuchó un fuerte ruido de motor y levantó la vista, descubriendo un avión cuatrimotor cayendo en barrena hacia él

¡Ha! Un avión… lo que faltaba… Cerró los ojos y esperó a que el inevitable destino cayera sobre él en forma de avión

¡¡¡KRABOOM!!!

¿? Abrió los ojos y descubrió que el avión no había caído sobre él como había pensado y sopló con alivio Menos mal…

¡CRACK!

El ala del avión, que había quedado suspendida en el aire, se partió, cayendo sobre él No, si ya me parecía a mí… Pensó saliendo de debajo de los escombros y comenzando a volar hacia su casa.

Ya se había hecho de noche cuando llegó a la ciudad y vio que había un incendio en una gran casa Seguro que es la mía… pensó, pero encontró con alivio que era una de las que estaban en la manzana de al lado.

Aterrizó en el jardín de su casa y colocó la mano sobre la cerradura electrónica. Estaba deseando entrar para acostarse… si la cama no se rompía, claro.

La casa, al no ser capaz de leer las huellas de su mano a causa del barro, dio la señal de alarma y, enseguida, una docena de coches patrulla apareció delante de la casa

LEVANTE LAS MANOS Y NO SE MUEVA Dijeron los policías por megafonía

Él, sin hacerles caso, se dio la vuelta y contestó ¡Váyanse al carajo! Tras esto, golpeó la puerta de la casa ¡Bulma, abre la puerta!

Ella, al oír su voz, abrió la puerta y, tras dirigirle una mirada fulminante, anduvo hacia los policías. Cuando por fin les convenció de que era su marido, se marcharon y ella entró en casa. Allí le encontró de pie, ya que no se atrevía a sentarse porque estaba seguro de que se acabaría cayendo.

Bulma puso las manos en sus caderas ¡Te parecerá bonito llegar a estas horas de la noche!

¿Huh?

Sí, son más de las doce, así que no te hagas el tonto. ¿Y te has fijado cómo estás? ¡No me extraña que te quisiera detener la policía!

El Saiya estaba aún mojado, cubierto por una mezcla de barro y cenizas y sus ropas estaban totalmente hechas jirones

¡Ohh! ¡Eres un desastre!

Vegeta comenzó a andar hacia las escaleras que conducían a su cuarto, intentando ignorar la bronca de su mujer

¿Estás de broma? No pensarás ir a dormir a la cama, ¿no?

Él asintió enérgicamente y Bulma anduvo hacia él con una sonrisa sarcástica en sus labios ¡Ni hablar! Dijo dándole un empujón que le hizo caer sentado sobre el sillón Tú dormirás ahí y ya veremos si mañana duermes aquí fuera otra vez Tras decir esto, Bulma subió al piso de arriba

El Saiya suspiró y se tumbó pesadamente sobre el sillón Sigh… ¿qué más puede pasarme?

¡CRACK!