Una difícil decisión

por Verónika Santaella


Dedicada con mucho cariño a mi T.T nunca te olvidaré


Secuela de «¿No confías en mí?»


La noche comenzaba a irse para darle paso al astro rey. Sus imponentes rayos iluminaban cada uno de los rincones de la playa. Sólo una pequeña casa dejaba entrar a través de una habitación unos cuantos destellos que iluminaban a unos amantes. La luna fue el único testigo de esa noche de amor y calor. Él la despertaba con tiernos besos en los labios y susurros en el oído.

Gohan: «Buenos días, princesa»

Videl (sonriendo): Buenos días… príncipe.

Gohan: Noté que sonreías mientras dormías. ¿Qué estabas soñando?

Videl: Soñaba que vivíamos en la montaña Paoz. Se veía todo tan real que no quería despertar.

Gohan: Pues, tu sueño se ha hecho realidad.

Videl: No me digas que…

Gohan: Mi regalo de bodas para ti es una bella casa en las montañas.

Videl (abrazándolo): Oh Gohan, me has hecho la mujer más feliz del mundo.

Gohan: Espero que te guste.

Videl: Bueno, como recompensa te haré un rico desayuno, y así me preparo para ser «la esposa de un sayajin».

Gohan: Tienes ra-… ¡Oye!

Ya en la mesa…

Videl: ¿Y bien? ¿Qué te parece?

Gohan: Creo que le falta algo.

Videl: ¿Como qué?

Gohan: Esto… –La tomó por la cintura, la sentó en sus piernas y la comenzó a besar de forma dulce y tierna.

Videl (sonriendo): Veo que tendré que tomarlo en cuenta para mis próximas comidas.

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Videl: Déjame ver quién es, ¿aló?… Sí, soy yo… ¡Hola, Bulma!… No, no tengo… ¡Excelente!, muchas gracias… hasta luego.

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Gohan: ¿Qué quería Bulma?

Videl: Me pidió ¡que fuese su asistente en la Capsule! ¡¿Puedes creerlo?!

Gohan: ¡Qué bueno!

Videl: ¡Qué fastidio! nos va a tocar trabajar juntos.

Ambos: Jajajaja.

Unas semanas después, Gohan y Videl regresaron de su Luna de Miel. Al llegar a su nuevo hogar, todo el grupo Z los estaba esperando con una gran fiesta de bienvenida (qué raro, ¿no?)

Mr. Satán: Es muy bonita la casa, además de grande.

Milk: No puedo esperar a verla repleta de muchos nietecitos.

#18: ¡Vaya! Parece que con la compra de esta casa se notan claramente las intenciones de Gohan.

Mr. Satán: ¿A qué viene eso #18?

#18: Que al parecer Gohan no es tan tonto como lo pensaba.

Milk: ¡No te metas con mi pequeño Gohan, él no te ha hecho nada!

#18: Mire, entienda que Gohan ya creció y no va a seguir siendo el pequeño inocente de la familia Son. ¡Vuelva a la realidad, vieja loca!

Mr. Satán: Mejor me busco un poco de ayuda antes de que este par se mate, o peor ¡ME MATE A MÍ!

Mr. Satán corrió lo más lejos que pudo para salvar su vida y para encontrar a Goku y Krillin. Éstos las lograron detener (claro, después de recibir unas cuantas patadas y puñetazos por parte de sus respectivas esposas. Mientras, en una pared no muy distante, dos siluetas miraban con mucha risa lo que sucedía.

Vegeta: Es la primera vez que puedo decir que estoy disfrutando de una de estas insulsas fiestas (;P)

Picoolo: Sí, creo que tienes razón.

Vegeta: Además, parece que perdimos a otro guerrero.

Picoolo: ¿Por qué lo dices?

Vegeta: ¿Que no es obvio? El hijo de Kakaroto va a tener nuevas responsabilidades, si sabes a lo que me refiero.

Picoolo: No hables mucho, que tú también adquiriste nuevas responsabilidades al comprometerte con Bulma y sigues peleando con nosotros.

Vegeta: Pero yo no me preocupo tanto por los demás como lo hace Gohan. Te dice su amigo y ni siquiera lo conoces bien.

Picoolo: Bueno, basta ya, el caso es que no vamos a perder un guerrero, sino que vamos a ganar varios.

Vegeta: Por primera vez puedo decir que tienes razón, Nameku. Sus hijos serán poderosos representantes de la raza sayan.

Pero lo que no se imaginaban era que Gohan los estaba escuchando, y al parecer no le gustó nada la conversación que habían tenido. Comenzó a imaginarse a su hijo peleando en alguna de esa terribles batallas que su padre y los demás protagonizaban, y donde casi siempre… ¡morían!

Lo más lógico es que recurramos a las esferas del Dragón, pero… el dolor que crearía en Videl la muerte de ese pequeño una y otra vez por salvar este planeta, ¡no quiero ni pensarlo! Lo siento mucho, amor, esto será lo mejor para ambos. Sé que nunca me lo perdonarás.


Las semanas pasaron y Gohan había logrado convertirse en uno de los ejecutivos más respetables de Ciudad Satán: admirado por muchos, temido por otros. Sus habilidades las demostraba en cada empresa. Por otro lado, Videl también triunfaba: en los eventos y juntas a los que Bulma debía asistir, su «mano derecha» (por así decirlo) la acompañaba.

Todo parecía perfecto para él, pero para ella no. Una noche, durante la cena, Videl decidió hablar con Gohan sobre eso.

Videl: Cielo, he estado pensando que nos hace falta algo.

Gohan: ¿Como qué?

Videl: No sé… ¿qué te parece si tenemos un hijo?

Gohan: ……

Videl: ¿Y bien? ¿Qué me dices?

Gohan (pensando): Perdóname por lo que voy a decir. No me parece una buena idea.

Videl (sorprendida): Parece que escuché mal y espero que así sea.

Gohan: Así como lo oyes, no quiero tener hijos.

Videl: ¡¿Cómo puedes ser capaz de decirme eso?!

Gohan: Y qué quieres, ¿ah? ¿Que llore? ¡No quiero tenerlos ni ahora ni nunca!

Para Videl, ésta fue la gota que derramó el vaso. Desconocía al hombre con el que había casado. Sus ojos comenzaron a llenarse de lágrimas, pero no derramó ni una sola; decidió levantarse de la mesa, pasó a un lado de su esposo y le susurró: «Espero que te arrepientas de todo lo que dijiste esta noche…». Gohan intentó diculparse, pero ya era muy tarde para arreglar lo que él mismo causó.

A la mañana siguiente, en la Capsule…

Bulma: Videl, quiero que organices la cita con la ELODBZ Corp. El contrato que tenemos con… ¿Me estás prestando atención?

Videl: ¿Ah? ¿Qué? D-disculpa Bulma, es que no me siento muy bien. Anoche tuve una discusión muy fuerte con Gohan.

Bulma: ¿Acaso te hizo daño?

Videl: En cierta forma. Le propuse que tuvieramos un hijo y lo único que me dijo fue… Es muy doloroso, todo lo que dijo –Videl no soportó más y rompió a llorar.

Bulma: Cálmate, ve a tu casa y descansa. No voy a permitir que sigas trabajando en esas condiciones. No te procupes, hablaré con él.

Videl se dirigía hacia la puerta cuando sintió un fuerte mareo que la hizo caer al suelo. Bulma rápidamente se dirigió hacia ella para hacer que reaccionara. Pidió ayuda a sus empleados, quienes llamaron a una ambulancia mientras otros llevaban a Videl hasta un sillón.

Ya en el hospital, Videl despertaba y notó que no estaba sola.

Videl: ¿Dónde estoy?

Milk: Shhhh, no hagas ningún esfuerzo. El doctor quiere hablar contigo en cuanto te recuperes. Por el momento, descansa.

Videl: No quiero esperar, quiero saber lo que tengo.

Bulma: ¡No seas testaruda! –En ese momento, el doctor entra a la habitación.

DR: Vaya, parece que ya despertó la señora. ¿Ustedes son familia de ella?

Milk: Yo soy su suegra y ella –señalando a Bulma– es una amiga de la familia.

DR: Bueno, lo que tengo que decir les va a interesar y alegrar mucho.

Videl: ¡Ya basta! ¿Qué puedo tener que nos alegre a todos?

DR: Señora, usted está esperando un bebé. ¡Felicidades!

Las Tres: ¡¿Qué?!

Milk: Te felicito, querida. Esto debe saberlo Gohan.

Videl: Él es el que menos debe enterarse. No le diga, por favor.

Bulma intervino en ese momento y le explicó a Milk todo lo que ocurrió entre su hijo y Videl.

Milk: Ya entiendo, entonces no diré nada. Pero dime algo, ¿te sientes feliz?

Videl: ¡Claro! Es el producto de nuestro amor que voy a querer y proteger como si fuese mi vida.

Luego, Videl fue llevada a su casa por Milk, quien la acompañó hasta que fuese de noche. Cuando estuvo sola, se sentó en el sofá y comenzó a pensar: ¿Será niño o niña? ¿A quién se parecerá? ¿Tendrá cola? Y así estuvo hasta que se quedó dormida.


Han pasado 3 meses, Gohan preparaba un nuevo contrato con la ELODBZ Corp. No había terminado cuando por su mente pasó algo que empezaba a preocuparle: Videl. La estaba notando un poco extraña en los últimos días: no lo trataba igual que antes, siempre estaba pensativa… parecía que ocultaba algo. Ya era hora de que hablaran, la situación no podía continuar.

???: ¿Hola? La Tierra llamando a Gohan.

Gohan: ¿Ah? ¿Qué? Oh, eres tú, Videl.

Videl (sonriendo): ¿Y a quien esperabas, a la mujer maravilla? Mira, Bulma quiere saber si ya terminaste el contrato. Al parecer, la ELODBZ quiere firmarlo lo antes posible.

Gohan: En un momento estará listo Luego, respiró profundo. Espera, no te vayas aún. Tengo algo muy importante que hablar contigo. Dime, ¿te ocurre algo?

Videl: No, ¿por qué lo preguntas?

Gohan: Es que… no sé, te comportas tan extraño… –En ese instante, Videl se levantó, se acercó a Gohan y lo besó tiernamente en la mejilla.

Videl: No te preocupes más, no me está pasando nada.

Gohan (abrazándola): Espero que así sea –Se apartó un poco y notó algo diferente en el físico de su esposa. Sonrió y dijo–: Deberías dejar de comer tanto, porque te estás poniendo gordita.

Videl: ¿Sí? Tomaré eso en cuenta. –Al salir de la oficina pensó que ya era hora de prepararlo todo. No le gustaba desde un principio lo que había planeado con Bulma y Milk, pero era lo mejor para protegerla a ella y al bebé–. Espero que me entiendas, Gohan…

Muy temprano en la mañana, Videl se levantó silenciosamente de la cama, se vistió, se acercó a Gohan para darle un beso en la frente y, finalmente, tomó su mano y la colocó en su vientre diciendo: «Despídete de tu papá…». Mientras se alejaba de la casa, algo le seguía diciendo que no estaba bien lo que hacía. Tenía la impresión de que era el bebé…

Llegó a la casa de Bulma, donde se quedaría hasta que diera a luz. La habitación estaba decorada especialmente para una niña.

Bulma: ¿Te agrada la habitación?

Videl: Sí, es muy bonita.

Bulma: Fue de Bra cuando nació. Toda la decoración fue de Vegeta.

Videl: ¿En serio? No sabía ese lado tierno del Sr. Vegeta.

Bulma: Estaba tan emocionado con la idea de que tendríamos una niña. Lo único que hacía era estar encerrado en este cuarto para darle unos cuantos toques al que sería –imitando a Vegeta (ya saben, ceño fruncido y cruzado de brazos)– «El cuarto de una princesa sayayin». –Ambas comenzaron a reír, al sólo pensar que El Príncipe de los Sayayins hizo eso…

Vegeta (entrando a la habitación): Oye, mujer, ¿qué haces aquí? ¿De qué se ríen?

Bulma: No, por nada. Lo que pasa es que Videl me contó un chiste muy bueno.

Vegeta: Espero que me estén diciendo la verdad. Dime, Videl, ¿te ha gustado la habitación?

Videl (sonriendo): Sí, es muy hermosa. Me agrada mucho el estilo que utilizó.

Vegeta: Gracias… ¡Hey! ¿Cómo sabes que yo…? ¡¡¡Bulma!!!

Bulma: No te pongas así. Además, ¿qué tiene eso de malo?

Vegeta: ¡¿Te has dado cuenta de lo que puede hacer esto a mi reputación?! –Antes de que pudiese terminar, Bulma le cerró la «bocota» con un tierno beso. Se calmó un poco y se sonrojó–. Bueno, ejem… prefiero que se dañe mi reputación. Disculpa, mujer.

Bulma: No te preocupes. Además, sólo a ti tiene que importarte lo que hagas. Cambiando el tema –volteando hacia Videl–, espero que te sientas cómoda hasta que el bebé nazca. Nosotros los cuidaremos.

Videl: Muchas gracias. ¡Casi se me olvida! Tengo que llamar a Gohan para decirle que «ya llegué de mi viaje».

Mientras tanto, en la Montaña Paoz, Gohan despertó sin sentir a su lado a Videl. Notó que en su lugar había una pequeña nota que decía: «Tuve que salir muy temprano. Bulma me llamó para que representara a la Capsule en la Ciudad Imega. Estaré mucho tiempo fuera, te llamaré en cuanto llegue. Besos, Videl»

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Gohan: ¿Aló?

Videl: Soy yo, Videl.

Gohan: ¡Hola, amor! ¿Llegaste bien?

Videl: Sí, el vuelo fue excelente.

Gohan: Me alegro. Y dime: ¿cuándo vuelves?

Videl: No lo sé, al parecer esto va a durar mucho. No te preocupes, yo te llamaré en cuanto salga de las reuniones.

Gohan: ¿Sabes? Te estoy empezando a extrañar. Vuelve pronto, ¿sí? Te amo.

Videl: Yo también, te llamaré en la noche. Adiós.

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Al día siguiente…

Bulma: ¿Y qué piensas hacer hoy?

Videl: Pienso salir para comprarle unas cosas a mi bebé. Falta muy poco para que nazca y no le he comprado nada aún.

Bulma: Creo que no deberías salir, Gohan en algún momento podría…

Videl: No creo. Además, él está trabajando a esta hora.

Bulma: Sí, tienes razón. Bueno, me voy a trabajar… Ahhh, casi se me olvida: ¿podrías decirle a Vegeta que no utilice la Cámara de Gravedad? Anoche le encontré varias fallas a los tableros.

Videl: No se preocupe, se lo diré.

Una hora después, Videl se encontraba en una tienda para bebés, cuando…

Vendedora: ¿Qué le parecen estas botitas?

Videl: Son muy lindas, me las llevo. –Tomó las botitas junto con las demás cosas. En el instante que salió de la tienda, la voz de alguien «muy» familiar se dirigía hacia ella…

???: Videl… ¿eres tú? ¡No lo puedo creer!

Videl: ¿Sukiro? Hace bastante tiempo que no nos vemos. Dime, ¿te habías ido de la ciudad?

Sukiro: Sí, me mudé a la Ciudad Imega. Me habían ofrecido una gran oferta de trabajo y, como puedes ver, todo me ha resultado muy bien. Ahora estoy de vacaciones, quise visitar a mis padres y a algunos ex-compañeros.

Videl: Qué bueno.

Sukiro: No hablemos más de mí. ¿Qué me dices tú? ¿Te casaste con Gohan?

Videl: Sí, hace más de un año.

Sukiro: Pues, déjame felicitar a la novia, aunque un poco tarde, ¿no? Jeje.

Videl (sonriendo): Gracias.

Sukiro: Por cierto, noto que pronto vas a ser mamá. Gohan debe estar muy feliz.

Videl no pudo evitar bajar la mirada, dejando escapar una pequeña lágrima (¡Qué esperaban! Recuerden que el embarazo sensibiliza a la mujer ^_^ )

Videl: Él es el que menos está entusiasmado, por eso no le he dicho nada.

Sukiro: ¡¡¡Qué!!! ¡No puede ser! Conozco a Gohan y debe tener alguna explicación para todo esto.

Videl: Eso espero, no puedo seguir ocultándole mi estado.

Sukiro: Yo hablaré con él.

Videl (tomándolo de las manos): ¡No, por favor! ¡Prométeme que no lo harás!

Sukiro: Pero Videl, déjame ayudarte.

Videl: ¡Prométemelo!

Sukiro trataba de entender lo que Videl quería decirle, sus lágrimas reflejaban su dolor de madre… de mujer. No le quedó más remedio que cumplir con tan dura promesa.

Sukiro: Está bien, lo haré por ti, pero ahora prométeme que le dirás antes de que ese bebé nazca.

Videl: Te lo prometo…


Un tiempo después, en la Capsule Corp…

Bulma: Está quedando muy bonita la decoración, ¿no lo crees, Milk?

Milk (sonriendo): Sí, deberíamos formar nuestra propia agencia de festejos.

Bulma: Creo que tienes razón, jejeje…

Milk: Por cierto, ¿dónde están Trunks y Vegeta?

Bulma: Fueron a comprarle un regalo a Bra, parece que se les olvidó hacerlo hace unos días (nota de la autora: ¡HOMBRES TENÍAN QUE SER!) Y tanto que los necesitaba para terminar los últimos detalles…

Milk: Quisiera tener las esferas del dragón para pedirle a Shenlong que nos mande un poco de ayuda.

Videl: Si quieren les puedo dar una mano.

Bulma: Oh, Videl, no es necesario.

Milk: Además, en tu estado no puedes hacer este tipo de esfuerzos. Es mejor que descanses, ya faltan dos meses para darle la bienvenida a mi nieto o nieta.

Videl: Por favor, estoy muy aburrida. Esto de descansar ya me fastidia.

Milk: Está bien, entonces… ayúdanos a decorar la torta.

Bulma: Por cierto, Videl, ¿ya pensaste un nombre?

Videl: Aún no. He pensado en varios, pero ninguno me convence…

Unas horas después, la fiesta había empezado. Bulma y Vegeta bailaban (por no decir que ella lo obligó a hacerlo), Mr. Satán hablaba con el maestro Roshi y Dendé, Goku y Majimboo se devoraban todo mientras Trunks y Goten jugaban con Bra; por otro lado, Milk y Videl terminaban de preparar una nueva ración de bocadillos.

Milk: Me parece que Goku nunca va a cambiar, siempre hace lo mismo.

Videl: No se ponga así, señora. ¿Por qué no intenta sacarlo a bailar como lo hizo Bulma?

Milk (suspirando): Lo intentaré, veré si logro alejarlo de la comida por un minuto, jeje. Me avisas si necesitas algo.

Videl: Pues entonces, mucha suerte con el Sr. Goku y no se preocupe, yo… –Videl no pudo terminar cuando vio que alguien muy inesperado llegaba a la Capsule–. N-no puede ser… Él aquí.

Milk: ¡Se me había olvidado! ¡Bulma le dijo a Gohan que viniera!

Videl: ¡¿Y ahora qué hago?! ¡NO PUEDE VERME!

Milk: Primero, cálmate. Ve a tu cuarto y quédate allí hasta que Bulma, yo y los demás pensemos en algo (Por si acaso: Ya todos sabían del estado de Videl, y del problema que tuvo con Gohan).

Videl subió rápidamente a la habitación, fue hacia la ventana y vio a su esposo. Después de cuatro meses tenía muchos deseos de verlo; su vientre comenzó a moverse, al parecer la niña sentía que su padre estaba cerca. Luego, se alejó de la ventana para sentarse un instante y pensar en muchas cosas, aquellas en la que durante cuatro meses lo necesitó.

???: No debes seguir haciendo esto…

Videl (asustada): P-pero, ¿quién e-eres?

???: Vaya, parece que después de muchos años no me recuerdas, Pequeña Vi.

Videl: ¿Hermana? ¿En realidad eres tú? No puede ser, tú estás…

???: ¿Muerta? Hace mucho me di cuenta de eso. No tengas miedo, no te voy a comer.

Videl: ¿Qué haces aquí?

???: Emma me envió para que habláramos de lo que estás haciéndole a Gohan. Se ha sentido muy solo y creo que es justo que sepa toda la verdad.

Videl: Parece que no te has dado cuenta. Él no quiere que tengamos hijos. Le pedí una explicación y no quiso dármela.

???: Pequeña Vi… La razón es que no quiere hacerte sufrir.

Videl: Ya lo está haciendo.

???: Déjame explicarte… –Le explicó todo lo que ocurrió la noche que regresaron de la luna de miel (la conversación entre Picoolo y Vegeta que Gohan escuchó)–. Y es por eso que tomó esa dura decisión.

Videl (sollozando): Así que todo lo hizo… por mí. ¡Tengo que hablar con él! –Antes de salir, abrazó a su hermana para terminar diciendo–: Te quiero mucho, gracias por estar conmigo en este momento.

???: Siempre he estado contigo y siempre lo estaré. Recuerda que antes de irme te prometí que no te abandonaría –dijo tomando el collar que tenía Videl puesto. Luego la besó en la frente para despedirse–. No olvides tampoco tu promesa, hay algo en ese collar que tú debes llenar…

Ya lo había comprendido todo, esa conversación que tuvo con su hermana hizo que tomara todo el valor que había perdido. Estaba decidida a hablar con él. Salió de la habitación y se dirigió hacia donde él estaba; logró verlo y notó que estaba hablando con Bulma, se escondió cerca de donde ellos estaban para escucharlos.

Gohan: Hace mucho tiempo que no nos reuníamos para una fiesta, ¿no?

Bulma: Sí, desde tu boda. Parece que fue ayer cuando decidieron unir sus vidas para siempre.

Gohan: Por cierto, ¿no sabes cuándo termina esa reunión en la Ciudad Imega?

Bulma: Creo que dentro de un par de meses, ¿por qué?

Gohan: Quiero que Videl esté conmigo. Estos cuatro meses lejos de ella me están volviendo loco… La extraño mucho, quiero volver despertar junto a ella para decirle que la amo.

Bulma: Ella está bien, verás que cuando menos lo creas estará a tu lado.

Videl dejó escapar una pequeña lágrima junto con una pequeña sonrisa, pero al salir de su escondite, sintió un fuerte dolor que la hizo caer de rodillas, le costaba respirar. Trató de arrastrarse hacia donde estaba Gohan, que se alejaba más y más de ella.

Videl: N-no… puedo… más… Gohan… ¡¡¡GOHAN!!!

Gohan reaccionó ante el llamado, se volteó y vió a su esposa tendida en el suelo, se acercó a ella y la tomó en sus brazos.

Gohan: ¡Amor! ¡Despierta, por favor!

Videl: Pe-perdóname… yo también te amo…

Gohan: ¡No me dejes! ¡Resiste un poco! No permitiré que te pase algo a ti o nuestro hijo –dijo notando su estado. Luego miró a Bulma que estaba con él–. Dile a todos que Videl entró en labor y que la llevaré al hospital.

Ya en el hospital, Videl había sido internada de emergencia. Gohan no se separó de ella por ningún motivo, no quería estar lejos de ella si algo le llegaba a ocurrir. Notó de pronto que estaba despertando, la tomó de la mano y le dijo que descansara.

Videl: ¿Dónde estoy?

Gohan: En el hospital. El parto se adelantó.

Videl: ¿Y mi bebé? ¿Está bien?

Gohan: Sí, no te preocupes –dijo besándola tiernamente en la frente. Despúes de un largo silencio–: ¿Por qué me lo ocultaste?

Videl: ¿Recuerdas esa discusión que tuvimos? Me dijiste que no querías tener hijos de la forma más déspota e insensible. Al día siguiente, me enteré que estaba en estado y, cuando iba a decirte, recordé nuestra discusión y decidí callar.

Gohan: Tú deberías perdonarme a mí, no quería que sufrieras cuando nuestro hijo…

Videl: ¿Muriese en batalla y las esferas del dragon no existieran para revivirlo? Yo también pensé en lo mismo, pero recordé que en sus venas corre también sangre sayajin y por instinto querrá pelear y no podremos impedírselo. Deja que haga lo que más le guste.

Gohan aceptó y la besó en los labios. Pronto se durmió y se retiró para dejarla descansar.

El trabajo de parto duró mucho tiempo. Todos estaban muy preocupados por el estado de Videl y el bebé. Después de mucho esperar, el doctor salió para dar la noticia de que ambos salieron muy bien del quirófano y que podían ver a la madre en su habitación. Allí todos se reunieron para ver al nuevo miembro de la familia Son.

Milk: ¡Es una linda niña! Se parece mucho a su mamá.

Mr. Satán: Es verdad y al parecer ¡auch! tiene la fuerza de su padre, jeje.

Vegeta: ¿Y qué esperaba? ¿Que tuviera su fuerza?

Todos: Jajajaja…

Bulma: Y díganme, ¿ya pensaron en un nombre para esa niña?

Gohan: Yo no lo he pensado.

Videl: Pero yo sí, quiero que se llame Pan.

Mr. Satán: ¿Vas a llamarla como a tu hermana?

Videl: Sí, papá.

Gohan: Me parece un nombre muy bonito, ¿verdad, Pan? –Tomó a la niña en sus brazos, quien sonrió al tener cerca a su papá.

Milk: ¡Oigan ustedes dos! Quiero tomarles una foto. ¿Listos? Digan «Whisky».

Gohan y Videl: «Whisky».

Y hasta aquí llega mi historia. Bueno, la historia de Gohan y Videl… Ahhh, casi se me olvida: ¿recuerdan que Videl tenía que llenar algo que le hacía falta a su collar? Pues ya lo hizo. La foto que Milk les tomó la colocó en su collar junto con una foto de ella y su hermana. Así podía tener cerca a las personas que ella más quiere y ha querido en su vida.