Capítulo 7: "La hoguera del destino"
25 de Diciembre
De nuevo me encuentro aquí, en medio de un infinito mar de color anaranjado. Nada recuerdo, aunque el intenso dolor que taladra constantemente mi cabeza me dice que he superado experiencias que traspasan los límites de la comprensión humana. Sí, aquí nuevamente. Tan agradable como el regazo de una madre, pero a la vez tan aterrador como la peor de las pesadillas. Divagaciones que nadan en mi mente tan rápido, que detecto a la otra presencia poco después de haber recobrado la conciencia.
"Al fin despertaste; la espera eterna molesta".
"Sólo llevo un par de minutos de haber llegado aquí" le respondo cuestionando su tono de impaciencia.
"En este lugar el tiempo es un concepto absolutamente relativo" afirma con ese timbre amable que lo caracteriza. "Antes que despertaras pude haber contemplado la historia humana tres veces y aún así habría sobrado tiempo".
Esta conversación no lleva a nada, por lo que opto por ir directo al grano.
"¿Por qué me llamaste? ¿Qué quieres de mí ahora? La última vez dijiste que sólo yo podía encontrar las respuestas".
"Y lo sigo reafirmando. No fui yo quien te ha hecho venir acá, sino el sacrificio de Hahasiah y tu propia conciencia que se ha hartado de negar tu realidad. Tu llegada aquí era inevitable, pues eres tú quien ha construido los lazos para acceder a este lugar".
Nuevamente me sorprendo. Entiendo perfectamente todo lo que me dice. Creo que horas atrás; aún más, en toda mi vida anterior, no podría haber comprendido el significado de tales palabras.
"Si vine hasta aquí fue en busca de respuestas" le digo. "Quiero saber quién soy, qué soy. Algunos me llaman Goku, otros Kakarotto, unos menos saiyajin. Pero ninguna de las tres maneras me deja satisfecho.
El muchacho se abotona tranquilamente el botón superior de su camisa antes de responderme. Lo hace tan lentamente que llega a exasperarme, cosa que no me ocurre con facilidad. Al parecer nota este sentimiento a pesar de mis esfuerzos por esconderlo.
"La impaciencia no acarrea nada bueno. Lilith reservó desde el principio de los tiempos ese sentimiento exclusivamente a los humanos".
"Aún no respondes mi pregunta".
"Ya te dije anteriormente que la respuesta a lo que preguntas se halla en tu interior".
Lo miro decepcionado. De inmediato se da cuenta que esperaba algo más específico.
"Sólo puedo decirte que eres el portador de una gran responsabilidad. La salvación de la humanidad recae sobre tus hombros. Ya se te han abierto una gama de conocimientos que antes ni siquiera podías concebir, y continúas aprendiendo".
"¿APRENDIENDO QUÉ?" preguntó. "¿De qué cosa salvaré a la humanidad?".
Es inútil, mi voz se va haciendo menos audible en cosa de segundos. Tiempo y espacio pierden su forma original y se amalgaman en una realidad onírica imposible de describir con meras palabras. El chico se aleja rápidamente arrastrando el sueño tras de sí. Pronto se pierden de mi rango visual. La negrura que ahora me rodea es solo momentánea...
La escena comienza con un llanto. Un llanto de bebé. Un bebé está sobre la espalda de un anciano. El viejo resbala...... el niño cae...... el viejo grita...... un ruido estalla...... el niño inconsciente yace sobre una roca...... el anciano lo rescata...... lo cura...... lo venda...... lo deja descansar...... el niño ya no grita...... el niño duerme...... el anciano suspira aliviado...... el niño es pacífico al fin.
"Aumenten la presión en un 6,2%".
"Disminuyan la densidad del LCL en un 3,6%".
"Ajusten los anclajes de los hombros".
"Sincronización: 198%".
"Conexiones Browsky en pleno funcionamiento".
"¿Estás bien, Asuka?"
¡¡BUFF!! ¡Un día más de estas pruebas y yo me retiro para siempre! Para rematar, la acertada Ritsuko me pregunta si mi baja en la sincronización se debe a mi período. ¡QUÉ DÍA TAN PERFECTO! Tal vez a la doctorcita no se le haya ocurrido que sufra de algo obvio dada la situación: Trauma post-crisis. Tal vez no se le ocurrió que en mi baja puede influir el miedo a una horda de ángeles, cada cual más horrible que otro y que hace unos 8 días que uno de nosotros está en un profundo coma del cual difícilmente despierte a causa de esos seres... Goku... lleva dos semanas sin dar ninguna señal de vida. Sus amigos lo intentaron todo... trajeron una especie de semilla extraña, pero no funcionó. Hablaron de buscar unas esferas para llamar a un tal Shaulon o Shilon creo, pero al parecer han desaparecido misteriosamente y para rematar el creador de estas no parece saber nada al respecto. Es un pequeño enanito verde de cara muy simpática y de la misma raza de Piccolo. Nos comentó que crear unas nuevas esferas le tomaría al menos 6 años. Piccolo recordó que existían las de su planeta natal, pero cuando Dende se contactó con ellos telepáticamente nos enteramos que se hallaban en nuestra misma situación; ni rastro de las mentadas esferas.
Mañana es Navidad en este mundo, pero dudo que hayan ánimos en esta casa para celebrarla. Hasta el tarado de Vegeta parece triste; se pasa en su cámara todo el día y con suerte sí sale a comer. Bulma trajo a los mejores especialistas de este mundo para tratar de reanimar a Goku, pero es inútil; donde falló la magia, nada podrá hacer la ciencia.
Shinji, Rei, Suzuhara y yo, como siempre, nos encontramos realizando pruebas de sincronización. Hoy día hasta la chica maravilla me superó. Claro, como la tonta no tiene sentimientos, no se ve afectada en su nivel. Claro que aún no me he rebajado tanto como para ser pasada por el imbécil de Touji, quien sigue muuuuy por debajo de nosotros tres, aunque tiene un buen nivel para el tiempo que lleva. Creo que mi baja sincronía se debe a la falta de motivación. Lo que antes me motivaba era superar a Shinji y quitarme de encima el trauma de mi niñez, pero ahora nada de eso me interesa. Nunca me había sentido tan cómoda en un lugar. A decir verdad, hasta ahora nunca había considerado algún lugar como mi hogar. Incluso la muñeca parece dejar por unos momentos su habitual apatía y suelta algún comentario de vez en cuando en las conversaciones del resto de la casa.
La prueba de hoy consistió en probar el modo de animación suspendida por bakelita. Nos llenaron la cabina con esa porquería hasta el cuello para ver cómo reaccionábamos... claro que nadie nos dijo que olía a estiércol de caballo, por lo que vomité unas tres veces. ¡¡POR FAVOR, DIOS!! ¡¡MANDA A TUS SIERVOS RÁPIDO, PARA ACABAR CON ESTO DE UNA VEZ!!
"NOOOCHE DE PAZ... NOCHE DE AMOR..."
"Vamos, Trunks y Goten. Canten más fuerte, si no, Santa Claus no los va a oír".
Una voz femenina murmuró en el oído de Bulma:
"¿Por qué te decidiste a celebrar la Navidad? Con lo que le pasó a Goku y lo que estamos viviendo...".
"Justamente por eso, Misato. Lo peor por ahora sería dejarse absorber por esos asuntos. Necesitamos alguna distracción. Además, mira a los niños... No es justo para ellos privarlos de una fecha tan significativa como ésta. Lo importante por ahora es que al menos Goten piense en cualquier cosa excepto su papá".
En ese instante, el pequeño recién aludido abría su regalo: una pequeña figura de acción de Van Fanel; Rey de Fanelia y co-protagonista junto a Hitomi de la serie Escaflowne, favorita de Goten. El pequeño saiyajin se divertía mientras le colocaba la espada y un pequeño rubí que traía como accesorios.
Su sorpresa fue mayúscula, cuando en el siguiente paquete, aún más grande que el anterior, halló al propio Escaflowne, que había sido fabricado en conjunto con la figura anterior, la cual se podía introducir fácilmente en el robot de juguete. Chichi recibió un gran abrazo de parte de su hijo.
Trunks, que a momentos miraba con cierta envidia a su amigo, no tuvo que hacerlo más. En sus manos se hallaba Ryoko; personaje favorito de su serie favorita: Tenchi-Muyo. Además incluía tanto la versión animal de Ryo-Ohky como la de nave. Extrañamente cuando uno le colocaba pilas no cesaba de repetir continuamente la palabra Tenchi.
Los demás, por otro lado, no recibían regalos fuera de lo ordinario... Misato, una dotación mensual de latas de cerveza; Ritsuko, un gato; los pilotos de Eva recibieron ropa. El más incómodo era Shinji, cuyo padre se había encerrado en su habitación y ni siquiera le había deseado feliz navidad. Rei, entretanto, se hallaba en una esquina apoyada en un sillón de cuero. Bulma se acordó de ella y como las opciones que había de comida eran bastante amplias, se acercó a preguntarle.
"¿Qué deseas, Rei?".
La cabeza de Rei se giró dramáticamente en dirección a Bulma, pero no habló.
"Te pregunté que qué deseas".
"Deseo ser una con el cosmos. Deseo liberar mi alma de estas ataduras físicas y que se pierda en planos dimensionales más allá de toda lógica humana. Quiero que cada partícula de mi ser se disuelva en abismos metafísicos...
"Errrr....".
"Pero por ahora quiero helado".
"...n-ningún problema". (Gota de sudor de parte de Bulma)
Al otro extremo de la sala, un pequeño de pelo morado hacía oscilar un pequeño yo-yo. Asuka se le acercó sin explicarse el motivo de su tristeza.
"¿Acaso no te gustó el regalo, Trunks?".
"Ehh... no, no eso".
"¿Es tu padre?".
Trunks se sonrojó rápidamente al darse cuenta que había sido descubierto.
"¿Tanto te preocupa?".
"Siempre que celebramos navidad, él se aleja al balcón que da con el living a mirar el cielo y nunca habla con nadie. Jamás me ha dado un regalo o al menos un abrazo de navidad".
"¡¿Y eso te preocupa tanto?!".
"¡CLARO! ¿Acaso no encuentras que sea para preocuparse?".
"Bah. Pon como ejemplo a Shinji. Él jamás tuvo papá y míralo ahora..."
A Trunks le salía una gota de sudor, mientras le daba una mirada a Asuka de esas que decían 'estás-confirmando-mi-preocupación'. La piloto sintió cómo levemente una gota gigante recorría su cabeza, mientras se frotaba la parte de atrás de ésta, con una risa nerviosa en su cara. Sin darse cuenta estaba adoptando una clásica postura de Goku.
"Bueno, reconozco que Shinji no es el mejor ejemplo, pero no importa, porque yo misma iré a hablar con tu padre".
"¡¿ESTÁS LOCA?! ¡YA SABES QUE CON SU CARÁCTER ES MEJOR DEJARLO SOLO EN ESTOS MOMENTOS! ¡POR NO DECIR QUE MUCHA ESTIMA NO TE TIENE!".
"Tranquilo. Déjamelo a mí".
La piloto cruzó entonces la gigantesca habitación teniendo que esquivar un mar de papeles de regalo. El living se separaba del balcón por un ventanal corredizo, el cual empujó muy despacio para no molestar al saiyajin, quien parecía meditar apoyado en la baranda del balcón, mientras miraba las estrellas. La solemnidad y melancolía que emanaba en ese estado, hacían de él una persona completamente distinta a la que la tenía acostumbrada. Sin darse vuelta siquiera, le preguntó qué quería. Al principio se asustó, pero luego, al recordar la capacidad de percibir a los demás que tenían estos sujetos, se tranquilizó.
"Quiero conversar".
"Adentro hay un montón de patanes dispuestos hacerlo. Vete y déjame tranquilo".
Cualquiera con semejante respuesta se habría ido. Cualquiera... no Sohryu Asuka Langley.
"Esta vez vengo en son de paz. No quiero pelear contigo".
"Supongo. No quedaste muy bien parada la última vez que lo intentaste".
Al contrario de lo que esperaba Vegeta, la piloto sonrió. No una risa sarcástica que antecede a un insulto, sino una risa franca y alegre.
"Es divertido. Pero a pesar de todas nuestras discusiones, he llegado a la conclusión de que me caes bien".
El saiyajin levantó una ceja bastante, en una actitud de absoluta sorpresa.
"Creo que me recuerdas a mí".
"¿En qué podría parecerme a ti, humana?".
"Al igual que tú, siempre he sido orgullosa. Jamás he aceptado una derrota. Perseguí durante mucho tiempo ser la mejor piloto y superar a Shinji, pero al final la que fue superada fui yo. Algo similar a lo que te pasa con Goku".
"No sé de qué hablas".
"No soportas ser superado y tratas de autoconvencerte de que lo odias cuando la verdad es que te cae bastante bien".
"Mentira".
"Te lo digo. Cuando discutes frecuentemente con alguien, llegas a conocerlo bien".
Vegeta volvió a su posición original. El silencio se volvió apoderar del ambiente durante un par de minutos hasta que Asuka retomó la palabra.
"¿Por qué miras tanto el cielo?".
"Es algo que hago todas las noches de Navidad...".
"¿Por qué?".
"Eso sólo me importa a mí".
"A mí también".
Vegeta sopló fastidiado, pensando que si no le contaba, no se la sacaría nunca de encima.
"En esta misma fecha, en mi planeta, se celebraba el Festival de Garnadan. Anodis, la estrella a la cual pertenecía el planeta Vegeta, es mucho más visible en esta temporada".
"¿Cuál es?".
"¿Ves ese grupo de estrellas que parecen formar un zapato? Es la más próxima a ellas hacia la izquierda".
"O está muy lejos o es muy pequeña".
"Sí, al igual que nuestro sistema solar. Apenas contaba con 4 planetas... ¡Hey! ¡¡¡¡¿Por qué te estoy diciendo todo esto?!!!!".
"Ja ja. Parece que eras más conversador de lo que pensabas. ¿Por qué no te integras al grupo y de paso le das una alegría a tu hijo?".
"Ésas son celebraciones humanas. No significan nada para mí".
"¿Y eso qué importa? Ahora vives en la Tierra. Hazlo por tu hijo. Una de las cosas más importantes de la Navidad es tratar de pasarlo en familia y para creer en eso uno no necesita ser terrícola".
"Ya tiene a su madre. No me necesita".
"¡Claro que te necesita! ¿Eres su padre o no? Mira a Shinji. Mira lo que ha tenido que sufrir a causa de tener un padre que no le demuestra afecto. ¿Quieres que tu hijo termine como Shinji, que te odie por ser un mal padre? ¿Quieres tú ser un próximo Gendo Ikari?".
Vegeta se congeló. Era obvio que, para él, la Navidad y el resto de las celebraciones humanas no eran más que babosadas que convertían a las personas en seres débiles. Él no quería ser débil, pero mucho menos quería ser un segundo Gendo Ikari. Se había convertido en la persona que más aborrecía en el universo después de Freezer. Aunque le costara admitirlo, Kakarotto ya no se encontraba en su top ten de seres repudiables. Vegeta sonrió levemente a la piloto del 02.
"Tú ganas. Vamos adentro".
Asuka le sonrió de vuelta y decidió mirar por última vez el cielo nocturno, percatándose de una estrella que había aparecido de la nada y que rápidamente se iba haciendo más y más grande. Era de un color rojo intenso.
"Mira esa estrella" dijo la piloto señalando con su dedo el objeto que la había sorprendido. "Hace un instante no estaba ahí. Es preciosa".
Vegeta miró despreocupadamente lo que le señalaba la chica, pero de inmediato la expresión de su cara cambió a una de absoluta seriedad y preocupación. "Hay peligro" murmuró, y se fue corriendo al interior de la casa. Asuka se quedó estática en su lugar, por la sorpresa que le causó el saiyajin con este acto, mientras parpadeaba rápidamente.
"¡¿Quién lo entiende! Antes no quería entrar por nada del mundo y ahora lo hace como si su vida dependiera de ello. ¡¿Qué está pasando aquí?!".
"¡¡¡¿EL TERCER ARCÁNGEL?!!! ¡¡¡¿AHORA EN NAVIDAD?!!!".
"Sí, Bulma. Según el jefe, se llama Arial".
"Yo puedo responder por mí, Akagi. Es el sexto ángel del coro de las Virtudes y su nombre significa ´´DIOS REVELADOR``. Tal como su nombre lo indica, es el espíritu de la revelación. Posee los secretos de la naturaleza y el don de encontrar lo perdido".
Bulma sonrió irónica.
"Muchas gracias por su definición tipo Larousse Ilustrado, pero me serviría más una descripción de su capacidad y habilidades".
Ritsuko intervino para enfriar el clima que estaba tomando la conversación.
"Bueno, ya comprobamos que esa estrella que se acerca y que vieron Asuka y Vegeta en el balcón es el ángel. O mejor dicho, el verdadero ángel son dos pequeños cometas llamados Sodoma y Gomorra que tienen tal fuerza gravitatoria que arrastran tras de sí a esa estrella llamada Omega Hélix".
"¿Qué tan grande es esa estrella?" preguntó Misato.
"Considerando que es una Gigante Roja, no es tan grande, aunque sí es varias veces mayor que nuestro sol".
"¿Cuánto tiempo tenemos?".
"20 HORAS".
"¿Para llegar a la Tierra?".
"No, para que llegue a la entrada del sistema solar".
"¿Eh?".
Ritsuko ajustó sus gafas dramáticamente para dar a entender que lo siguiente que iba a decir era de suma importancia.
"Verán, hay tres formas de que esa cosa pueda hacer desaparecer la Tierra:
Gohan levantó la mano.
"Podemos viajar en una nave, acercarnos y nosotros los saiyajins destruirlo con energía".
Ritsuko meneó la cabeza.
"No podemos acercarnos. Si la destruimos de cerca, no alcanzaríamos a escapar de la explosión y la Tierra quedaría indefensa ante el último ángel, con nosotros muertos".
Ahora fue el turno de Vegeta.
"¿Por qué demonios se hacen tanto problema? Basta que le lance un Final Flash desde la Tierra y se acabó".
Esta nueva idea fue negada por Maya.
"Es casi imposible que alcance una distancia tan grande aún ocupando toda su energía. Y si por milagro alcanzara a llegar, es imposible que atraviese su campo AT, ya que en ese momento la energía se habría degenerado mucho.
"Creo que la única solución posible es arrojarle la Lanza de Longinus" acotó Ritsuko.
"¡¡¡JAMÁS!!!". El grito del comandante de Nervsule Corp. hizo voltearse a todo el grupo. "Esa lanza es demasiado valiosa para perderla. Me niego rotundamente".
Todo se quedaba en nada. La única solución parecía ser el legado del soldado Longinus y su uso era completamente restringido por Gendo. Las horas estaban contadas y no podían perder el tiempo buscando un plan.
Para fortuna de todos, contaban con una de las más grandes estrategas de todos los tiempos: Misato Katsuragi; que de pequeña se había inspirado en las campañas de Julio César, Napoleón y Hitler; heredando toda la inteligencia y capacidad organizativa de estas figuras históricas, aunque no su ansia y sed de conquista. Aquella cualidad que usaron muchos para oprimir, era arcilla fresca en manos de la Teniente Katsuragi para moldear un futuro mejor para la humanidad o, en el peor de los casos, llevarla a su colapso.
"Hay que aplicar la estrategia Yashima II".
"¿Y eso cómo es?".
"Consiste en cargar el rifle positrón con una gran cantidad de energía para poder alcanzar objetivos que están a una gran distancia. En Yashima I lo cargamos con la energía eléctrica de todo un país. Aquí tenemos una fuente de poder mucho mayor..."
"¿Cuál?" interrogaron todos.
"Muy fácil. El ki de los saiyajins. Podemos canalizar sus energías y encapsularlas como municiones del rifle, si es que en este lugar hay un transductor de energía".
"Claro que tengo uno" replicó Bulma. "Después de todo, este lugar es Capsule Corp."
"Nervsule Corp" aclaró fríamente Gendo.
"P-perdón. Lo había olvidado".
"Entonces hay que proceder con el plan".
Bulma hizo una negativa con la cabeza.
"Es muy peligroso. El exceso del reflujo de una fuente de energía tan grande, podría devastar ciudades enteras. La misma Tierra correría peligro".
"Ya lo había pensado" asintió Ritsuko. "Pero con la energía de las mismas ciudades podemos generar un campo eléctrico alrededor del rifle para proteger al planeta del reflujo y éste, en forma de electricidad, retroalimentaría a las mismas ciudades, ya sabes..."
"No me des lecciones de cosas tan simples. Conozco perfectamente el principio básico de la energía. ¿Pero acaso crees que es cosa de llegar y tomar la electricidad de las ciudades?".
Gendo Ikari intervino ajustándose los anteojos en su clásica postura.
"De eso me encargo yo".
La sala real es un lugar digno de admiración. Finas piezas de hace varios siglos se hallaban talladas por todo el recinto. Sillones, puertas, ventanas, columnas y barandas de escalera completaban el entorno, en una magnífica mezcolanza de fastuosidad, elegancia y solemnidad. Ninguno de ellos, a excepción de Bulma, había estado en el palacio real; casa del hombre, o mejor dicho el perro más importante de la Tierra: Kokuoh, monarca absoluto de todo el territorio civilizado.
Una verdadera pieza de arte que contrastaba con la modernidad de las oficinas y demás habitaciones de trabajo, las cuales estaban hechas pensando en utilidad más que belleza. Más todo ese aire de asombro se desvaneció cuando el rey hizo su aparición. Era divertido comprobar cómo la sencillez del anciano soberano se oponía a la fastuosidad del recinto. De pequeña altura, un pronunciado bigote gris y expresión risueña; invitaba tanto a la cordialidad, que lo demás perdía significado.
Lástima, porque era inútil la confianza ilimitada en una cara que cambió en un instante. Un aura de dureza la rodeó y sus primeras palabras confirmaron que esto no sería nada fácil.
"Mi respuesta es terminantemente NO. Ya hemos revisado el problema que nos planteó la señorita Bulma y nuestros científicos no vieron ninguna anormalidad en el espacio. Como rey, no puedo paralizar toda la energía del planeta a causa de un absurdo".
Bulma estaba bastante enojada con esta respuesta y por un momento casi olvidó que se hallaba frente al rey del mundo.
"¡Eso es porque el equipo astronómico de la corona es un conjunto de inútiles, que carecen de tecnología de punta como la de Capsule Corp. y no son capaces de captar un peligro tan obvio!".
"¡Cómo se atreve...!".
Bulma se disponía a hablar, pero fue interrumpida por Gendo, quien la hizo a un lado.
"Déjeme este asunto a mí, Briefs. Y usted, su majestad, concédame el honor de tener una entrevista privada en su despacho".
Bulma trató de hablar, pero fue interrumpida nuevamente, esta vez por el rey.
"Este hombre a solicitado una reunión conmigo y como rey no puedo negarme a concedérsela. Terminaría siendo llamado déspota".
Gendo y Kokuoh entraron en la oficina del segundo dejando tras de sí un gran halo de misterio. Los minutos pasaban y los intentos por escuchar algo de ella eran en vano. Sólo Piccolo, muy concentrado, mostraba de vez en cuando unas muecas de sorpresa haciendo notar que su fino oído captaba algo peculiar. En ese momento llevaba una capucha que le cubría el rostro, pues tenía muy presente el miedo que su padre había provocado en Kokuoh y no convenía para lo que planeaban que el grupo fuera mezclado con el terrible Piccolo Daimaoh. Sólo diez minutos después, justo antes de salir del despacho Kokuoh y el Comandante Ikari, el namek rompió su silencio.
"Hum. Gendo Ikari es un genio".
Kokuoh traía un cara de absoluta confusión, mientras que Gendo irradiaba a través de los oscuros cristales de sus lentes, un extraño brillo de satisfacción. "Está hecho" fue lo que murmuró tras seguir su camino. El Rey, aún confuso, no caía en cuenta de lo que acababa de pasar.
"Por alguna razón que no alcanzo a comprender, ese Gendo Ikari es el nuevo ministro de Defensa de la Tierra y yo ya estoy dudando si soy rey o no".
"¡Vaya pillo que es Ikari!" murmuró Bulma para sí.
25 de Diciembre es una época de paz y felicidad para todas las personas. Se cantan villancicos, se regalan unos a otros y se perdonan las faltas cometidas. Cualquiera puede sentirse tranquilo y seguro en esta fecha. Cualquiera menos estas "personas", cuya labor fundamental ni siquiera puede tomar navidad como un día de asueto. Personas que viven diariamente con la vida pendiendo de un hilo no pueden tomar el sentido de este día al igual que otros. Para todos, hace 2000 años un hombre con su nacimiento cambió el mundo de manera irreversible. Para estos sujetos tan especiales, esta fecha trata de todo lo contrario; evitar un cambio próximo que también será irreversible. La diferencia es que el primero era un cambio de esperanza y luz, en cuanto al segundo es de horror y muerte.
Con todo el equipo dispuesto, el Eva 01 se dedica a calibrar su rifle positrón. La energía transmitida por los saiyajins y el namek los ha dejado agotados, pero saben que no les queda otra alternativa si han de salvar la Tierra.
"¡El rifle ya está calibrado y se le ha entregado toda la energía que se tenía estipulada. Sólo falta levantar el campo eléctrico!".
El intenso frío de las montañas que rodeaban a la capital del oeste no aminoraba los ánimos de la Teniente Katsuragi, quien junto a Ritsuko dirigía a un gran grupo de técnicos, científicos y otros trabajadores a través de un altoparlante. El lugar escogido para instalar el rifle fue un valle situado entre una larga cadena de montañas. El ejército de la Tierra también hacía de apoyo para movilizar instrumentos o cooperar con conocimientos. Cientos de cables que conectaban con grandes baterías, traían la energía eléctrica de todo el mundo con la que sería formado el campo. Cuando llegó el momento del traspaso, todas los que se hallaban ahí, a excepción del Eva 01, se retiraron para no ser afectados por la intensa energía. La Dra. Akagi siguió dando las órdenes y confirmaciones.
"Energía de las regiones 1 a la 12, completada".
Una gigantesca cúpula de energía rodeó tanto al Eva como a su rifle al instante. Un hermoso espectáculo que toda la capital del oeste disfrutó como si de uno navideño se tratara.
"Energía de las regiones 13 a la 21, completada".
El tamaño de la cúpula siguió acrecentándose. La tremenda energía hacía pedazos el suelo alrededor de ella, chamuscando la escasa vegetación del lugar.
"Energía de las regiones 22 a la 33, completada".
Para estos momentos, ver a través de la cúpula era una hazaña casi imposible de realizar, perdiendo su trasparencia inicial casi por completo. La armadura T del Eva de Shinji apenas protegía a su dueño de tamaña descarga.
"Energía de las regiones 34 a la 43, completada".
"¡ESTAMOS LISTOS, SHINJI! ¡Dispara!".
"¡Mierda! ¡Arial está muy cerca del sistema solar!" exclamó la Dra. Akagi al ver su radar.
"¡¡¡AHORA!!!".
El tercer niño llevó la punta de su rifle fuera de ese campo, para liberar la tremenda descarga, y mientras ésta brillaba dando señal de que el disparo estaba cargándose, la energía sobrante era absorbida por el campo. Vegeta, desde lejos y absolutamente agotado tras dar casi toda su energía, dio una mirada seria al robot y con únicamente 4 palabras expresó el pensamiento de todos:
"DESTRUYE A ESE BASTARDO".
Este 25 de Diciembre en particular era algo que jamás olvidarían los seres vivos de este planeta. Cosas como el Cometa Halley quedaban reducidas a nada tras ver el gigantesco haz de luz que subía hacia los cielos como un enorme pilar. Una luz que, sin saberlo, representaba la única esperanza de salvación del planeta.
También fue una estrella la que marcó la historia 2000 años atrás. En esa ocasión era portadora de la salvación de los hombres y con su luz guió a tres hombres sabios a su destino. Esta estrella, en cambio, era portadora únicamente de destrucción, y con su guía pretendía llevar a los hombres hacia su fin. Eran polos opuestos como éstos, los causantes de las grandes dudas del Tercer Niño. ¿Realmente merecemos salvarnos o debemos acatar el destino que nos tienen preparados seres que ni siquiera comprendemos? Shinji sacudió su cabeza varias veces para despejársela de todas estas estupideces. Era obvio que no era digno de juzgar las intenciones de los ángeles, pero sí su proceder. El fin no justificaba los medios. Ésa era la frase que se repetía constantemente para oponerse a lo dicho por Maquiavelo. Seres que dejaban a Goku en un estado tan lamentable y causaban la muerte de tantos inocentes no podían tener la razón. No había confiado en los ángeles antes y no pensaba hacerlo ahora.
"15 segundos para el encuentro del disparo con el ángel".
La energía esperanzadora había traspasado ya los límites del sistema solar con tanta precisión que ningún planeta se había dañado en su camino. Era el momento para comprobar si la raza humana era digna o no de seguir existiendo. El momento de borrar una historia de errores de un plumazo o iniciar una nueva etapa. 10, 9, 8, 7, 6, 5, 4, 3, 2, 1, 0.
SILENCIO ABSOLUTO.
La energía golpeó entre Sodoma y Gomorra, directo para acabar con Omega Hélix. Pero el campo AT retenía la energía y no la dejaba alcanzar su objetivo.
"¡Maldición, la energía aún no penetra y Arial sigue avanzando! Si se destruye después de traspasar el Muro de Jericó, nuestros esfuerzos serán inútiles!".
"No puede existir un campo AT de esa resistencia" alegó Misato.
"No es sólo ese factor" respondió la Doctora. "El desgaste de energía que se produjo antes de llegar al objetivo fue enorme. Sólo lo golpeó un tercio de la energía original".
"¡ESO ES!".
"¡¿Qué?!".
"¡Shinji, Shinji! ¿Me escuchas?" preguntó desesperada la Jefa de Estrategia de NERV por el comunicador.
"S-sí. Mi...misato. T-te escucho".
"¿Ves esos conductos eléctricos con los que retroalimentamos de energía a las ciudades? Pues cógelos y enchúfalos directamente al rifle".
Ritsuko intervino.
"¡¿Estás loca, Katsuragi?! ¡Tanta energía puede hacer sobrecargar al rifle! ¿Acaso quieres que explote para que mueran todos?".
"¿Conoces otra alternativa?".
"......".
"HAZLO, SHINJI".
Un segundo disparo salió de la Tierra para unirse con el anterior. La energía combinada de ambos penetró el campo AT de Arial, destruyendo a Omega Hélix, cuya explosión se tragó al ángel, convirtiéndolo en mil millones de pedazos. La muerte de este ángel generó un grito tan desgarrador que rompió con una de las leyes básicas de la creación: El silencio del vacío del espacio. Ese grito en la Tierra no produjo miedo, sino la alegría de saberse libres de peligro. La explosión de la estrella ni siquiera había alcanzado la entrada del sistema solar.
Mientras todos celebraban juntos la victoria, lejos de ahí, en Capsule Corp., un saiyajin con las manos enguantadas dejaba un pequeño regalo para su hijo junto al árbol de navidad. Pensaba en lo que le había dicho Asuka y se dio cuenta que el 25 de Diciembre no era una fecha tan mala después de todo.
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