Capítulo 21: "Un desenlace fatal"
Mr. Satán se encontraba cerca de la salida de la ciudad, estaba preocupado por la forma en que habían salido las cosas. Sabía que había actuado como un cobarde al huir de esa manera, pero nunca había visto tal despliegue de poder, ni siquiera con Cell. ¡Rayos!, fue un milagro que sobreviviera en esa ocasión y no pensaba que Kamisama le salvara la vida dos veces. Después de todo, era mejor ser un miedoso vivo que un mártir muerto. Pero ahora, ¿qué haría? Era seguro que esta vez sí sería descubierto. Ojalá que no hubiese nadie fuera de la ciudad, ésa sería su salvación. Pero su suposición no era correcta, mucha gente había huido, pero muchos otros se habían quedado en el lugar como un acto de lealtad a su gran héroe Mr. Satán. Si él podía salvar al mundo por segunda vez en menos de un año, lo menos que podían hacer era esperar a que regresara para darle la bienvenida que merecía, no importaba lo peligroso que esto fuera, ellos no se irían, al menos hasta saberlo a salvo.
Ya hacía mucho tiempo que no escuchaban ningún signo de batalla dentro de las ruinas, así que todos suponían que ésta había terminado, sólo faltaba saber quién había sido el vencedor. La verdad es que todos estaban nerviosos. Si Mr. Satán perdía, ya nada podría salvar a la Tierra de este nuevo monstruo que la amenazaba. Por eso, al verlo salir caminando de entre las ruinas vivo y sin ninguna herida, supieron que todo había terminado: ¡El Gran Mr. Satán Había Triunfado de Nuevo!
Persona1: ¡Miren! ¡Es Mr. Satán!
Persona2: ¡Es cierto! ¡Estamos a salvo!
Persona3: ¡Pronto! ¡Vayamos a darle la bienvenida!
Persona4: ¡Sí! El pobre se ve muy cansado, es lo menos que podemos hacer por la persona que nos ah salvado la vida en dos ocasiones, ¡vamos!
El júbilo era total, las personas corrieron a su encuentro. Al verlos, Mr. Satán se asustó mucho, pensaba que venían a lincharlo por haber abandonado la pelea. Trató de huir, pero fue inútil ya que tropezó con una roca y cayó pesadamente en el suelo. Al abrir los ojos sólo alcanzó a ver un mar de personas dirigiéndose hacía él a toda velocidad. ¡Seguramente lo aplastarían! Instintivamente cerró sus ojos y protegió su cabeza con sus brazos, no podía hacer otra cosa. No pudo creer cuando las personas lo levantaron en sus brazos y comenzaron a ovacionarlo. Juntos entraron en lo que alguna vez fue su ciudad, ahora sólo eran ruinas, pero eso no importaba, era un precio muy bajo el que se había tenido que pagar por la salvación de todo el planeta. Después de todo, no se había destruido nada que no pudiera ser reconstruido luego y nadie había muerto. Nada importaba mientras el gran Mr. Satán los defendiera.
En medio de la alegría y las celebraciones, pudieron ver a lo lejos fuegos artificiales. Alguien seguramente sabía de la gran victoria de ese día y también se encontraba celebrando, todos miraban las luces con asombro ya que nunca las habían visto de esa manera, sólo Mr. Satán notó que no eran en realidad fuegos artificiales. Se puso pálido y comenzó a sudar, sabía que el peligro no había pasado, la batalla no había terminado, sólo habían cambiado el lugar de la pelea. Rogó entonces que esos seres capaces de cambiar el color de sus cabellos fueran lo suficientemente fuertes para vencer a su oponente, ellos eran la única esperanza de la Tierra.
Ya eran muchas las horas que todos habían estado luchando, estaban agotados, los Guerreros Z estaban inconscientes en el suelo mientras Ichiro y Gohan seguían peleando. Sus fuerzas eran escasas, pero aún así ninguno se rendía. A Ichiro lo mantenía su orgullo de guerrero, mientras Gohan peleaba no sólo para salvar a la Tierra, algo más lo motivaba. Su sangre saiyajin, hasta ahora dormida, había despertado pidiendo la muerte de su oponente, venganza, todo su ser le pedía a gritos vengarse del monstruo que se había atrevido a hacerle daño a su padre y a sus amigos. Por Chaoz, que se encontraba tirado en el charco de sangre que las heridas de su cuerpo habían formado. Su muerte nunca sería perdonada, ¡nunca!
Ambos adversarios tenían sus cuerpos llenos de heridas, esto hacía que por momentos tuvieran que detenerse a tomar aire y a descansar. Mientras Ichiro limpiaba el hilo de sangre que salía de su boca, pensaba en lo poderoso que Gohan se había vuelto. Parecía imposible que un niño, a pesar de ser saiyajin, tuviera semejante poder. No quería ni pensar en los extraordinarios poderes que tendría al crecer. Definitivamente tenía que eliminarlo, ya que de no hacerlo podría representar una seria amenaza para los planes de su amo. Afortunadamente su poder aún no superaba al suyo, pero después de ver cómo podía aumentarlo al hacer explotar su ira, no podía estar seguro de que no lo hiciera luego. Debía acabarlo de una vez.
Por estar absorto en sus pensamientos, no se dio cuenta de que Gohan se había acercado peligrosamente a él y sin vacilar lo atacó con una serie de puñetazos en el rostro y estómago finalizando con una patada que lo arrojó contra unas montañas que se desintegraron al contacto de su cuerpo. Gohan, muy seguro de haberle causado bastante daño, comenzó a buscarlo entre los escombros, pero inesperadamente Ichiro salió de detrás de una rocas y le lanzó un poderoso rayo de energía. El saiya pudo esquivarlo a tiempo, pero desafortunadamente su brazo izquierdo quedó lastimado. No era muy serio, pero el dolor que sentía al moverlo era intenso. Esto hizo que se pusiera furioso, ¡había sido un tonto y un descuidado!, pero no volvería a pasar. Mientras, Ichiro sonreía, ese ataque era sólo el comienzo. Lo haría sufrir antes de acabarlo por completo.
Ichiro: Nada mal, chico, pero aún no es suficiente para derrotarme.
Gohan: No te preocupes, yo aún no estoy acabado.
Ichiro: ¡Pero pronto lo estarás!
Al decir esto comenzaron a pelear nuevamente. Con cada impacto de sus puños, descargas de energía emanaban de sus manos. A pesar de la diferencia de poderes, Gohan volvió a tomar la delantera, esta vez su furia y odio lo manejaban cual títere, el niño lo sabía, pero aún así no le importaba, haría cualquier cosa por ganar. Ichiro se dio cuenta de esto y muy preocupado comenzó a formular un plan que le diera la victoria, pero no pasó mucho tiempo cuando tuvo que abandonar esos pensamientos, ya que los ataques constantes de Gohan le impedían hacer otra cosa que no fuera defenderse.
En otro lugar, Goku comenzó a recobrar el conocimiento. Afortunadamente para él, Ichiro no le había hecho mucho daño, su desmayo se debía más que nada al agotamiento acumulado durante tantas horas de combate, después de todo, hacía mucho tiempo que no peleaba. Desafortunadamente no podía decir lo mismo de sus compañeros, que se encontraban en peores condiciones. Sin perder tiempo comenzó a chequear sus pulsos y comprobó con alivio que estaban vivos aunque muy débiles, bueno, al menos casi todos, ya que Tenshinhan se encontraba incrustado en unas rocas fuera de su alcance y no podía verificar en qué estado se encontraba. Repentinamente sintió que la tierra se movía, al voltear observó con asombro que Ichiro y Gohan estaban peleando. ¿Cómo era posible que ese sujeto tuviera las fuerzas suficientes para seguir luchando? Por otro lado sintió un gran alivio al ver a su hijo de nuevo en acción, ahora estaba seguro de que el plan de Tenshinhan había dado resultado, aunque algo en su forma de combatir había cambiado, no sabía qué era, pero al verlo sintió un escalofrío, como si ese niño no fuera en realidad su Gohan, sino otra persona totalmente distinta.
Goku: (Pensando) No puede ser, debo estar alucinando.
Casi muere del susto cuando sintió que alguien le tomó la mano, por eso instintivamente la retiró sin comprobar quién lo había hecho. Abrió sus ojos de par en par cuando se dio cuenta de que Piccolo, cuyo cuerpo milagrosamente comenzaba a sanar, también había recobrado el sentido. Aunque no era la primera vez que Goku era testigo de esto, no pudo evitar sorprenderse al ver como sus heridas se cerraban como por arte de magia, ¡era sorprendente! Aunque esta vez el proceso era mucho más lento; sus energías eran escasas ya que había tenido que regenerar sus brazos también.
Piccolo: Go...ku...
Goku: Sí, Piccolo, soy yo, me alegro de que te encuentres mejor.
Con la ayuda de su amigo, Piccolo pudo dificultosamente ponerse de pie, aunque Goku tenía que sostenerlo para que éste no cayera al suelo. Ya no podrían participar en la lucha, y no porque no quisieran, sino que sus energías se habían terminado. Sólo podían observar y rogar porque Gohan fuera el vencedor.
Gohan estaba cerca de ganar. Con cada golpe dado, sentía cómo Ichiro se debilitaba. El extraterrestre sentía que de seguir así no soportaría mucho más tiempo, estaba impresionado y asustado ya que perder significaba morir, y nunca había estado tan cerca de la muerte. El estar tan nervioso provocaba que fuera torpe en sus movimientos, cosa que el saiya aprovechaba a la perfección. Finalmente, con un Masenko hizo estrellar a Ichiro contra el suelo, provocando que se abriera un gran agujero en el proceso. Los ojos del niño brillaban, el fin estaba cerca, pronto podría satisfacer su sed de venganza. Ichiro, en el suelo, estaba aturdido, pero más que dolor físico sentía una gran humillación. Él, que nunca había sido derrotado en batalla, estaba a merced de un mocoso saiya. ¡Las cosas no debían ser así!, se repetía una y otra vez en su cabeza.
Ichiro: (Pensando) ¡NO! ¡Ese niño no me va a ganar!
Gohan finalmente le había lanzado un Kienzan para partir el cuerpo de su oponente en dos, cuando de repente Ichiro desapareció.
Gohan: ¡¿Qué?! ¡¿Dónde está?!
Trató de conservar la calma, desesperarse en ese momento sería fatal. Una vez más Ichiro se había vuelto invisible. ¡Rayos! ¿Cómo lo encontraría ahora? Con desespero miraba en todas las direcciones, trataba de encontrarlo a través de pequeños ruidos, cambios en la dirección del viento, lo que fuera, pero fue inútil, se notaba que no era la primera vez que luchaba de esa manera, y desgraciadamente el maldito lo hacía bien.
Una patada en el rostro lo volvió a la realidad, fue tan fuerte que cayó aparatosamente en el suelo. Al pasar la mano por su mejilla, ésta quedó llena de sangre. Sin darle tiempo de ponerse de pie, Ichiro comenzó a golpearlo salvajemente por todo su cuerpo haciendo que grandes cantidades de sangre salieran expulsadas por su boca, pero antes de dejarlo inconsciente detuvo su ataque, cosa que Gohan no entendió, hasta que una voz proveniente de algún lugar lo sacó de dudas explicándole su maléfico plan.
Ichiro: Aún no, Gohan, tienes mucho que sufrír todavía, jajaja.
Gohan: ¡Maldito! ¡Te haré puré! ¡LO JURO!
Mientras Ichiro reía, golpeaba a Gohan, golpe tras golpe. Para Piccolo y Goku era un suplicio ver la paliza que el niño recibía, sobre todo porque no podían hacer nada para ayudarlo.
Goku: ¡Diablos! ¡¿Por qué no se defiende?! Ichiro es invisible pero por su ki podría saber donde está.
Piccolo: ¡Eso es! ¡Somos unos idiotas! ¡Gohan no se defiende porque él no puede detectar el ki de Ichiro!
Goku: ¡Es cierto! Pero eso tiene solución.
Goku cerró sus ojos y comenzó a concentrarse, quería comunicarse con Gohan para ayudarlo, decirle la posición del enemigo. Por su parte, Gohan ya estaba perdiendo las esperanzas cuando de repente sintió que alguien le hablaba. Esa voz, que le pareció muy familiar, le decía que Ichiro estaba detrás de él. Como no tenía nada que perder, lanzó un rayo de energía en esa dirección y, para su sorpresa, escuchó un grito. Segundos después vio que su oponente se hacía visible de nuevo ya que había perdido su concentración, pero rápidamente volvió a desaparecer. El extraterrestre infructuosamente trató de golpearlo en varias ocasiones, pero en todos los casos Gohan detuvo sus golpes y hasta le devolvió algunos.
Ichiro estaba desesperado. ¿Cómo podía descubrir su posición si era invisible y no podía sentir su ki? Alguien debía estarlo ayudando, pero ¿quién? Enfurecido miró en la dirección donde se suponía estaban inconscientes los guerreros Z, entonces lo entendió todo.
Ichiro: Ya veo, esos imbéciles lo están ayudando, pero no será por mucho tiempo.
Gohan pudo sentir que una voz gritaba enfurecida.
Ichiro: ¡Malditos! ¡No se metan en esto!
Luego un poderoso rayo de energía salió disparado de la nada directo a su padre y Piccolo.
Gohan: ¡No lo permitiré!
Inmediatamente voló a toda velocidad y milagrosamente pudo desviar el ataque con su mano derecha a unos pocos metros de donde Goku y los demás se encontraban. Este nuevo atentado en contra de sus amigos desató una gran furia en el niño que, sin pensarlo dos veces, atacó a Ichiro antes de que éste volviera a desaparecer. Ya en el suelo, Gohan comenzó a acumular una gran cantidad de energía en sus manos.
Gohan: ¡Ya estoy cansado de ti! ¡Vas a morir!, ¡AHORA!
Al escuchar esto, Ichiro sonrió, el momento que tanto había esperado por fin llegaba. Cuando Gohan finalmente lanzó su Kamehameha, algo pasó: ¡Ichiro desapareció y en su lugar aparecieron todos los Guerreros Z! Piccolo y Goku se quedaron paralizados al ver la inmensa onda de energía dirigiéndose a ellos a toda velocidad sin darles ninguna posibilidad de escape, mientras Gohan lleno de terror no pudo hacer nada para evitar que su poder les diera de lleno. ¡SU poder!
La explosión fue enorme. Cuando todo terminó, en el lugar no quedó nada, sólo desolación. El maestro Roshi, Dende, Kaoisama, Gohan, todos sintieron cómo sus kis desaparecieron por completo, ¡estaban muertos! Igual que había pasado con Chaoz, pero esta vez fue distinto, esta vez Gohan, sin querer, los había asesinado a todos, ¡a todos!
Al ver esto el saiya cayó al suelo, no podía creer lo que había hecho, ahora era peor que Ichiro, ¡era peor que un asesino! Gruesas lágrimas comenzaron a bajar por sus mejillas mezclándose con su sangre, ya nada importaba, lo único que quería era que Ichiro lo matara rápidamente. La vida se había vuelto una tortura y no estaba dispuesto a seguir viviendo después de lo que había hecho.
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