El Dios Noliyu

Capítulo 26: "La transformación"


Un silencio sepulcral invadió todo el lugar, mientras un viento helado agitó las ropas y los cabellos de todos los presentes. Nadie había querido dar el primer paso en la inminente batalla que estaba por comenzar, sólo se miraban unos a otros sin moverse.

Goku: Krilim, Yamcha y Tenshinhan, quiero que se hagan a un lado. Aunque sus poderes han aumentado, aún no son rivales para estos sujetos.

Tenshinhan: Es cierto, no interferiremos. ¡Pero tampoco nos iremos! Y si algo sale mal, intervendremos, ¡y no trates de hacernos cambiar de opinión, Goku, porque no lo haremos!

Krilim y Yamcha: ¡Así es!

Goku sonrió al escucharlos.

Goku: De acuerdo. No esperaba menos de ustedes.

De esta forma, Krilim, Yamcha y Tenshinhan se hicieron a un lado, posándose en uno de los bordes de la Plataforma donde, pensaron, no estorbarían en la pelea, pero al mismo tiempo, no se perderían detalle de la misma.

Piccolo: ¿A qué esperarán para atacarnos?

Goku: Ni idea. Tal vez no sabrían que estaríamos esperándolos, y ahora están tratando de reorganizar su ataque.

Vegeta: ¡Ya me cansé de esperar! ¡Si ellos no atacan, lo haré yo!

Rápidamente se transformó en Super Saiyajin y, volando, se dirigió a atacar a uno de los encapuchados. Pero se paró en seco cuando vio a uno de ellos dar unos pasos al frente. Inmediatamente alzó su mano y con un gesto le indicó al saiya que se acercara. Al ver esto, Vegeta sonrió.

Vegeta: Así que quieres ser mi oponente. Bien, ¡ahora morirás!

Luego se esto se lanzó al ataque. Una patada, luego otra y finalmente un puñetazo, todos los ataques los paró el enemigo sin inmutarse siquiera.

Vegeta: Veo que eres bueno, pero aún así, ¡te venceré! ¡¡FINAL FLASH!!

Culminó Vegeta con el poderoso rayo de energía. Pero el guerrero lo paró con su mano sin mucho esfuerzo, dejando al saiya muy sorprendido. Lo había atacado de varias maneras y el extraño ser ni siquiera se había movido un milímetro de su posición, y tampoco había devuelto ningún ataque; sólo se había defendido.

Piccolo: Esto no me gusta nada.

Goku: Ni a mí. Mejor vamos a ayudarlo.

Piccolo y Goku se posaron al lado de Vegeta.

Goku: Vegeta, mejor ataquemos los tres a la vez. Estos sujetos son muy extraños y no sabemos qué harán.

Vegeta: ¡Ni lo pienses, Kakarotto! ¡YO solo me haré cargo de la situación!

Piccolo: ¡Pero qué terco! ¡Cada vez que haces lo mismo, terminas moribundo o muerto!

Vegeta: ¡Tú no te metas!

Goku: ¡¿PERO QUÉ DEM...?!

Piccolo y Vegeta voltearon a ver a Goku, que en ese instante era atacado por uno de los encapuchados. Al ver esto, trataron de ayudarlo, pero ya cada uno tenía en cada lado a dos de ellos. Cada uno sujetó un brazo de cada guerrero. Mientras, el encapuchado que había detenido primeramente los ataques de Vegeta, caminó hacia ellos...

Piccolo: ¡MALDICIÓN, NO VI CUANDO SE ACERCARON!

Vegeta: ¡Suéltenme, malditos!

Vegeta y Piccolo forcejeaban tratando de soltarse, pero fue inútil ya que los tenían bien sujetos. El quinto guerrero alzó sus brazos y lanzó, con cada mano, dos poderosísimos rayos de energía que impactaron de lleno en el namek y el saiya, que salieron expulsados, producto de tan fuerte impacto en sus cuerpos.

Mientras, Goku, que también había sido atacado por un rayo del sexto enemigo, sacudió su cabeza tratando de recobrar un poco el sentido. En ese instante vio que el ser estaba a su lado dispuesto a darle una patada, pero el saiya fue más rápido, así que, convirtiéndose en SSJ, le sujetó la pierna y lo lanzó lejos. Rápidamente se puso de pie.

Goku: ¡¡KAMEHAMEHA!!

El humo de la explosión nubló su vista unos segundos. Cuando ésta se disipó, sus ojos se abrieron de par en par del asombró que sintió, ya que, ¡no había nadie en todo el lugar!

Goku: ¿Qué rayos está pasando aquí?

Piccolo y Vegeta ya se habían recobrado del impacto recibido y que, en realidad, no les había causado mucho daño.

Vegeta: ¡¿Dónde demonios se metieron?!

Piccolo: No lo sé, son demasiado rápidos... ¡Goku!, ¡¿estás bien?!

Goku: Sí, descuiden, pero... ¡Todos han desaparecido!

En ese momento sintieron una fuerte explosión dentro del Templo, y vieron con espanto que parte de la estructura se cayó en pedazos. Tenshinhan, Yamcha y Krilim ya habían llegado al lado de los demás cuando esto pasó.

Tenshinhan: ¡NO PUEDE SER!, ¡TODOS ESTABAN DENTRO DEL TEMPLO!

Vegeta: ¡NO! ¡SI ALGO LE PASÓ A BULMA, LA MUERTE NO SERÁ NADA DELANTE DE LO QUE LES HARÉ A ESOS MALDITOS!

Ya todos iban a ver si sus seres queridos se encontraban bien, cuando vieron, con mucho asombro, que cinco encapuchados salían del templo y se dirigieron en distintas direcciones a toda velocidad. Pero no iban solos, cada uno llevaba en brazos a Bulma, Milk, Jagui, Lanch y A18.

Krilim: ¡Se las están llevando! ¡Debemos impedirlo!

Gritó Krilim, que sin pensarlo siquiera, se fue volando a toda prisa tras el ser que se había llevado a A18. Todos los demás lo imitaron enseguida, no importaba el precio, ellos no dejarían que ninguna de ellas sufriera ningún daño.

Piccolo estaba a punto de hacer lo mismo, cuando sintió un leve quejido. Con mucha cautela se acercó al lugar de donde provenía y comenzó a levantar algunos escombros. Fue así que se encontró con...

Piccolo: ¡¡GOHAN!!

El pequeño abrió sus ojos, dificultosamente, al escuchar esa voz.

Gohan: S-Señor... P-Piccolo... es usted... v-veo que... estoy muerto... yo...

Piccolo: No te esfuerces, Gohan. No, no estás muerto, ni yo tampoco. Todo fue una equivocación, no nos mataste. Todos estamos bien.

Gohan: ¿D-de... veras?... No sabe la alegría me que da... oír eso... espero... no estar soñando...

Apenas dijo esto, volvió a perder el sentido; estaba muy débil aún. Piccolo se levantó con Gohan en sus brazos, y miró a su alrededor. El Templo estaba casi completamente destruido, y eso lo puso furioso.

Piccolo: ¡Ya me las pagarán! ¡No admito que nadie destroce mi casa! Aunque... –en ese momento comenzó a sumar y se dio cuenta que sólo cinco de eso extraños seres había huido, lo que significaba que uno aún continuaba ahí–. Todavía se encuentra uno de ellos aquí... ¡¡¡DENDE!!!

Pensó inmediatamente, dejó a Gohan en un sitio seguro y corrió al lugar donde podía sentir su presencia, aunque estaba muy débil. Al llegar, comenzó a llamarlo.

Piccolo: ¡¿Dende?!... ¡¿Dónde estás, Dende?!

Dende: ¡Aquí estoy!

Guiado por su voz, Piccolo pudo encontrarlo sin mucha dificultad, sólo para ver con horror que se encontraba debajo del cuerpo de A17. Rápidamente, tomó al humano y vio con tristeza que estaba muerto.

Dende: ¡NO! –gritó, mientras comenzaba a llorar–. ¡Cuando el Templo se derrumbó, A17 me protegió con su cuerpo para que no me pasara nada! ¡NO ES JUSTO!

Piccolo: Ya veo. Pero tranquilízate, con las Esferas podremos volverlo a la vida. Fue por eso que te salvó. Mientras tú vivas, podremos revivir a todos los que mueran.

Dende: Sí –dijo mientras se limpiaba la nariz–, es verdad.

En ese momento Piccolo sintió que alguien lo golpeó en la nuca, experimentó un fuerte dolor y su vista se nubló, cayendo al suelo inconsciente. El guerrero, luego de verificar el estado del namek, caminó hasta Dende que, atemorizado, no pudo moverse.

Dende: ¿Q-qué... q-quieres?...

Fue lo único que alcanzó a decir antes que el encapuchado lo tomara del cuello. No hubo respuesta...


Kaioshinkai

Kaioshin: Bien, me costó mucho, pero ya pude sentir dónde se encuentra la puerta dimensional.

Kibito: ¡Qué gran noticia! Por cierto, ya comenzó la pelea en la Tierra y parece que a nuestros amigos no les va muy bien.

Kaioshin: Lo siento por ellos, pero eso representa una excelente distracción que no puedo desaprovechar. Ahora que Noliyu está pendiente de la pelea, aprovecharé de cerrar esa maldita puerta... ¡Kibito, quédate y avísame de lo que pase!

Kibito: Como diga, señor.

Luego de esto, Kaioshin, usando la técnica de teletransportación, desapareció.


En un lugar desolado de la Tierra

Goku seguía a toda velocidad al encapuchado que había huido con su esposa. Volaba lo más deprisa que podía, pero aún así no era suficiente para alcanzarlo.

Goku: ¡Maldita sea, es muy veloz! ¡No puedo alcanzarlo!

El guerrero perteneciente a Las Fuerzas Especiales de Noliyu seguía desplazándose sin tomar en cuenta los golpes desesperados que Milk le daba tratando de lograr que la soltara. Finalmente, y para asombro de Goku, se posó en la superficie de una planicie y esperó a que el saiya lo alcanzara. Cuando aterrizó cerca de ellos vio con impotencia a Milk llorar, aún sobre sus hombros. Milk aún no lo había visto, así que gritaba.

Milk: ¡SUÉLTAME AHORA MISMO! ¡YO SOY UNA MUJER EMBARAZADA! ¡NO ME HAGAS DAÑO!

Goku: ¡¿Qué dijo?!... ¡Milk espera un bebé! ¡Qué alegría, tendré otro hijo!

Al oírlo, la mujer volteó a verlo.

Milk: ¡GOKU! ¡AYÚDAME, POR FAVOR!

Goku: ¡No desesperes! ¡Yo te ayudaré!

"Juro que no dejaré que te hagan daño, ¡lo juro!", pensó al tiempo que se acercaba a ellos.

Goku: ¡Suelta a mi mujer ahora mismo, canalla!

Cuando escuchó esto, el ser soltó a Milk, para asombro de ambos (Milk y Goku).

Milk: ¡Eres un bruto! ¡¿Cómo te atreves a tratarme así?! ¡¿Es que nunca te enseñaron buenos modales en tu casa?! ¡Claro que no, si se nota que fuiste un rebelde!

El Ser: ¡Grrrggg!

Milk: ¡Oops!, creo que se enojó.

Goku: ¿Uh?, no entendí nada, pero no importa... ¡Milk, ponte a salvo!

Le gritó Goku. Entonces, Milk, huyó gateando lejos de ellos.

Goku: Ahora estoy más tranquilo... ¡LLEGÓ TU HORA, MISERABLE! ¡PAGARÁS TODO LO QUE HAS HECHO!

El saiya, aún transformado en SSJ, se puso en guardia. Justo a tiempo, ya que su oponente le lanzó un rayo, que Goku esquivó sin problemas, pero sólo era una distracción, ya que el encapuchado se había colocado a su lado y con un fuerte codazo en el rostro lo tumbó al suelo. Goku, al pasar su mano por el rostro, vio que éste quedó lleno de sangre, cosa que lo enojó mucho. Se levantó rápidamente y le respondió lanzándole él también un patada en el estómago y remató con un puñetazo en el rostro, pero antes que pudiera tocarlo, el guerrero tomó la mano del saiya que, muy sorprendido, sólo vio que el enemigo esbozaba una sonrisa diabólica que no entendió hasta que vio su otra mano en su estómago, pero muy tarde, ya que antes que pudiera reaccionar, hizo explotar una bola de energía en ese instante que lo lanzó lejos. Muy aturdido, Goku se levantó del suelo.

Goku: N-no... d-dejaré que me venzas... ¿Escuchaste?... ¡NO DEJARÉ QUE ME VENZAS!

Su furia explotó haciendo que, esta vez, sus ataques comenzaran a ser más certeros. Golpe tras golpe, iba ganando terreno. O al menos eso creía...

Goku: No me interesa que no hables, ¡no dejaré que te salgas con la tuya!... ¡¡¡KAMEHAMEHA!!!

El guerrero, con dificultad, contuvo al ataque de Goku hasta que finalmente lo desvió al espacio, pero ya Goku estaba a su lado y comenzó a golpearlo salvajemente. Sin embargo, su oponente logró hacerle una zancadilla que lo tumbó. Estaba a punto de darle una patada cuando Goku desapareció y reapareció en su espalda.

Goku: ¡KIENZAN!

El disco cortante salió disparado a toda velocidad, pero el guerrero se quitó a tiempo y el Kienzan sólo rasgó un poco su túnica. No perdió tiempo y enseguida formó una bola azul en su mano, bola que lanzó a Goku y que, a medida que avanzaba, comenzó a dividirse más y más. Goku alzó el vuelo, a medida que disparaba tratando de desintegrar las esferas, pero sólo conseguía hacer que se volvieran a dividir. Hizo muchas piruetas en el aire, pero las esferas lo seguían a todas partes de manera insistente.

Goku: ¡Ja! ¡Eres un tonto! ¡Yo ya sé cómo vencer este ataque!

Comenzó a volar en la dirección donde se encontraba su contrincante tratando de lograr que las bolas le dieran a él en su lugar. Ya estando cerca, y utilizando la teletransportación, desapareció. Tal como esperaba, las esferas siguieron de largo rumbo al encapuchado, pero, estando ya a punto de impactar en él, el encapuchado movió su mano e hizo con esto que todas las esferas se desviaran, ¡pero justo en la dirección en que se encontraba Milk!

Goku: ¡NO PUEDE SER!

Al ver esto, Goku voló a toda velocidad, como nunca antes lo había hecho, y no le quedó más remedio que ponerse en su camino para que las bolas le dieran a él en vez de a su esposa. Una a una, todas comenzaron a estrellarse en su cuerpo y, a medida que esto pasaba, Goku cada vez se debilitaba más, hasta que perdió su transformación y cayó al suelo casi inconsciente.

Milk corrió a su encuentro y con su mano temblorosa acarició su rostro.

Milk: G-Goku...

Goku: M-Milk... q-qué bueno... que estás... b-bien...

Milk: Así es, amor –respondió llorando–. Gracias a ti.

Dificultosamente, Goku abrió sus ojos y vio a su esposa, pero al mismo tiempo también pudo ver al encapuchado que la tomó de las ropas y la levantó del suelo.

Goku: N-No... –musitó, casi sin fuerzas–. D-déjala...

Trató de ponerse de pie, y luego de varios intentos lo logró. Volteó y caminó hasta donde se encontraba la pareja.

Goku: ¡Déjala en paz!

Estando ya cerca de ellos, y asegurándose que lo viera todo perfectamente, el extraño ser levantó su mano y, con violencia, atravesó el pecho de Milk, que hasta ese momento había pasado todo el tiempo mirando a los ojos de su esposo llena de horror. Goku no pudo creer lo que vio.... ¡era demasiado terrible!

Goku: ¡¡¡NNNOOO!!!, ¡¡¡MILK!!!

Sacando fuerzas de donde no las tenía, corrió y sostuvo el cuerpo de la mujer justo antes que se estrellara en el suelo, una vez que el encapuchado la soltó. La herida en su pecho sangraba en abundancia.

Goku: ¡Milk!... ¡Amor, no te mueras, por favor, no!

Le decía una y otra vez, mientras lloraba y ponía una mano en su herida tratando de evitar que perdiera más sangre, aún sabiendo que todo era inútil pues era demasiado grande y profunda. Ella, con sus últimas energías, abrió sus ojos y sonrió al verlo.

Milk: G-Goku... c-cuida a nuestro hijo... t-te lo encargo... y... n-nunca olvides que te amé... S-siempre lo hice... h-hasta el fi...nal...

Con estas palabras, la mujer cerró sus ojos, y derramando sus últimas lágrimas, murió...

Goku: ¡NO TE MUERAS! –repetía desesperado mientras la jalaba de sus hombros tratando, así, de lograr que despertara–. ¡NO ME DEJES!, ¡NO ME DEJES!, ¡¡¡NO ME DEJEEEEES!!!

El dolor que sentía era indescriptible. En todos los años que vivió a su lado, nunca pensó que ella podría morir primero que él, ¡nunca! No era lógico, no era posible... El que arriesgaba su vida era él... el que peleaba contra los enemigos que amenazaban al planeta era él... era él quien debía morir... no ella... no Milk... ¡no su amor!... La amaba tanto que sentía cómo su corazón se rompía en mil pedazos... Lleno de desesperación, acarició su vientre; su hijo, que aún no nacía, también había muerto con ella... ¡Maldita sea, ambos estaban muertos! Lentamente se acercó a su rostro y besó sus labios. Luego, alzó su mirada y pudo ver cómo el monstruo que había asesinado sin piedad a su esposa y a su hijo no nato, estaba parado cerca de ellos observando la escena. Ni siquiera pensó en que podría revivirla luego con las esferas, ya nada le importaba y sólo un objetivo cruzaba por su mente.

Goku: A-asesino... –dijo en voz baja, mientras cerraba sus puños con rabia y comenzaba a ponerse de pie–. ¡Asesino!... ¡¡¡ASESINO!!!

Su ki estalló, haciendo que una terrible onda expansiva arrasara todo el lugar a muchos kilómetros a la redonda. Pero no sólo llegó al nivel uno de SSJ, sino que llegó al dos e iba en aumento. Su ira y odio no tenían límite. Con una velocidad abrumadora, llegó hasta donde estaba el encapuchado, que en vano trató de esquivarlo, pero esta vez fue distinto... Esta vez no tenía escapatoria... Goku lo tomó del cuello y comenzó a ahorcarlo lentamente...

Goku: ¡¡¡MATASTE A MI FAMILIA!!! ¡PERO AHORA TÚ MORIRÁS!

Su ki seguía creciendo y el saiya sentía cómo su conciencia, poco a poco, se iba perdiendo en la negrura de su interior al tiempo que una fuerza extraña pujaba por salir a la luz, pero nada de esto le importó. Sin Milk a su lado, ya nada tenía sentido...

El guerrero luchaba con todas sus fuerzas lanzando golpes y patadas que acertaban en el cuerpo de Goku, pero éste parecía no sentirlas en lo absoluto. Supo, entonces, que su fin estaba cerca, pero el brillo maligno que a cada instante se asomaba con mayor intensidad en los ojos del saiya le indicó que su labor había sido cumplida con éxito, así que morir ya no le importaba, por esto dejó de luchar. Goku lo notó y rió lleno de satisfacción.

Goku: Bien, ya te diste cuenta de es inútil luchar conmigo. ¡¡TU FIN LLEGÓ, MALDITO!!

Igual que él había atravesado el cuerpo de Milk, Goku atravesó su pecho, y una vez que tuvo su puño dentro de su cuerpo, lo hizo explotar en mil en pedazos con un ataque de energía. Los restos del cuerpo del encapuchado cayeron por todos lados, pero esto ya no le importó a Goku, que se sujetaba la cabeza preso de un terrible dolor. Su ki aún se expandía, entonces, comenzó a lanzar terribles descargas de energía por todo su cuerpo. Pero no era una descarga normal, era como si la energía de todo su cuerpo se hubiese desbordado de forma incontrolable.

Goku: ¡Milk!... ¡Milk!... ¡Milk!... ¡¡¡MILKKK!!!

Finalmente Goku no pudo más y con un terrible gritó dejó salir toda su energía que explotó terriblemente. La explosión fue enorme y se sintió a muchos kilómetros de distancia. Cuando todo se calmó, y la estela de humo desapareció, el cuerpo del saiya estaba tirado en el suelo, tan caliente que expulsaba humo por sus poros y su aura dejó de ser dorada para convertirse en un aura azul, pero muchas veces más poderosa. Finalmente levantó su vista, dejando al descubierto un mirada fría y llena de odio, se puso en pie y observó la enorme devastación que había a su alrededor.

"Al fin –dijo satisfecho–. Al fin he podido salir a la luz", culminando con una risa diabólica.


Planeta de Kaiosama

Kaiosama no podía creer lo que estaba pasando.

Kaiosama: ¡NO PUEDE SER! ¡¡¡HE DEJADO DE SENTIR EL KI DE GOKU!!!


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