Un acontecimiento muy especial

por Setsuna Meioh


Esta historia narra cómo fue la boda de Vegeta y Bulma, y ocurrió después de la saga de Majimboo.

Eran las 6:30 de la mañana en la Capsule Corp. Había un gran movimiento de gente que iba y venía de un lado a otro revisando de que todo quede perfecto para la gran celebración.

De pronto aparece Bulma en el salón donde está su madre y le dice algo exaltada: ¡Mamá, el vestido!

Ciertamente Bulma se encontraba muy nerviosa puesto que era el día de su boda, la suya con Vegeta, a quien por fin había convencido de que el matrimonio era algo más que una costumbre ridícula en las parejas humanas, y luego de tantos pleitos, éste ya había accedido. Ahora Bulma tenía que esperar a que llegasen la maquillista y la estilista, y el vestido que acababan de avisar estaba listo.

Bulma: «Mamá, la modista acaba de llamar diciendo que el vestido ya está listo. ¡Hay que ir a buscarlo!»

Sra. Brief: «Sí, hija, ya cálmate, le diré a tu padre que vaya a buscarlo. Yo estoy todavía muy ocupada con la decoración y los arreglos florales»

En ese momento llaman a la puerta (toc, toc, toc)…

Sra. Brief: «Bulma, hija, hazme un favor, abre la puerta»

Bulma: «Sí, ya voy»

?????: «Konichi wa, Bulma-san. ¿Cómo estás?»

Bulma: «Ah, eres tú, Gokú, pasa. Bien, ¿y tú?»

Gokú: «Bien gracias. Estoy aquí para intentar, al menos, ayudar a Vegeta –(si es que se deja, pensó)– porque me imagino cómo debe estar»

Bulma: «Sí, pero yo no me lo imagino, más bien me lo pregunto. Bueno, en fin, la verdad es que no le he visto… Debe estar en su habitación»

Gokú: «Hummm… Bueno, gracias, Bulma. Subiré hasta allí»

A los pocos instantes, en la segunda planta de la Capsule Corp, específicamente en la habitación de Vegeta, Gokú toca la puerta de una forma realmente desesperante hasta para el más paciente: (toc, toc, toc, toc, toc)

Int.de la Hab.: Silencio…

Gokú: «¡Qué raro! Bulma me dijo que estaba aquí, pero no hay nadie. ¿Dónde estará?… Ah, ya sé, debe estar como siempre entrenando»

Y dicho esto, Gokú se dirige hacia la Cámara de Gravedad. Allí se encontraba Vegeta, como había pensado Gokú, entrenando, aunque no tan obstinadamente como acostumbra a hacerlo. La verdad estaba allí porque no soportaba el bullicio que hacía la gente cuando subían y bajaban llevando consigo flores, adornos y un sinnúmero de objetos. Pero un llamado a través de un intercomunicador le desconcentró de lo que hacía.

Gokú: «Vegeta, ¡ábreme, por favor!»

Vegeta: (Fastidiado) «¿Quién es?»

Gokú: «Soy yo, Gokú»

Vegeta: «¿Kakarotto?»

Vegeta, pensando, se dirigía a abrir, ya que entrenaba sin ninguna gravedad («Qué fastidio. Encima de todo, Kakarotto está aquí»). Luego de unos cuantos pasos, por fin Vegeta abrió la puerta dejando así que Gokú entrara.

Gokú: «Konichi wa, Vegeta-san»

Vegeta: «Ah, Kakarotto, ya déjate de estupideces. ¿Qué diablos haces aquí?»

Gokú: (Con la mano derecha detrás de su cabeza) «Bueno, yo sólo venía a ver cómo estabas y en qué te podía ayudar» (Le dijo entre sonrisas)

Vegeta: «Mira, como ves, estoy bien, y en respecto a lo otro no creo que puedas ayudarme en nada, además de que no lo necesito» (Dijo en tono despectivo)

Gokú: (Con cara de asombro) «Pero cómo, Vegeta, ahora que te veo, no te has bañado. Al contrario, estás muy sudado y de lo más tranquilo mientras la pobre de Bulma ya debe estar mareada de tantas vueltas que ha dado para que todo salga bien»

Vegeta: «Y a mí qué, ella fue la que se empeñó en esto, y si está tan mareada como tú dices la culpa es suya, ya que yo no intervine en esto» (Dijo aparentemente molesto)

Gokú: «¿Cómo puedes decir eso, Vegeta? Ella está haciendo esto porque te AMA y desea ser feliz a tu lado y formar una familia como es debido, así que pienso que si tú no estás de acuerdo le digas que no quieres casarte con ella, ahora que tienes tiempo y no después, y así le haces menos daño que haciendo que sufra tu indiferencia durante el tiempo que sigan juntos. Eso sería muy duro para ella y creo que no lo soportaría»

Esa frase «ELLA ESTÁ HACIENDO ESTO PORQUE TE AMA» hicieron despertar a Vegeta, quien inconscientemente estaba tratando de ocultar ese sentimiento de parte de ella hacia él que era perfectamente correspondido de una forma que él nunca pudo imaginar por temor a convertirse en un ser blando.

Esta era la primera vez que Vegeta se enamoraba o amaba a alguien. Todo comenzó con un sentimiento de preocupación tras la ruptura sentimental de Bulma con Yamcha. Ella se encontraba muy deprimida, y él a su manera, le ayudó prácticamente a recuperarse.

Vegeta solamente bajó la cabeza y se dirigió a su habitación para arreglarse sin decirle nada más a Gokú, quien extrañado y complacido pensó para sí: (Bueno, hasta que al fin entró en razón).

Mientras Vegeta se duchaba pensaba, no en lo ridícula que eran las costumbres humanas, sino en otra cosa, algo que su padre, el Gran Rey Vegeta, le había inculcado desde pequeño bajo este pensamiento: «Demostrar los sentimientos te hace débil frente a tus enemigos».

Esto, aunado a las anteriores palabras de Gokú, daban vueltas en su cabeza dejándolo realmente confundido, ya que su deseo era vencer a Kakarotto y si se hacía de una u otra forma más «débil» no podría ganarle y su meta principal se vería frustrada, además de que su orgullo se vería, también, gravemente lastimado, ya que para él no era posible que un «Guerrero de Clase Baja» fuese más fuerte que él, el príncipe de los Saiyajín.

Mientras esto ocurría, Bulma se encontraba bañada esperando a que llegaran la estilista y la maquillista. Al cabo de 20 minutos ambas llegaron y bajo las exigencias y disposiciones de Bulma comenzaron a trabajar.

Bulma: «Yo sólo quiero algo sencillo pero a su vez hermoso»

Estilista: «Sí, señorita, como usted guste»

Maquillista: «Ya verá que quedará hermosa, aunque no será problema ya que usted es muy bella» (dijo con tono halagador)

Bulma: «Muchas gracias»

Pasó aproximadamente una hora y media hasta que las muchachas terminaran su trabajo que ciertamente fue excelente, ya que conseguir un maquillaje completamente puro y un peinado totalmente natural necesitan su tiempo. En el preciso momento en que éstas se marchaban, la Sra. Brief entró en la habitación con el vestido.

Sra. Brief: «Mira, Bulma, aquí está el vestido, tu padre acaba de traérmelo»

Bulma: «Muchas gracias, mamá. ¿Podrías aguardar un momento y ayudarme a vestirme?»

Sra. Brief: «Claro, hija, eso no tienes que pedírmelo»

Mientras la Sra. Brief ayudaba a Bulma a vestirse, Vegeta ya se había duchado y había comenzado a vestirse, se había puesto ya las medias, los pantalones, la camisa y el saco, pero le faltaba un trozo de tela gris con rayas blancas de la que no sabía ni qué era ni cómo se usaba, además de unas florecillas un tanto extrañas. En ese momento Gokú toca la puerta e instantáneamente entra.

Gokú: «Vaya, Vegeta, ya estás casi listo, pero te falta la corbata de tu traje»

Vegeta: «¿La corbata? ¿Qué demonios es eso?… acaso es esto» (Dijo refiriéndose al trozo de tela atravesado con rayas blancas)

Gokú: «Ahá, ese mismo. Anda, póntelo»

Vegeta le dio una mirada a Gokú, de esas que significan algo así como «Y esto cómo demonios se usa» de la que Gokú se percató y decidió ayudarle.

Gokú: «A ver, dame, que yo te lo pongo»

Dicho esto se dirigió hacia Vegeta, tomó la corbata y comenzó a hacer el nudo mientras decía: «¿Sabes?, yo tampoco sabía ponérmela, y no fue hasta que Milk, con su ‘infinita paciencia’, no descansó hasta que yo aprendiera»

Vegeta: «Y eso a mí qué rayos me importa»

Gokú: «Gomen ne, Vegeta, yo sólo quería hacerte plática» (diciendo esto comenzó a apretar el nudo)

Vegeta: «KAKAROTTO, ESTÁS AHORCÁNDOME» (Dijo bastante alterado)

Gokú: «Yurushi kudasai, creo que así ya está bien. Ah, por cierto, ese ramito de florecillas del que no me acuerdo el nombre creo que va en el bolsillo superior izquierdo del saco»

Entonces Vegeta tomó el «ramito sin nombre» y después de unos intentos fallidos y varios pinchazos, logró colocárselo.

Vegeta ahora se veía realmente imponente, ya que la elegancia de su traje junto con el orgullo y la arrogancia que emanaba contrastaban a la perfección.

Gokú: «Oye, Vegeta»

Vegeta: «Ahora QUÉ QUIERES, KAKAROTTO»

Gokú: «Yo nada más iba a decirte que no se te olviden las alianzas»

Vegeta: «Alianzas, y eso ¿qué demonios son?»

Gokú: «¿Que no sabes?, las alianzas son dos anillos que tienen grabados en su interior los nombres de los esposos y que te toca colocar en la mano izquierda de Bulma cuando el sacerdote así lo indique» (Gokú vio la confusión en el rostro de Vegeta y añadió) «¿Es que acaso Bulma no te lo explicó?»

Vegeta: «Ahora que lo mencionas, Kakarotto, no lo recuerdo. Creo que escuché hablar a Bulma con su madre al respecto, pero como estaba exhausto no le di importancia y me fui a dormir»

Gokú: (Con su típica cara) «Humm, ya veo. Por cierto, ¿cónde están?»

Vegeta: «Esteeeeee, no sé»

Gokú: «Eso es gravísimo, Vegeta. Sin esos anillos no se pueden casar»

Mientras Vegeta se sentaba en el borde de la cama, harto de todo, pensaba: («Esto es perfecto, primero me tengo que calar usar este traje tan ridículo, luego soportar a Kakarotto y sus estúpidos «consejos», para que ahora esas necias alianzas se pierdan. Esto es sinceramente el colmo. Cuando me canse de todo esto mando todo al diablo y asunto arreglado»)

Vegeta: «Estas costumbres humanas, además de ser increíblemente ridículas e inútiles son muy problemáticas. Ahora resulta que unos «anillitos» causan semejante problema. Ya no sé por qué hago esto. Es más, ya me arrepentí, voy a mandar todo al diablo» (Dijo totalmente decidido)

Gokú: «No digas eso, Vegeta. Además, tú sí sabes por qué estás haciendo esto. La razón es que amas a Bulma y deseas hacerla feliz, ¿o me equivoco? Anda, ya déjate de tonterías y ayúdame a buscar sus alianzas»

Mientras Vegeta y Kakarotto, como éste le llama, ponían la habitación patas arriba buscando las tan mentadas y problemáticas alianzas, en otro lugar en la Capsule Corp. se oían los efusivos comentarios de la Sra. Brief hacia su hija.

Sra. Brief: «¡Oh hija, estás preciosa.! Deja que tu padre te vea»

Bulma: «¿Lo dices en serio, mamá? ¿No bromeas?»

Sra. Brief: «Claro que no, Bulma, yo nunca te mentiría de esa forma»

Bulma: «¿Tú crees que a Vegeta le guste?»

Sra. Brief: «Eso ni lo dudes, estás hermosa. Y, en caso de que no le agrade, sería un completo animal»

Esto sucedía y en la habitación de Vegeta las cosas volaban por los aires al ser arrojadas por éste y Gokú buscando las alianzas, hasta que por fin…

Vegeta: «Ahá, condenadas alianzas, ya las encontré»

Gokú: (Con cara de entusiasmo) «¿En serio, Vegeta? A ver, ¿cómo son? (Dijo acercándose a Vegeta quien ya había comenzado a abrir la delicada cajita de terciopelo negro con las orillas doradas)

Gokú: «Son hermosas, Vegeta. Ahora guárdalas en un lugar seguro como tu bolsillo, para que no se pierdan de nuevo»

Para extrañeza de Gokú y de ustedes, amigos lectores, Vegeta hizo lo que Gokú le dijo sin objetar nada.

Ya todo estaba listo para la gran boda. El jardín de la Capsule Corp. sería el escenario de la celebración de tan maravilloso acontecimiento. Estaba bellísimo, todos los árboles perfectamente podados, la hierba recién cortada, todos los capullos de los lirios habían abierto en la madrugada y ahora estaban frescos y radiantes con su inmaculada blancura, al igual que la novia como una bendición de Kami-sama para la nueva vida que comenzará esta pareja el día de hoy a las 10:00 de la mañana.

Sí, ya sé que Bulma no era tan «pura», pero según Vegeta ellos eran esposos, según las costumbres Saiyajín, desde aquella primera vez. Además esto no debe ser criticado porque en este mundo de Dios ocurre cada cosa (me refiero a la realidad, sólo mediten un poco y verán.) Bueno, volviendo a la historia…

La decoración era majestuosa ya que contrastaban la elegancia y pureza de este evento perfectamente. Los centros de mesa eran pequeños jarrones de cristal labrado que hacían de florero, mejor dicho, de marco a unas espectaculares rosas entre blancas y beiges totalmente naturales. Cada mesa constaba de dos manteles, uno sobre el otro. El primero era de una tela blanca de una textura completamente lisa, y el segundo que iba sobre éste era de una tela delgadísima de encaje. Las sillas, siguiendo la majestuosidad impuesta por los manteles de las mesas, estaban decoradas al mismo estilo.

Ya eran las 9:30 de la mañana y los invitados comenzaron a llegar a la Iglesia, alegando que la ceremonia comenzaría a las 10 en punto. Entre los invitados estaban: Krílin con C-18 y Marron; Gohan, quien asistió con Videl y Goten esperando a que su padre llegara un poco más tarde con Milk; también se encontraba el maestro Roshi, quien no se cansaba de mirar indiscretamente, como siempre, a C-18 y a Videl para incomodidad de sus respectivas parejas, ya que C-18 vestía un maravilloso vestido de color verde botella (un poco más profundo que el verde oliva) con un gran escote que iba desde la parte superior de la espalda hasta donde ésta casi termina, complementando el atuendo con una gargantilla de brillantes que Krílin le había regalado por aniversario de bodas. Videl usaba un ceñido vestido negro, que contrastaba perfectamente con sus profundos ojos azules de los que Gohan quedó prendado apenas los vio y tanto cela; hasta las caderas para dar lugar a una falda, no tan ceñida como la parte superior del vestido, pero tampoco tan amplia, con una abertura desde cinco dedos bajo las caderas hasta el fin de la falda en la parte derecha de ésta. Videl llevaba como único accesorio una gargantilla y una delicada pulsera de Acerina. Entre todas las personas estaba también un adolescente y kawaii Trunks.

La iglesia estaba, al igual que el jardín de la Capsule Corp., majestuosamente decorada. Tenía en la entrada un lazo de delicada seda blanca y en el medio una campanilla la cual albergaba en su interior el arroz que, culminada la ceremonia, sería arrojado sobre los nuevos esposos.

Gokú ya se había marchado de la Capsule Corp. Se había arreglado y había llegado a la iglesia con Milk en brazos, usando la teletransportación. Milk, quien contrariamente a como siempre se arregla, esta vez estaba hermosa, con un vestido blanco algo ajustado y con el cabello suelto hasta los hombros.

Faltaban 2 minutos antes de las 10:00. Bulma ya había llegado y se encontraba esperando en el auto, pero Vegeta aún no llegaba. Pasó algún tiempo y Bulma comenzaba a desesperarse.

Bulma: «Mamá, no puede ser, no ha llegado, debería estar aquí desde hace 30 minutos. Creo que todo este tiempo sólo se burló de mí»

Sra. Brief: «Ya, Bulma, cálmate, seguro que llega pronto»

Mientras esto ocurría, el párroco también se encontraba algo angustiado. Gokú, al verle tan inquieto, decide hablar con él.

Gokú: «Padre, espere un poco más. Mi amigo, quiero decir, el novio, llegará pronto, se lo aseguro» (dijo tratando de convencer al párroco. La verdad él no sabía con seguridad si Vegeta iba a llegar algún día)

Párroco: «Sí, hijo, eso espero, porque después de ésta debo oficiar otras ceremonias»

Pasaron otros 30 minutos aproximadamente y Vegeta no llegaba. Bulma, más que desesperada e inconsolable, estaba realmente histérica. Todo el mundo en la Iglesia comenzaba a comentar lo «extraño» de esto, siendo, a menudo, tranquilizados por Gokú, quien cada vez se preocupaba más. Trunks también estaba extrañado de que la boda no hubiese comenzado hacía ya un buen rato y que su padre no había llegado aún. Además se preocupaba por su madre, ya que ella estaba bastante ilusionada con esto. Por eso decidió ir con Goten a hablar con la madre de éste, ya que ésta, al ser la mejor amiga de la novia (su madre), sabría qué estaría ocurriendo.

Goten: «Oye, mamá, ¿por qué el papá de Trunks no ha llegado?»

Milk: «No lo sé, hijo, pero supongo que debió tener algún problema»

Trunks: «Estoy preocupado por mi mamá, me imagino cómo debe estar. Ella estaba muy feliz porque el terco de mi padre al fin había accedido a casarse con ella»

Milk: «No te preocupes, Trunks, yo iré con Videl a hablar con Bulma para saber cómo está y tranquilizarla»

Trunks: «Gracias, señora»

Milk: «Oh, vamos, no me digas señora. Dime simplemente Milk»

Trunks: «Está bien… Milk»

Milk: «Eso es. No se preocupen, que yo me encargo.»

Dicho esto fue a buscar a Videl, quien se encontraba charlando muy animadamente con Gohan. Interrumpiéndolos, diciendo que eran cosas de mujeres, dejándolo completamente perplejo, se fue con ella hacia el automóvil donde estaba Bulma con la intención de ayudarla.

Bulma: «Ay, Milk, estoy desesperada, no puede ser que Vegeta haya estado jugando cuando aceptó casarse conmigo»

Milk: «Vamos, Bulma, no te deprimas así. Tal vez Vegeta esté aclarando sus ideas»

Bulma: «No sé a qué te refieres» (dijo ella entre sollozos ahogados)

Milk: «Bueno, me refiero a que… tú sabes cómo es Vegeta y su forma de pensar, así que creo que debe estar meditando muy bien lo que va a hacer»

Bulma: «No le encuentro el por qué, ya que todo este tiempo hemos estado viviendo juntos y…» (Fue interrumpida por Videl)

Videl: «Tal vez sí, pero el matrimonio implica más responsabilidades, porque se compromete a estar siempre con usted, el aceptar que la ama lo suficiente como para hacerla su esposa y… bueno, usted sabe lo difícil que le resulta al señor Vegeta aceptar sus sentimientos hacia alguien»

Bulma: «Tal vez tengas razón, pero de todas formas esto me duele mucho»

Videl: «Sé cómo se siente en estos momentos, pero no se angustie, seguro que pronto llega y le dirá las razones de su retraso»

Bulma: «Eso espero»

Bulma se encontraba muy triste y deprimida. En el auto, Videl y Milk le hacían compañía y la tranquilizaban. En el interior de la Iglesia las cosas empeoraban y Gokú estaba cansado de mantener a todos tranquilos, pero afortunadamente, al cabo de unos instantes, Gokú sintió el Kí de Vegeta acercándose. De inmediato Gokú salió de la Iglesia para esperarlo y preguntarle qué le había sucedido. Justamente cuando Gokú logró salir de la Iglesia, Vegeta descendía justo frente a él.

Gokú: «Hasta que por fin te apareces, Vegeta. Bulma está muy deprimida por esto. Por cierto, ¿dónde estabas? y ¿qué estabas haciendo?»

Gokú notó la cara de Vegeta, quien realmente no quería hablar con él. Sólo se limitó a decirle:

Vegeta: «Hablaré con Bulma»

Gokú le dejó tranquilo y entró en la Iglesia diciéndole al párroco que el novio había llegado y que las cosas se arreglarían, además de responder a las preguntas que todos los presentes le hacían. Mientras tanto, Vegeta se dirigía al auto donde estaba una muy dolida Bulma, para hablar con ella. Milk, al notar esto, le hizo señas a Videl para que salieran del auto, puesto que ellos necesitaban estar solos, lo que la Sra. Brief también pensó y dirigiéndose a Bulma, las tres salieron del auto.

Milk: «Bueno, Bulma, te dejamos sola para que puedas hablar con toda libertad con Vegeta»

Bulma: «Muchas gracias por su ayuda, amigas»

Videl: «No se preocupe»

Sra. Brief: «Hija, cualquier cosa, estamos afuera»

Bulma: «Sí, mamá, gracias»

Vegeta tocó la puerta de la aero-limosina y entró.

Bulma: «Hasta que al fin te apareces. ¿Serías tan amable de decirme dónde demonios estabas y qué rayos estabas haciendo?»

Vegeta: «Verás, mujer…» (fue interrumpido por Bulma)

Bulma: «¿Cuántas veces voy a repetirte que mi nombre es Bulma, no ‘Mujer’?»

Vegeta: «Está bien, Bulma, como te decía, estaba en las montañas a las que te llevé por primera vez y estaba pensando»

Bulma: «¿Pensando en qué, ah?, si se puede saber»

Vegeta: «Por favor, ya no me interrumpas, que esto es muy difícil para mí»

Las cosas son graves, pensó Bulma, él nunca había pedido permiso para nada y en su voz se apreciaba cierto tono de melancolía, por lo que Bulma decidió no volverle a interrumpir para dejarlo hablar libremente.

Vegeta: «Estaba pensando en esto que voy a hacer. Para mí es muy difícil porque mi padre siempre me dijo que el mostrar sentimientos me haría débil conmigo mismo y con los demás, especialmente con mis adversarios. Tú muy bien sabes que mi mayor reto es ser mejor que Kakarotto, por lo que no puedo darme el lujo de ser más débil, al contrario, debo ser fuerte y superarle. Me puse a pensar detenidamente sobre cuando Kakarotto se transformó por primera vez en el legendario Super Saiyajín y derrotó a Freezer. Después de ver esto comencé a entrenar muy duro para lograr transformarme en Super Saiyajín y derrotarle, pero siempre él está un paso adelante de mí. Me pasé muchas noches sin dormir pensando en por qué un Guerrero de Clase Baja puede ser más poderoso que yo, el Príncipe de los Saiyajín, hasta que por fin hoy encontré la respuesta»

Bulma, quien había escuchado atentamente su relato, estaba muy conmocionada, puesto que él, el arrogante y orgulloso Vegeta, le hablaba por vez primera con el corazón y se imaginó todo el sufrimiento que éste tuvo que pasar en silencio a causa de esta realidad. Después de un momento, Vegeta siguió.

Vegeta: «Hoy, antes de venir hacia acá, estuve pensando por qué Kakarotto siempre es más fuerte que yo. Al fin di con la respuesta: simplemente yo estaba equivocado. Recordé lo que llevó a Kakarotto a convertirse en un Saiyajín, el motivo fue la muerte de Krílin en manos de Freezer. Kakarotto, al ver muerto a su mejor amigo, expulsó toda su rabia, adquiriendo más poder. Entonces no es malo tener sentimientos como el amor, ya que ellos te dan algo por qué luchar y vivir. Cuando Majimboo te mató a ti y a Trunks, sentí la necesidad de vengar su muerte, ¿por qué?, por la simple y sencilla razón de que los amo más que a mi vida y son mi razón para vivir»

Al oír esta confesión, Bulma no hizo nada más que tratar de contener las lágrimas que se asomaban en su rostro. Vegeta, al notarlo, pasó su mano suavemente sobre sus mejillas secando sus lágrimas. Al cabo de un momento continuó con lo que decía.

Vegeta: «No sabes cuánto lamento el haberme dado cuenta tan tarde de la verdad, sobre todo porque les hice mucho daño a ti y a Trunks con mi indiferencia… Sólo espero remediar eso algún día y comprendo que ahora tus sentimientos hacia mí hayan cambiado, yo sólo quiero que sepas que siempre te amé como nunca pude imaginarlo y que…» (Vegeta fue interrumpido por Bulma, de nuevo, colocando su dedo índice sobre sus labios)

Bulma: «No digas que mi amor hacia ti ha cambiado, yo siempre supe que tú de algún modo me amabas, y ahora que me has abierto tu corazón te amo más que nunca y deseo más que antes casarme contigo. Yo sé que llevamos bastante tiempo viviendo juntos, pero pienso que ya es hora de formalizar nuestra relación y así poder querernos con total libertad»

Mientras Bulma decía esto, retiró su dedo índice que mantenía en los labios de vegeta para callarlo, y tomando su rostro entre sus manos le besó de la forma más tierna y dulce que puedan imaginar.

Afortunadamente, las cosas se habían arreglado y ahora todo estaba dispuesto para comenzar, al fin, la ceremonia. Vegeta estaba en el altar esperando a Bulma, quien sería entregada por su padre. Después de unos pocos minutos de espera, que en realidad fueron pocos comparados con los otros minutos en que Vegeta no llegaba, Bulma hizo su entrada en la Iglesia. ¡Qué hermosa!, pensó Vegeta, sin duda él ya la había visto, cuando habló con ella en el auto, pero por aquel mismo hecho no pudo apreciarla bien.

Ciertamente Bulma estaba bellísima e irradiaba una felicidad increíble. (¿O acaso Uds. creen que casarse con el Príncipe de los Saiyajín es algo muy simple?, pues no, el tipo es testarudo como no tienen idea). El vestido de ella era realmente precioso, tenía un cuello alto con el borde de encaje, la parte que cubre desde el cuello hasta un poco más abajo de las caderas era ajustado al cuerpo y la falda era bastante amplia, tenía las mangas amplias en la parte de los hombros que, a medida que bajaban, se iba ajustando más a los brazos hasta las muñecas. Bulma tenía un maquillaje tan ligero que casi ni se notaba y su cabello caía libremente albergando en la parte superior de su cabeza una corona de blancas florecillas que eran el soporte del velo.

Bulma llegó hasta el altar de la mano de su padre, el Dr. Brief, y puesta en manos de Vegeta por él mismo. La ceremonia dio inicio unos breves instantes y todo marchaba bien hasta que…

Párroco: «Vegeta, tome este anillo y colóquelo en el dedo anular izquierdo de la novia repitiendo esto que le voy a decir…»

Vegeta: «¿Qué? ¿Que quiere que yo haga qué? Además, ¿de cuándo acá usted me tutea?»

Esta reacción era de esperarse. Claro, siempre y cuando Vegeta fuese el novio. Ahora, toda la Iglesia que antes estaba tranquila y calmada, estaba asombrada y un tanto asustada con semejante respuesta. Bulma, quien miraba al frente, volteó a ver a Vegeta con un gesto de enfado, pero luego lo cambió por uno de «por favor, no reniegues, sólo hazlo». Vegeta asintió en silencio y se dispuso a hacer lo que el párroco le había dicho momentos antes.

Vegeta: «Disculpe… yo no estoy acostumbrado a estas cosas»

Párroco: «Sí, ya veo. No se preocupe por eso, prosigamos»

Vegeta: «¿Eso es todo lo que tengo que hacer?»

Párroco: «Sí»

Vegeta: «Está bien, lo haré»

Entonces, Vegeta tomó el la mano izquierda de Bulma y luego el Anillo, el cual colocaba mientras repetía las palabras del párroco:

Vegeta: «Yo, Vegeta, te entrego este anillo a ti, Bulma, como símbolo de mi amor y fidelidad y de estar contigo en las buenas y en las malas, en la salud y en la enfermedad, hasta que la muerte nos separe» («Vaya, lo hice. Si mi padre viera esto diría que soy un débil y se burlaría de mí, pero no importa, al diablo, total, no está aquí, así que no puede decirme nada» Pensó Vegeta orgulloso, más aún, de sí mismo).

Después fue el turno de Bulma, quien lo hizo sin ninguna dificultad aparente, aunque estaba un poco nerviosa por la reacción anterior del Saiya.

Bulma: «Yo, Bulma, te entrego este anillo a ti, Vegeta, como símbolo de mi amor y fidelidad y de estar contigo en las buenas y en las malas, en la salud y en la enfermedad, hasta que la muerte nos separe» («Uff, vaya, no pasó nada» Pensó Bulma un poco aliviada)

Después de esto, en unos instantes, el párroco dijo: «Ahora puede besar a la novia». Vegeta estaba muy incomodo puesto que no le era relativamente fácil hacer demostraciones de cariño en público, y menos de este tipo. Le dirigió una mirada a Bulma y luego decidió imaginar que no había nadie más allí, la tomó entre sus brazos y la besó muy dulcemente, a lo que los invitados respondieron aplaudiendo muy entusiasmados, pero no faltaron personas, mejor dicho, mujeres, que conmovidas lloraron un poco. El beso terminó y los ahora esposos bajaron del altar y recibían las felicitaciones de todos, Bulma alegremente, y Vegeta con un poco de dificultad, ya que le era bastante difícil ser sociable. Después llegaron a la salida de la Iglesia y fueron rociados con arroz, símbolo de prosperidad, cosa que a Vegeta no le agradó mucho que digamos, pero bueno, en fin, todos se fueron en sus respectivos autos hacia la Capsule Corp. para la gran recepción que allí tenía lugar.

Mientras tanto, en el auto de los recién casados:

Bulma: «Muchas gracias por hacerme tan feliz, Vegeta»

Vegeta: «Ya, mujer, no hagas que me arrepienta de lo que hice»

Bulma: «Vegeta, tú nunca cambiarás, ¿verdad? Siempre seguirás siendo el mismo tonto cabeza hueca de siempre»

Vegeta: «Ya cálmate, ¿sí? Trataré de ser lo mejor posible»

Ya todos estaban en la fiesta, Goten hablaba con Trunks de chicas, el colegio (que, ciertamente, no era de su total agrado), descansando un rato para beber algo. Videl y Gohan charlaban animadamente sobre todo de lo que había sucedido en los últimos meses.

Gokú no se apartaba de la mesa de las comidas, siendo a menudo regañado por su esposa Milk. Yamcha, el maestro Roshi, C-18, Marron, la Tortuga, Púar y Oolong estaban en una mesa conversando de lo que se les venía a la mente en ese momento.

En general la fiesta iba bastante bien hasta que Gokú vio a Vegeta apartado de todos con una cara de fastidio irremediable, por lo que decidió acercase y hablar un poco con él.

Gokú: «Dime, Vegeta, qué se siente ser un hombre casado»

C-18, que se había levantado de la mesa y andaba por ahí, decidió intervenir también.

C-18: «Es cierto. ¿Qué siente el Gran Príncipe de los Saiyajín en estos momentos?» (Dijo un poco sarcástica)

Vegeta, quien ya estaba lo suficientemente fastidiado, ahora estaba enojado.

Vegeta: «Y eso a ti qué te importa, montón de chatarra inútil»

C-18: «La verdad, nada. Pero me asombra que se te haya derretido el corazón de tal manera para casarte. ¿No que eras el frío Príncipe Saiyajín?» (Dijo tratando de contener la risa)

Vegeta, ya no podía contener su ira.

Vegeta: «Mira, reconstrucción barata, más te vale que te retractes de tus palabras ahora mismo si es que quieres criar a tu hija»

C-18: «Así que amenazando. Pues no te lo recomiendo, ¿o acaso quieres que esta linda fiesta se acabe y tu esposa se enfade?»

Vegeta: «Arrrrrg, esto es definitivamente el colmo, no tengo por qué soportar tus necedades, androide defectuoso»

Todo el mundo se había enterado de la discusión y cuando las cosas iban a pasar a mayores…

Gokú: «Ya, Vegeta, tranquilízate»

Vegeta: «¡Déjame en paz, Kakarotto! No puedo dejar que esta basura siga humillándome»

C-18: «Así que soy basura, ¿eh? Pues te recuerdo que esta basura, como me llamas, te derrotó fácilmente sin que pudieras hacerme siquiera un rasguño»

Vegeta: «¡Urusai!… Energy Dan»

Vegeta atacó a C-18 con un Energy Dan, pero su esfera de energía fue desviada por Gokú con un simple giro de muñeca.

Krílin se acercó hacia donde estaban ellos para detener a su esposa, y Bulma estaba muy enojada.

Krílin: «Ya basta, amor, ven conmigo»

C-18: «Está bien, Krílin, no voy a seguir perdiendo my tiempo»

Vegeta: «Así que te tiene dominada, procesador 286»

C-18: «Ya cállate»

Vegeta se disponía a seguir, cuando…

Bulma: «¡Vegeta, ya basta! Esto es una fiesta, no un Ring de Boxeo y creo que me prometiste que tratarías de portarte bien, aunque veo que es imposible»

Vegeta: «Ya, Bulma, estoy tratando, pero ella comenzó»

Bulma: «Bueno, dejémoslo así, ¿te parece?»

Vegeta: «De acuerdo»

Así siguió la fiesta hasta que se terminó, aunque claro, Vegeta trató de dominar su carácter cuanto pudo. De la comida no quedaron sobras ni para un gato, Uds. se imaginarán lo que comen cinco Saiyajins, afortunadamente nadie quedó falto. La única que no comió muy bien que digamos fue Bulma, quien estaba de anfitriona atendiendo a toda la gente y dirigiendo a todos el personal contratado para ese día. Al fin todos se habían ido ya, dejando un gran desorden que, afortunadamente, sería limpiado por los robots domésticos que Bulma había creado justamente para estos casos. Trunks yacía dormido y Bulma estaba en su habitación quitándose el velo, los zarcillos, etc. Vegeta se había perdido momentos después de concluida la fiesta y Bulma no sabía dónde estaba, pero pronto en el corredor se oían pasos, Vegeta ya había llegado y se dirigía hacia su habitación con Bulma. Cuando llegó, la encontró cepillando su lacio cabello morado, igual al de su hijo. Ella estaba todavía vestida, sintió que la observaban y volteó para ver quién era.

Bulma: «Ah, eres tú, Vegeta. ¿Dónde habías estado?»

Vegeta: «…»

Vegeta sólo se acercó hasta donde estaba ella sentada, frente a la peinadora, la tomó entre sus brazos y la besó dulce y apasionadamente hasta llegar a la cama. Luego la depositó en ella e hicieron el amor de una forma diferente, esta vez pura e intensa, puesto que Vegeta ya había despertado sus sentimientos y los había dejado escapar. Este contacto no fue expresamente físico, sino más bien sentimental y espiritual. Vegeta había conseguido darle paz a su alma después de tanto tiempo y había puesto en orden su vida, después de todo, no era algo malo tener sentimientos.

Así comenzaba la nueva vida matrimonial de Vegeta y Bulma; y de igual forma, termina mi relato.