Calor: Un error lo comete cualquiera

por Xime


«Y para hoy, el pronóstico del tiempo es nubosidad parcial variando a despejado. Hay probabilidad de altas temperaturas, así que les recomendamos no hacer mucha actividad física»

Ése fue el pronóstico del tiempo para la Capital del Oeste: mucho calor. Y eso fue precisamente lo que hubo.

Vegeta venía subiendo la escalera y sentía que volvía a estar en el infierno.

Vegeta: ¡Bulma! –gritó llegando al segundo piso casi sin aliento.

…silencio…

Vegeta: Bulma, ¿dónde demonios estás? ¡Acciona inmediatamente el aire acondicionado!

Bulma apareció abajo de unos extraños artefactos.

Vegeta: ¿Qué haces ahí? ¿Y por qué hace tanto calor aquí adentro?

Bulma: No habrá aire acondicionado por unas horas.

Vegeta: ¿Qué?

Bulma: Se desconectaron unos cables y me tomará algo de tiempo repararlos.

Vegeta: ¡Rayos! Casi no llego al segundo piso, me quedé sin aire y siento que me va a estallar la cabeza.

Bulma: Sí, tienes razón, hace mucho calor –dijo secándose la frente–. ¿Vas a entrenar hoy?

Vegeta: Por supuesto que sí. El calor no va a interferir en mi entrenamiento.

Bulma: Pero es que la cámara de gravedad absorbe el calor del ambiente, y si no tiene el aire acondicionado funcionando, te vas a…

Vegeta: ¡Bah! Eso no importa. He entrenado bajo condiciones mucho más complicadas, y aquí me tienes –dijo dándose la vuelta y bajando la escalera.

Bulma: ¡Que conste que te lo advertí! –le gritó.

A eso de las 3:30 PM, la temperatura había subido a 39°C. El sol inundaba la Capital del Oeste como nunca lo había hecho. Los edificios y el pavimento parecían absorber el calor y devolverlo aumentado como una gran estufa de la que nadie podía escapar.

Los pequeños Trunks y Goten estaban en el jardín de la C.Cápsula sentados en el pasto y con una cara de aburrimiento que nada les podría quitar, pero no tenían ánimo de hacer nada, ni siquiera hablar, porque con sólo mirarse empezaban a sudar.

Tenían la piscina frente a ellos, pero los dos estaban un poco resfriados, así que les prohibieron bañarse.

Al calor que hacía, se sumaba el resfrío y eso sí que es terrible (si alguna vez se han resfriado en verano, lo entenderán)

Goten apenas mantenía los ojos abiertos y de pronto su mirada se posó en la cámara de gravedad.

Goten: Oye, Trunks.

Trunks: ¿Qué quieres, Goten?

Goten: ¿No te parece que tu papá es muy extraño?

Trunks: ¿Por qué lo dices?

Goten: Porque nosotros estamos agotadísimos por el calor sin haber hecho nada, y él sigue entrenando en su cámara de gravedad como si fuera un día normal.

Trunks: Eso es porque mi papá es muy fuerte –dijo en un tono orgulloso (¿a quién habrá salido?)

Goten: Sí, tienes razón, amigo.

Lo que no sabían es que Vegeta estaba dentro de un horno. La temperatura dentro de la cámara de gravedad era por lo menos de 15° más que afuera (y no a la sombra precisamente).

Estaba agotadísimo. La fuerza que normalmente empleaba en sus golpes había disminuido considerablemente y su ropa estaba completamente empapada.

Eso era común en Vegeta, estaba acostumbrado a esforzarse en sus entrenamientos y a sudar mucho, pero lo que lo enfurecía era que no había podido aumentar la gravedad ni un poco.

Estaba más cansado que con su entrenamiento habitual a 300G, pero esta vez sólo entrenaba a 1G.

Le dolía bastante la cabeza y estaba a punto de caer totalmente fatigado. A estas alturas ya se había empezado a deshidratar y le costaba trabajo respirar.

Vegeta: ¡Demonios! Sólo 15 minutos más y me largo de esta estufa.

Pasó un rato más y Bulma fue a la cocina a buscar algo de beber, pero al abrir el refrigerador, vio con gran desilusión que no había nada (literalmente). Como era un día caluroso, los primeros en desaparecer fueron los jugos y bebidas.

Bulma: ¡Oh, no! Tendré que ir a comprar –dijo cerrando el refrigerador y dirigiéndose al jardín.

Trunks: Goten, ya no puedo más. Creo que moriré –dijo jadeando y echándose un poco del agua de la piscina en la cara–. ¿Goten? ¿Me escuchaste? –preguntó volteándose al no obtener respuesta de su amigo.

Goten estaba de espaldas en el pasto, durmiendo como un lirón y roncando como una locomotora.

Una gran gota de sudor apareció en la cabeza de Trunks.

Trunks: ¿Cómo puedes dormir con el calor que hace? –le preguntó mientras se le acercaba.

Bulma: ¿Niños? ¡Ah!, ahí están. Tengo que hacer algunas compras, ¿vienen conmigo? –preguntó echándose aire a la cara con la mano.

Trunks: No, mamá, hace mucho calor. Y más encima Goten se quedó dormido y de aquí a que despierte, va a pasar un buen rato. ¿Por qué no le dices a mi papá que te acompañe?

Bulma: Es que está entrenando y… bueno, no pierdo nada con intentarlo –dijo dirigiéndose a la cámara de gravedad.

Trunks: ¡Ya, Goten, despierta!

Goten: ¿Eh? ¿Qué pasó?

Trunks: Te dormiste, tonto.

Goten: ¿Sí? Je je je.

Cuando Bulma llegó a la entrada, vio que la gravedad no estaba aumentada porque el visor exterior marcaba 1G, así que no tocó y abrió la compuerta con mucho cuidado, para no molestar a Vegeta.

Cuando entró, lo vio al otro lado de la cámara de gravedad, casi junto al control principal, dándole la espalda y lanzando golpes al aire.

Se le acercó lentamente, pensando que él había notado su presencia, pero cuando estaba a dos pasos de distancia y cuando iba a ponerle una mano en el hombro, Vegeta se volteó repentinamente y lanzó un golpe no muy fuerte que alcanzó a Bulma en la cara.

Afortunadamente para ella, Vegeta estaba demasiado cansado y no empleó mucha fuerza, ya que si la hubiese alcanzado uno de sus golpes comunes, le habría roto el cuello.

Vegeta: ¡¡BULMA!! –gritó al darse cuenta de lo que había pasado y corrió hacia Bulma, que había caído tres metros más allá.

Se había puesto de pie y se sujetaba la mejilla donde Vegeta la había golpeado.

Vegeta: ¿Estás bien? –preguntó preocupado, pero no hubo respuesta–. Déjame ver –dijo levantando suavemente el rostro de Bulma para verla y quitando la mano que ella mantenía en su cara.

Un hilillo de sangre brotaba de la boca de Bulma debido al corte que tenía en el labio inferior. La mirada de Vegeta, desde los labios ensangrentados de Bulma, se posó en sus ojos. Ella lo miraba con miedo y rabia al mismo tiempo y sus ojos se llenaron de lágrimas, las que empezaron a caer sobre las manos de Vegeta que aún estaban sujetando su rostro.

Vegeta: Yo…

Bulma: ¡Aléjate de mí! ¡No te atrevas a tocarme! –dijo empujándolo–. ¡¡Bruto!! ¡¡Animal!! ¿Ya no distingues entre el enemigo y tu mujer? –gritaba entre sollozos mientras caminaba con dirección a la salida.

Vegeta: Bulma… espera, no te vi –explicó sintiéndose muy culpable por haberla golpeado.

Bulma: ¿Y de qué te sirve sentir el ki de las personas? ¿No te jactas de tener esos poderes?

Vegeta: No te sentí acercarte –decía tratando de mantener la calma.

Y era verdad. Estaba muy agotado por el calor y a la vez estaba concentrado en lo que estaba haciendo y no habría sentido ningún tipo de ki, a menos que hubiera sido uno muy poderoso.

Bulma ya no quiso escuchar más y salió de la cámara de gravedad.

Vegeta: ¡Espera! ¿A dónde vas?

Bulma: ¡¡A cualquier lugar lejos de ti!!

Mientras Bulma salía llorando de la cámara de gravedad y Vegeta se quedaba parado en la entrada viéndola alejarse, en el jardín estaba un asustado Trunks, con los ojitos muy abiertos y con el corazón acelerado porque nunca había escuchado a sus papás tener un enfrentamiento así.

Es verdad que discutían bastante seguido, pero nunca había oído a su mamá llamar bruto y animal a su papá.

Y cuando vio a Bulma pasar junto a él y Goten con sangre en el rostro y llorando, terminó de asustarse.

Su papá nunca había golpeado a su mamá, de hecho siempre le había inculcado que nunca se debía golpear a las mujeres, a menos que fuera en un combate. Y ahora todo eso se vino abajo para el pobre Trunks, que no aguantó más y salió volando a toda velocidad del lugar con lágrimas en sus ojos.

Goten, que no entendía lo que pasaba, se limitó a seguir a su amigo.

Goten: ¡Trunks, espera!

Bulma, por su parte, expandió la cápsula que contenía su avión, puso la música a todo volumen para olvidarse de lo sucedido y con lágrimas en los ojos despegó con rumbo a Kame House.

Trunks no escuchó nada, sólo voló lo más lejos y rápido que pudo, convirtiéndose en súper saiyajin por la pena y la rabia y derramando muchas lágrimas para poder desahogarse.

Cuando al fin se tranquilizó, descendió seguido por Goten a un bosque muy cercano a la casa de su amigo y se sentó bajo un árbol.

Lloraba en silencio porque le habían enseñado (adivinen quién) que los hombres no deben llorar, pero Trunks era sólo un niño, y uno muy afligido en ese momento.

Goten se acercó lentamente a él y le dijo:

Goten: Ya, Trunks, no te preocupes, todo se arreglará.

Trunks: ¡Snif!

Goten: Tus papás siempre pelean, ¿verdad? No es tan terrible.

Trunks: ¡¡Tú no entiendes, Goten!!

Goten: ¿Eh?

Trunks: Nunca habían peleado así. Mi papá nunca le había pegado a mi mamá.

Goten: Es cierto.

Trunks: ¿Y ahora… qué… va a pasar… conmigo? –preguntó entre sollozos.

Goten: Puede que tus papás se separen y tú tengas que elegir con cuál de los dos te quedas –lo «animó» Goten.

Trunks: ¡¡¿¿Quéeee??!!

Goten: ¿No recuerdas a nuestro compañero de clase? Sus papás se separaron y él tuvo que quedarse con su mamá. Creo que sólo podía ver a su papá una vez al mes.

Trunks: ¡¿Al mes?!

Goten: Sí, eso fue lo que dijo.

Trunks: Pe…pero yo quiero mucho a mi papá y quiero verlo todos los días.

Goten: Entonces te quedas con él.

Trunks: Pero es que también quiero a mi mamá –dijo comenzando a llorar de nuevo.

Goten: Tendrás que elegir –dijo inocentemente.

Trunks: Yo no quiero elegiiiiir –volvió a llorar.

Goten: Ya, Trunks, no llores. ¿Por qué no le preguntamos a Gohan qué hacer? Él siempre tiene la solución para todo.

Trunks: ¡Snif! Está bien –dijo secándose las lágrimas y partieron a la casa de Goten.

En ese momento, Bulma ya casi llegaba a Kame House. Seguía llorando y sostenía un pañuelo contra su boca para que dejara de sangrar.

Al entrar se encontró con Krillin, #18, Gohan, Videl y Yamcha.

Cuando todos la vieron, se asustaron mucho porque venía llorando y con señales de haber sido golpeada. Todos se imaginaron lo que había pasado, pero prefirieron preguntar.

Yamcha: ¡¡Bulma!! –dijo acercándose a ella.

Bulma levantó la mirada y sus lágrimas comenzaron a caer. Se quitó lentamente el pañuelo y todos pudieron ver la marca del golpe que le había dado Vegeta, que a pesar de haber sido suave, a Bulma le había dejado todo el lado derecho de la cara hinchado y ya se había empezado a amoratar. Todo eso aparte del corte del labio que todavía sangraba, aunque no mucho.

Yamcha: ¡¡Dios mío!! ¿Qué te pasó?

Bulma comenzó a llorar y Yamcha sólo la abrazó. Todos quedaron estupefactos ante lo ocurrido, hasta que Yamcha le preguntó (temiéndose todos la respuesta):

Yamcha: ¿Quién fue?

…largo silencio…

Bulma: Vegeta –contestó con una voz casi inaudible.

Yamcha: Ese desgraciado…

Krillin: ¿Qué? ¿Vegeta? –dijo sorprendido, pero al mismo tiempo enojado.

Gohan: No puede ser.

Bulma: Lo que pasó es que yo quería que me acompañara y cuando le fui a pedir que…

No terminó de explicar lo que había pasado cuando Yamcha y Krillin ya iban en camino a la C.Cápsula para «hacer puré» a Vegeta (Bueno, en realidad todos sabemos que no pueden hacer eso, pero ganas no les faltaban)

Mientras eso ocurría, Goten y Trunks ya habían llegado a su destino, para preguntarle a Gohan a quién debía escoger Trunks.

Cuando entraron a la casa, extrañamente Gokú y Milk estaban juntos en la sala. Gokú hacía algunos abdominales y Milk tejía un chaleco para Goten.

Cuando escucharon la puerta cerrarse, Milk preguntó:

Milk: ¿Eres tú, Goten?

Goten: Eeeeh, sí, mamá.

Ambos entraron a la sala y Milk los vio.

Milk: ¡Ah! Vienes con Trunks.

Gokú: ¿Mmm? Hola, Trunks.

Trunks: Ho-hola, señor.

Milk: Hace mucho calor, ¿quieren tomar un jugo?

Goten: Síiii.

Milk: De acuerdo, se los traeré –dijo levantándose del sillón donde estaba sentada y dirigiéndose a la cocina.

Gokú se acercó a ellos y notó que Trunks había estado llorando, lo que no era muy común en él.

Gokú: ¿Sucede algo malo? –dijo agachándose frente a los pequeños. Trunks sólo bajó la mirada con lágrimas en sus ojitos.

Goten: Trunks, a lo mejor mi papá también te puede ayudar.

Gokú: ¿Ayudar? –preguntó extrañado.

Goten: Sí, ayudar a escoger.

Gokú: ¿A escoger qué?

Goten: A escoger entre su mamá y su papá.

Gokú: A ver, Goten, así no vamos a llegar a ninguna parte. Vengan –los tomó de la mano y los tres salieron de la casa y se sentaron en el pasto que había a la entrada.

Gokú: Trunks, ¿puedes decirme qué pasó?

Trunks empezó a hablar, pero se le hacía muy difícil, y entre lágrimas, sollozos y limpiadas de nariz, le contó lo que él creyó que había pasado.

Trunks: Lo que pasó, ¡Snif!, es que hoy… mi mamá le, ¡Snif!, fue a pedir a mi papá… que la acompañara a, ¡Snif!, hacer unas compras. Mi papá no quiso ir con ella porque, ¡Snif!, estaba entrenando y… le pegó. ¡¡¡¡BUAAAAAA!!!!

Goten continuó con la parte de la separación y que Trunks tenía que escoger con quién se iba a quedar, pero a Gokú ya le había quedado clara la situación (supuestamente) y no escuchó nada más. Se puso de pie lentamente mientras sentía que le empezaba a hervir la sangre.

Gokú: ¿Tu… papá golpeó a Bulma? –preguntó con la cara roja de rabia.

Trunks: Sí, ¡Snif!

Gokú: ¿Estás… seguro?

Trunks: Sí, incluso le sacó sangre de la boca.

Gokú: Grrr… Vegeta –fue lo último que dijo antes de teletransportarse.

Antes de que Gokú llegara, Vegeta había ido a tomarse un jugo a la cocina, pero no encontró nada. Todavía seguía preocupado por el golpe que le había dado a Bulma, pero por lo que había visto, no era muy grave. Salió al jardín para ver si ella estaba allí, pero no la encontró.

Tomó una parte de la toalla que tenía en el cuello y empezó a secarse la cara mientras caminaba por el patio, y atontado como estaba por el calor, no se dio cuenta de que se dirigía a la piscina.

Caminó sin mirar por donde iba, hasta que en un momento uno de sus pies no encontró nada sólido en que apoyarse para dar el próximo paso. Todo lo contrario.

No se dio ni cuenta cuando estaba a 4 metros de profundidad y rodeado de burbujas.

Cuando volvió a la superficie, salió de la piscina, se estrujó el cabello y se dirigió a la casa.

Vegeta: ¡Uf! Por lo menos me refresqué un poco.

Iba a poner el primer pie dentro de la casa cuando escuchó una voz familiar.

Yamcha: ¿A dónde crees que vas? –dijo mientras descendía en el jardín junto con Krillin.

Vegeta se volteó.

Vegeta: ¿Qué dijiste? –dijo cruzándose de brazos.

Krillin: Dijo que a dónde vas.

Vegeta: Aaaaah, tú también, enano. No me había dado cuenta de que estabas aquí. Bueno, con un ki tan bajo como el tuyo, eso no me extraña –dijo sonriendo malignamente.

Krillin: Prefiero tener un ki bajo y no ser un maldito cobarde como tú.

Vegeta: ¿Cobarde? –preguntó como si no entendiera el significado de esa palabra.

Yamcha: Sí, un maldito cobarde que golpea a una mujer que no puede defenderse.

La sonrisa de Vegeta se desvaneció.

Yamcha: ¿Cómo te atreviste a golpearla? ¿Dónde están tus malditos pantalones?

Krillin: ¿A eso te vas a dedicar ahora que no hay problemas ni amenazas? ¿A golpear a Bulma?

Vegeta estaba que estallaba, hasta que llegó un momento en que no pudo contenerse más.

Vegeta: ¡¡Ya basta!! –gritó y lanzó un Energy ha contra Yamcha y Krillin, pero ellos lo esquivaron.

La pelea iba a empezar cuando llegó Gokú y apareció frente a Vegeta.

Gokú: ¡¡Eres un maldito!! –le gritó Gokú al tiempo que le daba un fuerte golpe, sorprendiendo a Vegeta que no se esperaba ni el golpe ni a Gokú. El príncipe quedó estampado en el suelo.

Vegeta: ¿De parte de quién? –preguntó sin entender, pero al ver a Gokú, su cara cambió–. ¿Qué clase de mafia te mandó a golpearme, retrasado mental?

Gokú: ¿Quieres decirme por qué demonios golpeaste a Bulma? –preguntó furioso acercándose a él y levantándolo de la camiseta.

Vegeta no respondió. Sólo le sujetó la mano a Gokú.

Gokú: ¡¡¿¿Cómo te atreviste a poner tus manotas sobre ella??!!

Vegeta: No te metas, Kakarotto, es mi mujer y además yo…

Gokú: Puede que sea tu mujer pero es MI amiga y la conozco desde mucho antes que tú y no voy a perdonarte lo que le hiciste.

Yamcha: ¿Tienes idea de cómo le dejaste la cara?

Krillin: Sigues siendo el mismo desgraciado que llegó por primera vez a la Tierra. ¡Lo único que te falta es la cola!

Gokú: Ahora verás –dijo Gokú lanzando a Vegeta al piso.

Acto seguido, Gokú, Yamcha y Krillin se lanzaron sobre él y entre los tres comenzaron a golpearlo. Sólo se veía una nube de polvo de donde provenían gritos e insultos y de la cual emergían manos y pies y una que otra cabeza, la cual era inmediatamente devuelta a la pelea sujeta del cabello.

Después de unos momentos, salió despedido Yamcha. Minutos después, fue el turno de Krillin. Gokú y Vegeta siguieron peleando hasta que por efecto del calor cayeron rendidos y respirando agitados.

Gokú: ¿Por qué… le pegaste?

Después de un silencio que parecía hacerse eterno, la respuesta llegó.

Vegeta: Fue un accidente.

Gokú: ¿Accidente? ¿Golpeas a tu esposa por accidente?

Vegeta: ¡¡YO ESTABA ENTRENANDO Y ELLA ESTABA DETRÁS MÍO. NO LA VI Y LA GOLPEÉ. ESO FUE LO QUE PASÓ, Y YA DÉJAME EN PAZ, KAKAROTTO!!. Yo nunca le haría daño a Bulma, y tú lo sabes.

Gokú: Lo siento, Vegeta, pero lo que Trunks me contó…

Vegeta: ¿Trunks?

Gokú: Sí, fue a mi casa con Goten y me dijo que tú no quisiste acompañar a Bulma a hacer unas compras y como interrumpió tu entrenamiento, la golpeaste.

Vegeta: ¡¡¿¿Qué dijiste, Kakarotto??!! –le gritó muy cerca del rostro, con los ojos saliéndosele, la cara roja y las venas totalmente marcadas en su frente.

Gokú: Vegeta, me escupiste –dijo limpiándose la cara.

Vegeta: Grrr, ese mocoso endemoniado. Me las pagará. Cuando le ponga las manos encima sabrá quién es su padre –gruñía mientras pensaba en la mejor forma de torturarlo.

Gokú: ¿Vegeta? –decía mientras movía una mano delante de la cara del príncipe.

Vegeta: ¿Hmm? ¡Ah! ¡¡¡AAAHHH!!! Y tú, Kakarotto, dile a Trunks que se arrepentirá de andar diciendo mentiras.

Gokú: Pero a mí no me pareció que estuviera mintiendo. Tal vez él creyó que eso había pasado.

Vegeta: ¿Y en qué te basas para decir eso?

Gokú: En que estaba llorando y no creo que sea tan buen actor.

Vegeta: ¿Ah, sí? Pues teletranspórtate ahora mismo y dile que regrese. Ese mocoso me va a escuchar –le dijo empujándolo.

Gokú: De-de acuerdo. Nos vemos, Vegeta.

(¡¡Qué manera de salir del problema!!)

A todo esto, Krillin y Yamcha habían reaccionado y escucharon la conversación de los saiyas, y se dieron cuenta que no habían metido la pata, habían metido las cuatro. No hallaban la hora ni la manera de esfumarse (literalmente) del lugar.

Cuando trataron de abandonar el frente de batalla, Vegeta se volteó y los miró con cara de «me desharé de ustedes», ante lo cual ambos huyeron a una velocidad nunca antes lograda.

Vegeta: Idiotas –murmuró mientras se dirigía a la entrada de la casa, pero antes de entrar sintió el ki de Gohan justo detrás de él.

Se volteó rápidamente y se puso en guardia.

Vegeta: Si tú también viniste a hacer justicia, te aconsejo que te vayas por donde viniste.

Gohan: No, Vegeta, se equivoca. Vine a detener a Yamcha y a Krillin. Ellos no terminaron de escuchar lo sucedido y vinieron para acá.

Vegeta: ¡Claro! Y a buscar problemas, o mejor dicho a provocarlos y a fastidiarme –dijo cruzándose de brazos.

Gohan: Parece que llegué un poco tarde.

Vegeta: Sí, ya se largaron. Y diles que para la próxima vez no se salvan. ¡Ah! y que cuando vayan a hacer algo, reúnan toda la información, ¡¡¡Grrr!!!

Vegeta entró a la casa y dio un gran portazo. Gohan se quedó parado en el jardín con una gran gota de sudor en la cabeza.

Mientras tanto, en Kame House, Bulma estaba siendo regañada por #18.

#18: Tú tuviste la culpa. Sabes cómo es Vegeta. pero igual te metes entre las patas de los caballos.

Bulma: Pero…

Milk: Sí, Bulma, debiste haberle avisado que estabas ahí, ¿verdad? –Videl y #18 asintieron.

Bulma: Puede ser, pero…

Videl: Lo que debe hacer es volver y hacer las paces con él. Después de todo, fue un accidente y un error lo comete cualquiera.

Bulma: Sí, creo que tienen razón, pero miren mi cara.

Milk: No te preocupes, ya te revisé y no es nada grave. Cuando llegues, ponte un trozo de carne en la cara para que se deshinche.

Trunks, que junto a Goten había seguido a Milk a Kame House cuando Gohan la llamó para comunicarle lo sucedido, escuchó desde afuera toda la conversación y se enteró de lo que realmente había ocurrido, y supo (sin equivocarse en lo más mínimo) que estaría en graves, mejor dicho en gravísimos problemas si volvía a su casa.

Su papá lo iba a hacer polvo. Sus células, átomos, neutrones y electrones quedarían diseminados por todo el universo. Y lo peor es que lo torturaría antes de matarlo (el niño conoce a su padre), así que decidió esconderse y le pidió a Goten que hablara con Bulma para que le permitiera quedarse en la casa de Gokú. Antes de regresar, Bulma le dijo que sí, pero que volviera al día siguiente.

Bulma emprendió el viaje de regreso mientras sentía que la cara se le hinchaba más y más.

Cuando llegó, eran cerca de las 10:00 PM. La casa estaba a oscuras.

Fue a la cocina, bebió un poco de agua porque no había nada más y sacó del refrigerador una bandeja que contenía unos bistecs que había comprado, pero no los cenó, los llevó a su habitación para ponérselos en la cara.

Todas las acciones que realizó fueron atentamente seguidas por Vegeta, que la observaba detenidamente, pero escondido para que no lo viera.

Cuando Bulma entró a la habitación, se quitó el vestido y se puso su camizón. Vegeta la observaba desde la puerta y se acercó lentamente a ella.

Bulma se dirigió al baño y Vegeta quedó a unos cuantos pasos de ella cuando se cerró la puerta. Por lo menos eso creyó él, porque Bulma no la cerró y como se le había olvidado algo afuera, abrió repentinamente la puerta y no con mucha suavidad, gracias a lo cual Vegeta pudo ver las pequeñas fisuras de la madera de la puerta, la que borró momentáneamente el perfil del príncipe, haciéndolo ver todas las constelaciones, galaxias, cometas, hoyos negros, super novas, etc.

Vegeta: ¡Aaaay! –se quejó tratando de desencajar su nariz de la puerta.

Bulma: ¿Vegeta? –se volteó a ver al oírlo quejarse y se sorprendió al verlo prácticamente besando la puerta, y se acercó a él–. ¿Estás bien?

Vegeta: ¿Tú qué crees? –dijo sobándose la cara.

Bulma: Tú tuviste la culpa, debiste decirme que estabas ahí –y sonriendo, agregó–: Estamos a mano.

Vegeta sólo la miró y se dirigió a la cama, donde se acostó.

Bulma abrió al bandeja de carne y tomó un bistec que colocó en la cara de Vegeta, cubriéndosela casi por completo.

Vegeta: ¿Qué haces?

Bulma: Es para que no se te hinche la cara por el portazo que te di.

Vegeta: No me va a pasar nada. Ese golpe no significa nada para mí.

Bulma: Sí, ya veremos mañana –murmuró.

Vegeta: ¿Qué?

Bulma: Nada, que te relajes y descanses.

Bulma también se colocó un bistec en la cara y luego de apagar la luz se acostó junto a él.

De pronto sintió que la misma mano que la había golpeado esa tarde, encontraba suavemente la suya.

Vegeta: Perdóname por el golpe que te di. No fue intencional.

Bulma: Lo sé. No te preocupes.

Temprano al día siguiente, y sin haber desayunado, llegó Trunks. Entre Gokú y Milk lo convencieron de que todo se había arreglado y que volviera tranquilamente a su casa.

Entró a la habitación de sus padres y se acercó a su papá. Se sorprendió de que tuviera un bistec en la cara.

Trunks: ¿Tanta hambre tenía que se durmió con un bistec en la cara? Debe haber estado cansado, porque no se lo alcanzó a comer –dijo en voz baja mientras acercaba mucho su cara a la de Vegeta–. ¡Pero está crudo! –Luego de observarlo un rato, se decidió–. ¿Papá?

Vegeta: ¿Hmmm?

Trunks: Tengo hambre.

Vegeta: No me ro digaf a mí, dífelo a tu madre –dijo pronunciando con bastante dificultad y sin abrir los ojos.

Trunks: ¿Eh? –preguntó al no entenderlo muy bien. No sabía porqué le costaba hablar. Su papá siempre pronunciaba bien, aunque estuviera adormilado. (Pronto su pregunta encontró respuesta)

Vegeta: ¡¡Que no me ro digaf a mí, ru madre ef la que frefara el defayuno, ¿no? Dífelo a ella.

Cuando le dijo esto último, Vegeta se incorporó en la cama quedando sentado, haciendo que el bistec cayera de su cara y revelara la triste realidad.

Trunks: Pa-pa-pa-papá… ¿mi mamá se vengó de ti?

Vegeta: ¿Qué?

Trunks: Tu-tu-tu-tu cara.

Vegeta: ¿Qué le pafa a mi cara? –dijo tomando un espejo con mango de Bulma, al cual poco le faltó para quebrarse al mostrar el reflejo de su majestad.

Lo que no estaba rojo, estaba morado. Y el resto, hinchado.

Vegeta abrió los ojos y la boca al verse tan, pero tan… ¿lastimado?

Bulma se despertó al escuchar la conversación y, quitándose el bistec de la cara, se sentó en la cama.

Trunks, al verla, puso cara de espanto y se turnaba entre mirar a su papá y a su mamá. Goten tenía razón: debía elegir, pero elegir cuál de los dos tenía la cara más machucada.

Bulma y Vegeta notaron que Trunks prácticamente seguía un partido de tenis con sus ojos, entonces voltearon a verse mutuamente.

En el distrito 439 del Este y en Kame House escucharon a Vegeta y a Bulma.