Capítulo 3: «Un pequeño aprieto»
Fanfic: El amor de mi vida
En el capitulo anterior nos enteramos de los verdaderos sentimientos de Gohan hacia Videl y también habló con su padre al respecto, pero hoy es un nuevo día y pronto se acerca la hora para que pueda verla, pero antes de eso, hará una pequeña visita a un lugar muy conocido por todos: la Capsule Corp.
TK: Están tocando la puerta. Seguramente es el tío Goku y Goten.
VG: Ve a abrirles, Trunks.
TK: Sí, papá –y fue corriendo hasta la puerta y enseguida saludó.
GH: ¡Hola, Trunks!
TK: Hola, Gohan. ¿Cómo estás? Pasa. Mi papá y yo estamos almorzando. ¿Y mi tío y Goten?
GH: Se quedaron en casa, pero ya no tardan.
VG: ¿Quién es, Trunks? –dijo mientras comía.
TK: Es sólo Gohan, papá. ¿No quieres almorzar con nosotros?
GH: No, ya comí en casa, pero gracias. ¿Cómo has estado, tío?
VG: Igual que siempre, y… ¿Se puede saber porqué no vino el inútil de tu padre?
GH: Papá y Goten se quedaron comiendo todavía, pero ya no deben tardar.
VG: En ese caso será mejor que te vayas a bañar y a cambiar, Trunks.
TK: Esta bien, papá. Ahora vuelvo, Gohan.
VG: Y ¿qué se te ofrece?
GH: Venía a recoger el transformador de la reparación que le hizo mi tía Bulma. Espero todavía esté aquí.
VG: Sí, está en su laboratorio. Si quieres, puedes ir a hablar con ella. No creo que se enoje porque pases.
GH: Sí. Gracias, tío Vegeta. (Sí, «Tío», porque a raíz de la derrota de Boo, la paz reinó en la Tierra y sobre todo entre Goku y Vegeta, que se la pasan entrenando juntos todos los días, además de llevarse mejor).
VG: Aunque conociéndola, será mejor que me sigas. No quiero tener problemas después con esa mujer –dijo mientras se imaginaba a su esposa gritándole y haciendo que durmiera en el sofá como siempre. Se levanta de la mesa y los dos caminan por la Corporación, transitando uno de los muchos pasillos que hay–. Veo que has seguido entrenando. Tu fuerza ha crecido y eso me alegra.
GH: Sí. Como no tengo nada que hacer en las vacaciones, me la paso entrenando y practicando con mi padre y Goten.
VG: Ya veo –En ese momento se detiene en frente en una puerta muy grande y la abre con sólo poner una mano en una cerradura digital, pues al ser un lugar peligroso para Trunks, los únicos que tienen acceso eran Bulma y Vegeta–. Mujer, aquí te buscan.
BL: ¿Quién? Ah, eres tú, Gohan. ¿Cómo estás?
GH: Bien, tía, gracias. Venía a recoger el transformador.
BL: Sí, me lo suponía. Justamente acabo de terminar de arreglarlo. Aquí está, toma.
GH: Gracias.
BL: También tengo el de Videl. Ya tiene tiempo que lo terminé, pero no ha venido por él.
GH: Lo sé, me pidió que se lo llevara.
BL: Toma. Me la saludas mucho cuando la veas.
GH: De tu parte. Bueno, me tengo que ir. Muchas gracias por todo, tía. Hasta luego. Adiós, tío.
VG: Adiós –Y Gohan salió por la ventana para luego salir caminando por el jardín.
BL: Cada día me sorprendo más, cariño –le dijo Bulma a su esposo, abrazándolo.
VG: ¿Ah, sí? Y por qué? –le contestó, rodeándola con sus fuertes brazos.
<p<BL: ¿Adiós, tío? No sabía que te gustara que los chicos te llamaran así.
VG: Si tan sólo tú no hubieras pedido que te dijeran tía, todos me respetarían como antes.
BL: Ahora resulta que la culpable soy yo.
VG: Como siempre, «cariño» –y se dieron un hermoso y tierno beso.
GH: «Aunque todavía es temprano, será mejor que vaya a las montañas» –pensaba el joven Son, hasta que pasó por una pequeña tienda de peluches, y recordó que dentro de dos días sería el cumpleaños de Videl–. «Tengo que hablar con ella como dijo mi papá, después de todo, tiene razón: no debo darme por vencido. Es más, creo que le daré de una vez su obsequio por su cumpleaños» –y entró en la tienda y enseguida sus ojos se posaron en una muñeca que tenía el cabello largo, que estaba sujeto por dos coletas que caían por sus hombros y un fleco que hacían el cuadro a sus ojos, unos hermosos ojos azules que de inmediato le hicieron recordarla a ella, y sobre todo cuando vio su peinado. Recordó aquella ocasión en que Videl le dijo que haberse cortado el cabello fue totalmente un sacrificio enorme. Justo cuando iba a tomar la muñeca de vestido blanco esponjado, una voz llamó su atención.
IR: Hola, Gohan! Qué coincidencia encontrarnos aquí. ¿Vas a comprar algo?
GH: Eh, sí. ¿Y tú qué vas a comprar?
IR: Un oso de peluche que vimos ayer y que le gustó mucho a Videl, y como va a ser su cumpleaños, vine a comprárselo.
GH: Sí, es verdad. Yo también vine a comprar su regalo.
IR: ¿Y qué le comprarás?
GH: Estaba pensando en esta muñeca. ¿A ti qué te parece?
IR: Es preciosa. No la vimos, si no, estoy segura que le habría encantado. Debe ser nueva. Por cierto, te quería preguntar algo: ¿ya sabías que Sven quiere a Videl?
GH: Sí, me lo dijo ayer.– contestó desanimadamente, cosa que a Iresa no le pasó desapercibida.
IR: Y no sé, pero creo que se lo dirá en su fiesta.
GH: ¿Quéee? –contestó totalmente impactado.
IR: Sí, pero estoy un poco inquieta porque no estoy segura de lo que ella pudiera contestar. Presiento que puede que acepte. ¿Te acuerdas que ayer fuimos a comprar ese dichoso obsequio? –Él movió su cabeza, afirmativamente–. ¡¡Pues no dejó de hablar de Sven en toda la tarde!! Y la verdad a mí no me gustaría que fueran novios, siento que no es hombre para Videl, aunque sea muy guapo.
Gohan estaba derrumbado y atónito. El tan sólo imaginarlos juntos era demasiado doloroso para él.
IR: A ti te gusta Videl, ¿no es verdad?
GH: ¿Por qué dices eso? –alcanzó a responder muy nervioso.
IR: ¿Sí o no? ¿No me tienes confianza? No le diré nada, aunque te podría ayudar…
GH: No puedo mentirte… Sí, la quiero con el alma, pero no puedo decírselo.
IR: Lo sabía. Te admiro, yo no podría aguantar el estar cerca de alguien a quien quiera sin poderle decir nada.
GH: Y a todo esto, ¿cómo te diste cuenta?
IR: Ay, era obvio, y te puedo asegurar que te enamoraste desde que la conociste. Tendrías que haber visto la cara que pusiste cuando te la presenté. Se podría decir que quedaste impactado, ¡¡jajajaja!!
GH: Ya lo creo, jajaja –dijo totalmente ruborizado ante el comentario de su amiga.
IR: Sinceramente, me gustaría que tú y ella llegaran a formarlizarse, porque tú sí eres hombre para mi amiga y porque sé de sobra que la quieres mucho.
GH: Gracias, Iresa.
IR: Sólo digo la verdad, y no te preocupes, tu secreto está a salvo conmigo. Nos vemos en la fiesta de Videl. Trataré de impedir que Sven logre su objetivo –habló tomando una pose de un niño cuando va a hacer una diablura.
GH: Adiós, Iresa. Y gracias — «Y ahora, a comprar la muñeca para irme» –y después de pagar y hacer que se la envolvieran en una caja de regalo, partió velozmente a las montañas, pues la hora se acercaba.
La hora «marcada» se acerca, y al parecer Gohan va muy puntual a su cita. ¿Se atreverá a revelarle sus sentimientos a Videl? ¿Qué le contestará ella si hace? ¿Y que pasará con Sven y su plan maestro para la fiesta de Videl? No se pierdan el próximo episodio, titulado: «Lazos que unen nuestra alma«.