La Legión del Mal – Capítulo 6

Capítulo 6: «Adaptación»

Fanfic: La Legión del Mal

Krilim y Yamcha, en sus nuevos cuerpos, habían partido en busca de la esfera de cuatro estrellas (que se encontraba en casa de Goku) y del radar del dragón (que se encontraba en la Corporación Cápsula). Mientras, el Maestro Karin y Yayirobe, viendo que los guerreros se encontraban totalmente recuperados, decidieron volver a la Torre Karin. Después de todo, su labor había culminado y Yayirobe, muy nervioso de que le encomendaran buscar las esferas del dragón y que al hacerlo su vida corriera peligro, apresuró el paso hacia su nave al tiempo que se despedía apresuradamente de sus amigos.

Yayirobe: Jejeje, bueno… jejeje… les deseo mucha suerte… jejejeje…. adiós…

Mientras decía esto empujaba al maestro para que se diera prisa en subir al vehículo volador.

Karin: ¡Cuídense mucho! –dijo, gritando en la lejanía– ¡Sean cautelosos!

Goku se despedía con su mano, mientras Piccolo exclamaba muy molesto.

Ptenshinhan: ¡Ese Yayirobe es un cobarde! Mira que dejarnos ahora que más lo necesitamos… Al menos nos hubiera ayudado a reunir las esferas del dragón mientras nosotros entrenamos.

Gkrilim: No te molestes, Ten, él es un buen muchacho, en el fondo.

Ptenshinhan: ¡A MÍ NO ME IMPORTA QUE SEA UN BUEN MUCHAHO, IGUAL ES UN INÚTIL!… ¡ADEMÁS, YO NO SOY TENSHINHAN! ¡YO SOY PICCOLO!

Goku colocó una mano detrás de su cabeza y sonrió muy apenado.

Gkrilim: Lo siento mucho, Piccolo, se me olvidó. Lo que pasa es que estoy muy preocupado por Milk, recuerda su estado… Espero que se encuentre bien…

Piccolo se le quedó mirando fijamente y luego colocó una mano en su hombro.

Ptenshinhan: Entiendo. Pero no te preocupes, estoy seguro que se encuentra bien.

Goku asintió con su cabeza. En ese momento Ten y Chaoz se aproximaron a ellos.

Tpiccolo: Oigan, pienso que deberíamos comenzar de una vez los entrenamientos.

Chaoz: Es cierto.

Ptenshinhan: No. Aguardemos a que lleguen Yamcha y Krilim. Aún no hemos concretado un plan de acción y no tenemos idea de cuántas esferas lleven reunidas esos psicópatas del infierno.

Gkrilim: Opino igual. Es mejor esperar.

Ten y Chaoz se mostraron conformes con esa idea. Pero, de repente, Piccolo colocó sus manos en su abdomen al tiempo que, muy consternado, decía:

Ptenshinhan: Pero… ¿Qué me pasa?… me siento extraño… es como si mi nuevo cuerpo tuviera una necesidad de algo… pero no sé de qué…

Los demás se miraron y sonrieron.

Tpiccolo: No te preocupes, Piccolo. Lo que pasa es que tu cuerpo… bueno, quiero decir, el mío… necesita alimentos y esa sensación extraña que sientes se llama «Hambre». No te preocupes, es normal, sólo debes comer y ésta desaparecerá.

Tpiccolo: Conque esto es lo que los humanos llaman hambre. Ggggrrr, es un fastidio depender de comida para poder sobrevivir. ¡Qué necedad!

Al oír esto todos comenzaron a reír a carcajadas. Al menos ese comentario de Piccolo había aliviado un poco la tensión reinante del lugar. ¡Y bien que lo necesitaban!

Chaoz: Bueno, es natural que tengas hambre. Después de todo, llevan varios días sin comer…

Gkrilim: Sí, yo también tengo mucho apetito.

Tpiccolo: Humm, yo no tengo nada de hambre, la verdad.

Ptenshinhan: ¡Claro! Recuerda que los namekuseijins no comemos ni dormimos. Sólo tomamos agua.

Tpiccolo: ¡Es verdad! Ahora lo recuerdo de cuando entrenamos con Kaiosama en el otro mundo… ¡Eso sí que será extraño para mí!

Ptenshinhan: Pues acostúmbrate, igual tendré que hacerlo yo…

Gkrilim: Jejeje, mejor comamos, así recuperaremos energía.

Chaoz: Bien. Ya que Mr. Popo no está, yo cocinaré.

Ptenshinhan: Me da igual. ¡Pero hazlo pronto! Esta extraña y absurda sensación se hace cada vez más inaguantable.

Chaoz: Sí, no te preocupes, me daré prisa.

Ptenshinhan: Eso espero, enano.

Luego de un rato, Chaoz había terminado de preparar enormes cantidades de comida y las había servido sobre un mantel en el suelo de la plataforma, para que así todos pudieran comer al aire libre.

Piccolo, no acostumbrado a tener apetito, se abalanzó desesperado sobre los alimentos tan deprisa que dejó atónitos a todos los presentes. Pero, como nunca había comido en su vida, no sabía cómo hacerlo, así que no masticaba lo que se llevaba a la boca; esto causó que se atragantara… Al ver esto, Ten, rápidamente, comenzó a golpearlo en su espalda hasta que, finalmente, el trozo de carne que se había quedado atorado en su garganta bajó a su estómago. Y, poco a poco, Piccolo comenzó a respirar normalmente de nuevo…

Ptenshinhan: ¡Vaya!… no… sa…bía… que co…mer… pudiera… matar…me…

Esto lo dijo muy impresionado mientras, desesperado, trataba de respirar.

Tpiccolo: ¡Es que lo estás haciendo mal! Así no se come… Mira y aprende.

En ese momento, Ten tomó una papa y la introdujo a su boca. Al hacerlo la masticó muy lentamente y con la boca abierta para que Piccolo pudiera verlo con claridad; claro que no se tragó la papa. Luego que le enseñó al namekuseijin cómo debía hacerlo, la volvió a sacar de su boca.

Tpiccolo: ¿Entendiste?, es muy fácil. Ahh, y otra cosa: come despacio, recuerda que es la primera vez que lo haces y necesitas practicar primero. Si te confundes, mira a Goku y luego lo imitas.

Voltearon a verlo entonces, pero Goku estaba comiendo de una forma tan desesperada, igual que lo había hecho Piccolo, que no entendían cómo no se había atragantado él también.

Gkrilim: Es verdad. Hazlo como yo.

Dijo con la boca llena. Ambos se miraron y Ten sonrió un poco avergonzado.

Tpiccolo: Jijiji, mejor no lo imites. Come como te enseñé y no pasará nada.

Ptenshinhan: Sí –dijo malhumorado– es mejor.

Se sentó entonces y muy lentamente, como había hecho Ten, comenzó a comer nuevamente. Pero, ¡con la boca abierta!

Tpiccolo: ¡No, Piccolo!, se come con la boca cerrada.

Ptenshinhan: Pero… me dijiste que lo hiciera como tú. ¡Y eso estoy haciendo!

Tenshinhan puso una mano en su rostro como gesto de desesperación.

Tpiccolo: Bueno, come como quieras.

Piccolo se encogió de hombros al tiempo que pensaba:

Ptenshinhan: ¡Bah!, esto de comer es lo más absurdo que he hecho en mi vida… ¡Malditos demonios, esta humillación se las cobraré muy caro!

Chaoz, una vez que todo estuvo servido, también se sentó a comer. Ten, al no poder comer como ellos, simplemente los acompañó tomando un vaso con agua y de paso vigiló a Piccolo, ya que no quería que lastimara mucho su cuerpo.

Gkrilim: ¡Rayos! No puede ser que ya esté satisfecho. ¡Si sólo me comí una ración de comida, y yo acostumbro comerme cincuenta! Y eso cuando no tengo mucho apetito, en el almuerzo.

Tpiccolo: Bueno, recuerda que estás en el cuerpo de Krilim. Los humanos no comemos tanto como los saiyajins.

Ptenshinhan: ¡Gracias a Kamisama por eso! Si estuviera en el cuerpo de un saiyajin, con todo lo que comen ustedes ¡me suicido de una vez para acabar con mi sufrimiento!

Gkrilim: No exageres Te… ¡Ups!, jijiji, quiero decir, Piccolo…

Piccolo, devorando una pieza de pollo, lo miró desafiante y Goku tragó saliva al verlo.

Gkrilim: Lo que quiero decir es que es verdad lo que dicen. ¡Ustedes los humanos comen muy poco!

Tpiccolo: Bueno, tres raciones de comida al día es todo lo que necesitamos para subsistir.

Gkrilim: Ya veo. Por cierto, no he visto a Vegeta. Lo buscaré para preguntarle si quiere comer algo.

Los demás asintieron y Goku fue en su búsqueda…

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No tardó mucho en encontrarlo; estaba en el borde de la plataforma. Tenía los brazos cruzados y estaba absorto en sus pensamientos mirando el horizonte, justo en la dirección en que se encontraba la Corporación Cápsula… Goku se acercó sigilosamente a él y le habló:

Gkrilim: Te veo preocupado. ¿Qué sucede?

Vegeta, sin voltear a verlo, respondió enfadado:

Vyamcha: ¡No es de tu incumbencia, Kakarotto!

Esta respuesta molestó un poco a Goku. Alzó entonces sus brazos en señal de disculpa.

Gkrilim: Lo siento, no quería entrometerme, pero, ¡no tenías que ser tan grosero, Yamcha! Sólo quería saber si tienes hambre.

Al oír que lo llamaron «Yamcha» nuevamente, Vegeta volteó furioso y tomó a Goku del cuello, al tiempo que le decía:

Vyamcha: ¡MALDITA SEA, NO ME LLAMES YAMCHA! ¡YO SOY VEGETA! ¡NO LO OLVIDES, ESTÚPIDO: V-E-G-E-T-A!

Goku se soltó rápidamente de Vegeta.

Gkrilim: ¡Está bien!, pero no te molestes. No volverá a pasar.

Vyamcha: Eso espero, ¡por tu bien! Ahora déjame. Quiero estar solo.

Goku se le quedó mirando unos instantes. Estaba molesto por la actitud de Vegeta, pero en el fondo lo entendía. Sabía que estaba preocupado por Bulma, al igual que a él le preocupaba Milk. Claro que no lo admitiría, su orgullo se lo impediría. Lo dejó entonces solo, tal como quería, para que pudiera dar rienda suelta sus sentimientos…

Gkrilim: Humm, será mejor que no vuelva a confundirme con los nombres, ya que todos están de muy mal humor.

Pensó Goku mientras, caminando, se alejaba de Vegeta…

El saiya se le quedó mirando unos instantes y luego volteó, retomando su postura inicial. Cruzó sus brazos, y cerró sus ojos. Estaba enojado y muy preocupado por lo que Yamcha pudiera hacerle a Bulma aprovechando que se encontraba en su cuerpo.

Vyamcha: Si le pone una mano encima… ¡Demonios!, si llega a tocarla… ¡Lo mataré!…

Pensó muy perturbado…

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Al volver junto a los otros, Goku vio con alegría que Gohan y Dende ya habían recuperado el conocimiento y se encontraban reunidos con los demás. Quiso correr entonces a abrazar a su hijo, pero contuvo su impulso. ¿Cómo saber cuál de los dos niños era su hijo? No quería volver a equivocarse confundiéndolos…

Gohan y Dende alzaron sus rostros y vieron a Goku. Entonces, Dende caminó hacia él muy triste.

Gdende: ¿Papá? ¿En serio eres mi papá?

Preguntó desconcertado y al mismo tiempo confundido. Goku colocó sus manos en sus pequeños hombros y sonrió.

Gkrilim: Sí, hijo. Yo soy papá.

Luego de esto lo abrazó, y el niño dio rienda suelta a sus emociones expulsando unas lágrimas. Goku vio esto y las secó con sus manos.

Gkrilim: No te preocupes, Gohan. Todo saldrá bien.

Gdende: Pero papá… cuando mamá nos vea así, se va a molestar mucho, ¿no crees?

Gkrilim: No te preocupes por eso ahora. Primero debemos detener a La Legión del Mal. Luego veremos cómo regresar a nuestros cuerpos.

El niño asintió, y juntos se reunieron con los demás. Al llegar, Goku colocó una de sus manos sobre la cabeza de Dende y dijo:

Gkrilim: Me alegro que te encuentres bien, Dende.

Dgohan: Gracias, señor Goku.

Se sentaron entonces y comenzaron a platicar contándole a los niños sus planes de entrenamientos. Ambos quedaron muy asombrados.

Dgohan: P-Pero… entonces… ¡¿Debo pelear con esos demonios?!

Ptenshinhan: Sí, Dende, es necesario. Y tú, Gohan; debes entrenar a Dende y enseñarle a convertirse en SSJ.

Gdende: Haré todo lo posible, señor Piccolo.

Gkrilim: Pero recuerden que eso no es todo. Dende debe enseñarte a usar los poderes curativos de su cuerpo.

Tpiccolo: Es cierto. Sin semillas del ermitaño, eso es fundamental.

Dende y Gohan se miraron uno al otro sin pronunciar palabra. La tarea que les habían encomendado era muy delicada y sobre todo difícil. Era innegable, ambos estaban asustados, pero no de morir, sino de fallarles a sus amigos…

Repentinamente, Dende colocó las manos en su abdomen y dijo:

Dgohan: Me siento mal… me duele el estómago…

Todos se miraron y comenzaron a reír. Sólo Gohan y Dende se quedaron perplejos sin entender lo que pasaba. ¡¿Qué podía tener de gracioso un dolor de estómago?! Hasta que Ten habló:

Tpiccolo: No te asustes, Dende. Lo que tienes es «Hambre», recuerda que ahora eres saiyajin, y ellos comen mucho.

Dgohan: ¡Ah!, ya veo… y…y… ahora, ¿qué hago?

Preguntó, algo angustiado. Ten, resignado, estaba a punto de hacer las veces de maestro cuando Gohan, inesperadamente, tomó el control de la situación.

Gdende: Tranquilo, yo te enseñaré a comer. Aunque yo no tengo nada de hambre.

Dgohan: Eso es porque los namekuseijins no comemos. Sólo tomamos agua.

Gdende: ¡¿En serio?!, qué extraño. Pero bueno, mira, así se come.

Gohan comenzó entonces a explicarle a Dende cómo debía consumir los alimentos, y Dende lo siguió al pie de la letra. Y, para asombro de todos los presentes, no pasó por los mismos percances de Piccolo… Lo hicieron muy bien, ambos. Todos se miraron complacidos, ya que la pequeña pareja había dado, victoriosamente, el primer paso en su mutua enseñanza…

Corporación Cápsula

Bulma se encontraba en su habitación. Estaba sentada sobre su peinadora cepillándose el cabello. La radio estaba encendida a su lado, y las noticias podían oírse alto y claro. La mujer estaba muy preocupada; desde que Vegeta había partido, hacía ya más de tres días, no había vuelto a saber nada de él… ¿Les habría pasado algo malo a él y a sus otros amigos?, pensó angustiada. Ella había estado pendiente de las noticias todos esos días, esperando obtener alguna pista de su paradero. Pero no había pasado nada raro o sospechoso, y eso era más perturbador para ella. Estuvo tentada varias veces en ir al Templo de Dios a averiguar lo que estaba pasando, pero no podía hacerlo por Milk… Sí, luego de la partida de su familia ella había ido a la Corporación Cápsula por pedido de la propia Bulma que, muy preocupada por su estado, no quería que estuviera sola… Y ahora, si ella se aventuraba a ir al templo, estaba segura de Milk insistiría en ir con ella y, por ningún motivo, arriesgaría su vida y la del pequeño bebé que estaba esperando por nacer. No existía solución; debía esperar y rogar porque todos estuvieran a salvo…

Se levantó entonces y miró por la ventana. Trataba de poner sus ideas en orden, pero… casi exclamó un grito de emoción cuando vio parado en la puerta a Vegeta… Sí, no había equivocación, ¡era él, y estaba sano y salvo! Estaba tan feliz de verlo que, sin importar el llanto del pequeño Trunks, salió corriendo escaleras abajo a su encuentro…

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Hacía unos minutos que Yamcha había llegado a la Corporación Cápsula, sin embargo no había entrado a la casa ya que, cada vez que colocaba su mano en la perilla de la puerta, su pulso temblaba y tenía que retirarla rápidamente. Estaba muy nervioso, no sabía qué pasaría cuando viera a Bulma. Al principio pensó en aprovecharse de su posición, pero luego de meditarlo mejor cambió de parecer… No podía hacerlo, era demasiado ruin…

Se encontraba analizando su situación cuando la puerta se abrió bruscamente. Lo último que vio antes de caer al suelo fue a Bulma saliendo por la puerta, muy feliz, tirándose en sus brazos.

Bulma: ¡Cariño! ¡Qué bueno que estás bien!

Exclamó emocionada tirada sobre él en el suelo. Antes de que Yamcha pudiera responder, ella le dio un beso muy apasionado, luego de lo cuál se levantó y le tendió su mano para ayudarlo a levantarse ya que repentinamente lo vio muy pálido.

Bulma: Amor, ¿te encuentras bien? Te veo pálido.

Yamcha no pudo articular una palabra; estaba impresionado, y muy feliz… En ese instante los sollozos de Trunks llegaron a los oídos de la pareja.

Bulma: Espera, amor, voy a atender a Trunks y luego me cuentas qué pasó en estos días que estuviste fuera.

Ella entró y subió las escaleras, al tiempo que el hombre balbuceó una respuesta.

Yvegeta: S-Sí.

Yamcha siguió a la mujer y cuando estuvo dentro comenzó a recorrer la casa. Había pasado mucho tiempo desde la última vez que había estado en la Corporación… desde que Vegeta había comenzado a vivir permanentemente con Bulma. Cuando eso pasó, él prefirió alejarse de la pareja ya que le era muy doloroso verlos juntos. Trató de calmarse y pensar con claridad.

Yvegeta: Bueno, Yamcha, primero que nada debes calmarte. Recuerda que tu objetivo es llevarte el radar del dragón. Sí, búscalo y vete antes de que hagas algo de lo que puedas arrepentirte. Si tengo suerte lo encontraré antes de que regrese Bulma y me iré rápidamente.

Comenzó entonces a revisar las gavetas de la sala, sacando lo que se encontraba en su interior y haciendo un gran desorden a su paso.

Yvegeta: ¿Dónde rayos estará ese radar? Será muy difícil encontrarlo; este lugar es más grande que el estadio de béisbol de mi equipo.

En ese momento Bulma bajó las escaleras y vio cómo el hombre buscaba desesperadamente en los estantes y muebles de la sala.

Bulma: ¡OYE, VEGETA! ¡¿QUÉ HACES?! ¡ESTÁS DESORDENANDO TODA LA CASA!

Yamcha tragó saliva al oír a la mujer gritar en sus espaldas. Definitivamente ese mal genio era algo que no extrañaba de ella.

Yvegeta: ¡Ups!, lo siento… es que yo… (Pensando: ¡Un momento!, Vegeta no le hablaría así a Bulma… debo actuar como él o se dará cuenta de lo que pasa)

Endureció su rostro y luego de toser volteó a verla.

Yvegeta: ¡MUJER, NO ME HABLES DE ESA MANERA! ¡YO EN MI CASA HAGO LO QUE ME DA LA GANA! ¡NECESITO EL RADAR DEL DRAGÓN, ASÍ QUE BÚSCALO!

La mujer se le quedó mirando unos instantes sorprendida, pero luego reaccionó y comenzó a gritarle muy molesta.

Bulma: ¡He estado preocupada por ti todos estos días y ni siquiera tienes la delicadeza de decirme qué fue lo que pasó! ¡ERES UN TONTO, PERO MÁS TONTA HE SIDO YO POR PREOCUPARME POR TI!

Apenas dijo esto salió corriendo. Yamcha sintió mucha vergüenza de hablarle así a Bulma y ya estaba a punto de ir tras ella cuando vio que regresaba con algo en las manos. ¡Era el radar! Se lo tiró entonces y le dijo, con lágrimas en los ojos:

Bulma: ¡Ten! ¡Y ahora vete!, ¡no quiero volver a verte!

Comenzó a llorar y subió las escaleras corriendo, mientras Yamcha la veía desaparecer de su vista.

Yvegeta: Creo que se me pasó la mano. Y ahora, ¿qué hago?

Miró el radar del dragón en sus manos, suspiró, e hizo el amague de retirarse, pero al pasar por las escaleras pudo oír a Bulma llorando desconsoladamente en su habitación y esto hizo que a Yamcha se le rompiera el corazón en mil pedazos. No, no podía dejarla en ese estado.

Subió entonces y comenzó a caminar por el pasillo muy despacio, como si temiera que lo escucharan. Rió al recordar sus travesuras juveniles, cuando siendo un joven entraba a escondida a la habitación de la mujer, sin que sus padres se dieran cuenta, para poder pasar la noche juntos… Esos recuerdos estaban muy lejos en su pasado, pero aún así los sentía muy cerca, como si sólo hubiesen pasado unas horas desde la última vez que la hubiese visto y estado con ella… ¡Qué tonto había sido al perderla!, porque todo había sido su culpa, indudablemente. Ninguna mujer, y menos una mujer tan orgullosa como Bulma, podía soportar ese tipo de infidelidades. Ahora, años después, no entendía cómo, pudiendo tener a una mujer tan maravillosa como Bulma, había podido buscar el cobijo de otros cuerpos, porque sólo habían sido eso para él: «Cuerpos». Había cometido un gran error y ahora lo estaba pagando, y lo haría por siempre, ya que siempre la amaría…

Finalmente llegó a su puerta y temeroso la abrió… El chirrido de la puerta le anunció a Bulma la presencia del hombre en la habitación. Ella estaba acostada sobre la cama con la almohada sobre su rostro para que sus sollozos no fueran oídos. Al sentirlo se levantó rápidamente para poder confrontarlo.

Bulma: ¡¿Qué haces aquí?! Ya te di lo que querías, ¿no? ¡Ahora, déjame sola!

Exclamó con furia mientras se limpiaba sus mejillas húmedas por sus lágrimas.

Yvegeta: Esto será más difícil de lo que pensé…

Dijo Yamcha para sí…

Paozu Yama, casa de los Son

Krilim había llegado a la casa de Goku y apresuradamente buscó la esfera de cuatro estrellas que se encontraba en el sombrero de Gohan en su habitación.

Kgoku: ¡Ja! ¡Qué fácil!

Pensó al tiempo que abría la puerta dispuesto a marcharse, pero… repentinamente le dio mucha hambre.

Kgoku: ¡Tengo mucha hambre! Humm, mejor como algo antes de irme… pero… ¡Qué raro!, nunca había sentido tanto apetito en mi vida.

Fue a la cocina y abrió la nevera. Ésta estaba llena de comestibles.

Kgoku: Se nota que en esta casa viven dos saiyajins. ¡Cuánta comida!

Murmuraba muy divertido el hombre mientras sacaba todos los comestibles y comenzaba a devorarlos. Estaba a punto de comer un enorme pedazo de pastel de chocolate cuando se detuvo súbitamente.

Kgoku: ¡Un momento!… Espero que Goku, mientras esté en mi cuerpo, no coma de la misma forma en que lo hace con el suyo, porque de ser así… ¡Lo dejará convertido en una pelota!

Tragó saliva e imaginó a Goku, en el cuerpo de Krilim, comiendo de forma acostumbrada mientras su estómago comenzaba a crecer hasta que todo su cuerpo se transformó en una enorme esfera. A tal punto que, en vez de caminar, debía rodar…

Kgoku: Oh, oh, mejor me apresuro en llegar al templo. Debo vigilar a Goku, y lo que come.

Salió corriendo de la casa y estaba a punto de levantar el vuelo, cuando pudo oír unos gritos, conocidos, de mujer cerca del lugar.

Kgoku: Esa voz es de…

Descendió y comenzó a recorrer los alrededores dispuesto a saber lo que sucedía. Se sorprendió mucho cuando vio a Milk en el suelo retorciéndose de dolor.

Kgoku: ¡Milk! ¡¿Qué te pasa?!

Preguntó desesperado Krilim al tiempo que se arrodillaba a su lado. Ella lo vio, y al reconocerlo lo tomó de sus ropas casi histérica.

Milk: ¡GOKU! ¡¿DÓNDE DIABLOS ESTABAS?! ¡¿Y DÓNDE ESTÁ GOHAN?! ¡ESTABA MUY PREOCUPADA POR USTEDES! Me había quedado en la casa de Bulma todos estos días, pero no aguanté más y volví para saber si ustedes habían regresado, pero empecé a sentir fuertes dolores y caí al suelo. ¿Qué ha pasado?

Kgoku: E-Este… b-bueno… lo que pasa es que…

Milk lanzó un grito de dolor, mientras Krilim, muy asustado, no sabía qué hacer.

Milk: ¡AAAHHH! ¡GOKU, PRONTO LLÉVAME A UN HOSPITAL! ¡EL BEBÉ YA VIENE!

Kgoku: ¡¿QUÉ?! ¡NO, NO PUEDES TENERLO AHORA!

Milk: ¡¿Y ACASO CREES QUE PUEDE ELEGIR CUÁNDO TENERLO, TONTO?! ¡ME DUELE MUCHO!

Ante las circunstancias, a Krilim no le quedó más remedio que tomar a la mujer en sus brazos y salir volando a toda velocidad al hospital más cercano.

Kgoku: ¡¿Por qué siempre me tienen que pasar estas cosas a mí?!

Pensó muy consternado…

Corporación Cápsula

Yamcha miraba a Bulma con deseo, ¡era tan bella! Mientras ella sentía cómo él la desnudaba con la mirada. Esto le complació, pero al mismo tiempo, estaba tan furiosa con el saiya que no quería que la tocara.

Él se acercó lentamente a la mujer y sin apartar su mirada tomó sus manos entre las suyas…

Yvegeta: Discúlpame, Bulma, no debí hablarte de esa manera.

Ella lo miró sorprendida.

Bulma: Y-Yo…

Estaba a punto de hablar, pero repentinamente el hombro tocó sus labios con uno de sus dedos como señal para que permaneciera en silencio. En ese instante, la radio anunció el comienzo de una nueva canción.

Locutor: Bien, amigos, ahora pondré una canción dedicada a todos los enamorados. ¡Disfrútenla!

Yamcha sonrió al escuchar esto.

Yvegeta: Ssshhh, no digas nada, mejor bailemos.

La tomó en sus brazos y comenzó a moverse al suave ritmo de la música. Mientras, Bulma estaba muy confundida. Al principio sólo se dejaba llevar, pero luego disfrutó el momento y abrazó a su hombre…

La música continuaba mientras la pareja comenzó a tocarse y recorrerse. Yamcha, suavemente, introdujo sus manos debajo de la camisa de la mujer y acarició su espalda desnuda al tiempo que besaba su cuello, luego recorrió su torso y abrió el cierre de su pantalón… Ella, sentía una gran excitación con esas caricias, así que enmarañó sus manos en su abundante cabello al tiempo que su respiración se aceleraba… El hombre podía sentir esto y le causaba un gran placer…

Poco a poco fueron desplazándose hacia la cama. Ella se acostó plácidamente y empujó al hombre para que se acostara sobre ella… Mientras Yamcha la besaba y quitaba la ropa, Bulma comenzó a gemir de placer susurrando su nombre…

Bulma: Oh, Vegeta… Cuanto te amo… Vegeta…

Al escuchar ese nombre, Yamcha se levantó rápidamente de la cama, dejando a Bulma muy confundida.

Yvegeta (Pensando): ¡No! ¡Rayos, no puedo hacerlo! Ella no me ama, lo ama a él.

Bulma: Vegeta, ¿qué sucede? ¿Pasa algo malo?

Dijo la mujer semidesnuda a su lado. Yamcha la vio ahí parada, hubiese sido tan fácil hacerla suya en ese instante. ¡La deseaba y extrañaba tanto! Después, al recobrar su cuerpo, Vegeta seguramente le mataría, pero eso no le importaba; la vida sin Bulma no tenía ningún sentido… Así que nuevamente trató de olvidar su realidad y fingir que Bulma lo amaba y hacía el amor con él, pero no pudo… ¡Maldita sea!, no podía aprovecharse de ella de esa manera, no le temía a la muerte, pero le parecía insoportable el desprecio que Bulma sentiría al enterarse de ese acto tan bajo… La mujer seguía mirándolo muy preocupada por la mirada de angustia que reflejaba Yamcha. Hasta que el hombre no pudo más y bajó su cabeza en señal de arrepentimiento…

Yvegeta: Lo siento, pero… aunque te deseo más que a la vida misma, no puedo hacerte el amor…

Ella tomó sus palabras pensando en que, tal vez, debía cumplir una misión importante, así que debía partir sin perdida de tiempo.

Bulma: Entiendo. Debes irte, ¿verdad?

Dijo al tiempo que se acercaba al hombre y tomaba su mano. Él subió su mirada y, como pudo, le sonrió.

Yvegeta: ¿Eh?, bueno… sí, la Tierra se encuentra en peligro. Debo partir de inmediato.

Bulma: Ya veo. No hay problema, cuando regreses te estaré esperando y terminaremos lo que empezamos hoy, ¿de acuerdo?

Yamcha la miró entristecido; para él no existiría una próxima vez, pero aún así respondió.

Yvegeta: Claro. Cuando regrese, continuaremos.

Caminó hacia la puerta, pero, como si hubiese recordado algo, volteó a verla.

Yvegeta: Bulma, ¿eres feliz?

Ella lo miró un poco sorprendida por su pregunta.

Bulma: Sí, lo soy. Tengo un bebé hermoso y un hombre que, aunque es un arrogante y un orgulloso, amo con toda el alma.

Al escuchar esto, Yamcha asintió con su cabeza. Al menos sabía que ella había alcanzado la felicidad, a pesar de él…

Yvegeta: Me alegro de escucharlo.

Bulma: ¿Te sientes bien?, hoy estás muy raro.

Preguntó la mujer al tiempo que se acercaba a él y tocaba su frente comprobando que no tuviera fiebre. Él tomó su mano y la besó delicadamente.

Yvegeta: No te preocupes, no estoy enfermo ni nada… es sólo que tenía curiosidad.

Acarició su rostro y se despidió.

Yvegeta: Hasta muy pronto, ángel.

Así, Yamcha partió… Y Bulma tuvo que sentarse en la cama por la impresión que le produjo esas palabras… ya que así acostumbraba despedirse…

Bulma: Yamcha…

Musitó, casi sin aliento…

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En la habitación de un hospital cercano a Paozu Yama, Milk gritaba desconsoladamente de dolor mientras Krilim permanecía a su lado, sin saber qué hacer o decir para consolar a la mujer.

Kgoku: Milk… e-este… cariño… amor… ¿puedo hacer algo para ayudarte?

Como respuesta, la mujer la tiró una de sus almohadas, llena de furia, en la cabeza, al tiempo que sufría una contracción.

Milk: ¡¿Y QUÉ PIENSAS HACER?! ¡TODO ESTO ES CULPA TUYA! ¡GRACIAS A TI ESTOY SUFRIENDO ESTOS DOLORES! ¡VETE DE MI VISTA!

Krilim, muy asustado por la reacción de la mujer, estaba a punto de salir del cuarto, cuando pudo sentir que Milk lo llamaba, luego de su contracción, alzando sus brazos hacía él.

Milk: ¡No te vayas, Goku! ¡No me dejes sola!

Al verla, suspiró. Era la décima vez que la escena se repetía. Al llegar una contracción, Milk lo mandaba al infierno y luego, cuando ésta pasaba, lo llamaba llorando. No sabía qué hacer; pensó en contarle toda la verdad a Milk y luego ir a buscar a Goku para que estuviera presente en el parto, pero desechó esa idea… Si le contaba toda la verdad a la mujer, seguramente se alteraría mucho y quién sabe de qué sería capaz…

Milk: ¡Goku! ¡Me duele, ven conmigo!

Krilim, resignado, fue a su encuentro y le dio su mano. No, no podía irse y dejarla sola; debía acompañarla como su amigo Goku lo hubiese hecho. Al menos había podido comunicarse con Bulma y ella venía en camino para acompañar a Milk cuando él debiera partir al Templo. Humm, aunque la había notado muy extraña cuando habló con ella; algo raro le pasaba…

Un fuerte dolor en su mano lo volvió a la realidad. ¡No! ¡Milk tenía otra contracción!, ¡y por el dolor le apretujaba su mano casi hasta aplastarla!

Milk: ¡AAAYYY! ¡TE ODIO, GOKU!… ¡AAHH! ¡NO TIENES IDEA DE CUÁNTO!

Kgoku: ¡AAAYYYY!… Milk… amorcito, por favor, suelta mi mano que la estás fracturando…

Milk: ¡ESO NO ME INTERESA! ¡AAAAHHHH!…

Kgoku: ¡AAAAHHHH!…

Ambos gritaron al mismo tiempo y eso provocó que entrara la enfermera, asustada en la habitación.

Enfermera: ¡¿Qué pasa aquí?!

Kgoku: ¡Pronto! ¡Busque a un médico que el bebé va a nacer!

Enfermera: Enseguida.

Unos minutos después entraron varias enfermeras y colocaron a Milk en una camilla, mientras el doctor le daba ciertos detalles a la pareja.

Doctor: No se preocupen, el bebé y usted son saludables, así que este parto se dará sin complicaciones.

Kgoku: Es bueno saberlo, doctor. Bueno, yo espero en el pasillo.

Doctor: Pero, señor Goku, usted insistió en entrar a la sala de partos con su esposa.

Kgoku: ¿Q-Que… y-yo… d-dije… q-qué?…

Preguntó Krilim casi desmayado de la impresión.

Doctor: ¿No recuerda? Yo no quería, pero usted insistió.

En ese momento se llevaban a Milk, que aún sujetaba fuertemente a Krilim, y no estaba dispuesta a soltarlo, así que lo arrastró con ella.

Kgoku: U-Un… m-momento… ¡Yo no quiero ir!

Milk: ¡Sí vienes! ¡No voy a pasar por esto sola!

Kgoku: ¡¿Por qué yo?! ¡¿Por qué siempre tengo que ser yo?!

Gritó el pobre Krilim mientras Milk lo arrastraba consigo a la sala de partos…

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Ya había pasado una hora y Milk aún continuaba en labor. No había soltado la mano del que creía su esposo en ningún momento. Krilim trataba de ayudarle en lo que podía y le daba ánimos para continuar, ya que le mujer estaba agotada de tanto dolor y esfuerzo… Y finalmente pasó… el doctor pudo ver la cabecita del niño salir…

Doctor: ¡Muy bien, señora Son! ¡Puje una vez más y el bebé terminará de salir!

Milk: Es que… ya no… puedo…

Respondió la mujer, casi sin poder respirar por el cansancio.

Kgoku: ¡Sí puedes, Milk! ¡Hazlo y será todo!, ¡vamos!

Ella lo vio y sonrió por primera vez en mucho tiempo.

Milk: Sí… lo haré…

La mujer pujó y el niño salió completamente de su cuerpo.

Doctor: Sí, es un varón. ¡Un varón muy saludable!

Milk: ¡Un varón! ¡Quiero verlo!

Dijo Milk llorando de la emoción; estaba muy feliz por el nacimiento de su nuevo hijo.

Milk: Goku, amor, ¿no estás contento? Tendremos a otro hombrecito en la familia.

Krilim no apartaba la mirada del bebé, que estaba lleno de sangre de su madre, y poco a poco sintió que sus fuerzas le fallaban…

Kgoku: Sí, es muy lin…

No pudo terminar porque cayó al piso inconsciente. Al verlo, el médico le entregó el niño a su madre y corrió a atender al padre.

Doctor: ¡Pronto, enfermera! ¡Ayúdeme a ponerlo en otra camilla! Lo ve, señora, por eso no me gusta que los padres entren a la sala de partos, ya que siempre se desmayan.

Milk: Pero doctor –se excusó– mi esposo es un guerrero acostumbrado a ver sangre. No pensé que se desmayaría.

Doctor: No importa cuanta sangre hayan visto en su vida. Siempre el resultado es el mismo.

Milk: Lo siento.

Se disculpó la mujer mientras se la llevaban para curarla, al igual que al bebé y a Krilim. La familia Son tenía ahora un nuevo miembro en sus filas…

La Legión del Mal – Capítulo 5

Capítulo 5: «Los Guerreros Z despiertan»

Fanfic: La Legión del Mal

La Legión del Mal volaba rápidamente con rumbo a otra de las Esferas del Dragón. Loki seguía a Nick, no muy convencido de que éste verdaderamente pudiera conocer, de forma misteriosa y al mismo tiempo maravillosa, el paradero de las esferas. Es verdad, había podido encontrar una de ella, pero ese hecho podía ser explicado de mil formas distintas, y su mente analítica le impedía creer a ciegas en el don de su hermano sin más pruebas.

El Sol se encontraba en su cenit cuando los demonios, que sobrevolaban una inmensa zona selvática rodeada de hermosas montañas, se detuvieron; ya que Nick se había parado en seco. Loki se acercó a él dispuesto a saber lo que le pasaba.

Loki: ¿Por qué nos detenemos, hermano? ¿Ya hemos llegado al lugar donde se encuentra la otra esfera?

Nick: Así es. Puedo sentirla muy cerca de aquí.

Loki miró la gran espesura de la región y frunció el ceño. Encontrar una esfera tan pequeña en plena selva sería tan difícil como conseguir una aguja en un pajar.

Loki: ¿Estás seguro?

Nick: ¡Por supuesto! ¡¿Dudas de mí?!

Nick estaba molesto, pero ésa no era su actitud normal; algo extraño le pasaba y Loki pudo sentir ese cambio a través de sus ojos. Al verlos, se puso muy nervioso.

Loki: N-No, no dudo de ti.

Nick: Bien, entonces vayamos.

Apenas dijo esto, Nick descendió al suelo y se perdió entre los inmensos árboles del lugar seguido muy de cerca por sus hermanos, que no abrieron la boca en ningún momento. Comenzaron a caminar, pero lo tupido de la vegetación le hacía muy difícil su labor y no podían usar rayos de energía para abrirse camino, ya que podían causar un incendio de enormes proporciones. Finalmente, al atardecer, y después de una larga caminata que les pareció eterna, llegaron a la base de una enorme cascada. Al verla, todos los demonios corrieron al río a tomar agua, ya que estaban muy cansados y sedientos. Todos menos Nick, que se quedó parado y expectante, como si buscara algo…

Daci: ¡Ven, hermano!, ¡Esta agua está deliciosa!

Nick: Esperen, busco algo.

Burk: ¿Eh? ¿Será que éste es el lugar donde se encuentra la otra esfera?

Daci se encogió de hombros; realmente no sabía qué pensar de los nuevos dones de su hermano. Lo que sí notaba era su cambio de personalidad, que realmente no le gustaba nada.

Daci: Ni idea. Déjalo. Él sabe lo que hace.

Apenas terminó de decir esto, una enorme ave con cola sobrevoló encima de ellos tapando el Sol por completo. Al verlos, el animal se puso muy nervioso y comenzó a lanzar enormes bocanadas de fuego en contra de ellos. Daci y Burk se arrojaron al agua mientras Loki esquivaba la llamarada, pero no pudo hacerlo a tiempo ya que su pierna derecha quedó lastimada por el intenso calor. Estaba a punto de defenderse cuando Nick se interpuso entre el animal y él, dándole una patada al pico del ave, pero ésta no se fue; en vez de eso, golpeó al demonio con su potente cola estrellándolo contra unos árboles. Loki se puso en pie dispuesto a golpear nuevamente al animal, pero Nick, ya recuperado, tomó al ave de la cola y la lanzó muy lejos. Una vez que estuvo a suficiente distancia, le arrojó un enorme rayo de energía que la desintegró por completo. Sólo cenizas y unos cuantos huesos cayeron al suelo después de su ataque… Una vez que todo pasó, Daci y Burk salieron del agua mientras Nick ayudaba a su hermano Loki a levantarse del suelo. Luego de examinar su herida llegaron a la conclusión de que no era grave; su quemadura se recuperaría más deprisa que la de un ser humano ordinario, pero aún así debía descansar al menos 24 horas si quería sanar por completo.

Daci: ¡Diablos! ¿Qué le habrá pasado a esa estúpida ave?

Burk: Sí, nos atacó como loca.

Nick: No estaba loca, estaba protegiendo algo.

Loki: ¿Qué? ¿De qué hablas?

Nick: Vengan conmigo y lo verán.

Nick se encaminó a la cascada seguido de sus hermanos, que estaban muy confundidos. Finalmente, cuando llegaron a su base, Nick, sin pensarlo, pasó por debajo de la caída de agua al tiempo que les decía a sus hermanos que lo siguieran. Ellos no querían mojarse, ¡el agua estaba muy fría! Pero, luego de ver la fiereza con que el demonio había acabado con la enorme ave, se dieron cuenta que era mejor no contradecirlo.

Se asombraron al ver que había una caverna detrás de la cascada, pero más sorprendente fue descubrir que había un nido oculto en esa cueva, y que en ese nido había varios huevos.

Daci: Ahora entiendo, esa ave protegía su nido.

Nick: Así es.

Dijo esto al tiempo que se acercaba al nido y comenzaba a revisarlo.

Burk: Pero… ¿cómo lo supiste?

Nick: Muy fácil…

Nick estaba de espalda a ellos, pero cuando volteó tenía una pequeña esfera color naranja con cinco estrellas grabadas en su superficie.

Nick: Por esto.

Los tres demonios restantes se quedaron paralizados de la impresión. Sentían gran admiración por su hermano, pero al mismo tiempo temor, y es que, ¿quién sabía de qué otras cosas sería capaz con ese nuevo poder en sus manos? Parecía que el estar próximo a esas esferas había provocado una reacción extraña en el demonio; hasta ahora sólo habían podido notar un cambio en su forma de ser y un incremento de su fuerza y habilidades en la pelea, ¿pero, y luego? No lo sabían…

Nick oyó un extraño ruido en su espalda. Al ver el nido pudo ver cómo los huevos, poco a poco, comenzaban a romperse. Unas pequeñas aves, muy parecidas a su madre, luchaban por salir del cascaron. Al verlas, el demonio sonrió maliciosamente.

Nick: Hermanos, ya conseguí nuestra cena.

Las avecitas trataban desesperadas de salir del huevo. Luchaban por su vida, sin saber que ésta ya había acabado, sin saber el terrible destino que había corrido su madre. Mientras, Loki, cojeando, se acercó a su hermano y tomó la esfera en sus manos. ¿Quería pruebas?, pues ya las había conseguido…

Al día siguiente, en el Templo de Dios

Ya habían pasado tres días y los Guerreros Z aún no recobraban el conocimiento. Chaoz, Yayirobe y el maestro Karin se habían quedado en la torre, pendiente de lo que pudiera pasarle a sus amigos. Chaoz ya estaba desesperado por el estado de los guerreros, que no parecían mejorar.

Chaoz: ¡Ya han pasado tres días, maestro! ¡TRES DÍAS! ¡Y aún no despiertan!

Karin: Calma, Chaoz, yo te advertí que su recuperación sería muy lenta.

Yayirobe: Es verdad, pero ya ha pasado mucho tiempo, ¿no cree?

Karin: Sus heridas eran muy graves, y recuerden que ellos sólo consumieron un pedazo pequeño de semilla, ¡debemos ser pacientes!

Chaoz: ¡¿Pacientes?! ¡Paciencia es lo menos que tengo en este momento! ¡Mis amigos están muy mal y aún no sabemos quién los atacó ni qué quiere!

Karin: Lo sé, Chaoz… Lo sé…

En una de las habitaciones del Templo, Yamcha finalmente despertaba de un largo sueño… Al principio no recordaba bien lo que había pasado, estaba mareado y bastante aturdido. Pensaba que todo había sido una terrible pesadilla… Se sentó en la cama y tocó su cabeza, ¡como le dolía! Trató de levantarse y luego de varios intentos lo consiguió… Caminó hacia la puerta dispuesto a averiguar dónde se encontraba, al tiempo que murmuraba:

Yamcha: ¡Qué horrible pesadilla tuve!, Soñé que yo no era yo, sino…

En ese momento se encontraba parado delante de un espejo en donde podía ver todo su cuerpo… pero… eso que veía… no podía ser él… ¡Era imposible!… Se puso furioso, tomó una silla y la arrojó violentamente contra el espejo haciéndolo pedazos, al tiempo que gritaba y maldecía…

Yamcha: ¡NO PUEDE SER! ¡MALDITA SEA, ES IMPOSIBLE!

Chaoz, Yayirobe y el maestro Karin oyeron los gritos y sin perder tiempo corrieron al lugar de donde provenían. Mientras, en las otras habitaciones, los demás guerreros despertaron sobresaltados con tanto escándalo… Cada uno de ellos pudo escuchar el grito de su compañero, y a pesar de que se sentían muy mal, al igual que Yamcha, como pudieron salieron de sus habitaciones dirigiéndose a la de él. Piccolo y Goku fueron los primeros en llegar, se miraron uno al otro sin decir palabra y luego a Yamcha, que seguía destrozando todos los muebles de la habitación. Inmediatamente corrieron a su encuentro y lo tomaron de los brazos tratando de lograr que se tranquilizara un poco.

Yamcha: ¡Suéltenme, imbéciles! ¡DIJE QUE ME SOLTARAN! ¡LOS VOY A MATAR A TODOS! ¡ESTO QUE ME HICIERON NO SE LOS VOY A PERDONAR NUNCA!

Goku: ¡Cálmate Yamcha! ¡Tranquilízate!

Al oír pronunciar ese nombre, el hombre, extrañamente, de detuvo…

Yamcha: ¿Yamcha?… Me llamaste Yam…cha…

Piccolo: Así es, ¿qué tiene de malo?

Justo en ese momento llegó Vegeta. Estaba mareado y con muchas náuseas, por eso había tardado más que los demás. Cuando Yamcha lo vio, casi muere del susto, pero luego de su reacción inicial corrió al encuentro de Vegeta con tanta agilidad que Goku y Piccolo no pudieron detenerlo a tiempo…

Yamcha: ¡¿Cómo te atreviste a hacerme esto?! ¡Te voy a matar!

Apenas llegó se lanzó sobre Vegeta lo tomó del cuello y comenzó a ahorcarlo. En ese momento, Goku y Piccolo volvieron a tomarlo de brazos y piernas, pero era inútil, no podían apartarlo de Vegeta.

Piccolo: ¡¿Qué rayos te pasa, Yamcha?! ¡Suelta a Vegeta!

Una vez más, al oír estos nombres, Yamcha se detuvo. Pero esta vez miró lleno de odio a Goku, se levantó y dirigió a él, mientras Vegeta, en el suelo, luchaba por respirar nuevamente… Cuando llegó a su lado, tomó a Goku de su traje al tiempo que le gritaba:

Yamcha: ¡Contéstame algo, idiota! ¡¿Acaso tú eres Kakarotto?! ¡DIME, ¿ERES KAKAROTTO?!

Goku se quedó paralizado con esa pregunta, al igual que los otros. Vegeta ya se había levantado del suelo ayudado por Piccolo. Krilim y Tenshinhan finalmente habían llegado al lugar… Yamcha soltó a Goku y volteó a mirarlos a todos, uno a uno, a los ojos; los suyos estaban llenos de odio, pero sobre todo de desesperación. Tomó los pedazos de espejo que estaban esparcidos en toda la habitación y comenzó a arrojar los pedazos a los demás guerreros.

Yamcha: ¡Mírense! Y díganme, ¡¿a quién ven?!

Luego de dudar unos segundos todos hicieron lo que Yamcha les había dicho, pero al verse… entraron en shock… ¡No podía ser verdad!… ¿Cómo era posible? Comenzaron a tocar sus rostros y luego miraron el de sus compañeros, incrédulos de lo que veían…

En ese momento llegaron Yayirobe, Chazo y el maestro Karin; estaban felices de ver a sus amigos en pie, pero al ver la expresión en sus rostros vieron que algo andaba mal… Chaoz de acercó a Ten y lo jaló del pantalón.

Chaoz: Ten, ¿qué pasa?

Al escuchar esta pregunta, Yamcha respondió a todo pulmón lleno de furia:

Yamcha: ¡Estúpido, él no es Tenshinhan! ¡Y yo no soy Yamcha!… ¡YO SOY VEGETA!

Apenas dijo esto salió corriendo de la habitación, dejando a todos muy confundidos…

Una hora después estaban todos reunidos en la plataforma; ninguno había pronunciado palabra desde que Yamcha… ¿O acaso era Vegeta?, había salido corriendo de la habitación, dejándolos a todos en muy mal estado, sobre todo a los guerreros. Finalmente, Tenshinhan, o quién fuera en ese momento, preguntó:

Tenshinhan: ¿Dónde están Dende y Gohan? No los he visto.

Chaoz: Ya fui a verlos. Ellos todavía no despiertan, pero están bien, sólo duermen.

Ten respondió con un gesto afirmativo.

Luego de verlos varios minutos, dudoso, el maestro Karin los instó a que hablaran y contaran todo lo que sabían. Así, poco a poco, les contaron todo sobre La Legión del Mal y su deseo de apoderarse de las esferas.

Yayirobe: ¡Rayos!, ¡eso es terrible!

Goku: ¿Cuánto tiempo estuvimos inconscientes?

Karin: Un poco más de tres días.

Todos: ¡TRES DIAS!

Krilim: ¡No puede ser!… ¡Milk me va a matar!

Al oír esto, los demás se le quedaron mirando, extrañados. Chaoz no aguantó más y finalmente preguntó:

Chaoz: ¿Quién es Ten?

Piccolo respondió:

Piccolo: Yo soy Tenshinhan, Chaoz.

Chaoz: ¡Vaya, Ten! ¡Qué verde te veo!, jajajaja.

Chaoz trató de relajar un poco la tensión reinante del lugar, pero obviamente no lo consiguió.

Karin: Primero que nada es mejor que nos aclaren quién es quién. Esos demonios los cambiaron de cuerpo. Son muy inteligentes, sabían que de esa forma podrían derrotarlos con facilidad.

Krilim: Es cierto, nos derrotaron en sólo unos minutos… ¡Malditos!, casi nos matan. Por cierto, yo soy Goku. Jejejeje, al menos eso creo.

Esto lo dijo al tiempo que sonreía y colocaba una mano detrás de su cabeza, ahora calva. Por eso se sintió extrañado de no sentir su acostumbrado pelaje en ella. Los demás, al ver ese gesto tan típico de Goku, no tuvieron dudas de quién era.

Goku: Yo soy Krilim.

Tenshinhan: Yo soy Piccolo.

En este punto Yayirobe tomó lápiz y papel y comenzó a anotar esos datos. No quería olvidar quién era quién, y la verdad es que ya estaba muy enredado con todo eso.

Todos se quedaron mirando el cuerpo de Vegeta; querían saber quién ocupaba ese cuerpo, pero esa persona sólo pensaba en alguien más… en Bulma. Ahora que ocupaba ese cuerpo, tal vez, sólo tal vez, Bulma podría volver a ser suya… De sólo pensar en esa posibilidad, sonrió. El cambio, después de todo, no le había quedado tan mal. Un pescozón detrás de su cabeza lo volvió a la realidad; era el cuerpo de Yamcha. Miraba a Vegeta muy serio, y como si pudiera leer su mente le dijo amenazante:

Yamcha: Ni siquiera lo pienses, imbécil.

Piccolo, que estaba en el cuerpo de Ten, dijo luego de ver esto:

Tenshinhan: Bueno, es obvio que Vegeta se encuentra en el cuerpo de Yamcha, y Yamcha está en el cuerpo de Vegeta. Seguramente Dende y Gohan también cambiaron de cuerpo.

NOTA: De ahora en adelante, para evitar confusiones, utilizaré la siguiente nomenclatura:

Gkrilim: Será Goku en el cuerpo de Krilim.
Kgoku: Será Krilim en el cuerpo de Goku.
Yvegeta: Será Yamcha en el cuerpo de Vegeta.
Vyamcha: Será Vegeta en el cuerpo de Yamcha.
Tpiccolo: Será Tenshinhan en el cuerpo de Piccolo.
Ptenshinhan: Será Piccolo en el cuerpo de Tenshinhan.
Dgohan: Será Dende en el cuerpo de Gohan.
Gdende: Será Gohan en el cuerpo de Dende.

Vyamcha: Ggggrrr… Para mi desgracia, así es. ¡Rayos!, tenía que cambiar de cuerpo con el más debilucho de todos. Bueno, aunque pudo ser peor… pude haber cambiado de cuerpo con Kakarotto.

Yvegeta: ¡Oye! Deja los insultos, recuerda que ahora soy más fuerte que tú.

Vyamcha: ¡Cállate, estúpido! De nada te sirve tener mi cuerpo si no sabes usar mis poderes.

Ptenshinhan: ¡Bueno, ya! Peleando no volveremos a nuestros cuerpos.

Tpiccolo: Me pregunto si eso será posible; no sabemos si el proceso es reversible.

Kgoku: Espero que sí, no quiero estar casado con Milk para el resto de mi vida.

Gkrilim: Ni yo. Quiero volver a casa.

Vyamcha: ¡Ustedes sólo dicen tonterías! ¡Yo lo que quiero en este momento es vengarme de esos malditos demonios! ¡Me la van a pagar todas juntas!

Ptenshinhan: Todo en su momento. Hemos perdido mucho tiempo y quién sabe cuántas esferas tendrán reunidas en este momento nuestros enemigos.

Gkrilim: Es cierto. Debemos detenerlos antes de que las reúnan e invoquen a Shenlong.

El maestro Karin, que hasta entonces no había hablado, expresó su sabia opinión.

Karin: Muchachos, debemos tener calma. En su condición, no podrán derrotar a sus oponentes. Primero deben aprender a manejar sus nuevos cuerpos o no tendrán ninguna oportunidad de vencerlos. Además, recuerden que se me acabaron las semillas del ermitaño, así que deben ser precavidos.

Yvegeta: Pero… aprender a manejar estos cuerpos llevará tiempo, y eso es lo menos que tenemos en este momento.

Ptenshinhan: Bueno, podemos entrenar en la Sala del Espíritu y el Tiempo. Afortunadamente no fue destruida, pero sólo podremos entrar en parejas.

Gkrilim: Esa es muy buena idea. Menos mal que no estuve los dos días completos en ella cuando entrené con Gohan, si no, no podría entrar nuevamente. Bien, yo entraré con Krilim y le enseñaré a convertirse en Super Saiyajin. Con ese nivel será suficiente para derrotar a esos demonios.

Kgoku: P-pero… G-Goku… a ti te llevó muchos años poder llegar a ese nivel, ¿cómo pretendes que yo lo haga en tan poco tiempo?

Gkrilim: Sé que podrás hacerlo. Mi cuerpo ya está adaptado a ese estado, así que sólo debes aprender a llegar a él. Te será mucho más fácil que a mí, además, recuerda que yo no tuve a nadie que me enseñara.

Kgoku: Bueno, si tú lo dices.

Esto lo dijo no muy convencido, aunque confiaban ciegamente en su amigo.

Gkirlim: Yo afortunadamente conozco la técnica del Kaioken; con ella podré aumentar las fuerzas de tu cuerpo unas 10 veces o más, aunque si logras convertirte en SSJ no será necesario que pelee. Por cierto, Vegeta; deberás hacer lo mismo con Yamcha.

Vegeta casi se cae para atrás cuando oyó esto.

Vyamcha: ¡¿Te volviste loco?! ¡Yo jamás haré eso!

Gkrilim: P-pero… V-Vegeta…

Vyamcha: ¡Pero nada! ¡Ya dije que no!

Ptenshinhan: Debes hacerlo, si no, no tendremos oportunidad de derrotar a esos demonios. ¡¿Quieres que se apoderen de la Tierra?!

Vyamcha: ¡A mí no me interesa lo que le pase a este miserable planeta!

Gkrilim: ¡Eso es mentira! Todos vimos como luchaste en contra de Cell, a mí no me engañas.

Vyamcha: ¡Cierra la boca, Krilim, Kakarotto, o quién diablos seas! ¡No permitiré que me hables de esa manera!

Krilim sabía bien cual era el punto débil de Vegeta y lo usó en su contra.

Kgoku: Bueno, entonces no volveremos a nuestros cuerpos y Yamcha será el nuevo esposo de Bulma y el padre de Trunks.

Apenas oyó esto, Vegeta se puso muy mal. No quería perder a su familia, pero, ¡¿entrenar a Yamcha?! La sola idea le daba náuseas… Sin embargo, que él ocupara su lugar y su cuerpo lo hacía sentir mucho peor; no tenía alternativa.

Vyamcha: ¡Bah! No me queda de otra. Dudo mucho que este idiota pueda llegar a convertirse en SSJ, pero haré cualquier cosa por recobrar mi cuerpo. Lo entrenaré.

Miró entonces malévolamente a Yamcha. Éste tragó saliva al escucharlo… ¿entrenar con Vegeta? Ni en sus peores pesadillas había pasado eso y algo le decía que el saiya no tendría ningún tipo de contemplaciones con él.

Ptenshinhan: Un momento. Vegeta entró dos veces a la sala ¿Cuánto tiempo te quedaste la última vez?

Vyamcha: Humm, la última vez sólo me quedé 10 meses.

Ptenshinhan: Eso quiere decir que sólo puedes estar 2 meses. Recuérdalo bien y sal a tiempo o te quedarás atrapado para siempre en esa dimensión. Yo entraré con Tenshinhan, y Dende y Gohan entrarán también.

Gkrilim: ¿Crees que sea conveniente? Ellos son sólo unos niños.

Ptenshinhan: Es necesario. Sin semillas del ermitaño, es muy importante que Gohan aprenda a usar los poderes curativos de Dende. Además, Gohan también es un saiyajin y sus poderes de pelea serán muy útiles.

Tpiccolo: Pero Dende nunca ha peleado en su vida. ¿Podrá hacerlo ahora?

Ptenshinhan: Yo lo estuve entrenando un poco. Deberá aprender, no hay alternativa.

Gkrilim: Sí, no existe otra salida. Yo creo que mientras unos entrenan en la sala, los otros deberán buscar las esferas. No podemos esperar a que todos entrenemos para eso, podría ser muy tarde. Yo tengo la esfera de 4 estrellas en mi casa. Es mejor buscarla de una vez, ya que eso nos garantizará que ellos no podrán reunirlas todas. Además, Milk debe estar muy preocupada por Gohan y por mí.

Kgoku: Es mejor que vaya yo; en su estado no es bueno alterarla. Fingiré que soy tú y así no se preocupará.

Goku sonrió al escuchar esto.

Gkrilim: Gracias, Krilim. Ésa es una buena idea.

Yvegeta: Yo debería buscar el radar del dragón en la Corporación Cápsula. Me haré pasar por Vegeta y así ella tampoco se preocupará.

Vegeta se puso muy serio al escuchar esto. Esa idea no le gustó nada.

Ptenshinhan: Tienes razón, ve enseguida.

Yvegeta: Sí.

Kgoku: Yo también me voy ya. No perdamos más tiempo.

Yamcha estaba a punto de levantar vuelo cuando Vegeta lo sujetó por un brazo y lo miró duramente.

Vyamcha: Si te aprovechas de ella, cuando recupere mi cuerpo te haré pedazos. ¿Fui claro?

Yamcha sostuvo su mirada y soltó su brazo al tiempo que le respondía:

Yvegeta: Yo nunca me aprovecharía de mi situación, y menos con ella. Puedes estar tranquilo.

Vyamcha: Eso nunca.

Yvegeta: Como quieras.

Apenas dijo esto, Yamcha alzó el vuelo y se fue rápidamente. Le había mentido a Vegeta. Por más que lo negara, deseaba más que nada en la Tierra poder estar con Bulma aunque fuera una vez más. Él la amaba con toda el alma y nunca había podido olvidarla.

Krilim también partió en busca de la esfera de cuatro estrellas. El tiempo corría y todos esperaban poder detener a tiempo los nefastos planes de La Legión del Mal.

La Legión del Mal – Capítulo 4

Capítulo 4: «En busca de las esferas del dragón»

Fanfic: La Legión del Mal

No pasó mucho tiempo desde la partida de La Legión del Mal cuando Chaoz llegó al Templo de Dios. Eestaba nervioso porque hacía algunos minutos que no podía sentir el ki de los guerreros, y a la vez sentía una gran desesperación ya que, si llegaban a morir, no podría resucitarlos, sólo a Gohan, pero, a pesar de esto, se negaba a creer en esa posibilidad.

Al llegar encontró una gran desolación, había evidencia de una gran pelea, pero no veía a los muchachos por ninguna parte. ¿Dónde podrían estar?, y peor aún, ¿en qué estado? Comenzó a llamarlos pero nadie respondió, inmediatamente pudo ver que parte del templo estaba en el suelo, así que se acercó al lugar con la esperanza de encontrar una pista que le indicara el paradero de sus amigos. Al llegar, vio con horror que varios hilos de sangre salían de debajo de los escombros. ¡No puede ser!, trató de escarbar los más deprisa posible, pero el proceso era lento, ya que era muchas las rocas que tenía que quitar.

En ese momento pudo ver que una pequeña nave descendía cerca de donde se encontraba. En ella venían Yayirobe y el maestro Karín. Ellos, al igual que Chaoz, sintieron los kis de sus amigos desaparecer y rápidamente subieron a la plataforma para ayudar en lo que fuera posible. Apenas descendieron, bajaron de la nave y corrieron al encuentro de Chaoz…

Karin: ¡Chaoz! ¿Qué pasó aquí?

Chaoz: ¡Qué bueno que llegaron! No lo sé.

Decía al tiempo que seguía escarbando de forma desesperada.

Chaoz: Krilim fue a buscar a Ten para decirle que había problemas aquí en el Templo. Él no quiso, pero yo los seguí. Estando aún lejos pude sentir una gran explosión y vine lo más deprisa posible, lo demás ya lo saben.

Yayirobe: Sí, nosotros sentimos la pelea y una gran explosión.

Chaoz: Pero… no se queden ahí, ¡ayúdenme!

Yayirobe: ¿Eh?… Sí, claro.

Yayirobe no reaccionó en el momento, ya que se había quedado absorto viendo la sangre correr debajo de las rocas, y no es que nunca la hubiera visto, pero esta vez un mal presentimiento lo embargaba.

Yayirobe: Ellos están bien… jejeje, son muy fuertes, sé que lo están.

Decía con una risa nerviosa, al tiempo que se arrodillaba al lado de Chaoz y lo ayudaba a quitar las piedras más grandes. Luego de unos segundos angustiosos, en los que no pudieron avanzar mucho en su labor, Chaoz, ya desesperado, se dispuso a hacer lo único que se le ocurría.

Chaoz: No podemos seguir así, mejor quito todos estos escombros de una vez con un rayo de energía.

Karin: Estoy de acuerdo, a este paso nunca los sacarás a tiempo, pero… ten mucho cuidado.

Chaoz asintió con la cabeza, y mientras acumulaba suficiente energía en sus manos, pensaba:

Chaoz: Por favor, que lo haga bien… Por favor.

El pulso le temblaba de los nervios, pero finalmente lanzó su poder sobre las rocas, que salieron expulsadas violentamente en todas direcciones. Cuando la estela de humo se disipó, los tres se quedaron mirando absortos ¡una mano! que sobresalía de los pocos escombros que aún quedaban. Chaoz corrió y sacó al dueño de esa mano, era Vegeta. Estaba muy lastimado, pero vivo.

Chaoz: ¡Es Vegeta! Bien, los demás deben estar cerca.

Yayirobe, que se encontraba en el extremo opuesto del de Chaoz, lanzó un grito de alegría.

Yayirobe: ¡Qué bien! ¡Encontré a Gohan, y está vivo!

No pasó mucho tiempo cuando Chaoz encontró a Dende.

Chaoz: ¡No puede ser!… ¡E-Es Dende!

Yayirobe: ¿Cómo? ¿También hirieron a Dende? Pues ojalá que no muera.

Chaoz: ¡No digas eso! ¡Claro que no se va a morir!

Karin: Tráelo, Chaoz, para poder examinarlo. Esperemos que no esté muy mal.

Pero sí lo estaba. De todos los que habían encontrado, era uno de los que estaba peor. Mientras el maestro Karin vigilaba sus signos vitales, Chaoz y Yayirobe siguieron buscando sin descanso a los demás. Goku, Krilim, Piccolo, poco a poco los fueron sacando a todos, hasta que finalmente, con vida, fueron liberados…

Muy lejos del Templo, la Legión del Mal seguía su camino. Iban deprisa y muy felices.

Daci: Este planeta es realmente hermoso.

Burk: Es verdad, y lo mejor es que será nuestro.

Nick: Oigan, ¿cómo serán esas famosas Esferas del Dragón?

Daci: Ni idea, pero igual debemos encontrarlas.

Apenas escuchó la pregunta, Loki, muy furioso, se paró en seco.

Loki: ¡MALDICIÓN!

Burk: ¿Qué sucede, hermano?

Pero Loki sólo maldecía una y otra vez mientras cerraba sus puños con fuerza.

Loki: ¡¿Cómo pudimos ser tan imbéciles? ¡¿Cómo pudimos?!

Nick: Pero… termina de decirnos qué pasa. ¡Dinos!

Loki: ¡¿Qué no se dan cuenta?! ¡No, claro que no, si ya dije que son todos unos idiotas!

Gritaba mientras les daba un pescozón a cada uno en la cabeza.

Daci: ¡AAAYYY! ¡Eso duele, tonto!

Nick: ¡¿Nos vas a decir, sí o no?!

Loki: ¿Y acaso tengo elección? ¡No! La verdad no sé cómo yo, siendo tan inteligente, puedo tener unos hermanos tan mensos, ¡si por eso es que soy el líder!… pero bueno, ahí les va una pregunta muy importante que debemos responder certeramente si queremos cumplir nuestro propósito de apoderarnos de este planeta: ¡¿Cómo rayos vamos a conseguir las fulanas esferas del dragón si eliminamos a los guerreros sin antes hacerlos confesar dónde están?!

Al oír esto, los hermanos se quedaron en silencio, muy preocupados.

Burk: ¡Demonios! ¡Tienes razón!

Nick: Sí, la verdad es que no pensamos en eso en el momento.

Hubo unos instantes de silencio, pero repentinamente a Daci se le iluminó el rostro.

Daci: Pero ahora que vencimos a los Guerreros Z ya no necesitamos las esferas, nosotros somos muy fuertes y podemos apoderarnos de esta planeta por la fuerza si queremos. Si dominamos el infierno, la Tierra será mucho más fácil. ¡Nadie podrá detenernos!

Nick: ¡Es cierto!

Loki: No, Daci no tiene la razón.

Burk: ¿Por qué no?

Loki: Miren, nosotros podremos tratar de conquistar este planeta por la fuerza, pero si algún humano reúne las esferas y pide como deseo desaparecernos, estaremos perdidos. No podemos correr ese riesgo. Para nuestra seguridad es mejor tenerlas en nuestro poder, aunque no las usemos.

Daci: Bueno, busquemos. Alguien en este miserable planeta debe saber el paradero de las esferas.

Nick: ¡Ya sé! Oigan, Vegeta se encontraba con una humana cuando lo encontré, seguramente ella sabrá todo sobre las esferas.

Burk: Bueno, pues todo es cuestión de buscarla y hacerla confesar. ¿Sabes dónde está?

Nick: P-pues no… Yo los encontré en un centro comercial, pero puedo volver y probar suerte. Después de todo, es lo mejor que tenemos.

Loki: Humm, me parece buena idea. Goku y Gohan también estaban con una mujer y yo sí sé dónde vive… bien, haremos esto: Nick, tú irás a ese centro comercial a ver si la encuentras, mientras yo volveré a la casa de esos saiyajins. Finalmente, Daci y Burk se separarán y buscarán por su cuenta. Yo seguramente podré sacarle la información a esa humana, pero es mejor prevenir. ¡No quiero más errores!

Daci: Yo propongo que probemos buscar dos días, luego de los cuales nos volveremos encontrar en este lugar nuevamente.

Burk: Me parece bien.

Nick: A mí igual.

Loki: De acuerdo, entonces vayamos. No perdamos más tiempo, a mi no me gustan los retrasos. Nos vemos en dos días.

Todos: ¡Bien!

Así, los demonios, tomando de nuevo su apariencia humana, partieron con rumbos distintos dispuestos a todo con tal de encontrar las esferas del dragón…

Mientras, en el templo ya habían reunido a todos los guerreros y a Dende, que seguían inconscientes y continuaban sangrando, aunque no tanto como al principio, ya que la sangre coagulada comenzó a cerrar las heridas.

Chaoz: Están muriendo… Maestro Karin, ¿no tiene semillas del ermitaño?

Karin: Sí, tengo semillas. Las traje conmigo cuando vinimos a ver qué sucedía, pero desgraciadamente no tengo suficientes para todos.

Chaoz: ¡¿Cómo?!… ¡No puede ser!, pero, ¿cuántas tiene?

Karin: Sólo tengo tres.

Yayirobe: ¡¿Sólo tres?!, eso es muy poco, y ahora, ¿a quién se las daremos?

Chaoz: Pero… ¡si se las damos a unos, los otros morirán!

Yayirobe: Bueno, salvemos a Dende y luego con las esferas resucitamos a los otros.

Chaoz: Eso no servirá, recuerda que ellos ya fueron resucitados, así que si mueren no podrán volver. Bueno, Gohan sí, pero es el único.

Yayirobe: Es cierto, no lo recordaba, pero… algo tenemos que hacer o todos morirán, es mejor salvar a tres a que se mueran todos.

Chaoz: ¡No seas insensible! ¿Y quién decidirá quién vive o muere, eh? ¡¿Tú?!

Yayirobe: ¡Oye! Yo no tengo la culpa, yo sólo trato de ayudar.

Chaoz: Pues vaya forma de ayudar la tuya.

Yayirobe: ¡¿Y acaso tienes una mejor idea?!

Chaoz: P-pues… N-no…

Sin perder tiempo, el maestro Karin se interpuso entre ellos para tratar de finiquitar la disputa.

Karin: Muchachos, cálmense, peleando no resolveremos nada.

Chaoz: ¡¿Cómo quiere que me calme cuando veo a mis amigos morir y no puedo hacer nada para ayudarlos?!

Karin: ¿Y quién dijo que van a morir?

Al escuchar esto, Yayirobe y Chaoz se miraron uno al otro muy confundidos, ¿habrían oído bien?

Yayirobe: Pero… usted dijo que…

Karin: Que no tenía suficientes semillas para todos.

Chaoz: ¿Y entonces?…

Karin: Miren, esto es lo que debemos hacer: una de las semillas la dividiremos en dos y cada mitad se la damos a Dende y a Gohan, que son los más jóvenes. Las otras dos las dividiremos en pedazos más pequeños y las repartimos a los demás.

Chaoz: ¿Con eso será suficiente? Ellos están muy graves y los pedazos serán muy pequeños.

Karin: Si fueran seres ordinarios no sobrevivirían, pero estoy segura de que ellos sí podrán. Además, no tenemos alternativa.

Chaoz: Es verdad… Pues entonces no perdamos más tiempo.

Rápidamente, el maestro Karin dividió las semillas mientras Chaoz y Yayirobe las repartían a los demás. Por supuesto, las heridas no cerraron ni mostraron signo alguno de recuperación, así que curaron sus heridas y cada uno fue acostado en una de las tantas habitaciones del Templo (al menos, la parte que aún permanecía en pie).

Yayirobe: ¿Dónde estará Mr. Popo? No lo he visto.

Dijo mientras, ayudado por Chaoz, acostó a Piccolo en una de las camas.

Chaoz: No lo sé, no le he visto, espero que esté bien.

Yayirobe: Seguramente lo está, si no, ya lo habríamos encontrado.

Chaoz: Es cierto.

Cuando salieron afuera se encontraron con el maestro Karin, que los esperaba.

Karin: ¿Ya todos están reposando?

Chaoz: Sí, pero maestro, yo no veo que hayan mejorado nada.

Karin: Eso es natural, recuerda que sólo consumieron un pedazo de semilla muy pequeño. Su recuperación será muy lenta.

Pero Chaoz no estaba muy seguro de ello.

Chaoz: Eso espero… (Pensando: Ten, no te mueras, por favor)

Yayirobe: Yo sigo preguntándome quiénes serán estos nuevos enemigos. Deben ser muy fuertes si lograron derrotar a todos los guerreros juntos, ¿no cree, maestro Karin? Digo, ni siquiera Cell pudo hacer eso.

Karin: Es verdad, eso me preocupa, y no tenemos idea de qué quieren o harán. Chaoz, ¿sabes algo más que no nos hayas dicho?

Pero Chaoz no respondió, estaba sumido en su tristeza y no pudo escucharlos.

Yayirobe: ¡Chaoz! ¡Responde!

Dijo al tiempo que le dio un empujón para que reaccionara.

Chaoz: ¿Qué?… Ah, n-no, ya les dije todo lo que sé.

El maestro Karin, al ver tal preocupación en Chaoz, se acercó a él y colocó una mano (no, quiero decir garra) en su hombro y le dijo, tratando de darle ánimo:

Karin: No te preocupes, ellos van a estar bien.

Chaoz lo miró agradecido.

Chaoz: Sí…

Dos días después…

Ya había pasado el plazo de dos días estipulado por la Legión del Mal para tratar de conseguir las esferas, y en el sitio pactado estaban reunidos Loki, Daci y Burk. Nick aún no había llegado al lugar.

Burk: Pues yo no conseguí nada. Busqué sin descanso y ni rastro de las esferas.

Daci: Sí, a mí me pasó igual. Pregunté, amenacé, y bueno, jejeje, no pude evitar matar algunos humanos, pero nadie me supo decir nada. Es más, todos creen que las esferas son un mito, que no son reales.

Burk: Es verdad, a mí me pasó lo mismo. ¿No será que esos imbéciles de Freezer y Cell nos engañaron y nos hicieron venir a este planeta con la esperanza de que nos derrotaran?

Daci: Bueno, eso lo sabíamos desde el principio, pero aún así pensé que lo de las esferas era real…

En ese momento Daci volteó a mirar a su hermano Loki, que molesto y aburrido, estaba sentado en una roca.

Daci: Y tú, hermano, no nos has dicho qué descubriste.

Loki: Nada, ¡rayos! Cuando llegué, esa humana ya no estaba en la casa. La esperé estos dos días y no dio señales de vida.

Burk: ¡Vaya!, sí que hemos tenido mala suerte, ojalá que a Nick le haya ido mejor que a nosotros.

Loki: Pero, ¿dónde se habrá metido?, humm, ya me estoy preocupando.

Daci: Seguramente está bien.

Burk: ¡Vean! ¡Ahí viene!

En efecto, a los lejos Nick venía volando velozmente, hasta que finalmente se posó en el suelo y corriendo se unió a sus hermanos.

Loki: ¡Hasta que llegaste! ¿Por qué tardaste tanto?

Nick: Bueno, es que algo imprevisto pasó mientras me dirigía hacia acá.

Burk: ¿Pudiste encontrar a la mujer?

Nick: No, ella no se apareció en el centro comercial.

Daci: ¡Maldición!, y ahora, ¿qué vamos a hacer?

Burk: Seguir preguntando, supongo.

Todos los demonios se apesadumbraron, todos menos Nick, que mostraba una enorme sonrisa en su rostro. Pero Loki se dio cuenta de inmediato.

Loki: Hay algo que no nos has dicho. ¿Verdad, Nick?

El demonio movió su cabeza con un gesto afirmativo.

Loki: Pues dilo de una vez.

Nick: Primero debo enseñarles algo.

Abrió una bolsa de cuero que tenía colgada en sus pantalones y sacó una pequeña esfera de color naranja que tenía tres estrellas en su interior, Ésta brillaba, y su brillo cegó unos momentos a los demonios que, asombrados, supieron al instante lo que era.

Burk: É-Esa… es… una… de…

Nick: Así es, es una esfera del dragón. ¡Mírenla! ¿No es hermosa?

Daci: Sí que lo es.

Dijo asombrado Daci mientras la tomaba en sus manos.

Loki: Cuéntanos cómo la conseguiste.

Daci: Bueno, la verdad no estoy seguro… Les voy a contar lo que pasó…

Así, Nick comenzó a relatar cómo pudo encontrar la esfera:

«Después de esperar el tiempo pactado a la mujer, que no se apareció en ningún momento, me fui sumamente molesto, esperando que ustedes hubiesen tenido mejor suerte…»

Burk: Jajajaja, justo lo que yo estaba pensando…

Daci: Ssshhh, déjalo continuar.

Burk: ¡Ups!, jejeje, lo siento.

Loki: ¡SILENCIO! Sigue, hermano.

Luego que Nick miró duramente a sus hermanos, decidió continuar, esperando no tener nuevas interrupciones…

«…Como les estaba diciendo, me dirigía hacia acá cuando de repente un sentimiento muy extraño hizo que me detuviera… no sé cómo explicarlo, fue como si una fuerza suave, pero a la vez insistente, me llamara. Comencé entonces a sentir una voz en mi cabeza que me decía que fuera en esa dirección… yo traté de ignorarla, pero no pude, y finalmente, lleno de curiosidad, fui hacia allá… y a medida que avanzaba, esa fuerza, suave al principio, comenzó a sentirse más poderosa, me atraía como un imán… Volé largo tiempo y finalmente llegué a una pequeña aldea. Como tenía mucha hambre, tomé mi forma humana y entré a una posada a comer algo. Al entrar, me senté en una mesa apartado de los otros humanos, por cierto, ¡qué escandalosos pueden ser!, jajajaja…»

Pero ninguno se movió siquiera, estaban absortos oyendo el relato, así que el demonio, fastidiado por esto, continuó…

«…Ustedes no entienden un chiste, pero bueno, sigo: Una muchacha muy bonita vino a tomar mi pedido, pero yo me quedé petrificado apenas la vi. Al principio pensé que era por la mujer, no sé, tal vez me… ¿atraía?, pero luego me di cuenta de que no era la muchacha, sino la cadena que tenía puesta en ese momento, ¡ella tenía la esfera colgada del cuello! Al verla, esa extraña sensación me hizo mirarla sin parar, como si estuviera hipnotizado. Ella se dio cuenta de esto y preguntó:

«¿Verdad que es hermosa?, es una esfera del dragón»

«¿En serio? Sí, es muy bonita»

Pero el posadero, que había oído nuestra conversación, comenzó a reír a carcajadas.

«Jajajajajajaja, no le haga caso, señor, esa muchacha está loca. Figúrese, decir que ésa es una esfera del dragón cuando todos sabemos que son sólo supercherías de viejas, jajaja»

«Jejejeje, sí, tiene razón, qué locura»

«Yo supe inmediatamente que ésa era una de las esferas. La joven, al ver cómo nos reíamos de ella, se sintió muy mal y se fue llorando. Yo, desesperado de que escapara y no la pudiera encontrar nuevamente, fui tras ella… Y la encontré, jajaja, la tonta pensó que yo quería consolarla. Cuando se dio cuenta de que lo que quería era la esfera, opuso resistencia, así que, temiendo que gritara y los demás la oyeran, la maté y huí del lugar… Lo demás ya lo saben ustedes».

Loki: Ya veo, o sea, que tú puedes sentir dónde están las esferas.

Nick: Pues eso creo, sí.

Daci: Y ahora, ¿puedes sentir algo?

Nick: Humm, a ver, me voy a concentrar.

Nick cerró sus ojos unos minutos, mientras los demás, expectantes, guardaron absoluto silencio.

Nick: Bueno, la sensación es muy débil, pero puedo sentir algo al norte de nuestra posición actual.

Loki: ¡Increíble! ¿Quién diría que eres un rastreador de esferas ambulante?

Burk: Ahora ya no tendremos ningún inconveniente para apoderarnos de este planeta.

Daci: Jajajaja, es cierto.

Los demonios se pusieron a reír y a bailar de la alegría mientras cada uno de ellos le daba un beso a su hermano Nick en la cabeza.

Ya sin obstáculos, La Legión del Mal partió en busca de las esferas restantes.

La Legión del Mal – Capítulo 3

Capítulo 3: «El plan se lleva a cabo»

Fanfic: La Legión del Mal

En el Templo de Dios

Piccolo estaba entrenando con Dende, ya que quería que aprendiera a defenderse por sí mismo.

Piccolo: ¡Vamos, Dende! Puedes hacerlo mejor.

Dende: Pero señor Piccolo, estoy muy cansado.

Piccolo: Eso no me importa, el Dios de la Tierra no puede estar en tan pésimas condiciones físicas, y otra cosa: ¿cuántas veces debo decirte que no me llames señor Piccolo? Tú eres un Dios, estás por arriba de todos nosotros, debes hacer que todos te respeten, no al contrario, así que ¡seguiremos entrenando hasta que yo diga!

Piccolo le lanzó un golpe a Dende, que éste apenas pudo esquivar. Inmediatamente estiró ambos brazos. Mientras Dende trataba de esquivar uno, no se dio cuenta que el otro se aproximaba hasta que fue demasiado tarde; éste le pegó en el estómago, lanzándolo muy lejos. Al ver esto, Piccolo no pudo evitar decepcionarse, ya que habían estado entrenando muy duro y Dende apenas había mejorado. Sabía que estaba mal caer en las comparaciones, pero no pudo evitar pensar que con Gohan le había ido mucho mejor. Había momentos en que pensaba darse por vencido, pero sabía que Dende tenía un gran potencial, si tan sólo confiara más en sí mismo. Por otra parte, Dende sabía que Piccolo esperaba mucho más, y al no estar a la altura de lo que se esperaba de él, se sentía muy mal.

Piccolo: No estás dando lo mejor de ti, sólo te defiendes y no atacas. Si sigues con esa actitud tan pasiva, nunca mejorarás.

Dende: ¡Ya lo sé! Además, no entiendo porqué debo aprender todas estas cosas. Siempre estaré a salvo teniéndote a mi lado.

Piccolo: Ése no es el punto. ¿Qué pasaría si un día no pudiera estar a tu lado para ayudarte? Así como mi deber es defenderte, tu deber es proteger las Esferas del Dragón, es tu responsabilidad. ¿Cómo lo harías si no tienes la fuerza y preparación suficientes?

Dende se sintió muy mal con estas palabras, ya que hasta ese momento no se había dado cuenta de la gran responsabilidad que tenía. Sólo se había comportado como un niño malcriado. Piccolo se percató de esto y trató de calmarse un poco, así que se acercó hasta él y colocó una mano sobre su cabeza.

Piccolo: Sé que a veces soy muy duro contigo, pero es por tu bien y el bien de toda la Tierra. Si yo algún día llegara a fallar, sólo quedarás tú para defender a las Esferas, y por ningún motivo puedes permitir que lleguen a caer en malas manos, ¿entiendes?

Dende: Tiene razón señ… Piccolo, de ahora en adelante pondré todo de mi parte para aprender. Ya verás que llegaré a ser un gran guerrero como usted… quiero decir, como tú.

Piccolo se alegró mucho al oír esto. Al fin había logrado hacer entrar en razón a Dende. Tal vez ahora sí lograría hacer explotar todo su potencial escondido.

Piccolo: ¡Muy bien! Ya verás que llegarás a ser el guerrero namekuseijin más fuerte.

Ya estaban listos para comenzar de nuevo el entrenamiento, cuando ambos se percataron que una serie de Kis conocidos se acercaban al Templo.

Piccolo: Qué extraño, todos los muchachos vienen en esta dirección.

Dende: Es cierto. ¿Pasará algo?

Piccolo: No lo sé, tendremos que esperar hasta que lleguen para saberlo.

Esperaron unos minutos, luego de los cuales vieron llegar a Vegeta seguido muy de cerca por Yamcha y Krilim. Al descender sobre la plataforma, Vegeta corrió al encuentro de Piccolo y Dende.

Vegeta: ¡Bien! Ya estoy aquí. ¿Qué es lo que pasa?

Piccolo y Dende se miraron el uno al otro sin entender de qué estaba hablando.

Piccolo: ¿A qué te refieres?

Vegeta: No tengo tiempo para bromas, Piccolo, así que dime de una vez para qué me mandaste llamar.

Piccolo: ¡¿Que yo qué?! Debes estar enfermo, yo no te mandé a llamar.

Vegeta: ¿Cómo que no? Pero si Kakarotto me dijo que había problemas aquí, que viniera de inmediato… ¡Ese Kakarotto! Seguro me jugó una broma, pero ya verá cuando lo vea, le haré saber que ¡CON EL GRAN VEGETA NO SE JUEGA!

Apenas terminó de decir esto, Krilim y Yamcha llegaron al encuentro de sus amigos.

Krilim: Ya estamos aquí, Piccolo. ¿Qué era tan urgente que no nos lo pudiste decir en la ciudad?

Yamcha: Sí. ¿Cuál es el problema?

Piccolo: ¡¿Es que acaso todos se volvieron locos?! ¡Yo no he llamado a nadie!

Yamcha y Krilim estaban asombrados, ¿qué significaba todo esto?

Krilim: ¿Qué broma de mal gusto es ésta, Piccolo? Te acabamos de ver en la ciudad y nos dijiste que el Templo de Dios estaba en peligro y qué debíamos venir de inmediato.

Yamcha: Es cierto, no te hagas el ignorante ahora.

Piccolo: Definitivamente todos perdieron la razón.

Dende: Piccolo tiene razón, ha estado conmigo todo el día y no ha dejado el Templo en ningún momento.

Yamcha: Eso es imposible, Krilim y yo lo vimos hace poco.

Dende: ¡Yo no miento!

Krilim: ¡Vean! Están llegando Goku y Gohan, tal vez ellos puedan aclarar todo esto.

Vegeta: ¡Ya verás, Kakarotto, lo que te espera por engañarme de esta manera!

Yamcha, Krilim y Piccolo: ¡Espera, Vegeta!

Apenas Goku y Gohan aterrizaron, Vegeta se lanzó a toda velocidad a su encuentro. Al llegar hasta donde estaban, le dio un puñetazo a Goku en el rostro, tirándolo al piso. Muy adolorido y con una mano en su rostro, Goku se levantó del suelo y confrontó a Vegeta. Mientras esto pasaba, todos los demás corrieron al encuentro de Goku, Gohan y Vegeta.

Goku: ¡Oye, Vegeta! ¿Por qué me golpeas?

Vegeta: Eso es por haberme engañado, Kakarotto.

Goku: ¡¿De qué rayos estás hablando?!

Vegeta: No te hagas el tonto, tú sabes muy bien que fuiste a buscarme al centro comercial para decirme que había problemas aquí en el Templo y ¡ERA MENTIRA!

Gohan: ¡Estás mintiendo, Vegeta! Mi papá estuvo entrenando conmigo todo el día, él no fue a buscarte.

Vegeta: Si es así, entonces ¿qué están haciendo ustedes aquí?

Goku: Yamcha fue a buscarnos para decirnos que debíamos venir para acá.

Al decir esto, todos voltearon a ver a Yamcha con rostros acusadores. Él, al ver esto, se puso muy nervioso.

Yamcha: ¡Eso no es cierto! Yo no estuve hoy en casa de Goku.

Gohan: ¿Cómo que no? Mi mamá, mi papá y yo te vimos hace poco allá.

Krilim: ¡Eso no puede ser verdad! Yo estuve con Yamcha todo el tiempo, y jamás fue para su casa.

Yamcha: ¡Ufs! Gracias por defenderme, Krilim. ¡Estuvo cerca!

Goku: Pero nosotros te vimos… ¡Demonios! Ya sabía que algo raro estaba pasando.

Mientras ellos discutían, no se dieron cuenta que otra persona había llegado al Templo.

?????: ¡Hola, amigos! ¿Por qué discuten?

Todos voltearon en esa dirección y se sorprendieron al reconocerlo.

Todos: ¡TENSHINHAN!

Tenshinhan: Sí, soy yo, pero ¿por qué se sorprenden tanto de verme? ¿Acaso no me mandaron llamar?

Piccolo: ¡¿Otro más?!

Vegeta: Déjame adivinar. Te dijeron que el Templo de Dios estaba en peligro y que debías venir lo más pronto posible. La pregunta es ¿quién te lo dijo?

Tenshinhan: Tienes razón, Vegeta, aunque yo no veo ningún peligro aquí. Pero el que me lo dijo fue Krilim.

Krilim: ¡Oigan! ¡A mí no me metan en esto! Yamcha sabe muy bien que yo no pude haber sido.

Tenshinhan: ¿Insinúas que estoy mintiendo?

Krilim: Eso no lo sé, pero de lo que sí estoy seguro es de que yo no te busqué.

Tenshinhan: ¡Claro que sí!

Todos se pusieron furiosos y comenzaron a discutir culpándose unos a otros, y se quedaron así unos minutos hasta que Piccolo no aguantó más.

Piccolo: ¡CÁLLENSE TODOS!

Cuando oyeron a Piccolo, se quedaron inmediatamente en silencio.

Piccolo: Así esta mejor. Ahora despacio y con calma, cada uno nos contará quién lo buscó y para qué.

Cada uno procedió a contar su versión de la historia. Cuando todos terminaron, se quedaron en silencio. Lo que habían dicho no tenía sentido.

Piccolo: Esto es muy extraño, lo que dicen no puede ser verdad, ya que Yamcha, Krilim, Goku y yo tenemos un testigo que comprueba que nosotros no buscamos a los demás.

Vegeta: Es cierto, pero eso no significa que estemos mintiendo. Alguien o algo nos hizo venir hasta el Templo.

Tenshinhan: La pregunta es ¿quién?, y ¿para qué?

Krilim: Seguramente no con buenas intenciones.

Goku: Esto debe ser una trampa, debemos estar alerta.

Gohan: Mi papá tiene razón. Quien nos halla hecho venir hasta aquí, lo hizo por algún motivo.

Dende: Y definitivamente no fue porque el Templo estuviera en peligro.

?????: En eso te equivocas, enano.

Yamcha: ¿Quién dijo eso?

?????: Fui yo.

Todos se pusieron en guardia, pero cuando miraron en la dirección de donde provenía esa voz. sólo vieron a cuatro seres ordinarios.

Piccolo: ¿Quiénes son ustedes? ¿Y cómo pudieron llegar hasta aquí?

?????: La verdad es que nosotros podemos ser quienes queramos. ¿Verdad, hermanos?

?????2: Sí. ¿Por qué no se los demostramos?

?????3 y ?????4: ¡Muy bien!

Al decir esto, todos tomaron formas conocidas para los ahora muy sorprendidos Guerreros Z. Ante sus ojos los cuatro se convirtieron en Goku, Piccolo, Krilim y Yamcha.

Lyamcha: ¿Así está mejor?

Tenshinhan: ¡¿Qué demonios significa esto?!

Dkrilim: Creo que los sorprendimos mucho, hermano.

Piccolo: Conque fueron ustedes los que nos engañaron.

Lyamcha: Sí, y fue tan fácil hacerlo. No cabe duda de que son unos tontos.

Vegeta: ¡¿Cómo te atreves a insultarme de esta manera?! Eso no se los voy a permitir, ya verán como en tan sólo unos instantes los acabaré con mis propias manos.

Vegeta estaba a punto de atacarlos, cuando Goku lo detuvo.

Goku: ¡Espera, Vegeta! Primero necesitamos algunas respuestas.

Vegeta: ¡A mí no me interesa lo que puedan decirnos! ¡Sólo quiero acabar con sus miserables vidas!

Lyamcha: ¿Estás seguro que no te interesa saber porqué estamos aquí?

Dkrilim: Si nos matas ahora, no sabrás para qué los hicimos venir hasta acá.

La verdad es que Vegeta sí quería saber quiénes eran esos seres tan extraños, y lo más importante, ¿qué querían? De todas formas, ya habría tiempo para acabar con ellos después.

Vegeta: De acuerdo, dejaré que se expliquen primero, así que ¡HABLEN! ¿Quiénes son?

Bpiccolo: Creo que nuestra explicación será más satisfactoria si tomamos nuestra forma real.

Ngoku: Tienes razón, convirtámonos.

De esta forma los demonios retomaron su forma real. Al ver su aspecto tan desagradable, los Guerreros Z sintieron una gran repugnancia.

Gohan: ¡Son unos demonios!

Goku: No puede ser. Si lo fueran, deberían estar en el infierno, no aquí.

Loki: La verdad es que sí somos demonios. Mi nombre en Loki, y ellos son mis hermanos Burk, Daci y Nick. Juntos formamos La Legión del Mal. Nosotros dominamos todo el infierno, es por eso que podemos salir de él cuando queramos.

Vegeta: ¡Vaya! Así que son La Legión del Mal. ese nombre es casi tan ridículo como el de ustedes.

Nick: No te reirás tanto cuando sepas a qué vinimos.

Piccolo: Creo que todos queremos saberlo. ¿O no fue por eso que nos reunieron aquí?

Loki: En parte. Verán, unos viejos amigos de ustedes, que por cierto mandaron al infierno, nos contaron de unas esferas que se encuentran en la Tierra y que son capaces de cumplir cualquier deseo que se quiera.

Burk: Sí, Cell y Freezer nos contaron de las Esferas del Dragón.

Krilim: ¡¿Cell y Freezer?!

Piccolo: ¡Vaya! Ni muertos esos dos dejan de molestar.

Daci: Lo importante de todo esto es que nosotros queremos reunir esas esferas para cumplir nuestro gran deseo.

Tenshinhan: ¿Y qué deseo es ése?

Loki: Queremos ser ¡LOS AMOS DE TODO EL UNIVERSO!

Dende: ¡Pero qué tontos son! Las esferas no pueden cumplir ese deseo. ¿Que no saben que su poder es limitado? Ese deseo va más allá de sus capacidades.

Cuando los demonios oyeron eso se pusieron muy serios, no esperaban una noticia así.

Burk: ¡Eso es mentira! Sólo tratas de engañarnos para que no tratemos de reunirlas.

Dende: ¡Por supuesto que no! Lo sé porque yo las creé, así que desde ahora les digo que perderán su tiempo.

Los cuatro demonios de quedaron en silencio mirándose unos a otros, no sabían que hacer, sus planes se habían venido abajo, pero en ese instante el rostro de Loki se iluminó. Tenía otro plan.

Loki: ¡Muy bien! Reunión, ¡AHORA!

Los cuatro hermanos se apartaron del grupo para poder discutir el asunto sin que los Guerreros pudieran oírlos, y para tener la seguridad de que Piccolo y Dende no oyeran la conversación, hablaron entre ellos telepáticamente.

Yamcha: Y ahora, ¿qué harán?

Tenshinhan: No lo sé, pero no será nada bueno.

Vegeta: ¡Esto es una pérdida de tiempo! ¿Para qué rayos nos hicieron venir?

Piccolo: Estoy seguro de que hay algo más detrás de todo esto. Ellos no nos contarían su plan si no estuvieran seguros de que no se los impediríamos.

Goku: Tienes razón, Piccolo. Esto es muy raro.

Krilim: Será mejor que no nos descuidemos con esos sujetos.

En ese momento la reunión de los demonios terminó, y todos ellos se acercaron a los demás para informarles de su nueva idea.

Loki: Hemos tomado una decisión.

Goku: ¿Qué decisión?

Nick: Pues, ya que no podemos ser los amos del universo, al menos lo seremos de la Tierra.

Burk: ¡Claro! La Tierra es un lugar hermoso, queremos quedarnos aquí.

Daci: Y no se les ocurra decir que las esferas no pueden cumplir ese deseo.

Gohan: ¿Y cómo piensa hacer eso? Saben que se los impediremos.

Loki: Por supuesto que ya sabemos que primero tenemos que deshacernos de ustedes para que no puedan impedir nuestros planes.

Nick: Por eso los hicimos venir, para quitarlos del camino.

Al decir esto, los cuatro demonios se pusieron en posición de ataque. Los Guerreros Z ni siquiera se movieron de sus lugares, sólo pensaron que era ridículo lo que intentaban hacer. Aunque La Legión del Mal peleara con todas sus fuerzas, no podrían derrotarlos a todos juntos. ¿Podrían ser tan tontos para no darse cuenta de eso?

Goku: ¿Deben estar bromeando? Ustedes jamás podrían vencernos.

Loki: Sabemos que si peleamos directamente con ustedes, no podremos derrotarlos.

Piccolo: ¿Entonces?

Daci: Recurriremos a otra táctica.

Vegeta: ¿Otra táctica? ¡Vamos! Ustedes saben que no podrán derrotarnos.

Burk: Yo no estaría tan seguro.

Repentinamente, algo en la mirada de esos extraños seres puso en alerta a los demás. Sin entender el motivo, ya no estaban tan seguros de poder vencer tan fácilmente a los demonios, fue como si hubieran tenido un mal presentimiento, así que todos se pusieron en guardia mientras Piccolo se acercaba a Dende.

Piccolo: Dende, será mejor que entres al Templo, la situación aquí puede ponerse muy peligrosa.

Loki pudo oír lo que Piccolo le dijo a Dende. Al hacerlo, una sonrisa se asomó en su rostro.

Loki: Eso no será necesario, la pelea no durará mucho tiempo. ¿Listos, hermanos?

Daci, Burk, Nick: Sí.

Casi al instante sus manos empezaron a iluminarse irradiando una energía muy extraña. No se sentía muy poderosa, pero al ver esto los guerreros se pusieron muy nerviosos. Sin saber porqué comenzaron a tener mucho miedo, algo les decía que debían alejarse lo más rápidamente posible de esos demonios, así que comenzaron caminar en retroceso tratando de hacerlo. Esto no pasó desapercibido para La Legión del Mal, así que decidieron no perder más tiempo.

Nick: ¿Se van tan pronto?

Loki: Qué lástima, pero no se vayan sin antes darles el pequeño regalo que les tenemos preparado.

Los cuatro se miraron, y sin necesidad de palabras supieron que el momento había llegado, así que todos juntos procedieron a levantar sus manos. Loki movió su cabeza, ésa era la señal para saber que debían atacar.

Loki: ¡AHORA!

Cada demonio lanzó dos rayos, uno por cada mano. Los Guerreros Z y Dende se quedaron paralizados del terror, así que no pudieron esquivar el ataque que les dio de lleno a cada uno. Los dos rayos expulsados por Loki arremetieron contra Goku y Krilim, los de Burk contra Vegeta y Yamcha, los de Daci contra Piccolo y Tenshinhan, y los de Nick contra Gohan y Dende. La estela luminosa fue tan grande que pudo verse a mucho kilómetros a la redonda. Chaoz, que se dirigía al Templo, pudo verla y se asustó mucho al sentir su poder.

Chaoz: ¿Pero qué es eso? Debo darme prisa.

Voló a toda velocidad, esperando poder llegar a tiempo. Mientras, en el Templo, el ataque había culminado. Al desaparecer por completo la luz y el humo, La Legión del Mal pudo ver a todos los Guerreros tirados en el piso inconscientes, pero lo más extraño de todo era que no mostraban ningún daño físico, al menos visible.

Loki: Ya esta hecho. Ahora sólo nos queda esperar para saber si nuestro ataque dio resultado.

Burk: ¿Cómo lo sabremos?

Loki: Eso es muy fácil, por la expresión en sus rostros.

Esperaron unos minutos, hasta que todos comenzaron a despertar, aunque seguramente estaban mareados y aturdidos, ya que por más que lo intentaban no podían levantarse. Krilim, aún en el suelo y con los ojos cerrados, fue el primero en hablar.

Krilim: ¿Qué pasó?

Yamcha: No lo sé, pero cuando atrape a esos imbéciles, los haré puré.

Todos se sorprendieron al oír como Yamcha se expresaba. No era común en él hablar de esa manera, aunque en ese momento no le dieron mucha importancia. Lo único que querían era poder levantarse y averiguar qué era lo que les habían hecho, ya que se sentían muy extraños. Después de varios intentos infructuosos, pudieron por fin hacerlo.

Tenshinhan: ¿Todos están bien?

Todos: Sí.

Goku: Me siento muy raro. Además, no veo bien.

Piccolo: Sí, yo tampoco puedo ver bien, aunque poco a poco mi visión está mejorando.

Todos se frotaban los ojos tratando de recobrar completamente su visión, mientras Yamcha, muy molesto, trataba de avanzar, tropezando con todos en su camino.

Yamcha: ¿Dónde? ¿Dónde están esos malditos demonios?

Piccolo: ¡Oye! Tranquilízate, primero espera a que te recuperes por completo.

Gohan: Yo ya veo mucho mejor.

Todos comenzaron a ver con claridad, pero cuando pudieron verse unos a otros y, por supuesto, a sí mismos, pusieron una cara de terror absoluto, empezaron a sudar frío y a respirar rápidamente, se tocaban los rostros, se veían las manos y las ropas que llevaban puestas, y al hacerlo ninguno creía lo que estaba viendo.

Goku: ¿Qué… significa… esto?

Dende: ¿Qué fue lo que nos hicieron?

Vegeta: ¡No… puede ser!

Yamcha cayó en el piso totalmente confundido. Al igual que los demás, no entendía lo que estaba pasando. Al ver esto Loki, comenzó a reír y a saltar de la felicidad.

Loki: ¡Nuestro plan sí dio resultado!

Daci: ¡Muy bien! Llegó el momento de divertirnos.

Burk y Nick: ¡Ataquemos!

Ya se dirigían al ataque, cuando Loki los llamó.

Loki: ¿Hermanos?

Burk, Daci y Nick, muy molestos, se detuvieron a ver a su hermano para saber qué era lo que quería.

Loki: ¡Ataquen sin compasión!

Los hermanos se miraron y, al hacerlo, rieron.

Burk, Daci y Nick: ¡Lo que tú digas!

Los Guerreros Z estaban tan aturdidos que no se percataron de que La Legión del Mal se aproximaba a ellos con la intención de atacarlos. El único que se dio cuenta fue Tenshinhan.

Tenshinhan: ¡TENGAN CUIDADO, ESOS DEMONIOS VIENEN A ATACARNOS!

Pero la advertencia llegó demasiado tarde. Para cuando los demás se dieron cuenta de esto, los demonios estaban prácticamente encima de ellos. Loki comenzó a atacar a Goku y a Krilim, Daci atacó a Tenshinhan y a Piccolo, Burk lo hizo contra Vegeta y Yamcha, mientras Nick hacía lo suyo contra Gohan y Dende. Al ver esto, Tenshinhan trató de ponerse de pie para tratar de ayudar a Dende, pero Daci se lo impidió con un puñetazo en el rostro que lo hizo chocar contra Piccolo. El ataque fue brutal, los guerreros trataron de defenderse, pero sus movimientos eran muy torpes, parecía que no tenía control sobre sus cuerpos. Después de un rato de aguantar infinidad de golpes y patadas, quedaron nuevamente inconscientes, pero esta vez el daño en sus cuerpos fue terrible, tenían heridas por todas partes, que sangraban en abundancia. Al ver que era inútil continuar con el ataque, los demonios se detuvieron.

Burk: Esto ya no es divertido.

Daci: Sí, ya ni siquiera tratan de defenderse.

Nick: Mejor acabémoslos de una vez.

Loki: Tienen razón, rematémoslos para ir a buscar las Esferas del Dragón.

Se colocaron en posición y cada uno expulsó un rayo de energía, pero a mitad de camino estos se unieron en uno solo. La fusión de los cuatro rayos dio de lleno en los Guerreros Z. Al hacerlo, sus cuerpos salieron disparados muy lejos, estrellándose contra el templo. La estructura no aguantó el impacto, provocando que parte del templo les cayera encima. Al ver esto, Burk se puso feliz, comenzó a saltar y a bailar de la felicidad.

Loki: Eso debió ser suficiente, seguramente ya están muertos.

Daci: La verdad es que fue más fácil de lo que esperaba.

Nick: Eso fue porque tuvimos una gran idea y la llevamos a cabo estupendamente bien.

Loki: ¡Bueno! Ya que eliminamos a esos buenos para nada, vayamos a buscar las dichosas Esferas del Dragón.

Burk: ¡Qué bien! Pronto dominaremos este planeta.

Daci: Sí, me agrada la idea de vivir aquí.

Nick: A mí también.

Loki: Ya sé que están felices, pero debemos irnos.

Burk, Daci y Nick: ¡Bien!

De esta forma, La Legión del Mal se fue del Templo de Dios a buscar las Esferas del Dragón. Lo único que podemos hacer por ahora es esperar que nuestros amigos continúen con vida, ya que si no lo están, estaremos perdidos.

La Legión del Mal – Capítulo 2

Capítulo 2: «El plan da inicio»

Fanfic: La Legión del Mal

A los demonios no les costó mucho escapar del infierno, y una vez que hicieron esto, se dirigieron rápidamente hacia la Tierra; al llegar, se sorprendieron mucho de su belleza.

Burk: La Tierra es un lugar hermoso.

Daci: Es cierto. No entiendo cómo es que no habíamos venido antes a este planeta.

Nick: Tal vez podamos establecer nuestro centro de operaciones aquí una vez que seamos los dueños del Universo y del Infierno.

Daci: Estoy de acuerdo contigo, esto es mucho mejor que nuestra guarida en el Infierno.

Loki: De eso nos ocuparemos luego. Antes de pensar en esas cosas debemos reunir las Esferas del Dragón, lo que implica que debemos vencer a esos Guerreros Z.

Burk: Tienes razón, primero lo primero.

Daci: Puedo sentir todos sus Kis, y la verdad es que son más poderosos de lo que pensaba.

Loki: Si nuestro plan tiene éxito, su poder no importará.

Nick: Esos idiotas no saben lo que les espera.

Loki: Pero lo primero que debemos hacer si queremos desplazarnos por este planeta sin llamar la atención, es transformarnos.

Burk: Menos mal que podemos cambiar de forma.

Daci: Hagámoslo.

En sólo unos instantes, los cuatro demonios cambiaron de forma. Su apariencia ahora era la de unos humanos comunes. Al verlos, nadie se hubiera dado cuenta de lo que eran realmente.

Nick: ¡Ja! ¡Ja! ¡Ja! Adoro hacer esto.

Burk: ¡Yo también!

Loki: ¿Ya saben lo que tienen que hacer?

Burk, Daci y Nick: Sí.

Loki: Entonces no perdamos más el tiempo, partamos de inmediato.

Nick: Está bien, nos veremos en el lugar pactado.

Loki: Recuerden que para que nuestro plan dé resultado, es necesario que todos cumplamos nuestra parte, lo que significa que no podemos fallar.

Daci: No te preocupes, hermano, no fallaremos.

Loki: Entonces andando.

Una vez que todo estuvo aclarado, cada uno partió tomando un rumbo distinto.

En un Centro Comercial

Bulma estaba haciendo sus compras de la semana. Al hacerlo siempre llevaba a Vegeta para que cargara las bolsas de la comida, aunque esto no le agradaba para nada a Vegeta; para él era una tortura tener que caminar entre tanta gente, ya que odiaba las multitudes.

Vegeta: ¿Falta mucho, Bulma? Ya me estoy cansando de cargar estas bolsas.

Bulma: No te desesperes, sólo me faltan unas pocas cosas.

Vegeta: Bien, pero date prisa, recuerda que debo ir a entrenar.

Bulma: ¡Entrenar! ¡Pareciera que es lo único que quieres hacer en la vida!

Vegeta se sonrió por el comentario de Bulma, así que se acercó lentamente hasta estar a unos centímetros de su rostro.

Vegeta: Ya deberías saber que eso no es lo único que me gusta hacer.

Inmediatamente procedió a darle un pequeño pero tierno beso en los labios. Al hacerlo, Bulma no pudo evitar sonrojarse, ya que aún no se acostumbraba a los gestos amables de Vegeta, aunque le encantaba cuando se comportaba de esa manera.

Bulma: Qué tonto eres. Sigamos, ya falta poco.

Bulma tomó la mano de Vegeta y siguieron haciendo las compras que faltaban. Ninguno de los dos se percató que una persona a lo lejos los miraba con insistencia. Esa persona era nada más y nada menos que Nick.

Nick: (Pensando) ¡Vaya!, Vegeta ha cambiado mucho, ya no parece tan temible como lo era antes, aunque sus poderes han aumentado bastante, así que no debo confiarme por su apariencia.

Una hora después, Vegeta y Bulma estaban a la entrada del centro comercial, tratando de encontrar un taxi que los llevara a ellos y la gran cantidad de bolsas de comida que habían comprado a la Corporación Cápsula. No se dieron cuenta que alguien se acercaba a ellos.

?????: ¡Vegeta!

Al oír que lo llamaban, se giró para ver quién lo hacia.

Vegeta: ¡Kakarotto!, ¿Qué haces aquí?

Ngoku: Vine a buscarte, tenemos graves problemas en el Templo de Dios.

Vegeta: ¿Problemas? ¿Qué clase de problemas?

Ngoku: No tengo tiempo de explicarte en este momento, ya que debo buscar a los demás. Nos vemos allá.

Al decir esto, se fue volando rápidamente.

Vegeta: ¡Espera, Kakarotto!

Iba a ir tras él, pero Bulma se lo impidió.

Bulma: ¿Qué es lo que pasa, Vegeta?

Vegeta: No tengo idea, pero si Kakarotto vino a buscarme, significa que el problema es muy grave. Debo ir a ver qué es lo que pasa.

Así que Vegeta salió volando a toda prisa hacia el templo.

Bulma: (Gritando) ¡Espera, Vegeta! ¡Debes ayudarme primero con las bolsas del mercado!

Sus esfuerzos fueron inútiles, Vegeta sentía una gran emoción, al fin tendría la oportunidad de demostrar a qué grado habían aumentado sus poderes después de todos esos meses de entrenamiento.

Bulma: ¡Este hombre nunca cambiará!

En una concurrida calle de la Capital del Sur

Krilim había ido a buscar a Yamcha después de su practica de bateo, ya que habían prometido almorzar juntos ese día, y como el restaurante quedaba cerca del estadio, decidieron caminar.

Yamcha: Oye, Krilim, has bajado mucho de peso últimamente. ¿Estás comiendo y durmiendo bien?

Krilim: Ninguna de las dos cosas, ya que he tenido mucho trabajo estos días.

Yamcha: Y seguramente tampoco has seguido entrenando.

Krilim: La verdad, no. ¿Para qué hacerlo si la Tierra ahora está en paz?

Yamcha: Yo no estaría tan seguro, cada vez que pensamos eso, algo sucede.

Justo en ese momento apareció Piccolo delante de ellos, aunque en realidad era Burk transformado en Piccolo, pero como Yamcha y Krilim estaban distraídos, no notaron su presencia y tropezaron con él.

Krilim: ¡Eres tú, Piccolo! ¡Qué susto nos diste!

Yamcha: Es cierto, ¿sucede algo? Te noto muy serio.

Bpiccolo: Vine a buscarlos porque tenemos problemas en el Templo de Dios. Deben ir de inmediato.

Yamcha: ¡¿Ir al Templo de Dios?!

Bpiccolo: Como oyeron. No pierdan más el tiempo y ¡vayan!

Krilim: Muy bien, iremos, y tú ¿qué harás mientras tanto?

Bpiccolo: Yo iré por los demás. Nos veremos allá.

Cuando terminó de decir esto, salió volando a toda velocidad, dejando a Yamcha y a Krilim muy confundidos. ¿Qué podía pasar que fuera tan grave?

Krilim: Mejor vámonos, la situación debe ser muy grave.

Yamcha: Sí… ¿Cuándo aprenderé a mantener mi boca cerrada?

De esta forma, Yamcha y Krilim se dirigieron al Templo de Dios muy preocupados por no saber a qué se enfrentarían al llegar allá.

En algún lugar de las montañas

Desde hacía mucho rato que Daci rondaba una zona montañosa. Parecía que estaba buscando a alguien.

Daci: ¡Rayos! ¿Pero dónde pudo haberse metido? Sé que está cerca, pero no puedo encontrarlo, y lo peor de todo es que el tiempo pasa y se me hace muy tarde. Espero que mis otros hermanos tuvieran mejor suerte.

Pasada una media hora, pudo divisar a lo lejos una estela de humo y sin perder el tiempo se acercó para ver de quién se trataba. Al llegar se alegró mucho; había podido encontrar a la persona que estaba buscando, era Tenshinhan, quien se encontraba meditando sobre una roca cerca de una pequeña choza, pero repentinamente alguien salió corriendo por la puerta, así que Daci se escondió rápidamente detrás de unas rocas para no ser descubierto. Inmediatamente se dio cuenta que esa persona era el pequeño Chaoz.

Daci: Al fin encontré a Tenshinhan, y lo acompaña el pequeño Chaoz. ¡Qué bien! Bueno, es hora de hacer mi parte del plan.

Chaoz: ¡Ten! La comida está lista.

Tenshinhan: Enseguida voy, Chaoz, pero después de comer ¿entrenarías conmigo?

Chaoz: ¡Claro!, Aunque hace tiempo que no entreno.

Tenshinhan: Por eso lo digo, debes comenzar a ejercitarte de nuevo.

Chaoz: Lo que tú digas, Ten.

Estaban a punto de entrar a la casa, pero alguien los llamó. Era Daci, pero había tomado la forma de Krilim.

Dkrilim: ¡Hola, amigos!

Tenshinhan y Chaoz se sorprendieron mucho cuando lo vieron. ¿Cómo habría hecho Krilim para encontrarlos?

Tenshinhan: ¡Krilim! ¿Cómo nos encontraste?

Dkrilim: Seguí su rastro de Ki, pero eso no es lo que importa ahora. Vengo para decirles que tenemos muchos problemas en el Templo de Dios, y necesitamos su ayuda. Deben ir para allá enseguida.

Chaoz: ¿Qué es lo que sucede?

Dkrilim: Es muy complicado para que se los explique en este momento. Cuando lleguen allá, se enterarán por ustedes mismos.

Tenshinhan sentía que algo raro pasaba. Por alguna razón que no entendía, desconfiaba de lo que estaba sucediendo. Era como si tuviera un mal presentimiento, aunque no entendía a qué podía deberse.

Tenshinhan: ¿Vendrás con nosotros?

Dkrilim: No puedo, perdí mucho tiempo tratando de encontrarlos. Debo irme ahora mismo si quiero encontrar a los demás a tiempo. Nos veremos allá.

Al terminar de decir esto, se fue.

Chaoz: Debemos partir de inmediato, Ten.

Tenshinhan: No, Chaoz. Yo iré solo.

Chaoz: ¡¿Qué?!

Tenshinhan: Lo que oíste. Hay algo en todo esto que no me gusta, es mejor que te quedes aquí.

Chaoz: ¡Pero Ten!

Tenshinhan: Pero nada. Te quedas y punto, no quiero que salgas lastimado.

Tenshinhan se fue rumbo al Templo de Dios. Sin embargo, Chaoz no estaba dispuesto a quedarse con los brazos cruzados y sin hacer nada para ayudar a sus amigos, así que en secreto se fue al Templo, teniendo mucho cuidado para que Tenshinhan no lo viera.

Chaoz: No pienso quedarme al margen de nuevo, como cuando Cell atacó. Esta vez no.

En casa de Goku

Goku se encontraba entrenando con Gohan en el patio de su casa. La pelea entre ellos era muy pareja, pero en un instante en que Goku se descuidó, Gohan le dio una patada en el estómago, que lo hizo estrellarse contra un árbol, cayéndole éste encima. Gohan se puso en guardia, esperando el contraataque de su padre, pero los segundos pasaban y Goku no se movía. Al ver esto se asustó mucho, pensando que su padre podría haberse lastimado, así que salió corriendo para averiguar que le había sucedido. Al llegar al lugar levantó el árbol y pudo ver a Goku tirado en el suelo y parecía que estaba inconsciente, pero al acercarse a él, éste se levantó rápidamente, lanzándole un fuerte golpe en la cara que lo arrojó muy lejos a una gran velocidad. Inmediatamente, Goku se colocó detrás de él, y de una patada lo enterró en el suelo. Luego de esto, Goku descendió al lado de Gohan para ayudarlo a levantarse, ya que con ese ataque quedó un poco aturdido.

Goku: ¿Cuántas veces debo decirte que nunca descuides tu defensa? Caíste en uno de los trucos más viejos del mundo.

Gohan: Lo siento, papá, pero pensé que estabas herido.

Goku: ¡Oye! Un ataque de esa naturaleza no puede lastimarme.

Gohan: Es cierto, fui un tonto.

Goku: No te preocupes, hijo. Eso nos pasa a todos, es parte del entrenamiento.

Gohan: Bien, pero la próxima vez no caeré tan fácil.

Gohan se puso en guardia dispuesto a comenzar de nuevo el combate, pero Goku lo detuvo.

Goku: Por hoy terminamos, recuerda que tu mamá te permite seguir entrenando siempre y cuando no descuides tus estudios, así que es hora de que hagas tus tareas.

Gohan: ¡Es cierto! Lo había olvidado por completo.

En ese momento salió Milk de la casa y se acercó a ellos.

Milk: ¿Terminaron ya de entrenar?

Gohan: Sí, mamá. Ahora voy a hacer mis tareas.

Milk: Me alegra que también te preocupes de tus deberes escolares, pero lo harás luego. Ahora vamos a comer, la comida ya está lista.

Goku: ¡Qué bien! Ya tenía mucha hambre.

Milk: Ya lo sabía, por eso me di prisa en terminar.

Así que entraron a la casa. Sin embargo, sobre una de las colinas cercanas a la casa de Goku, se encontraba Loki escondido, observando el entrenamiento de los dos saiyajins. No había perdido detalle, y al verlos pelear no pudo evitar preocuparse.

Loki: (Pensando) Esos saiyajins realmente son muy fuertes, sobre todo Gohan. Si nuestro plan llegara a fallar, no podremos con ellos, aunque no debo pensar así. No fracasaremos, seremos los amos absolutos de este universo, aunque primero debo engañarlos.

Sin perder el tiempo, Loki tomó la forma de Yamcha y descendió de la colina, se acercó a la casa y tocó desesperadamente la puerta. Unos instantes después, Gohan abrió.

Gohan: ¡Yamcha! ¿Qué sucede?

Lyamcha: Gohan, ¿está Goku? Tenemos grandes problemas.

Goku oyó la voz de Yamcha y se acercó a ellos para saber qué era lo que estaba sucediendo.

Goku: ¡Hola, Yamcha! ¿Qué pasa?

Lyamcha: ¡Qué bueno que los encuentro! Piccolo vino a buscarme, parece que el Templo de Dios está en un grave peligro. Deben ir de inmediato.

Gohan: ¡¿Que el Templo está en peligro?! Es extraño que no haya venido él mismo a buscarnos.

Lyamcha: Él se encuentra en el Templo. Ahora debo ir a avisarle a los demás. Luego de eso, yo me reuniré con ustedes allá.

Gohan y Goku se preocuparon mucho con esta noticia.

Goku: ¿Tienes idea de qué se trata todo esto?

Lyamcha: La verdad, no. Piccolo estaba muy alterado, no alcanzó a decirme nada más.

Goku: Esto es muy raro.

Lyamcha: (Pensando: ¡Rayos!, Creo que no está cayendo en la trampa) ¿Van a ir o no?

Goku: Por supuesto.

Lyamcha: Bien, entonces me voy a buscar a los otros.

Loki se fue apresuradamente, esperando que ambos se lo hubiesen creído todo, aunque por la cara de Goku no estaba muy seguro. Quizás sospechaba. Tendrían que actuar con cautela.

Gohan: Papá, debemos irnos, si el señor Piccolo está en problemas, nos debe necesitar con urgencia.

Goku: Algo en todo esto no me agrada, pero no podemos arriesgarnos. Bien, hijo, vámonos.

Pero se habían olvidado de un pequeño problema, de Milk, que al notar que no volvían a la mesa, se aproximó a ellos para saber qué pasaba.

Milk: Goku, Gohan, ¿qué pasa?

Al ver que Goku seguía perdido en sus pensamientos, Gohan respondió.

Gohan: Era Yamcha, parece que el templo de Dios está en problemas. Debemos ir de inmediato para saber qué es lo que sucede.

Esto no agradó mucho a Milk, ya que no quería tener que volver a ver a su hijo en peligro.

Milk: ¡No de nuevo!

Gohan: No te preocupes, mamá. Seguramente no es nada, pero debemos estar seguros.

Milk: Bueno, como seguramente no serviría de nada que te pida que no vayas solo, me queda pedirte que te cuides mucho, hijo.

Gohan: Sí, mamá… Papá, ¿nos vamos?

En ese momento, Goku reaccionó.

Goku: ¿Ah? Sí, hijo. Vámonos.

Milk se acercó a Goku y le tomó una mano. Estaba llorando, había sufrido mucho cuando le dijeron que Goku había muerto, aunque después fue resucitado con las esferas de Namek, no quería tener que volver a pasar por el mismo sufrimiento con él o con su hijo.

Milk: Cuídate mucho, Goku, y cuida a nuestro hijo, por favor.

Al ver el rostro de preocupación de Milk, Goku se sintió muy mal por ella. No quería hacerla sufrir de nuevo, así que la abrazó.

Goku: Lamento hacerte pasar por esto de nuevo, pero no te preocupes, que estaremos bien. Los dos.

Milk: Está bien.

De esta forma, Goku y Gohan partieron hacia el Templo de Dios. Como vemos, todos los Guerreros Z se dirigen hacia el Templo de Dios sin saber que van rumbo a una trampa. Pronto sabremos en qué consiste el plan de la Legión del Mal.

La Legión del Mal – Capítulo 1

Capítulo 1: «Se formula un plan»

Fanfic: La Legión del Mal

La batalla con Cell había terminado, y la paz reinaba en la Tierra. Ahora que no existían más enemigos que amenazaran la seguridad de las personas, los Guerreros Z pudieron por fin y después de mucho tiempo comenzar a tener una vida apacible. Goku, que había sido resucitado gracias a las Esferas del Dragón de Namek, vivía pacíficamente con su hijo Gohan y su esposa Milk, que ya tenía varios meses de embarazo. Era tierno con su esposa, a quien consentía en exceso debido a su estado. Gohan comenzó a ir a una escuela normal, donde pudo hacer amistad con niños de su edad, aunque nunca dejaba de visitar a su amigo y maestro Piccolo y a Dende. Krilim se había mudado a la ciudad, donde comenzó a trabajar montando su propia empresa. Le iba estupendamente bien, ya que tenía mucha habilidad para los negocios, sin embargo no era totalmente feliz debido al amor que sentía por #18, a la cual nunca volvió a ver desde de aquel día en que le pidió al Dragón Shenlong que le quitara a ella y a #17 las bombas que tenían en el interior de sus cuerpos. A pesar de esto, nunca la olvidó, y él sabía que jamás lo haría aunque este amor fuera imposible. Yamcha seguía jugando el béisbol, y aunque era gran estrella de este deporte, se sentía solo. Quería desesperadamente a alguien con quien compartir su vida. No lo admitía, pero todavía pensaba en Bulma. Por su parte, Bulma comenzó a vivir con Vegeta. Éste había descubierto los verdaderos sentimientos que tenía por su esposa y su pequeño hijo Trunks, sin embargo, no dejó de entrenar, ya que jamás descansaría hasta haber vencido a Goku. Ésta era su meta y no descansaría hasta conseguirla, aunque su vida entera se fuera en alcanzarla. De Tenshinhan y Chaoz no se volvió a saber nada más. Todos suponían que se habían retirado a vivir en algún lugar de las montañas, tal vez a entrenar, pero sólo eran suposiciones. Piccolo se quedó a vivir en el Templo de Dios junto a Mr. Popo y Dende, ya que quería encargarse de proteger y preparar adecuadamente a Dende para que fuera un digno guardián de las Esferas del Dragón. La verdad era que Dende era demasiado inseguro, no tenía confianza en sí mismo y en las decisiones que tomaba y esto era algo que Piccolo quería cambiar en él, al menos eso era lo que esperaba lograr algún día.

Como vemos, la paz en la Tierra era absoluta. Sin embargo, en el infierno, las cosas eran totalmente distintas, y pronto veremos porqué. En uno de los tantos bares del infierno, estaban reunidos en una mesa Cell, en su primera transformación, Freezer y dos demonios llamados Loki y Burk jugando Póker. La verdad es que Loki les estaba dando una paliza a los demás.

Loki: Full de Ases. Lo siento, amigos, volví a ganar.

Al decir esto mostró sus cartas y comenzó recoger el dinero que había ganado, mientras los demás, sumamente molestos, tiraban sus cartas sobre la mesa.

Cell: ¡Pero qué noche! Desde que llegué al infierno hace unos pocos meses me ha ido terriblemente mal, ni siquiera puedo ganar un estúpido juego de cartas.

Freezer: ¿Y qué esperabas? Por algo le dicen a este lugar el infierno, no esperes que te vaya bien.

Loki: Vamos, no sean tan malos perdedores.

Burk: ¡Claro! Para ti es fácil decirlo, nadie jamás te ha ganado en este juego.

Loki: No se molesten por eso, para que vean que no soy tan malo, la próxima ronda la invito yo.

Freezer: ¡Pero qué generoso eres!

Cell: No te molestes, Freezer, algo es algo, deberías agradecerle a nuestro querido amigo su generoso regalo. ¿Qué te parece si vamos a la barra a buscar las bebidas mientras ustedes reparten las cartas nuevamente?

Freezer: ¡¿Estás loco?! Si quieres ir, ve tú solo, yo me quedo aquí.

Burk: ¡Pero qué grosero eres!

Freezer se molestó mucho por esto, e inmediatamente se levantó de la mesa dispuesto a darle una lección a ese tonto.

Freezer: ¿Quieres que te enseñe cuan grosero puedo ser?

Burk: Cuando y donde quieras.

Estaba a punto de levantarse cuando Loki colocó una mano sobre uno de sus hombros, impidiéndole hacerlo.

Loki: No te alteres, Freezer no quiso molestarte con eso, ¿verdad?

Freezer: ¡Por supuesto que sí!

Burk: ¡¿Lo ves?!

Intentó levantarse nuevamente, pero Loki se lo volvió a impedir.

Cell: Deja ya esas tonterías, Freezer, y acompáñame a buscar las bebidas.

Freezer, que estaba de un increíblemente mal humor, estaba a punto de enfrentar a Cell, que ya lo tenía harto con su excesiva insistencia, pero cuando iba a hacerlo, notó en el rostro de Cell que tenía algo planeado; no le interesaban los tragos, otra cosa lo motivaba, esto le dio mucha curiosidad a Freezer, quien decidió seguirle el juego. Al llegar a la barra, Cell no perdió el tiempo y procedió a explicarle su plan.

Cell: Oye, Freezer, ¿quieres hacerle pasar un muy mal rato a esos tontos de Loki y su pandilla?

Freezer: ¡Por supuesto!, Se creen los dueños del Infierno y nada más porque están aquí desde el inicio de los Tiempos. Si no es porque son más que yo, les daría su merecido a esos cretinos.

Cell: En algo tienes razón, nosotros no les podemos hacer nada, ya que desgraciadamente me enviaron al infierno en mi primera transformación. Si no fuera por eso, los acabaría fácilmente, pero como lamentablemente no fue así, no podré hacerlo, pero yo sé quién puede.

Al oír esto, el rostro de Freezer se iluminó.

Freezer: ¿De quién estás hablando?

Cell: De los saiyajins que viven en la Tierra.

Freezer: ¡¿Los Saiyajins?! Seguramente te volviste loco de remate, ellos están vivos en la Tierra y esos demonios están aquí en el Infierno. ¿Cómo pretendes hacer eso?

Cell: Ellos pueden salir del Infierno si quieren. Haremos que vayan a la Tierra contándoles de las Esferas del Dragón, pero omitiendo la parte de los Saijayins, y cuando lleguen allá, les darán una paliza que no olvidarán por el resto de la eternidad.

Freezer: ¡Ése es un estupendo plan!, Hasta que tendremos un poco de diversión por aquí.

Luego de esto, volvieron a la mesa y siguieron jugando, y por supuesto perdiendo, aunque esto ya no les importaba, lo único que querían era hacer caer en la trampa a esos demonios. Cell fue el primero.

Cell: Oigan, muchachos, ¿alguna vez les conté de las Esferas del Dragón?

Burk: No, nunca. ¿Qué son esas Esferas del Dragón?

Cell: En el planeta de donde yo vengo, existen siete esferas llamadas las Esferas del Dragón. Si logras reunirlas todas, puedes invocar a un dragón llamado Shenlong que cumplirá cualquier deseo que quieras.

Burk: ¡¿En serio?!

Freezer: Así es, yo casi muero al destruirse un planeta llamado Namek, en donde existían también unas Esferas del Dragón. Ahora, desafortunadamente, sólo quedan las del planeta de Cell.

Loki: ¿Y donde queda tu planeta, Cell?

Cell: Es el tercer planeta del Sistema Solar, que se encuentra en la Vía Láctea, y su nombre es Tierra.

Burk: ¡¿Y de verdad esas esferas pueden cumplir cualquier deseo que quieras?!

Cell: Sí.

Loki: Eso es muy interesante, pero no me agradan los cuentos de hadas, mejor sigamos jugando.

Freezer: Muy bien, aunque te advierto que no es un cuento.

Durante el resto de la noche no se volvió a mencionar el tema de las esferas. Cuando Loki terminó de ganar todo el dinero que Cell, Freezer y Burk tenían, los demonios se retiraron, dejando a Cell y a Freezer solos en la mesa.

Freezer: ¿Crees que cayeron en la trampa?

Cell: Si estuviera vivo, apostaría mi vida a que sí.

Freezer: Pues con la suerte que tienes en el juego, yo no haría eso.

Al oír esto Cell, le dio un pescozón a Freezer en la cabeza.

Cell: No te hagas el payaso.

Freezer: Está bien, aunque después de todo el dinero que perdí esta noche, más vale que tu plan dé resultado.

Cell: Eso puedes asegurarlo.

Freezer: ¿Y qué pasará si logran derrotar a los saiyajins y reúnen las esferas?

Cell: Eso es imposible, pero si llegara a suceder, de todos formas no podrían pedir su deseo, ya que no saben invocar a Shenlong. Recuerda que las esferas por sí solas no sirven de nada.

Freezer: Es verdad. Ardo en deseos de ver cómo derrotan a esos idiotas, y lo mejor de todo es que si esos demonios ganan, significará que los saiyajins perdieron.

Cell: Por supuesto, pase lo que pase nos vengaremos de alguien a quien odiamos. Con este plan no hay forma de perder.

Al decir esto, ambos comenzaron a reír. Freezer sacó de uno de sus bolsillos el último billete que le quedaba y con él pidió una botella para poder celebrar.

Cell: ¿No que habías perdido todo tu dinero?

Freezer: Mentí, quería dejar algo para celebrar el brillante plan que se te ocurrió.

Cell: Entonces brindemos.

Freezer: Por supuesto.

Freezer y Cell comenzaron a beber, seguros de que su plan era infalible. Mientras esto pasaba, los demonios llegaron a su guarida. En ella vivían Loki, Burk y otros dos demonios llamados Nick y Daci. Los cuatro eran hermanos, juntos formaban una pandilla llamada La Legión del Mal. Loki era el mayor y el líder del grupo, juntos eran poderosos y mortales, tanto que villanos como Cell y Freezer no podían hacer nada en contra de ellos. Dominaban totalmente el Infierno. Al entrar, Loki y Burk se encontraron con sus otros dos hermanos y les contaron todo sobre las esferas.

Nick: No sabía lo de las esferas, pero intencionalmente omitieron la parte de los saiyajins que habitan la Tierra.

Loki: Son unos tontos al pensar que nosotros no sabríamos nada de ellos.

Burk: Es verdad, con tantas personas que han llegado al infierno por causa de ellos, ¿cómo no habríamos de saberlo?

Daci: Seguramente querían que fuéramos a la Tierra para que esos tontos nos derrotaran.

Loki: La verdad es que según lo que nos han contado, esos sujetos son muy poderosos, pero eso no nos impedirá que vayamos allá a reunir esas esferas.

Nick, Burk y Daci: ¿Ah, no?

Loki: Por supuesto que no, de alguna forma los derrotaremos.

Nick: Yo no estaría tan seguro, recuerda que ellos no están solos. Está también ese namekuseijin llamado Piccolo, que también es muy poderoso, y esos humanos llamados Yamcha, Krilim y Tenshinhan, que derrotaron con facilidad a las Fuerzas Especiales Ginyu.

Daci: Sí, los famosos Guerreros Z.

Loki: Ellos no me preocupan. Piccolo podría hasta con dos de nosotros, pero jamás podría con los cuatro al mismo tiempo, y esos humanos son más débiles que él. Ellos no son el problema, el problema son los saiyajins.

Burk: Es verdad, pero si todos ellos unen sus fuerzas, de ninguna forma podremos ganar.

Loki: A menos que…

Loki se quedó en silencio. Por la expresión en su rostro, parecía que se le había ocurrido una idea. Los demás lo notaron y esperaban ansiosos a que su hermano se los contara. Después de unos minutos, Loki comenzó a reír desesperadamente, los otros lo miraron como si se hubiera vuelto loco.

Daci: ¿Pero qué te pasa?

Loki: Se me acaba de ocurrir una gran idea para vencerlos a todos y divertirnos al mismo tiempo.

Burk: ¿Estás seguro? Yo no creo que podamos vencerlos a todos.

Loki: Nada es imposible, sólo se tiene que encontrar la forma, y yo la encontré. Acérquense todos para contarles, recuerden que en este lugar las paredes oyen.

Daci, Burk y Nick: Bien.

Poco a poco, Loki comenzó a explicar a sus hermanos su idea, y a medida que lo hacía, la expresión en sus rostros cambió totalmente, hasta que finalmente todos empezaron a reír. Su risa era diabólica. Lo que planeaban hacer, seguramente era terrible.

Daci: Déjame felicitarte, hermano, tu plan es excelente.

Burk: ¡Es genial!

Nick: Y lo mejor de todo es que nos divertiremos muchísimo haciéndolo.

Burk comenzó a correr por todo la habitación, estaba feliz, hacía mucho tiempo que La Legión del Mal no enfrentaba ningún reto, y la verdad es que estaban muy aburridos, pero ahora la situación era distinta.

Nick: Derrotaremos a los Guerreros Z y pediremos el deseo a las Esferas del Dragón.

Burk: Me muero de ganas de ver los rostros de Freezer y Cell cuando hagamos eso.

Daci: Un momento, no hemos pensado en una cosa.

Loki: ¿Qué cosa?

Daci: ¿Que deseo pediremos?

Burk: ¡Vaya! Con la emoción se nos olvidó completamente ese detalle.

Loki: Eso no es un problema, lógicamente pediremos ser los amos de todo el Universo.

Nick: ¡¿Ser los amos del Universo?!

Loki: ¡Claro! Si hacemos esto, no solamente dominaremos el infierno, sino el mundo de los vivos.

Daci: ¡Si hacemos eso tendremos más poder que el Gran Kaioshin!

Loki: Por supuesto, después de esto nadie podrá detenernos.

Burk: ¡VIVA!, ¡VIVA!, ¡VIVA!

Loki: Escaparnos del infierno no será un problema, ya lo hemos hecho antes, así que partamos de une vez.

Daci, Burk y Nick:¡SÍ!

Así, La Legión del Mal salió rumbo a la Tierra a buscar las Esferas del Dragón y derrotar a los Guerreros Z, recurriendo a un diabólico plan para lograr su objetivo, un plan desconocido aún para nosotros.