Just… Death

por Nyaar

Era una preciosa mañana de Primavera. Los árboles a mi alrededor estaban repletos de flores, los pajarillos cantaban.

No tenía ni idea de lo que me iba a ocurrir.

Había ido a buscar a Krilin a su casa, ya que pensé que podríamos entrenar juntos. Aunque él no era tan fuerte como yo, eso no importaba. Además, tampoco tenía a nadie más con quien hacerlo. La lucha había dejado de ser el fuerte de Yamcha y Tensinhan no sabía dónde estaba. Gohan supuestamente había ido a entrenar a las montañas con su sensei Piccolo, y Vegeta… bueno, no sé si estaba en casa, pero estaba seguro de que no querría practicar conmigo. Al menos, no hasta que hubiera logrado ser un SSJ como yo.

La Primavera iba apareciendo bajo mí de múltiples maneras, incluso cuando comencé a cruzar el mar, me di cuenta de que éste estaba algo cambiado por el tiempo.

Cuando llegué a la Kame House, me extrañé de no ver a Lange por allí. Más tarde, Krilin me explicaría que se marchó siguiendo a Tensinhan, del que se había enamorado. Mutenroshi-sama me ofreció quedarme allí un tiempo, pero de antemano él ya conocía la respuesta. Le sonreí y Krilin y yo nos marchamos al bosque.

Al empezar a luchar, me di cuenta de que mi amigo estaba poniendo todo su empeño en ello. Quería darme una buena lucha. Sonreí a su gesto y me empleé a fondo también, pero sin llegar a SSJ. Krilin siempre me había dicho que quería que luchara contra él usando todo lo que sabía.

Comenzamos a descargar golpes el uno contra el otro. Para mi sorpresa, Krilin había mejorado mucho en el año que estuve viajando por el espacio. Era capaz de parar muchos de mis golpes cuando no los conseguía esquivar. Aun siendo tan diestro, le cogí desprevenido con una patada sobre los riñones que le hizo volar unos cuantos metros hacia atrás. Esperé hasta que se levantara, pero eso fue un error por mi parte porque, en un segundo, le había perdido de vista.

Miré por todas partes, intentando sentirle, pero se movía demasiado rápido. Mis sentidos parecían embotados, como si no pudieran seguir el ritmo de mi mente y me di cuenta de que a mi cuerpo le ocurría algo similar.

De repente, Krilin apareció delante de mí y me golpeó en el estómago, cogiéndome totalmente desprevenido. Me doblé a causa del impacto, pero rápidamente me rehice e intenté golpearle. Demasiado lento.

Krilin se rió entre dientes por mi torpeza y me golpeó en la mandíbula, lanzándome hacia el suelo.

Me levanté, intentando ignorar el zumbido en mis oídos y sacudí la cabeza, esperando que mi visión se aclarase, algo que no sucedió. De repente, me di cuenta de que estaba jadeando.

No tenía ningún sentido. Sólo habíamos intercambiado un par de golpes y me sentía más cansado que en toda mi vida. Aquel zumbido persistía en mi cabeza, al igual que mi visión borrosa.

Krilin se rió de nuevo ¿Qué, ya te has cansado?

Apreté los dientes con su comentario y me lancé contra él, con la intención de pillarle desprevenido.

Y entonces te golpea. Fuerte, en el pecho. Caes de rodillas al suelo, mientras escuchas la voz de tu amigo a tu lado, gritando tu nombre.

Intentas responderle, pero duele mucho para hablar. Colocas una mano en el lado izquierdo de tu pecho, sobre tu corazón, creyendo que con eso vas a aminorar el dolor. Error.

Un grito de agonía sale de tu garganta. De repente, tus rodillas no pueden sostenerte y caes al suelo. Duele demasiado para pensar qué es lo que te ocurre, porqué tu cuerpo se rebela contra ti de esa manera.

Krilin te zarandea, intentando que le expliques qué es lo que te ocurre y gimes como contestación a sus preguntas.

Como tu amigo ve que te retuerces en el suelo de agonía, te coloca sobre su hombro y despega velozmente. Allí a donde vaya, espera encontrar una solución a tus problemas.

Casi ni te das cuenta de que habéis llegado, cuando una sombra se coloca sobre ti. Reúnes fuerzas y consigues abrir un ojo y descubres a un gato blanco observándote.

Gritas de nuevo, el dolor recorre tu cuerpo como si hiciera una carrera.

Alguien te introduce algo en la boca, y escuchas algo que te sonó como a «cómetela». Sin pararte a pensar en porqué lo haces, masticas aquello que han metido en tu boca, pero nada sucede.

Escuchas entre tus gritos los gritos angustiados de tu amigo y sientes cómo te levantan de nuevo.

Krilin te coloca sobre su hombro y despega de nuevo. Antes de quedar semi-inconsciente sobre su hombro le escuchas gritar con rabia y dolor ¡¡¡¡NO ES JUSTO!!!! ¡¡¡¿¿POR QUÉ A ÉL??!!!

***

Cuando despiertas, sientes que hay debajo de ti algo blando y suave. De nuevo, haciendo acopio de tus mermadas fuerzas, entreabres los ojos y te descubres en tu casa. Una mujer morena se abraza a ti llorando. Al principio te preguntas quién será, pero tu silenciosa pregunta es respondida por un susurro tuyo Chichi…

Entrevés a Krilin en el fondo de la habitación hablando por teléfono antes de que tu mujer coloque sus ojos frente a los tuyos Gokuh… Te responde con tu mismo tono ¡¡Oh, Gokuh!! Dijo antes de deshacerse en lágrimas sobre ti ¿Por qué me abandonas de nuevo? Apenas podía hablar por culpa de sus sollozos.

***

Una nave aterriza al lado de tu casa y una mujer de pelo azul y un hombre con cicatrices en la cara bajan de ella. Los dos corren a introducirse en tu casa.

Más lejos, tres personas sienten que algo va mal y cuando descubren la razón de la extraña sensación, despegan rápidamente rumbo a tu casa.

***

Algo en tu embotada mente parece estar suficientemente lúcida para decir algo congruente Te quiero… Chichi…

No puedes decir nada más. De nuevo el dolor te agarrota las entrañas. Entre tus gritos escuchas dos voces familiares, pero tu mente está demasiado ocupada divagando entre los mares del dolor y la inconsciencia para pensar quién ha llegado.

Fuera, un hombre que lleva una armadura y otro que tiene la piel verde, acaban de llegar.

De repente, todas las voces se silencian, y entonces aparece una distinta. Una que hacía muchos años que no escuchabas Gokuh… levántate…

Abres los ojos, incrédulo. De repente, te encuentras bien. Te incorporas para ver quién te había hablado y tus ojos se agrandan con sorpresa ¡¡Ojiisan!!

¿Qué haces aquí?

El anciano no dice nada, pero le tiende una mano a su nieto. Te levantas de la cama y le das la tuya.

Al instante, cambiáis de dimensión. Te sientes extraño en aquel lugar. No sabes por qué, pero hay algo que te carcome. Algo que no estás acostumbrado a sentir. Miedo. Miedo porque no sabes qué es lo que te estaba pasando. Miedo porque de repente, no sabes a dónde se ha marchado Chichi. Y miedo porque sientes que no la volverás a ver. Al fondo de aquél sitio, descubres algo que te hace abrir la boca con asombro. Allí se encuentra un corazón. TU corazón. Y cada vez late más lentamente.

Entonces te das cuenta de que son los últimos minutos de tu vida. Minutos que jamás volverás a recuperar. Momentos que sólo perdurarán en tu memoria. Sensaciones que serán olvidadas tras el paso del tiempo. Y vuelves a sentir miedo. Pero esta vez, lo que te asusta es una figura encapuchada que está muy cerca de ti.

Como un niño, te escondes tras tu abuelo. Aquella figura encapuchada te asusta. Has visto la Muerte muchas veces, pero nunca las visto así. Es imponente; su largo vestido arrastra por el suelo y su capucha, negra como el carbón, la oculta los ojos.

Quizás esa Muerte no es igual a las otras. La vez anterior, nadie se había presentado para llevarte a cualquiera que fuera aquel extraño lugar. Sólo habías tenido la sensación de alejarte cada vez más de donde estabas, perdiendo la consciencia de todo. Pero esa no era la sensación que ahora te embargaba. En ese instante podías sentir todo a la perfección. Incluso podrías reconocer el lugar entre miles.

Abres la boca cuando tu abuelo te indica la figura encapuchada delante de ti. Le miras, intentando que cambie de opinión, pero el anciano entorna los ojos y asiente lentamente.

¿Y qué hay de Chichi? ¿Y de Gohan? ¡¡No puedo abandonarles así!! Quieres gritarle, pero de nuevo, tu cuerpo se niega a colaborar. ¿Qué iba a ser de los dos? No quieres que tu hijo crezca sin su padre. Tienes aún muchas cosas que enseñarle, y muchas cosas que hacer con Chichi.

De repente escuchas una voz de mujer en tu cabeza, suave y melodiosa No puedes retrasar lo inevitable. Tu destino y el suyo están escritos ya. No hay vuelta atrás

La Muerte te tiende su blanca mano de mujer y, sin poderlo evitar, tú la recoges con la tuya. Y entonces tu corazón se detiene.

Fuera, un muchacho llega corriendo desde el horizonte y llega a la casa. Aún estás a tiempo, le dice Krilin al chico. Gohan entra corriendo a su casa, pero antes de que pueda acercase a su yaciente padre, la muerte le detiene en seco. Sus ojos se agrandan y abre la boca. Era demasiado tarde…

What is that you are feeling at this moment?What is this strong pain in your heart?

It is the one which arrive to all us

It is only the death

What is these that hurt our friends souls,

And leave our lovers all alone?

It is those that takes all us

It is always the death

And who is that white, cold woman?

Who is that wears black clothes?

She is the one who gives us her hand

She is just… Death