Soldados importantes de la Patrulla Roja

Octavio o #8

En japonés, en lugar de Octavio es llamado Hachan.

Parecido al monstruo de Frankenstein, fue uno de los primeros androides en aparecer en la serie, durante el enfrentamiento de Goku contra la Patrulla Roja en la Torre de la Fuerza. Fue activado por el Ninja Púrpura para que luche contra Goku, pero #8 se negó, pues una falla en su programación le prohibía hacer cosas malas (por eso era considerado defectuoso). Goku lo salvó impidiendo que Púrpura activara una bomba en su interior, y #8 le ayudó a cruzar el laberinto hacia el sexto piso de la torre, y a vencer a Gullon y a White.

Después de desmantelarle la bomba (que luego estalló accidentalmente junto a Púrpura), continuó viviendo en la villa cercana a la Torre de la Fuerza, y a partir de entonces es llamado Octavio.

 

Sargento Metálico

Este robot era el defensor del tercer piso de la Torre de la Fuerza. Entre otras cosas, podía disparar un misil desde su boca y lanzar sus puños como cohete. Con un Kamehameha, Goku le destruye la cabeza, pero el robot continuó atacando. Sólo fue derrotado porque se le agotaron las baterías.

Ninja Púrpura

Nombre en japonés: Murasaki.

Encargado de defender el cuarto piso de la Torre de la Fuerza, Púrpura se limitó a intentar demostrar a Goku su superioridad como ninja, pero únicamente consiguió quedar en ridículo, pues Goku lo derrotó en todos los aspectos. Como última medida, activó al androide #8, pero de nada le sirvió y fue derrotado pronto.

En el anime vuelve a aparecer poco después, pero conoció su final cuando Goku lanzó lejos la bomba de #8, que cayó justo al lado de Púrpura.

Gullon

Nombre en japonés: Gomu.

Monstruo que vivía en una habitación-trampa en el quinto piso de la Torre de la Fuerza, en donde caen Goku y #8. La propiedad de este monstruo era su elasticidad, lo que le permitía hacer rebotar todos los golpes, incluyendo el Kamehameha. También podía atacar con su larga lengua y lanzar rayos eléctricos por las antenas. Goku lo congeló con el frío del exterior, y lo endureció lo suficiente como para poder golpearlo y destruirlo.