Una Madre, un Anillo… y una Unión – Capítulo 2

Capítulo 2: «Érase una vez… una Saiya»

Fanfic: Una Madre, un Anillo… y una Unión


Vegetasei : Año 731 del calendario del Dragón…

Los saiyas, como todos sabemos, eran una raza de poderosos guerreros que, al poseer una gran capacidad de pelea, por donde pasaban sembraban el caos y el terror, destruyendo todo a su paso. Había pasado más o menos un año de esa famosa guerra en la que los saiyas vencieron a los tsufurs y se apoderaron del planeta antes llamado Plant, y que ahora era conocido como planeta Vegeta, llamado así en honor al monarca de los saiyajins, el Rey Vegeta, Saiya no Ou.

Las grandes habilidades de los saiyas no habían pasado desapercibidas ante el emperador del universo y tirano espacial llamado Freezer, que en este mismo año había establecido una alianza con los saiyas, por la cual ellos se comprometían a venderle los planetas que eventualmente conquistaran… y esto era perfecto para los saiyas, porque de esta manera ellos se dedicarían a hacer únicamente lo que más les gusta y dominan: pelear.

Justo en ese año eran cuando más conquistas hacían los saiyas debido a la abundancia de misiones en las que se les encomendaba conquistar planetas, y regresaban casi de todas victoriosos. Incluso los aseguraban por adelantado, ya que tenían la costumbre de mandar a sus bebés que tenían bajo potencial de pelea a planetas lejanos para que los conquistaran y entregaran a la corona una vez que fueran adultos. Una costumbre algo salvaje, pero normal para ellos, ya que no sentían demasiado apego hacia sus hijos.

Palacio Real. Habitaciones del Rey.

El rey Vegeta se encontraba en sus habitaciones revisando unos asuntos, mientras era informado de las últimas novedades de sus tropas. Por el semblante que tenía, las noticias eran de su agrado…

  • RV : ¡¡Excelente!!… así que lograron conquistar esa estrella en tan sólo un día… ¡¡jaja!!… me complace mucho el saber que nuestro ejército no tiene rival en el universo… esto le agradará enormemente al gran Freezer… –contestó sonriendo con soberbia, mientras su súbdito lo observaba atentamente. Era un guerrero de enormes proporciones y algo escaso de cabello.
  • ??? : Tiene toda la razón, su majestad… –contestó haciendo una leve reverencia y sonriendo también– Si no fuera por nosotros, el gran Freezer no tendría a quién adquirir planetas…
  • RV : Hablas con lógica, Nappa… eso me agrada ver en un guerrero… –y poniéndose de pie, continuó– Pero también debo tomar en cuenta que mi reinado, o mejor dicho… que yo mismo no viviré para siempre…. por lo que creo que ya es tiempo en que me ponga a pensar en tener un heredero… alguien tan fuerte y poderoso como yo, además de ser cruel y despiadado… en otras palabras… un verdadero guerrero saiya… que sea más poderoso que nadie.
  • NP : Bueno… si me permite opinar, su majestad… usted tiene mucho de donde elegir. Hay muchas hembras saiyas que darían lo que fuera con tal de estar a su lado, incluso las que viven aquí, dentro del palacio…
  • RV : ¡¡¡No digas estupideces, Nappa!!! –contestó furioso– ¡¡Ninguna de esas mujeres está a mi altura y menos esas putas que están dentro de estos muros!!… ¡¡Sería absurdo pensar que alguna de ellas que se acuestan con medio castillo podría darme un hijo con las cualidades de un guerrero perfecto!!
  • NP : Le ruego que me perdone, su majestad… –contestó inclinándose– Pero entonces, ¿qué piensa hacer?… si me permite la pregunta…
  • RV : Aún no lo sé… –contestó dándole la espalda y frunciendo el ceño– Ya pensaré en algo…

En ese mismo instante…
Jardines del palacio real de Vegetasei. Campo de entrenamiento.

  • GUARDIA 1 : ¡¡¡LÁRGATE DE AQUÍ, MUJER!!! –gritó un guardia saiya– ¡¡ESTE LUGAR NO ESTÁ PERMITIDO A LAS HEMBRAS!!
  • GUARDIA 2 : ¡¡SÍ, VETE!! –contestó otro guardia, algo gordo y repulsivo– ¡¡AQUÍ PUEDE ENTRENAR ÚNICAMENTE LA GUARDIA IMPERIAL DEL CASTILLO, ASÍ QUE TÚ SALES SOBRANDO!!
  • GUARDIA 3 : ¡¡¿QUÉ ESPERAS?!!… ¡¡ESFÚMATE SI NO QUIERES QUE ACABEMOS CONTIGO!! –contestó otro guardia en una actitud más agresiva.

Los saiyas comenzaron a abuchear e insultar a la mujer que estaba frente a ellos, una joven hembra saiya en edad adulta, que irradiaba gran fortaleza y seguridad…

  • MUJER : Me parece que ustedes son solamente pura boca… –dijo la saiya mirándolos en señal de burla– Hasta ahora me han dicho de todo, pero ninguno se ha atrevido a levantar un dedo hacia mí… ja, no sé cómo se vanaglorian de pertenecer a la guardia imperial, si sólo son un puñado de cobardes…
  • GUARDIA 2 : ¡¡¿¿Qué dijiste, zorra insolente??!!… –gritó ofuscado, a la vez que levantaba el puño.
  • MUJER : Además… por si no lo sabían, yo también soy una guerrera de clase alta, y si no me han visto es porque viajo continuamente en misiones de conquista… ¡¡Así que tengo tanto derecho de usar este campo de entrenamiento como ustedes!! –dijo frunciendo el ceño.
  • GUARDIA 2 : GRRR… ¡¡ERES UNA…!! –gritó avanzando hacia ella, pero uno de los otros guardias lo detuvo del hombro.
  • GUARDIA 1 : Espera, compañero… me parece que lo que dice esta hembra es cierto… pero… –miró hacia su otro amigo que estaba atrás– ¿por qué no lo comprobamos?
  • GUARDIA 3 : ¿¿Qué?? –dijo levantando una ceja.
  • GUARDIA 1 : Exacto… –luego se dirigió hacia la saiya– ¡¡Oye, mujer!!… te propongo algo, te dejaremos usar el campo de entrenamiento, pero con una condición… que derrotes a cualquiera de nosotros tres en un combate y, si lo haces, ya no te molestaremos más.
  • MUJER : Me parece bien… –contestó la saiya sin mucha emoción.
  • GUARDIA 1 : Pero eso no es todo, ya que si tú pierdes… jeje… tendrás que cumplirnos ciertos «favores» –dijo maliciosamente mientras observaba las bien formadas curvas de la mujer– ¿qué dices? ¿Aceptas?
  • MUJER : Si así lo quieren, de acuerdo… –dijo avanzando hacia el campo de arena.

Al llegar al centro, la joven se tomó la mano izquierda, despojándola de un extraño anillo. Lo apretó en su mano para luego guardarlo dentro de su traje para que no se estropeara con la pelea. Luego de esto, dijo…

  • MUJER : ¿Y bien?… ¿quién quiere ser el primero?
  • GUARDIA 1 : Esta hembra es tonta… –le dijo a sus compañeros– Jamás podrá contra alguno de nosotros, ya que somos los mejores guerreros… creo, muchachos, que tendremos diversión asegurada esta noche… ¡¡jaja!! –luego de decirlo, dio un salto y se colocó frente a su rival y le dijo– Yo seré tu oponente… jeje… espero no tener que lastimarte mucho, cariño… ya que no me gustan los cuerpos sangrantes y magullados cuando hago el amor…
  • MUJER : ¡¡Mejor no digas tantas estupideces y acabemos de una vez!!… ¿¿A qué esperas??… ¡¡ATACA!! –le gritó sin cambiar su posición de brazos cruzados.
  • GUARDIA 1 : Muy bien, conste que tú lo quisiste… ¡¡AAAAHHHHH!! –gritó lanzándose a toda velocidad hacia ella.

El saiya lanzó un golpe con todas sus fuerzas hacia la chica, que lo esquivó con tan sólo un movimiento, y así hizo con los siguientes que le siguieron. El guardia no podía creer que fuera tan veloz para ser una mujer, así que llenándose de rabia le propinó una patada la cual la mujer esquivó agachándose y en una fracción de segundo el guardia escupió sangre a causa del potente rodillado que recibió en plena boca del estómago, seguido de un puñetazo que lo mandó unos metros lejos. Los otros saiyas se quedaron boquiabiertos por lo que había pasado, mientras el castigado guardia trataba de ponerse de pie como podía…

  • GUARDIA 1 : ¡¡¡ERES UNA MALDITA!!!… ARGG… ¡¡PERO TE JURO QUE ME LAS PAGARÁS!! ¡¡TE HARÉ POLVO!!
  • MUJER : Ya, «pura boca», deja de hablar así que me das risa… –dijo en tono burlón– ¿¿O es que ya te cansaste??

El enfurecido saiya volvió a lanzarse contra ella, que se preparó para recibirlo…

Palacio Real. Habitaciones del Rey

El Rey Vegeta continuaba recibiendo los informes de Nappa, pero el ruido de la encarnizada lucha que provenía del campo de entrenamiento que justo quedaba frente a su ventana lo distraía constantemente. Finalmente, perdiendo la paciencia, rompió la pluma que tenía en su mano y se la arrojó a Nappa que, afortunadamente para él, pudo esquivarla…

  • RV : ¡¡¿¿QUÉ DIABLOS ESTÁ SUCEDIENDO ALLÁ AFUERA??!! –gritó levantándose y tirando la silla en el proceso– ¡¡EN TODOS LOS AÑOS QUE LLEVO AQUÍ, JAMÁS HABÍA ESCUCHADO TANTO ESCÁNDALO COMO AHORA!!
  • NP : Por favor, su majestad, no se altere… deben de ser los guardias que están entrenando en el campo… usted sabe lo ruidosos que son… –dijo Nappa tratando de tranquilizar al rey en tanto que recogía la pluma que le había lanzado momentos antes.
  • RV : Esos imbéciles… ¡¡Si no se callan en este preciso momento, lo pagarán con sus miserables vidas!! –dijo ofuscado mientras se acercaba a la ventana y, luego de observar el escenario frente a él, su semblante cambió y murmuró extrañado– Uhmm… ¿qué significa esto?… jeje… se ve muy interesante… –terminó de decir sonriendo ligeramente.

Mientras tanto, en el campo de entrenamiento, la lucha continuaba y el que llevaba todas las de perder definitivamente era el confiado guardia, quien no podía hacer nada para parar o esquivar los golpes que la mujer le incrustaba, y al final terminó derrotado y humillado con un ki-blast proveniente de la muchacha que lo lanzó fuera de la arena contra una pared. Los otros guardias no atinaban a decir nada al ver a su compañero medio muerto y sin poder moverse, mientras la saiya permanecía incólume en su posición de brazos cruzados.

  • GUARDIA 2 : Eee…es imposible… ¡¡no puedo creerlo!!… –dijo el guardia asustado– ¡¡Cómo es posible que una simple hembra luche así!!… ¡¡es inaceptable!!
  • GUARDIA 3 : Que no te sorprenda… ¿recuerdas que esta hembra dijo que siempre estaba en misiones?… Lógicamente debe haber tenido peleas peores que ésta, que tal vez la dejaran al borde de la muerte y al recuperarse su poder aumentó como sucede en todos los de nuestra raza… no es imposible… sólo que el muy idiota de nuestro compañero se confió demasiado…
  • MUJER : ¿Y bien?… creo que gané, así que si me permiten, usaré el campo para entrenar… –dijo disponiéndose a retirarse.
  • GUARDIA 3 : ¡¡No tan deprisa, mujer!!… –dijo mientras saltaba a la arena– Aún te falta pelear conmigo…
  • MUJER : ¡¿Qué?!… ¿Acaso el trato no era que si derrotaba «a alguno de ustedes» ya no me molestarían? –dijo mirándolo de frente.
  • GUARDIA 3 : Las reglas han cambiado desde ahora… tendrás que derrotarnos a los tres. ¿O es que tienes miedo, pequeña hembra?
  • MUJER : Bueno… –dijo encogiéndose de hombros– Si así lo quieres… ¡continuemos!
  • GUARDIA 3 : Te advierto que yo no soy como ese estúpido, ¡¡así que será mejor que saques tus mejores armas, que yo pelearé en serio desde el comienzo!!
  • MUJER : Está bien… veremos qué tan bueno eres, «guardia imperial» –dijo poniéndose en guardia.

Ambos comenzaron a pelear, y esta vez la lucha era más dinámica que la anterior. En tanto, el Rey Vegeta continuaba observando desde su ventana el interesante espectáculo…

  • RV : No está mal… no lo hace nada mal… –dijo tomándose del mentón y sonriendo– ¡¡Nappa!! ¡¡Acércate!!
  • NP : ¿Me llamaba, su majestad? –preguntó el guerrero, haciendo una reverencia.
  • RV : Dime una cosa… ¿conoces a esa mujer? –preguntó apuntando hacia donde se daba la lucha– Mira por la ventana…
  • NP : ¿A quién? –dijo extrañado mientras observaba hacia donde le había indicado el Rey y casi al instante dijo asombrado– ¡¿Qué?!… no puedo creerlo, ¿cuándo regresó?
  • RV : Nappa, no te guardes tus comentarios para ti mismo y respóndeme a lo que te dije… ¿la conoces, sí o no? –dijo frunciendo el ceño.
  • NP : ¿Eh?… lo-lo lamento, su majestad… sí, sí la conozco… ella es una guerrera de clase alta, pero no sabía cuándo iba a regresar de su misión… al parecer se adelantó…
  • RV : Es extraño, pero es la primera vez que veo a esa hembra… ¡Dame mi scouter! –ordenó a Nappa.
  • NP : Sí, como usted diga, mi señor… –y rápidamente cumplió la orden del rey, trayendo la máquina que usaban para detectar el poder del enemigo.

El Rey Vegeta se colocó su rastreador y apuntó hacia donde la mujer y el guardia luchaban, activándolo. Una serie de cifras aparecieron en la pantalla de la máquina, y cuando marcaron la cifra del poder de pelea, el rey sonrió satisfecho…

  • RV : Tal como lo sospechaba, el poder de pelea de esta hembra es elevadísimo, mucho más alto que el poder de esos idiotas con los que pelea… únicamente está jugando con ellos… –y quitándose el rastreador, dijo al otro saiya– Sabes, Nappa… creo que me están entrando ganas de participar de ese «jueguito»… ¡¡Sígueme!! –y terminando de decirlo, salió de la habitación.

Mientras tanto, en el campo de entrenamiento…

A pesar que esta segunda lucha había sido más animada que la anterior, la saiya había logrado dominar a su oponente y estaba literalmente masacrándolo, aunque ella también había recibido unos buenos golpes que habían rasgado su traje. Al final, ya harta de todo, la mujer decidió poner fin al combate, derribando al guardia y tomándolo de la cola le dio varias vueltas para lanzarlo finalmente hacia donde había dejado al otro fuera de combate. Esta vez se le notaba algo más cansada, pero no tanto como para no poder pelear con el otro idiota que la observaba muerto de miedo. Paró para respirar un poco y luego, incorporándose, miró al gordo guardia que quedaba y cruzando los brazos le dijo…

  • MUJER : Bien, ya acabé con dos y si no me equivoco creo que me faltas tú para ganarme el derecho de usar el campo… Bueno, ¡¡es tu turno, gordo!!… ¡¡Ven aquí rápido!!
  • GUARDIA 2 : ……Aaahh… –trató de hablar, pero ni una sola sílaba logró salir de su garganta.
  • MUJER : ¿Qué te pasa?… ¿Acaso me tienes miedo?… y eso que soy sólo «una simple hembra», como dijiste hace un rato… no creas que no te escuché –dijo sarcásticamente.
  • GUARDIA 2 : …… (a punto de morirse del susto)
  • MUJER : Me das asco, no mereces ser parte de la guardia imperial… ¡¿Que no hay nadie que quiera luchar conmigo?!
  • ??? : ¡¡YO PELEARÉ CONTIGO!! –se escuchó una voz a lo lejos.

Ambos voltearon hacia la dirección de donde había provenido la voz y el guardia se asustó al reconocer al Rey Vegeta en persona…

  • GUARDIA 2 : Su… ¡¡SU MAJESTAD!!! –dijo postrándose a sus pies– Le ruego que me perdone, su majestad. No quería molestarlo, yo…
  • RV : ¡¡CÁLLATE!! –dijo con voz potente– ¡¡Lo he visto todo y esa mujer tiene toda la razón al decir que no mereces ser parte de la guardia imperial!!… ¡¡Eres una basura!!… ¡¡MUERE!!
  • GUARDIA 2 : ¡¡¡NO, MAJESTAD!!!… ¡¡ARGGGG!! –gritó al recibir un disparo que lo mandó hacia el muro cerca a donde estaban sus compañeros que lentamente se estaban recuperando y, luego de empotrarse, el guardia cayó sin vida al suelo y un gran charco de sangre se formó bajo su cuerpo.

La saiya miró hacia donde había caído el guardia sin sorprenderse en lo absoluto, porque ella había visto y causado muchas muertes en su vida, por lo que eso no era algo extraño para ella. Luego miró hacia el rey sin cambiar su acostumbrada postura y al cabo de un instante se inclinó haciendo una respetuosa reverencia…

  • MUJER : Señor… os ruego me perdone al haber causado todo este problema… Si usted lo desea, me iré de inmediato…
  • RV : Jum… así que una mujer ha puesto en ridículo a la guardia imperial que se supone son los mejores guerreros a mi servicio… –y mientras decía esto lanzó una mirada fulminante hacia donde se acercaban tambaleándose los otros guardias– ¡¡Qué patético!!
  • MUJER : Lo siento mucho, su majestad… pero si actué así fue porque también a mí me correspondía y tenía el derecho de entrenar aquí como cualquier guerrero o guerrera de clase alta, así que por eso lo hice… además de hacerme respetar por estos sujetos…
  • RV : Sí… Nappa ya me había comentado algo de tu posición como guerrera… y no se equivocó al decirlo… –al escuchar esto, la saiya miró hacia donde se encontraba Nappa, pero la voz del rey la distrajo– Peleas muy bien, mujer… pasaste las pruebas.
  • MUJER : Muchas gracias, su majestad… pero, ¿qué quiso decir con pruebas? –dijo sin comprender.
  • RV : Sólo fueron pruebas… –luego sonrió malvadamente– Porque todavía te falta el «examen final»… y eso significa que lucharás contra mí…
  • MUJER : ¿¿Contra usted, su alteza?? –dijo levantando la mirada sorprendida hacia el monarca.
  • RV : Así es, mujer… quiero comprobar personalmente tu poder de pelea, el verdadero poder… porque lo de la pelea de antes sólo fue un simple juego para ti, ¿o no?… –dijo mirándola de frente.
  • MUJER : Su majestad, yo no… –dijo sin mirarlo de frente.
  • RV : ¡¡Además quiero que sepas que esto no es una petición, sino una orden!!… ¡¡Así que ponte en guardia, mujer!! –dijo mientras entraba a la arena.
  • MUJER : Como usted diga, mi señor… –luego de decirlo se incorporó y se colocó frente al rey.

Ya en la arena, ambos se observaron detenidamente, como si se estudiaran mutuamente. La saiya contempló al rey; lo había visto sólo unas pocas veces porque ella siempre se encontraba en alejadas misiones de conquista y casi no paraba en su planeta más que para reponerse, recargar combustible y provisiones; el resto del tiempo lo pasaba en el espacio. El rey Vegeta tenía un aspecto imponente, de tez ligeramente oscura, cabello de punta, su rostro adornado con una distintiva barba y con una mirada peculiar en sus ojos con un ceño fruncido bien marcado. Además era alto y con los músculos bien definidos… en otras palabras, podría decirse que era atractivo… para los ojos de ella.

Por el otro lado, el rey observaba a la guerrera… ella era hermosa en cierta forma, definitivamente mucho más que cualquier otra hembra de su especie. Era de contextura delgada, musculosa, pero con sus formas bien marcadas sin ser demasiado voluptuosa. Su rostro era fino y elegante, y además había algo diferente a otras mujeres de su raza… ella era alta, tenía el cabello largo y lacio recogido de una sola trenza que le caía de lado, y unos mechones de su cerquillo caían sobre sus ojos, de un hermoso color castaño claro. Vestía en la parte superior una armadura de combate y un ceñido pantalón azul obscuro que hacía juego con un par de botas blancas. Finalmente, la cola completaba el atuendo, enroscada finamente en su estrecha cintura. Una guerrera, dueña de una gran fortaleza… y al mismo tiempo, de una gran belleza… la perfecta combinación.

Luego de unos momentos más de estarse observando, la saiya se decidió a atacar primero, sabiendo perfectamente que el rey tenía un nivel muy superior de combate, incluso más que ella, pero de todas maneras ella también tenía curiosidad por saber cómo era el nivel de combate del soberano. Así que rápidamente la mujer inició su ataque con un puñetazo que fue eludido por el rey sin problemas. Ella se dio cuenta y le asestó otro golpe que también fue evitado. Esta vez el rey contraatacó con un codazo en el rostro de la joven, seguido de una patada que la mandó por los aires. Ella pudo reaccionar a tiempo, y usando sus poderes de levitación se detuvo en el aire y observó a su rival. El rey sonrió y se lanzó a su encuentro, lanzándole de la nada una esfera de energía que ella pudo rechazar con sus brazos, pero en ese instante el rey apareció detrás de ella y golpeándola con ambos puños la mandó de nuevo a tierra. La saiya cayó pesadamente en la arena y el rey aterrizó justo detrás de ella. Mientras ella se incorporaba, el monarca dijo en tono arrogante…

  • RV : ¿Qué te pasa, mujer?… ¿por qué ya no peleas como lo hacías antes?… porque no creo que esos simples golpes hayan bastado para derrotarte… –luego agregó en tono enojado– ¡¡YA DEJA DE HACERTE LA TONTA Y PELEA EN SERIO, PORQUE ESTO NO ES UN JUEGO!!
  • MUJER : Perdone usted, su majestad… –dijo mientras se limpiaba la sangre de la boca y sonreía levemente– Tenía usted razón al decir que no estaba peleando en serio… únicamente estaba tanteando sus movimientos… pero a partir de este momento, ya no lo haré más… –dijo mirándolo de frente y frunciendo el ceño.
  • RV : ¿En serio?… pues entonces hazlo rápido, porque no me gusta espe…

El rey Vegeta casi no pudo terminar la frase al sentir la feroz patada de su hermosa contrincante, que lo obligó a retroceder y ella, sin darle tiempo a nada, volvió a atacar de nuevo y esta vez ambos se enfrascaron en una encarnizada lucha de mayor nivel de combate en la que los golpes y patadas volaban por todas partes. Para ese entonces el campo de entrenamiento se había llenado de espectadores, entre cortesanos y guerreros que no podían creer lo que veían… solamente Nappa permanecía muy tranquilo de pie, sin perder ningún detalle de la lucha.

La mujer, en uno de sus ataques, barrió el suelo obligando al rey a elevarse y en ese momento aprovechó para lanzar un potente ki-blast que puso en graves aprietos al rey, que contraatacó con varios misiles de energía que la saiya eludió con ágiles saltos acrobáticos y en uno de esos movimientos saltó al encuentro del rey y ambos lanzaron al mismo tiempo un golpe, luego otro y se quedaron haciendo pulso con sus manos. En ese momento sus miradas se encontraron… unas miradas intensas, pero al mismo tiempo, con deseos de ganar. Ambos volvieron a separarse y al aterrizar se quedaron alejados unos metros… respiraban agitadamente y tenían varios golpes y contusiones. Ella, sobre todo, era la que estaba más lastimada, pero no mostraba ninguna señal de queja. El rey frunció el ceño y despojándose de la capa y de la medalla de la familia real, dijo…

  • RV : ¡¡NAPPA!! –gritó mientras le lanzaba los atuendos a su sirviente– «Me parece que tendré que emplear al máximo mi fuerza si quiero vencer a esta hembra…» –pensó.
  • MUJER : «Va a pelear en serio… uhm… tengo que ser más cuidadosa con sus ataques a partir de este momento…» –pensó algo preocupada.

Tal y como lo había pensado, los ataques del rey fueron más fuertes y ella los sintió duramente. Allí se dio cuenta que el rey tenía un nivel de combate muy superior a ella, pero ella no se dejaría vencer y lucharía hasta el final como cualquier saiya lo haría. El rey comenzó a dominarla con sus golpes y en uno de sus ataques la atrapó en el aire en una llave haciéndola gritar de dolor, pero ella, utilizado su cola que estaba libre, le asestó un fuerte golpe en pleno rostro del monarca y tomando su brazo lo lanzó a tierra, persiguiéndolo para rematarlo cuando cayera, pero el rey pudo detenerse a tiempo para recibir a su rival con una patada en el rostro que la hizo rodar por los suelos. Seguidamente el rey la apuntó con ambas manos, listo para lanzarle un energy-ha con todas su fuerzas.

La saiya se incorporó con gran dificultad, y al levantar la mirada vio con horror que el rey se preparaba para rematarla, así que como pudo levantó sus manos y también las colocó en posición de ataque y concentró su energía…

El choque fue inevitable… ambos disparos salieron y se escuchó una enorme explosión que remeció todo el palacio, mientras los cortesanos corrían rápidamente a refugiarse de la onda expansiva. Únicamente Nappa se quedó de pie sin moverse de su sitio…

Cuando el humo se despejó, el campo de entrenamiento estaba hecho un desastre y, para sorpresa de todos, ambos contrincantes seguían de pie, pero eso sólo fue por un instante, ya que la saiya cayó al suelo de rodillas y se apoyó en sus manos, mientras que de sus numerosas heridas brotaba abundante sangre. El rey Vegeta se le quedó mirando, y de pronto de su brazo comenzó a correr un hilo de sangre que se fue haciendo más abundante y goteó en el suelo. Al ver esto, los cortesanos se alarmaron…

  • COR 1: ¡¡OH, NO!!… ¡¡HAN HERIDO AL REY!! –gritó uno alterado.
  • COR 2 : ¡¡FUE ELLA!!… ¡¡ESA MUJER!!… ¡¡HAY QUE ELIMINARLA!! –gritó otro apuntando a la saiya.

Los soldados ya se disponían a atacar a la mujer, pero Nappa se interpuso entre ellos y la hembra saiya, y dijo…

  • NP : Si se atreven a tocar a esta guerrera… ¡¡el rey se las cobrará con la vida de ustedes!! –dijo en tono amenazante.

La mujer miró de reojo a los enfurecidos cortesanos y después al rey, que aún no había dicho ni una palabra. Recordó como los disparon de ambos chocaron y se cruzaron… al parecer el rey pudo eludirlo un poco, pero ella no tuvo tanta suerte y lo recibió de lleno. Se incorporó tambaleándose mientras se tomaba el costado, el cual sangraba en abundancia. El rey la miró luego de examinar su lastimado brazo y se le acercó hasta cierta distancia y dijo…

  • RV : Estoy sorprendido… tienes un gran poder, joven hembra… –dijo sonriendo levemente– eres la primera saiya que ha logrado herirme de esta manera en un combate cuerpo a cuerpo… ni siquiera me han herido así en alguna conquista del espacio.
  • MUJER : Os doy las gracias por haberme permitido este combate, su majestad… –dijo con dificultad mientras trataba de inclinarse poniendo una rodilla en el suelo mientras sostenía su costado con su mano libre, en tanto que la otra la ayudaba a mantener el equilibrio– Pero como fui derrotada, ya no tengo derecho a estar aquí, así que será mejor que me retire… –contestó con voz seria, pero firme.
  • RV : No lo creas… –luego dijo a los presentes– ¡¡ESCUCHEN TODOS USTEDES!!… ¡¡A PARTIR DE ESTE MOMENTO, ESTA GUERRERA ENTRENARÁ EN EL CAMPO DE ENTRENAMIENTO DE LA GUARDIA IMPERIAL!! ¡¡ASÍ QUE EL QUE TENGA ALGUNA QUEJA SOBRE MI DECISIÓN, NO VIVIRÁ PARA CONTARLO!!

Todos los presentes asintieron con júbilo ante el mandato del rey y poco a poco se fueron retirando, en tanto que la mujer aún permanecía inclinada en el suelo, y no era porque lo quisiera así, sino porque el gran dolor que sentía en su costado no le permitía incorporarse. Una vez que la mayoría de los presentes se fueron, el rey se acercó a la saiya…

  • RV : Espero que con esto podrás aumentar tu nivel de pelea… y pueda tener también pronto noticias agradables sobre eso… –dijo sin mirarla.
  • MUJER : Se lo agradezco mucho, mi señor… –dijo sin cambiar de postura.
  • RV : A propósito… ¿Cómo te llamas, mujer? –dijo dándole la espalda.
  • MUJER : Kaissa, mi señor… –contestó levantando la mirada hacia el rey.
  • RV : Conque Kaissa, ¿eh?… muy bien… –y terminando de decir esto comenzó a caminar con rumbo al palacio dejando a la saiya en la arena, y al pasar al lado de Nappa, le dijo mientras se colocaba la capa– Llévatela a la sala de recuperación, si no, no vivirá si sigue desangrándose de esa manera.. –luego lo miró mientras sonreía con cierto misterio– Creo que ella servirá… es perfecta… –y diciendo esto, siguió su camino.

Kaissa estaba a punto de desmayarse, pero Nappa la detuvo antes de caer y la ayudó a levantarse…

  • NP : Fue un combate muy bueno… nadie jamás ha logrado herir al rey de esa manera… te felicito, Kaissa… –dijo sonriendo.
  • KS : No lo creo… argg… siento que pude haber peleado mejor, pero no sé porqué no fue así… –dijo tratando de sostenerse ella sola.
  • NP : Bueno, eso ya no importa… ahora debes ir a la cámara de recuperación para que cures esas heridas; será lo mejor si quieres estar como nueva… ven conmigo –y diciendo esto comenzó a caminar hacia el castillo.

Kaissa lo observó alejarse de donde se encontraba y una suave brisa sopló moviendo sus cabellos. Tenía muchas incógnitas en su cabeza, muchas dudas… y el rey… no podía quitárselo de la cabeza. Unos instantes después, introdujo su mano dentro de su destrozado traje y extrajo el objeto de su interés que afortunadamente no había sufrido daño alguno, y se lo colocó en el dedo de su mano donde estaba antes. Apretando los puños, Kaissa miró hacia el castillo y lentamente comenzó a caminar…

Nota: La idea principal de este capítulo está basada en uno de los fics de mi amiga Vejichan, llamado «Father’s Love«… Muchos agradecimiendos a ella por permitirme usarlo.