Un deseo inesperado – Capítulo 6

Capítulo 6: «Diosas en la Capital del Oeste»

Fanfic: Un deseo inesperado

Nos quedamos en que Gohan se había quedado paralizado en cuanto su madre hizo entrada en escena… ¿Qué harás ahora, amigo?

En ese momento, Gohan sentía que toda su vida pasaba por delante de sus ojos y pensaba en la manera de explicar a su madre la presencia de las tres chicas en su habitación. Conociendo cómo era Milk… esto no le iba a hacer ninguna gracia… y sobre todo ¡¡¿¿cómo ocultar que se trataban en realidad de diosas??!!. El híbrido saiyajin respiró profundamente y levantó la cabeza encontrándose con la mirada de su madre…

  • «Mamá… verás… eehh…» –tartamudeó– «E-esto no es lo que parece… lo que pasa es que…»
  • «Gohan… no necesitas decir nada…» –le cortó–. «Creo entender lo que pasa…»
  • «A-ah… ¿¿sí??» –respondió sin poder creer lo que escuchaba… ¿¿Ella lo sabía?? ¿¿Desde cuándo??… Tal vez él habló en sueños antes sobre su encuentro con las diosas en la plataforma celeste y su madre lo escuchó. Ya no sabía qué hacer o decir… sólo esperar el veredicto final…
  • «Te descubrí…»
  • «¿Sí?…» –sudó frío.

Y luego de un corto silencio…

  • «¡¡¡…DESCANSANDO EN LUGAR DE ESTUDIAR!!!»
  • «¿¿¿AAAHHH???» <¡¡PLOP!!> –desmayó. Y casi de inmediato se puso de pie…
  • «¡¿Qué era lo que estabas haciendo, jovencito?!… ¡¡Te dejo muy confiada pensando en que vas a estudiar como debe ser, para darme con la sorpresa de encontrarte haciendo escándalo en tu habitación!!… De seguro has estado escuchando esa música de rebeldes como la que suena en la radio… ¡¡Qué horror!!»
  • «Pe…pero mamá… acaso no te has dado cuenta que… ¿¿EEEHHHH??» –gritó al dar vuelta donde había dejado a las diosas, pero… ¡oh, sorpresa!… Habían desaparecido y casi se cae contra el piso…

Gohan trató de entrar en razón, esto no tenía sentido… Ellas no eran tan rápidas como para desaparecer en unos segundos. Bueno, debía calmarse ahora y buscar una excusa tan creíble como para dejar tranquila a su madre, o si no lo castigaría por el resto de su vida…

  • «Muy bien… ¿qué tienes que decir, Gohan?» –dijo Milk como si fuera un sargento hablándole a un simple soldado. Gohan se trituraba la cabeza y al final dijo lo primero que se le ocurrió, por muy estúpido que fuera, pero eso ahora ya no importaba…
  • «Yo… eeehhh… estaba… de… declamando… un poema… ¡sí!… un poema en voz alta para mi lección de Literatura… ejem… cómo era ese poema… ¡ah, sí!… ¡Hay golpes en la vida tan fuertes… yo no sé!… golpes como el odio de Dios… como si la resaca de todo lo sufrido… se empozara en el alma… ¡yo no sé!» –declamó en voz alta con una muy exagerada mímica, para luego quedarse tieso y sonriendo nerviosamente delante de su madre… (ay, por Dios… ¡qué papelón!)

Lectores: 0_0¡¡¡ (desmayo)
Autora: Datazo… lo que acaban de leer es un fragemento del poema «Los Heraldos Negros» de Cesar Vallejo… Gomen, fue el primero que se me ocurrió ^_^U

Milk, luego de recuperarse de la impresión, le lanzó una mirada evaluadora y dijo:

  • «Está bien que te gusten tus cursos de letras y me siento muy contenta de que sea así, Gohan… pero… si mal no recuerdo, estás en hora de Matemáticas e Historia, NO de Literatura… ¡así que por ahora olvídate de los poemas y ponte a resolver tus ejercicios!… Mira nada más, ¡ni siquiera has comenzado!… ¡¡Ahora, a trabajar!!»
  • «Sí, mamá… lo que digas» –contestó tímidamente, mientras respiraba profundamente por dentro. Una vez que Milk hubo salido de la habitación, Gohan se dejó caer en el suelo bastante confundido–. «Qué extraño, estaba seguro de que las diosas estan aquí conmigo… –miró a todas partes y suspiró–. ¿Habrá sido un sueño?… Es posible, porque no veo señales de ellas… Creo que el señor Piccoro tiene razón… tanto estudio va a terminar volviéndome paranoico…»
  • «¡¡Bravo!!… ¡¡Bravísimo!!… ¡¡Qué excelente presentación, Gohan!!» –dijo una diminuta voz cerca de donde estaba él.
  • «¡¡JAJA!! ¡¡Qué gracioso!!» –dijo una segunda voz.

Gohan se puso de pie de un salto, pensado que tal vez estaba alucinando de nuevo, pero las voces se escuchaban muy reales para ser una fantasía…

  • «Deberías ser declamador, niño… No lo haces tan mal…» –dijo otra voz.
  • «¡Aquí estamos Gohan, en frente tuyo!»

El saiya buscó por todo el cuarto y cuando llegó a su mesa casi se le salen lo ojos de la impresión al ver a las diosas, pero ellas no estaban como él las había conocido… sino que eran mini-tamaño parecido al de un ratón y que cabrían en la palma de su mano. Belldandy, Urd y Skuld se habían reducido al tamaño de unas muñecas y para mi opinión se veían adorables ^^…

  • Pe-pero… ¿¿qué fue lo que les pasó?? –preguntó entre temeroso e impresionado.
  • «¿No es obvio, cabeza de aire?… ¡Nos redujimos de tamaño, so tonto!»
  • «¡Urd, no seas grosera!» –dijo Belldandy y avanzó hacia adelante–. «En cuanto sentimos que tu madre venía, usamos nuestra magia para volvernos chiquitas y así evitar que nos viera… ¿Qué te parece, Gohan?»
  • «Pero el que seamos pequeñas no quiere decir que hayamos perdido nuestros poderes, eh?» –avanzó Skuld con mazo en mano.
  • «¡No, no!… ¡Yo les creo!» –dijo con las manos levantadas–. «Vaya… esto es fantástico. Jamás pensé que ustedes tenían ese tipo de poderes…» –sonrió sentándose en una silla.
  • «Pues bien, querido… ahora ya lo sabes. Si deseas, te puedo reducir de tamaño a ti también…» –dijo Urd sonriendo traviesamente.
  • «Este… mejor no ^^U… Estoy muy bien así…»
  • «Piénsalo… podrías pasar desapercibido en cualquier sitio… incluso en los vestidores de las CHICAS… jeje»
  • «Urd, no le des ideas -_-…» –dijo Skuld con mala cara.
  • «Ehh… <carraspeó>… y a que se debe que hayan venido, chicas?… Me hubieran avisado que vendrían…»
  • «Bueno, Gohan… estamos aquí por algo muy importante y necesitamos que nos ayudes…» –explicó Belldandy.
  • «Con gusto… pero… de qué se trata?» –dijo el niño sin saber en lo que se estaba metiendo.
  • «Bueno… necesitamos ir a un lugar llamado Capital de Oeste y TÚ nos vas a llevar hasta allí, pequeño…» –dijo Urd señalándolo con el dedo.
  • «¡¡¿¿¿QUÉ COSA???!!»
  • «Exactamente^^… y como tú vives en la Tierra y debes conocer tu planeta, eres el indicado, Gohan…» –dijo Skuld al pobre saiya que ya no sabía por dónde escapar.
  • «Esperen, hermanas, mejor expliquémosle a nuestro amigo la razón de pedirle eso… Bueno, Gohan, todo empezó esta mañana cuando…» –y Belldandy comenzó a relatar su historia…

Mientras tanto, en la cocina Milk estaba terminando de cocinar la cena, cuando el teléfono sonó. Se limpió las manos con un trapo de cocina y acudió a contestar rápidamente para que el ruido del aparato no distrajera a su hijo de sus labores escolares…

  • «Moshi, moshi… quién es?» –dijo al levantar el auricular y al instante sonrió–… «Ah, Bulma… eres tú. Qué sorpresa me has dado, ¿cómo estas?… ajá… sí… oh, cielos, qué pena… ¿y desde hace cuánto tiempo está así?… dos días… uhm… eso ya no es normal, amiga… ¿lo has llevado al médico?… correcto… sí, debes hacer todo lo que te ha dicho… pero… ahora que lo mencionas, yo conozco un buen remedio para eso, si me das un rato te busco la receta…»

Regresando con Gohan y las mini-diosas…

Belldandy le había contado un resumen muy conciso de todo lo que habían pasado y el porqué había venido a buscarlo para pedirle su ayuda. Gohan la escuchaba atentamente y también sentía un sudor frío que lo cubría muy levemente… ¡¡¿por qué estaba tan nervioso?!!

  • «Y eso fue todo, Gohan… por eso para poder regresar a nuestro mundo tenemos que arreglar el problema del espejo… y para eso necesitamos la ayuda de Bulma… Skuld dijo que tú la conocías…»
  • «Es cierto… es mi amiga, pero…»
  • «Pero, qué?!… ¿¿acaso nos quieres dejar solas y abandonadas en este recóndito y agresivo mundo??»
  • «Urd, no exageres…» –dijo Skuld–. «Es muy importante que regresemos… ¿Nos ayudarás?»
  • «Bueno… por mí estaría encantado de hacerlo, pero…»
  • «¡¡¿Pero QUÉ?!!» –dijeron las diosas del pasado y futuro saltando una a cada lado de su cabeza y pellizcándole las mejillas. Belldandy sólo sonrió ^^…
  • «Ay <dolor>… lo… lo que pasa es que no he terminado mis deberes…»
  • «¡¡¿¿Y??!!» –pellizcaron más fuerte.
  • «¡Ay! <más dolor> ¡¡Que si no lo hago, mamá no me dejará salir!!… ¿¿Quieren dejar de hacer eso??» –movió sus manos tratando de zafarse de las mini diosas y por eso el pobre niño terminó con el cabello chamuscado y un enorme chichón por el golpe de Skuld.
  • «¡Oigan!… ¡No tenían que ser tan bruscas!» –se quejó.
  • «Te lo mereces por irrespetuoso, ¿acaso crees que somos unas muñecas de trapo?» –dijo Skuld.
  • «Lo siento… pero es la verdad. Ya vieron a mi mamá… tiene un carácter terrible…»
  • «Es verdad… A lo mejor Gohan tiene razón… Necesita el permiso de su madre…» –dijo Belldandy.
  • «¿Y que tal si le lanzamos un hechizo para dormirla?… así todo será más facil…»
  • «Urd…»
  • «O mejor aún… la reducimos de tamaño y la encerramos con un gato hambriento… ¡Santo remedio!»
  • «¡¡URD!!» –gritó su hermana menor al ver la cara que estaba poniendo Gohan, que no era muy feliz que digamos.
  • «Y por qué no le pides permiso? Tal vez te deje ir…» –dijo Skuld.
  • «Es verdad… no pierdes nada por intentar ^^»
  • «Errrr…» –se rascó la cabeza–. «Lo intentaré, pero no les prometo nada…»
  • «Muchas gracias, amigo Gohan…» –sonrió la pequeña diosa del presente.
  • «Pero…» –la pequeña Urd se elevó a la altura de sus ojos– «Para eso nos aseguraremos personalmente que cumplas con tu MISIÓN… <guiño misterioso>»
  • «¿¿Ah??»

Al poco rato, Gohan salió de su habitación en busca de su madre sin darse cuenta que una pequeña Skuld lo seguía flotando silenciosamente. Milk, en tanto, seguía ocupada con el teléfono…

  • «Claro que sí, Bulma… Te aseguro que es un remedio muy efectivo, yo lo usaba mucho con Gohan cuando era pequeño… no, claro que no… no le hará daño, es inofensivo. Muy bien, por ahora lo que debes hacer es mantenerlo tranquilo y no dejes de darle líquidos… Trataré de llevarte el remedio más tarde si acabo rápido… muy bien… ja ne…» –En cuanto terminó, se encontró con Gohan que la miraba algo extrañado…
  • «¿Algo pasa, mamá? Te veo preocupada…»
  • «¡¿Qué estás haciendo fuera de tu habitación, jovencito?!… Creí que te había dicho que no te movieras de allí…» –dijo cruzándose de brazos.
  • «Ay, pero qué señora más pesada… ¿por qué no lo deja en paz?… Debería aprender a ser como mi hermana mayor…» –pensaba Skuld flotando desde el marco de la puerta. Gohan, en tanto, acomodaba lo que quería decir…
  • «Este… mamá… quería preguntarte algo… Verás, hoy se está celebrando en la capital de oeste una Feria de Ciencia y Tecnología… y bueno… me preguntaba si me dejarías ir… sería muy provechoso para mi educación, ¿no lo crees?»
  • «¡Jaja, perfecto!… Salió tal y como lo habíamos ensayado… Qué suerte que vimos el anuncio de esa feria ayer por la televisión. Eres un buen actor… ¡continúa, Gohan!» –decía la pequeña diosa emocionada.

Milk le echó una mirada inquisidora a su hijo… ¿Ferias científicas?… Durante mucho tiempo le incitaba para que fuera a esos lugares tan educativos, pero él siempre por una razón u otra se negaba… ¿Sería verdad o sólo era un plan para fugarse e ir a juntarse con los rebeldes de sus amigos?

  • «Y bueno… ¿qué me dices, mamá?… ¿Me das permiso?» –preguntó Gohan frotándose las manos.
  • «Uhm… la verdad que yo también había escuchado sobre esa feria y planeaba decírtelo en la cena, pero como has estado tan flojo últimamente…»
  • «¡Ay, no!… ¡Nos va a echar el plan por los suelos!» –pensaba Skuld poniéndose nerviosa.
  • «Por favor, mamá… en verdad deseo ir, en serio… Y si deseas puedo pasar a casa de Bulma a llevarle la medicina para quien sea que esté enfermo…»
  • «¿Estuviste escuchando nuestra conversación, no?» –lo miró lenvantado una ceja.
  • «Lo siento… no pude evitarlo» –Gohan pensaba que su madre iba a gritarle, pero para su sorpresa no lo hizo…
  • «Mi pequeño Gohan, siempre tan servicial… Eso es lo que me gusta de mi niño…» –acarició su alborotada cabellera y continuó–: «Está bien, te dejaré ir…»
  • «Excelente, lo logró!» –dijo Skuld.
  • «¡Perfecto, gracias mamá!» –ya se había dado media vuelta, cuando…
  • «…pero con una condición…»
  • «¿Qué?» –dijo el niño.
  • «¡Oh, no!… ¡¿Ahora qué se le ha ocurrido a esta vieja loca?!» –dijo en tono de resignación.
  • «Si quieres ir, tendrás que traerme resueltos todos tus ejercicios de tu lección de matemáticas… Si lo haces, te dejaré la tarde libre…»
  • «¡¡Pe-pero… mamá!!… ¡¡Son como 40 ejercicios!!» –dijo el niño asustado.
  • «Exacto… pero como tú eres un niño tan listo, los harás en poco tiempo… ¿Verdad, mi cielo?»
  • «Sí, mamá…» –dijo en voz muy bajita. Skuld ya estaba harta de perder el tiempo y dando media vuelta voló veloz hacia la habitación de Gohan.
  • «Esa mujer está más chiflada que Urd… Ya me aburrí, le daré una lección…» –y al entrar al cuarto, con una explosión, volvió a su tamaño original asustando a sus hermanas que todavía seguían en estado de mini-goddess. Urd casi se cae de una lámpara de noche y vio cómo Skuld revisaba velozmente el libro de texto del niño.
  • «Oye, Skuld… ¿acaso quieres matarme del susto?… ¿Qué te propones?» –le gritó.
  • «¡No me molestes!… Ya me cansé de tanta tontería… ¡ajá!… Aritmética y Álgebra… ¡qué fácil!… ¡Esto será pan comido!». –Tomando un lápiz, comenzó a resolver los ejercicios a una velocidad asombrosa y escribía tan rápido que el lápiz humeaba al contacto con el papel ^^U.
  • «¿Gohan tuvo algún problema, Skuld?» –dijo Belldandy, que también había recuperado su tamaño normal, cosa que Urd hizo también y observaban confundidas a su hermana pequeña que, sin molestarse en responderles, siguió con su trabajo.

En tanto, Gohan estaba parado en la puerta de su habitación, apenado… pensaba en lo que le había dicho su madre… Jamás iba a poder terminar toda su tarea en sólo un día. Pensaba en lo defraudadas que se sentirían sus amigas al enterarse, sentía mucha rabia de que sus inmensos poderes no le fueran útiles en esos momentos. Resignado, entró a su habitación para darse con la sorpresa de encontrar a las diosas de nuevo en su tamaño normal y que lo miraban sonrientes…

  • «Listo, lo conseguiste… ahora ya podemos irnos ^^» –dijo Belldandy con su dulce sonrisa. Urd y en especial Skuld también sonreían. Gohan sentía ganas de enterrarse…
  • «Chicas… verán… existe un pequeño inconveniente… Lo que pasa es que tengo que…»
  • «¿…terminar tu tarea, porque si no, no podrás ir a la capital del oeste?… Eso ya lo sabemos, cariño…» –dijo Urd como si eso no fuera la gran cosa.
  • «Skuld nos contó todo y no te preocupes por eso…» –dijo Bell. Gohan estaba pasmado…
  • «Pero… cómo… ustedes…» –Skuld le arrojó su libro de texto…
  • «Ahora ya no tendrás ninguna excusa para no acompañarnos, niño…»

Gohan las miró todavía confuso… pero en cuanto abrió su libro casi deja escapar una exclamación de asombro al ver que todos sus deberes, ABSOLUTAMENTE TODOS, estaban terminados y en perfecto orden. No sabía si era por arte de magia u otra cosa, pero supuso exactamente quién lo había hecho. Suspiró y dijo:

  • «Bueno… creo que nunca podré ganarles, chicas… Tal parece que lo lograron…» –dijo sin más ánimos de preguntarle a las diosas cómo lo habían hecho tan rápido.
  • «Entonces… ¡ya no perdamos más el tiempo y en marcha!» –sonrió Urd dándole una palmada amistosa. Belldandy sólo asintió, sonriendo…

Rato después…

  • «No puedo creerlo… En verdad lo hiciste, Gohan» –decía Milk mientras revisaba la tarea que supuestamente había hecho su hijo. Se le notaba entre sorprendida y feliz…
  • «Este… ya me conoces, mamá… Sabes que cuando me propongo algo… en verdad lo hago… jeje» –sonrió Gohan, apenado.
  • «Incluso mira esa caligrafía… ¡es magnífica!…» –Gohan se sonrojó más ante ese último comentario ya que su madre siempre le reclamaba por lo horrorosa de su letra.
  • «Entonces…»
  • «Bueno… está bien, creo que te lo has ganado… Puedes ir a la Capital del Oeste… y ya que vas, como mencionaste hace un rato, te daré un encargo para que se lo lleves a Bulma…»
  • «¿Qué es?» –dijo recibiendo un extraño paquete con hierbas aromáticas y esencias–. «Espera un poco… esto es…»
  • «Es la medicina que les daba a ustedes cuando se enfermaban… Bulma la necesita» –terminó de decir Milk.
  • «Acaso… ¿Bulma está enferma… o tal vez… el señor Vegeta?» –preguntó muy dudoso de lo último.
  • «No, no… nada de eso, es para el pequeño Trunks… Está muy enfermo desde hace días y pensé que Bulma podría necesitar la medicina… ¿La llevarás?… Yo iré más tarde a verla a su casa…»
  • «Claro que sí… Muchas gracias, mamá… Iré a mi cuarto a prepararme y me marcharé a la capital, ¡gracias!» –y salió corriendo dejando a su madre con las últimas palabras retumbándole en la cabeza…
  • «¿¿Prepararse??… Qué raro, Gohan no es de ésos y yo lo veo bien vestido tal y como está… Prepararse, qué gracioso… como si fuera a salir con una chica… eso no puede ser» –sonrió.

Corrección, Milk… CON TRES CHICAS… las cuales lo esperaban en una colina cercana tal y como quedaron para encontrarse…

  • «Por qué se tarda tanto?… ¡¡Me pone nerviosa ese niño!!» –decía Skuld impaciente, ya que quería llegar a esa ciudad lo más pronto posible. Belldandy respiraba el suave aroma de los campos sentada en el césped y Urd se entretenía haciendo levitar a unas incautas ardillas que se habían cruzado en su camino…
  • «Urd, ¿¿quieres dejar de hacer eso??…» –decía Skuld cada vez más nerviosa. Urd la miró de reojo…
  • «Vaya Skuld… nunca te había visto tan nerviosa… Cualquiera diría que estás en tu primera cita… jeje»
  • «¡¡CÁLLATE!!»
  • «Vamos, hermanas… cálmense… Miren, allí viene Gohan…» –dijo la hermosa diosa poniéndose de pie.

Las tres diosas no sabían qué decir o hacer cuando apareció el niño. Su vestuario era totalmente diferente al que traía cuando lo vieron, además se había bañado y arreglado muy bien. Gohan se sentía algo nervioso al ser blanco de las miradas de las diosas…

  • «Bu-bueno… ya-ya estoy aquí… ¿Nos vamos?» –dijo muy tímido. Skuld levantó una ceja y Urd se le acercó sonriendo…
  • «Vaya… pero que muchachito más guapo… Te ves muy bien, querido… cualquiera diría que va a tener una cita con su novia… ¿No opinas lo mismo, Skuld?» –A sus palabras, Gohan se puso aún más rojo y Skuld también se puso roja, pero de rabia.
  • «¡¡URD!!»
  • «Estás muy bien, Gohan… y gracias por haber llegado tan rápido…» –intervino Belldandy tranquilizando al pobre saiya. Al menos su presencia le daba seguridad ante sus descontroladas hermanas…
  • «De acuerdo… la Capital del Oeste no está muy lejos de aquí… Si vamos volando, llegaremos en unos quince minutos a lo mucho…»
  • «¿¿Volando??… oye niño, si más no recuerdas, tenemos muy poca energía para volar… a menos que… ¿podrías… jeje… traer algo de sake de tu casa?»
  • «¿Co-cómo?»
  • «Urd, eso no creo que sea necesario… Gohan es muy listo y sabe eso…»
  • «Pero lo que mi hermana mayor dijo, es verdad… nuestra energía es muy poca… podríamos quedarnos a mitad de camino si la usamos para volar como ustedes… uhmm…» –añadió Skuld, preocupada.
  • «No se preocupen… Nunca les dije que usaran su magia para volar, iremos de otra manera…» –y antes de que las diosas le preguntaran algo más, miró hacia el cielo y gritó–: «¡¡¡NUBE VOLADORA!!!»

Al cabo de unos instantes, la veloz kintoun apareció en el cielo dejando su estela amarilla y aterrizó justo frente a Gohan. Belldandy y sus hermanas estaban asombradas…

  • «¿Qué… qué es esta cosa?… nunca había visto algo parecido…» –dijo Urd sorprendida.
  • «Es la nube voladora y la uso para trasladarme de un sitio a otro con rapidez… En ella llegaremos a la capital…» –sonrió el niño, orgulloso.
  • «Pues vaya que es curiosa… ¿y crees que pueda resistir el peso de todas nosotras?»
  • «Por supuesto… Ah, eso sí… sólo los que tengan el corazón puro podrán subir en ella…»
  • «Jaja… creo que te quedaste sin paseo, Urd… No creo que la nube te admita a ti…» –dijo Skuld.
  • «¡Tonterías!… Sólo observa…» –Urd saltó hacia la mágica nube, pero tal y como lo había dicho Skuld, se entrelló contra el duro suelo. Skuld estalló en carcajadas y Gohan hacía todo lo posible por contener la risa al igual que Belldandy.
  • «Me parece que Skuld tenía razón… La nube no se equivoca nunca, Urd…» –sonrió Gohan. La diosa del pasado lo miró muy enojada…
  • «Qué insinúas, niño?!… claro que tengo un corazón puro, además soy una diosa… Lo que pasa es que tu ridícula nube está defectuosa…»
  • «Estás segura de eso, hermana?… A mí me parece muy cómoda…» –dijo Belldandy.

Urd volteó y cuál sería su sorpresa al ver a su hermana alegremente sentada en la nube. No se animó a preguntarle cómo lo había logrado… la respuesta era obvia.

  • «De acuerdo, Belldandy… tú viajarás en la nube…» –suspiró.
  • «Yo también iré con ella… ¡Aquí voy!» –Skuld saltó, pero también atravesó la nube. Urd sonrió con ironía…
  • «¿Decías?»
  • «Ooohhh… ¡bueno!… ¡no importa!… para qué necesito una nube si puedo contar con la tecnología…» –sacó una cápsula de su bolsillo.
  • «Oye… eso no es…» –preguntó Gohan. Skuld movió la mano para callarlo…
  • «Exacto… mi última invención… ¡¡«la máquina voladora super Skuld-chan»!!» –Skuld arrojó la cápsula y con una explosión apareció una extraña máquina que más parecía un robot de cabeza globosa, gracioso rostro y con alas. Skuld sonrió orgullosa a su obra…
  • «¿Y se supone que esto puede volar?… A mí me parece sólo chatarra…» –dijo Urd con desdén.
  • «Observa y aprende… ahora lo verás…» –Skuld se encaramó sobre el robot y apretó un botón en su cabeza. Para su sorpresa, el robot se sacudió, abrió sus alas y se elevó con increíble facilidad. Luego aterrizó…
  • «Es fantástico, Skuld… Así podrás volar…» –dijo Gohan.
  • «Oye, si tenías esa máquina contigo… ¡¡¿¿por qué demonios no la usaste antes??!!» –le gritó Urd furiosa.
  • «Todavía no estaba terminada… recién pude terminar de hacerle los ajustes aquí. Además, estabamos tan concentradas en encontrar a Gohan, que no me acordé… =P»
  • «Pero qué niña cabeza hueca…»
  • «¡¡¿¿CÓMO DIJISTE??!!»
  • «Bueno, bueno… hermanas, estamos perdiendo el tiempo. Ya todo está en orden y podemos irnos. Skuld y Urd irán juntas…»
  • «¿¿Estás loca??… ¡¡Yo no pienso viajar en esa chatarra!!»
  • «¡¡Oye, tampoco te he pedido que vinieras!! Además no creo que haya lugar para viejas gritonas y engreídas aquí…»
  • «Belldandy… ¿siempre son así?» –dijo Gohan en un susurro a la diosa, que le sonrió en respuesta…
  • «La mayoría de las veces… pero a pesar de todo, se quieren y aprecian mucho. Ya lo sabrás cuando tengas a tu hermano… lo cual será muy pronto» –sonrió Belldandy misteriosa.
  • «¿Hermano?… ¿Qué me habrá querido decir?» –pensó. Lo que no sabía Gohan era que Belldandy se había dado cuenta del poco notorio embarazo de Milk ^_^.

Al cabo de un rato y muchas discusiones, las diosas estaban en camino a la capital del Oeste. Gohan iba volando con Belldandy a su lado en la nube voladora. Skuld un poco más atrás en su máquina voladora y Urd… bueno, usó su magia incorrectamente y ahora volaba sentada en una… ¿aspiradora?

  • «Bravo, Urd… En verdad ahora sí la hiciste…» –se burlaba Skuld.
  • «¿Qué tiene?… además no es tan incómodo y puedo volar más rápido que tú si quisiera» –pensó– «Mierda!!… yo quería hacer aparecer un caballo con alas; mis poderes no están funcionando como debe ser. Espero que al llegar pueda recargar energías…»
  • «Ya olvídalo, Skuld… Lo importante es que ahora vamos por buen camino… ¿Qué me dices, Gohan?… ¿Nos falta mucho para llegar?»
  • «No, ya estamos muy cerca… Ya verán, les va a encantar…» –sonrió el saiyajin.

Tal y como había dicho Gohan, atravesaron unas montañas y ante sus ojos se abrió una enorme ciudad que hervía de actividad. Era la Capital del Oeste. Sin perder tiempo se dirigieron hacia uno de los edificios con rapidez para evitar que cualquier transeúnte los viera y causara un escándalo.

  • «Muy bien… ya hemos llegado. ¿Qué les parece?» –preguntó Gohan, expectante.
  • «Es una muy hermosa ciudad, Gohan… Muchas gracias por traernos…» –sonrió Bell.
  • «Sí, sí… muy linda… ¿pero vamos a quedarnos aquí contemplándola todo el día?… Opino que bajemos y la veamos más de cerca. ¡Mira toda esa gente rara!… Hasta algunos parecen animales parlantes…»
  • «SON animales parlantes, Urd. Y según lo que me contó Piccoro, el rey de la Tierra es un perro…^^» –aclaró Belldandy.
  • «¿Y quién se supone que es el vicepresidente?… ¿¿Un mapache??» –dijo en son de burla.
  • «De hecho, el ministro de relaciones exteriores es un mapache…»
  • «¡Oh, por el Lord!… ¡¡Este mundo parece un manicomio!!…» –dijo en tono desesperado.
  • «Ya, ya… no es tan malo. Esta gente es como cualquier otra y tiene muchos sueños. Me parece inteligente tu idea, Urd… vayamos a conocerlos más de cerca… ¿Qué dices, Skuld?»
  • «Lo que digas, hermana… Así conoceremos más de este loco mundo…»
  • «O-oigan… ¡Esperen!… ¿Creen que sea buena idea?… Podrían meterse en problemas si…» –dijo Gohan dudoso, pero Urd lo interrumpió…
  • «Nah… nos comportaremos como cualquier mortal y pasaremos desapercibidas, Gohan… Ahora vamos…» –las diosas saltaron por un extremo del edificio y levitaron hasta el suelo dejando al niño con las palabras en la boca.

Pero pasar desapercibidas no era la palabra adecuada… al contrario. Tal como temía Gohan, las diosas resultaron ser bastante notorias, ya sea por sus extrañas vestimentas, como por su mágica belleza. Cada habitante que las veía se las quedaba mirando con extrañeza, asombro, embelesamiento, y las sonrisas que les dedicaban Belldandy y Urd no ayudaban en mucho. Gohan tenía que soportar comentarios como «¡¡Buena, picarón!!» «¡Adiós, preciosas!» «¡Dame tu número!» «¡Que hermosas ropas!» «Que lindas novias tienes, matador» y otros más subidos de tono que si no eran ignorados, Skuld los callaba con un golpe de su mazo y varios gritos acompañándolo. Un poco más y la sangre se le iba a salir por todas las aberturas de la cabeza producto de la vergüenza…

Ya harto de tantos comentarios, Gohan aprovechó una distracción de las chicas y las empujó a un callejón ante la estupefacción de ellas…

  • «Oye, ¿qué te pasa, niño?… No me digas que te molestan lo que nos dicen esas personas…» –dijo Urd divertida.
  • «Bah, por eso no hay problema. Ya les partí la cabeza con mi mazo a dos de esos atrevidos…» –sonrió Skuld.
  • «Esperen, hermanas… dejen hablar a Gohan…» –dijo Bell. Gohan respiró profundo y dijo, todavía avergonzado:
  • «No es por eso, chicas… Verán… Lo que pasa es que… sus ropas…»
  • «Acaso crees que estamos vestidas muy atrevidamente, ¿eh?» –se inclinó hacia él mostrándole su escote y Gohan retrocedió asustado.
  • «¡Urd, silencio!»
  • «No es eso… es verdad que sus ropas son muy hermosas… pero son un TANTO llamativas para la gente común y corriente. ¿No crees que podrían ponerse otra ropa más discreta?… ¿digo?». –Las diosas lo miraron de reojo, pero Belldandy se acercó a él sonriendo.
  • «Creo entender lo que trata de decirnos Gohan… Está bien, haremos como digas… Hermanas, júntense cerca de mí…»
Belldandy cerró los ojos y juntando sus manos envolvió a las diosas en un brillante resplandor, y para cuando éste desapareció, vestían otras ropas: Belldandy estaba vestida con un encantador conjunto de color naranja, falda larga y chaqueta, con su largo cabello recogido en una trenza que le caía por un lado; Urd estaba vestida de una manera semejante a Belldandy, pero su cara no reflejaba que le gustara su nueva ropa. Skuld lucía un lindo atuendo que consistía en una blusa blanca, chaqueta verde claro, minifalda café y pantimedias color melón. Y para completar su atuendo. un encantador lazo amarillo recogía sus cabellos. Gohan sonrió al verlas… en verdad no dudaba que cualquier ropa podría caerles muy bien.
  • «¿Y bien?… ¿Qué te parece?… ¿Mejor?»
  • «Sí <glup>… se ven muy bonitas…» –pensó–. «Pero aún así no creo que pasen desapercibidas…»
  • «¡Está hermoso, hermana mayor!… ¡Me veo espléndida!» –dijo Skuld girando sobre sí misma, admirando su nueva apariencia.
  • «Sí, te ves muy bonita, Skuld…» –pensó Gohan para sí.
  • «¿Qué pasa, Urd?… ¿No te gustan tus ropas?» –preguntó Belldandy. Urd puso mala cara…
  • «¿Por qué mejor no me pusiste un hábito de monja?»
  • «¿Perdón?»
  • «¡¡¿¿Cómo se te ocurre que YO puedo vestirme con estas ropas, Belldandy??!!… ¡Me veo ridícula!»
  • «Eso no es cierto, señora Urd… Se ve muy bien…» –dijo Gohan entrecortado.
  • «No me llames señora, niño!… ¡Yo no pienso salir así delante de la gente!»
  • «¡Ya no te quejes, Urd!» –dijo Skuld con su mazo. Belldandy sonrió…
  • «De acuerdo, Urd… Si deseas, puedes cambiar tus ropajes por otros. Por mí no hay problema…»
  • «Eso es justo lo que iba a hacer… ¡¡A UN LADO!!»

Urd se envolvió en una nube de humo blanco y, al desaparecer, Gohan tuvo que hacer un esfuerzo por mantener la boca cerrada, cosa que molestó a Skuld. Urd lucía una chaqueta plateada que cubría su única prenda que era la parte superior de un bikini azul y unos shorts del mismo color con un cinturón rojo, guantes azules, botas altas y plateadas, zapatos de tacón alto rojos. Su cabello largo y plateado caía suelto hasta casi llegar al suelo. Una visión que desmayaría a cualquier hombre…

  • «¡¡Perfecto!!… Mucho mejor. Éste es mi estilo… ¿No opinas igual, cariño?» –le dijo a Gohan que, sin poder soportarlo más, se desmayó.
  • «¡¡Gohan!!… ¡Mira lo que hiciste, Urd!… ¿y ahora cómo lo despertamos?» –Belldandy sólo sonrió ante las ocurrencias de sus hermanas.

Al cabo de un rato y de aplicarle una buena descarga eléctrica (cortesía de Urd), Gohan y las diosas retomaron su camino. Antes decidieron pasear por la ciudad, idea de Skuld, para conocer un poco más a las personas y sus costumbres antes de ir a la Capsule Corp. Es verdad que ahora no eran tan llamativas, pero su belleza igual llamaba la atención.

Al llegar al parque central, justo era el lugar donde estaba la famosa Feria de Ciencia y Tecnología, y a Skuld casi se le salen los ojos de la emoción… *_*

  • «Ayy… ¡¡Mira que lindos artefactos electrónicos!!… Hermana mayor, ¿podemos ir?… ¿podemos?»
  • «Claro que sí, Skuld… de seguro que podrás encontrar algo que nos ayudará a regresar a casa…» –sonrió Bell.
  • «¡¡Genial!!… ¡¡Gohan, vamos!!» –y tirando institivamente la mano del niño, lo jaló corriendo hacia la feria. Sus hermanas se le quedaron mirando…
  • «Pues, vaya… nunca había visto a Skuld tan entusiasmada con algo. Se ve que está feliz…»
  • «Claro y eso es lo más importante para mí… la felicidad de ustedes, mis hermanas. Dejémosla que se divierta… Mira, allí hay una banca. Descansemos un momento ^_^»
  • «De acuerdo, Belldandy… esto está muy aburrido… espero que no siga así el resto del día…»
  • «Claro que no… tengo la impresión de que algo sucederá pronto…»
  • «Dime una cosa, Bell…»
  • «¿Sí?»
  • «Tú crees que… este mundo tenga problemas con nosotras aquí?… Lo que comentaste antes sobre ya-sabes-quién me dejó pensando…»
  • «No lo sé… y no fue conveniente mencionarlo…» –Su mirada se entristeció–. «Perdóname, no quería traer de vuelta esos malos recuerdos… sobre todo por Skuld»
  • «Bueno, tú tampoco te pongas triste, hermanita… Ahora descansemos pensando que pronto regresaremos a nuestro mundo…» –sonrió.
  • «Sí, tienes razón ^_^»

Entre tanto, muy cerca al lugar en donde se encontraban las diosas, dos personajes muy conocidos por nosotros caminaban despreocupados por la calle. Uno de ellos, que tenía una cicatriz en la cara, no dejaba de hablar y darle ánimos a su otro amigo que tenía la cabeza rapada…

  • «Vamos, amigo… ¡¡no puedes estar así para siempre, hombre!!… ¡¡Tienes que superarlo!!» –le decía mientras caminaban.
  • «Ya lo sé, Yamcha… no tienes que repetírmelo a cada minuto. Sé que es un imposible, pero no puedo. En verdad estoy muy enamorado de ella…» –dijo muy triste.
  • «¡Por favor, ni que fuera la única mujer en el mundo!… Krilin, ¡¡no puedes tirar tu vida y juventud a un tacho por una androide que ni siquiera sabes si te corresponderá o no!!» –dijo cada vez más alterado.
  • «Tú mismo la escuchaste en la Plataforma Celeste… dijo «Ya nos veremos»… entonces tiene que ser verdad…» –dijo recordando la despedida que le diera la androide Nº18.
  • «Está bien, está bien… digamos que es verdad y que ella te volverá a ver… ¿pero en cuánto tiempo será eso? Tú no lo sabes, pueden ser días, semanas, meses… o incluso años…»
  • «Por favor, Yamcha… ya deja de darme ánimos porque lo único que consigues es que me deprima más… ¬¬»
  • «Ya olvídalo por esta tarde, ¿sí?… La volverás a ver, pero ahora concentrémonos en lo que vinimos a hacer…»
  • «Es verdad… ¿para que querías venir conmigo a la capital?… ¿y precisamente a una Feria de Ciencias?… Eso no me interesa mucho que digamos…»
  • «¿No lo entiendes o es que la inteligencia se te escapa por la ausencia de cabello?… En todo evento siempre hay mucha gente, sobre todo CHICAS. El perfecto lugar para conseguir una bella pareja y divertirnos el resto del día…»
  • «¿Y tú crees que se hallan ese tipo de chicas aquí?… Lo más seguro es que sean ratones de biblioteca o de laboratorio…»
  • «Oye, Bulma es un ratón de laboratorio y NO es fea… Qué lástima que ya tenga otras cosas en qué preocuparse…»
  • «¿Vegeta?»
  • «…… ¡¡grrrrr!!… ¡¡No me cambies el tema!!»
  • «Yo no fui el que lo cambió… tú sí…»
  • «Mira, Krilin… una más y te…» –En eso se detuvo al distinguir entre la gente que iba y venía de la feria a dos hermosas chicas sentadas en una banca. Yamcha sonrió…– «¿Lo ves?… ¿Qué te dije?… Chicas hermosas a la vista…»
  • «¿Dónde?» –Krilin miró hacia donde le decía Yamcha–. «Es verdad, son muy bellas… Hasta parece que no fueran de aquí… tienen pinta de extranjeras. Mira las marcas que tienen en sus rostros…»
  • «Mejor aún… las chicas extranjeras son las mejores. Escucha… yo abordaré a la de cabello plateado y tú te quedas con la bonita del cabello marrón…»
  • «¿Tú crees que sea buena idea?… Mira que nos las conocemos y podrían disgustarse por ser impertinentes…»
  • «No te preocupes… ninguna pollita ha podido resistirse a mis encantos… observa y verás…» –y con paso decidido se acercó a las chicas, que no eran otras que Belldandy y Urd que seguían conversando…
  • «…sí, tienes razón en eso… sólo espero que… Urd, ¿qué pasa?»
  • «Mira… allí vienen un par de muchachos… ¿qué rayos querrán?»
  • «Bueno, lo que sea que quieran tal vez podamos ayudarlos, ¿no crees?» –Urd ya iba a contestarle cuando el chico las saludó seguido de Krilin que se le notaba visiblemente avergonzado…
  • «Saludos, ¿qué tal, chicas?… ¿cómo están en esta hermosa mañana?» –dijo con la mejor de sus sonrisas. Urd los miró de reojo (como a todo el mundo)…
  • «Muy bien, pero para tu información ya pasan del medio día y ya no es mañana…» –dijo con sorna.
  • «Jeje… es cierto, Yamcha…» –dijo Krilin.
  • «Urd, no seas grosera… Muy buenas tardes, caballeros… ¿Podemos ayudarles en algo?»
  • «Caramba, cómo no me di cuenta de ese detalle… Estas chicas no son tan bobas como creía…» –pensó nervioso– «Eeehh… sí, tienes razón, no me había fijado en mi reloj… Mi nombre es Yamcha ¿y el de ustedes?»
  • «¿Y por qué el interés?… ¿Quieres sacar plan con nosotras?»
  • «¿¿Ah??» –dijo el guerrero pelado.
  • «¡URD!… Por favor, perdonen ustedes a mi hermana… Mi nombre es Bell…» –no continuó porque Urd le cubrió la boca.
  • «Disculpa, cariño… ¿¿nos perdonas un momento??» –y se la llevó a un lado ante la confusión de los muchachos– «¿Qué crees que haces, Belldandy?… ¿Estás loca??»
  • «¿Qué?… ¿Qué tiene de malo decirle quiénes somos?… Y me parece una gran descortesía lo que estás haciendo con esos muchachos, Urd…»
  • «¡¡Descortesía!!… ¡¡Oye, ni siquiera los conocemos!!… Ese par podrían ser unos asesinos o maniáticos o…»
  • «O me parece que tú estás exagerando, hermana… míralos, sólo son un par de muchachos… Además, el pequeño peladito no parece tener malas intenciones. En todo caso, si pasa algo, podremos manejar el asunto…» –y regresó a la banca.
  • «Por el Lord… qué flemática. ¡A veces su tranquilidad me enferma!»
  • «Oye, mejor nos vamos… la de cabello plateado tiene una mirada feroz…» –decía Krilin. Yamcha lo contuvo del hombro…
  • «Si te vas ahora, quedarás en ridículo delante de esas chicas… ¡¡Compórtate como hombre al menos una vez en tu vida!!»
  • «Perdonen, ¿los hicimos esperar mucho?» –dijo Belldandy con su sonrisa de siempre.
  • «No, para nada, linda… ¡Ah! Él es mi amigo Krilin…»
  • «Mu-mucho gusto…»
  • «Mi nombre es Belldandy y ella es mi hermana Urd… Encantadas…»
  • «¡¡Vaya!!… Sus nombres son muy curiosos. No son de aquí, ¿cierto?… ¿De dónde vienen?» –preguntó Yamcha cada vez más interesado.
  • «¿¿Eh??… de dónde venimos… pues, nosotras… » –Urd ya se estaba temiendo ese tipo de preguntas. Y no sabía qué decir hasta que…
  • «Venimos de la Capital del Norte por unos días a la Feria de Ciencia y Tecnología acompañando a nuestra hermana menor. Ella tenía muchos deseos de venir… ^^» –lo dijo tan rápido que todos parpadearon…
  • «¿De dónde sacaste eso, Belldandy?» –Urd le dijo al oído.
  • «Tú no digas nada y sigue el juego… A veces ver la televisión ayuda un poco, hermana…» –dijo en voz baja sin dejar de sonreír.
  • «Mi dios, esta chica es muy perceptiva… -_-U»
  • «Oh, vaya… entonces por eso están aquí… Eso quiere decir que no conocen la ciudad, ¿no?» –preguntó Yamcha.
  • «Pues, realmente no… sólo estamos de paso»
  • «¡¡Genial!!… ejem, digo… ¿entonces les gustaría que les enseñáramos los lugares más hermosos de la ciudad?… Lo haremos encantados…»
  • «Lo sentimos mucho, muchachos, pero ya tenemos un acompañante en nuestro «fascinante» paseo por la ciudad…» –dijo Urd sonriendo.
  • «¿En serio?… ¿Y dónde está su acompañante?»
  • «Eso es algo que a ti no te importa… pero si te interesa saber, tiene la edad de nuestra hermana menor así que se ve mal que esté con nosotras… Así que si desean, pueden acompañarnos…» –volteó a verlos seductoramente. Belldandy sólo sonrió, ya conocía las mañas de su hermana… planeaba algo.

Mientras tanto, entre los miles de artefactos electrónicos, Gohan los observaba con aburrimiento, en tanto que Skuld no cesaba de tomar apuntes y de conectar una extraña máquina que parecía una simple calculadora al mecanismo de cada cosa.

  • «Bien, muy bien… esto me servirá mucho… ¡Terminé!… Vamos hacia allá, Gohan, ¿qué esperas?» –dijo corriendo hacia más equipos tecnológicos.
  • «Oye, Skuld… ¿no crees que es mejor regresar?… Tus hermanas ya deben estar más que aburridas y además con hambre…»
  • «Sí, es cierto… ok, sólo un par de máquinas más y volvemos, ¿sí? –y desapareció entre unos estantes de computadores. Gohan sólo sonrió y fue tras ella…

Regresando con las otras diosas, tal parece que Belldandy no estaba equivocada al decir que no eran malas personas los chicos que había conocido, pero a opinión de Urd eran algo torpes, en especial el chico de la cicatriz y sabía cómo sacarle provecho a eso. Urd y Yamcha se había ido al borde de una fuente, en tanto que Krilin y Belldandy charlaban… pero lo que hacía Krilin era más balbucear que otra cosa…

  • «Dime, ¿te pasa algo?… Estás muy nervioso, Krilin…» –dijo Bell, dulce como siempre. A Krilin le parecía una chica hermosa y muy dulce. Pero por más que trataba de seguir el consejo de Yamcha, no podía quitarse a la Nº18 de la cabeza…
  • «¿Qué?… No, no me pasa nada… es que… ay, soy un idiota por comportarme así… Tú eres una chica tan bella y yo… yo sólo soy un tonto…» –dijo bajando la cabeza. Belldandy cerró los ojos, sonrió y dijo:
  • «Yo no creo que sea así… Tienes un buen corazón, puedo sentirlo. Y también que tu corazón está perdidamente enamorado, ¿es verdad?»
  • «¿¿Cómo??… pe-pero… es decir…» –tartamudeó con la extraña idea de que esa chica tan bella le había leído la mente.

Urd, en tanto, estaba sentada en el borde de la fuente haciendo como que escuchaba la «interesante» carrera de Yamcha como beisbolista (y no tenía la menor idea de qué era el béisbol), pero trató de ser algo más cortés con ese torpe muchacho. En momentos como ésos comenzaba a extrañar la compañía de ese «inmaduro de cara verde»… no sabía por qué, pero le encantaba su sarcasmo.

  • «…y así llegue a ser campeón de las ligas mayores, ¿qué tal?» –terminó su discurso. Urd lo miró con cara soñolienta.
  • «Qué interesante, querido… Eres un gran atleta ¬_¬»
  • «¿Lo dices en serio?… Vaya, ya sabía que te impresionaría…» –sonrió triunfante–. «Y bueno, ¿por qué no me hablas algo de ti? Así nos vamos conociendo mejor, ¿eh?» –Urd sonrió.
  • «¿En serio quieres saber de mí?… Bueno, pero tengo la garganta un poco seca… antes quisiera tomar algo…» –pensó–. «Perfecto… la oportunidad para recuperar mis poderes, jeje»
  • «Si quieres te invito algo de beber… ¿Un refresco tal vez?»
  • «No, algo un poco más fuerte… ¿Qué tal una botella de sake?»
  • «¿¿Sake??… ¿pero no crees que es muy temprano para eso?… Si quieres, podemos tomarlo más tarde…»
  • «Oohh, ya veo… no tienes dinero y no puedes comprarlo… o NO quieres aceptar mi petición… Qué lástima, esperaba más de ti, Yamcha…» –dijo molesta y dándole la espalda.
  • «Rayos, qué estúpido… ¿¿cómo pude decirle eso??… Ahora se va a enojar y perderé mi cita… Sí, lo haré…». –Luego dijo–: «Claro que puedo y tengo mucho dinero… Espera un poco… ya vengo…» –y salió corriendo en busca de una tienda de licores.
  • «¡¡Y que sea el más caro, chico!!» –terminó de decir con una sonrisa triunfante.

Krilin, mientras tanto, le estaba contando toda su vida a Belldandy, que más parecía un párroco confesor que otra cosa. Ella escuchaba atentamente y apuntaba algunas cosas en una libreta acomodándose sus lentes misma psiquiatra (sí, ya sé que esto no puede ser y suena absurdo… pero quería darle algo de comicidad al asunto… je. Debe ser la influencia de la serie de TV Mini-Goddess ^_^U)

  • «…y se fue y no la volví a ver hasta ahora… ¡¡me siento desecho!!… ¡¡¡BUUUUAAAAA!!!» –Krilin derramó lágrimas como cataratas ante Belldandy, que lo miraba y deliberaba. Se quitó sus lentes y desaparecieron de sus manos…
  • «Ya veo… esa chica no te corresponde, pero te dijo que se verían algún dia… Eso ya es algo, mi amigo…»
  • «Pero… cuándo… es decir… no he hecho más que esperar todos estos días y nada. Eso me llena de tristeza»
  • «No debes sentir pena… al contrario. Estoy segura que ella siente algo por ti y tarde o temprano irá a buscarte. Tú sólo debes ser paciente y sonreirle a la vida… Eso es todo lo que puedo decirte… ^^»
  • «Pero eso no es todo… en las noches repito su nombre… Nº18… Nº18…»
  • «Nº18?… cielos, este chico está peor de lo que pensaba ^^U» –pensó.

Regresando con Yamcha y Urd…

Toda la gente que estaba cerca, incluso el mismo Yamcha, observaban impresionados cómo la chica se tomaba todo el sake a pico de botella. Al chico le había costado una fortuna esa botella y verla desaparecer tan rápido le dolía porque pensaba que le duraría todo el día… ¡¡o todo el mes!!

  • «¡Qué bárbara!… Nunca pensé que hubiera alguien que pudiera beber de esa manera. En cuanto termine no podrá ni siquiera caminar… Bueno, en ese caso tal vez tenga algo de suerte con ella. Las chicas, cuando están ebrias, no se acuerdan de nada…» –pensaba.
  • «Aaaahhhh… ¡¡no hay nada mejor que esto!!… ¡Me siento muy bien!… Muchas gracias, Yamcha…» –dijo Urd dejando la botella a un lado. Para estupefacción de Yamcha, la chica seguía como si no sintiera tal cosa…
  • «No puedo creerlo… pero era una… ¡¡UNA BOTELLA COMPLETA!!» –pensó que tal vez en la licorería lo había timado. Urd abrió su mano y unas chispas muy ligeras emergieron de ella. La cerró satisfecha… había recuperado todos sus poderes gracias al sake.

Después terminar de contarle sus penas a Belldandy, Krilin se sentía mucho mejor. Esa chica era muy especial y una buena amiga… pero su corazón pertenecía a la Nº18 y ahora lo sabía perfectamente.

  • «Espero que te sientas mejor, Krilin… Ya lo sabes… nada de deprimirse y siempre sonríe. Eso siempre es el mejor alimento del alma… ^_^»
  • «Sí, creo que tienes razón… Cielos, es asombroso… me comprendiste tan bien que siento como si hubieras leído mi mente…» –dijo el guerrero calvo.
  • «^_^UU… Tal vez haya sido así… ¿Seguirás mi consejo?… ¿Serás paciente?»
  • «¡¡Sí, muchas gracias, Belldandy!!» –la tomó de las manos muy feliz y la diosa sólo sonrió.

Justo en esos momentos. Skuld y Gohan estaban en un puesto de helados y Skuld había despachado 4 helados del Nº133… sus favoritos.

  • «Cielos, ¿de veras que recuperas tu energía sólo con los helados?»
  • «Ajá <glub>… es lo mejor. Así somos las diosas… Por cierto, es mejor que vayamos a buscar a mi hermana mayor, ¿dónde estará?»
  • «Si ustedes tuvieran ki podría sentirlas más fácilmente… y no me explico porqué son así…»
  • «Ya te lo dijimos antes… somos diosas, tontito…» –dijo tocándole la frente con el dedo.
  • «Sí… y son asombrosas las cosas que pueden hacer. Me alegra de haberlas conocido…»
  • «Sí, gracias <sonrojo>… yo también…»

Ambos niños se avergonzaron, pero en eso Skuld captó la escena de su hermana Belldandy tomada de las manos por un insolente calvo. Sin más explotó y salió corriendo hacia ellos ante la sorpresa de Gohan, que no sabía lo que le pasaba…

  • «¡¡¡¡¡¡MALDITO INSOLENTE, ALÉJATE DE MI HERMANA!!!!!!» –gritó descargándole un soberano mazazo que puso fuera de combate al pobre Krilin @_@.
  • «¡¡Skuld, ¿¿pero qué fue lo que hiciste??!!» –dijo Belldandy alterada y auxiliando al pobre muchacho.
  • «¿¿aahhaa… alguien tomó la matrícula??… <desmayo>»
  • «¡¡¡Te estaba tomando de las manos, hermana!!!… ¡¡¡Yo lo ví!!!… Pero ya le di su merecido por atrevido… ¡jum!»
  • «Ay, Skuld…» –por otro lado, Yamcha escuchó un barullo por donde había dejado a Krilin.
  • «Oye, ¿qué habrá pasado por allá?… Me pareció escuchar unos gritos… Espera aquí, voy a ver… –dijo Yamcha alejándose.

Urd no le dijo nada porque estaba ansiosa en probar sus nuevos poderes y se fijó en unas extrañas figuras que estaban decorando el parque. Se acercó a ellas y leyó los rótulos que las adornaban…

  • «Arte en Movimiento… bah, esto no parece arte y ni siquiera se mueven…» –dijo mirando las esculturas y luego una sonrisa traviesa apareció en su rostro…

En tanto, Yamcha había llegado y cuál sería su sorpresa al encontrar a Krilin mirando pajaritos, Belldandy tratando de reanimarlo, una niña con un mazo y por último allí parado estaba… ¿¿GOHAN??

  • «¡¡GOHAN!!… ¡¡¿¿pero qué haces aquí??!!… ¡¡¿¿Y qué le pasó a Krilin??!!» –dijo mirando a su amigo. Urd acababa de llegar…
  • «No sé… uhm… déjame adivinar… Belldandy, ¿de casualidad Skuld golpeó a este chico porque te vio haciendo algo indebido con él?» –dijo Urd con sorna.
  • «¿¿¿QUEEE???… ¡¡KRILIN, DESPIERTA!!» –dijo Yamcha sacudiendo a su amigo.
  • «Oh, nada de eso… sólo que tú sabes cómo es Skuld…» –la miró seriamente– «Hablaremos después, hermana…»
  • «Lo lamento mucho…»
  • «Ah, y para responder tu pregunta, querido Yamcha…» –se acercó a Gohan y lo abrazó contra su pecho haciendo que el pobre niño se sonrojara– «Este muchachito es nuestro acompañante, ¿no es verdad, hermanas?»
  • «Así es… Gohan vino con nosotras… ^_^» –sonrió.
  • «Ayayayayay… eso sí me dolió. ¡¡¿Quién fue el que me golpeó?!!» –se levantó con dificultad para encontrarse cara a cara con una niña de cabello negro…
  • «¡¡Fui yo!!… ¡¡Y te lo mereces por faltarle el respeto a mi hermana!!» –lo volvió a amenazar con el mazo.
  • «Yo… Verán, amigos… ellas son… son… eeehh» –trataba de explicar.

Yamcha estaba desconcertado… esto era muy extraño, demasiado. Tres chicas hermosas, con marcas en la cara, que usan como armas martillos, toman sake sin siquiera sentirlo, no tienen ki… ¿¿QUE NO TIENEN KI??… y lo más extraño, ¿¿cómo es que Gohan estaba con ellas?? Iba a preguntarles algo, cuando un grito distrajo su atención…

¡¡¡AAAAAHHHHH!!!… ¡¡AUXILIO!!… ¡¡HAY MONSTRUOS EN EL PARQUE!! –gritaba la gente pasando corriendo por su lado. Krilin, que ya se había recuperado, se elevó con Yamcha para ver que unas criaturas con aspectos muy extraño (como si Piccaso hubiera metido su mano) caminaban de un lado a otro. No les importaba que las chicas supieran de sus poderes, eso era más importante que nada…

  • «¡¡QUEDENSE AQUÍ, CHICAS!!… ¡¡AHORA VOLVEMOS!!» –dijeron ambos antes de salir al encuentro de las curiosas bestias. Belldandy se elevó ligeramente para ver lo que pasaba y volteó a ver a su hermana…
  • «Tú tuviste algo que ver con esto, Urd?» –dijo molesta.
  • «Bueno… la verdad…»
  • «No mientas… puedo sentir restos de tu magia dando vueltas por todas partes… ¿Te das cuenta de lo que has hecho?» –se enfadó más aún.
  • «Oye, no lo tomes tan en serio, hermanita… acababa de recuperar mis poderes y estaba ansiosa de probarlos… y como la gente decía que esas esculturas era ARTE EN MOVIMIENTO… metí mano para que esa afirmación no fuera errada… ¿No te parece una gran idea?»
  • «Te mereces un golpe tú también, Urd… ¡¡¡Deberías avergonzarte!!!» –dijo Skuld molesta.
  • «¡¡Ya basta de tonterías, Urd!!… Vuelve todo a la normalidad, ¡ya!» –dijo Belldandy muy molesta.
  • «Cielos, cielos… ya sabía que algo pasaría… mejor me hubiera quedado a estudiar… qué horror…» –dijo el niño al borde de las desesperación.
  • «Ya cálmense las dos… era sólo un hechizo temporal. El efecto pasará en un par de minutos y el tiempo…» –miró su reloj– «Está por cumplirse…»

Gohan volteó a ver hacia donde estaban
luchando Yamcha y Krilin, que estaban sorprendidos al ver que las esculturas
regresaban a la normalidad y ocupaban sus lugares en el parque. Ambos guerreros
se miraron confundidos…

  • «Oye, Krilin… ¿Tú entiendes qué fue lo que pasó?»
  • «La verdad… no lo sé… ¿Habrá sido un sueño?»
  • «Ay… cielos… creo que tenemos problemas… tenemos que irnos… tenemos que irnos» –pensaba nervioso.
  • «Muy bien… entonces, Gohan… ¿Qué te parece si nos vamos de una vez a buscar a tu amiga?… ¿Skuld?»
  • ¡¡¡SÍ!!!… ¡¡¡YO ESTOY DE ACUERDO!!!… ¡¡SÍGANME!! –dijo en voz alta.
  • «Sí, ya tengo todos los datos… podemos irnos cuando… quieRAAAAAAANNNNN…»

Skuld no terminó de hablar ya que Gohan la había tomado de su mano al igual que hizo con Urd y salió corriendo en estampida, deseoso de acabar con todo antes de que ÉL mismo terminara loco. Belldandy sólo sonrió al verlos alejándose y la estela de polvo que dejaban…

  • «Cielos… Qué divertidos son todos en este mundo ^_^…» –y elevándose, fue tras sus hermanas.

Parece que las diosas ya han empezado a hacer de las suyas en la ciudad… Si quieren ver más de ellas, no se pierdan el próximo capítulo titulado… EL MAL TRAGO DE VEGETA… (jua, jua, jua)