Kakaroto – Capítulo 6

Capítulo 6: «Las esperanzas olvidadas»

Fanfic: Kakaroto


Es de madrugada. Sólo había logrado dormir unas horas, y el resto de la noche la había pasado dando vueltas en su cama y en su mente sobre el mismo tema: su padre, no soportaba el saber que lo perdía una vez más, y de la manera más simple, sin luchar, y ¿qué hacía él? Ah, pues él lo ataca, y luego se queda descansando para luego atacarlo de nuevo al día siguiente… ¿Qué clase de hijo hacía eso?

Pensamientos como ése atormentan al joven lleno de preocupación. Después de tantos años de salir adelante solo, y ahora siendo un adulto, pensó que ya no era tan necesario él, pero así era, lo necesitaba, su madre y su pequeño hermano también.

Pero ¿qué puede hacer?

Su mente cansada logró encontrar entre sus recuerdos una posible ayuda.

*¡LAS ESFERAS DEL DRAGÓN!*

Se incorpora en su lecho entusiasmado, ¿cómo lo había olvidado? Ésa es la solución perfecta al problema, Shen Long podría ayudarlo. Sólo necesita reunir las esferas, pero eso es lo de menos, tienen menos de dos años de haberse dispersado, no debe ser difícil encontrarlas.

Al levantarse, nota que trae la misma ropa que el día anterior, ni siquiera se había molestado en cambiarse para dormir. No importa, el maltratado traje marrón o lo que queda de él no significa ningún estorbo. Se pone sus zapatos rápidamente y va hacia la puerta, presiona el interruptor y sale al pasillo cuidando de no hacer ruido. No enciende la luz.

En la recámara de Trunks, éste se encuentra durmiendo profundamente, y Goten, después de los esfuerzos de su amigo, también logra dormir, pero se despierta con sobresalto. Al principio no reconoce el lugar, luego observa a su amigo roncando en la cama de al lado, recuerda dónde se encuentra, pero también vuelve a su mente la razón de porqué esta ahí.

«Goten… ¿qué haces despierto?» –llama una somnolienta voz.

«Pensé que estabas dormido, Trunks» –le dice un poco sorprendido.

«Yo también…» –contesta frotándose los ojos con sueño–. «¿No escuchaste un ruido, Goten?».

Menea la cabeza, estaba tan distraído en sus pensamientos que no puso atención a lo que sucedía a su alrededor.

«Creo que vino de la cocina, vamos a ver, tal vez sea un ladrón».

«Vamos».

Salen de la habitación hacia el oscuro pasillo, llegan a la cocina y ven una luz.

«Alguien está ahí».

«¿Qué hacemos?».

«Mmm…» –se cruza de brazos, pensando.


«Si voy a ir a buscar las esferas del dragón…» –reflexionó seriamente Gohan en voz alta–. «¡Tengo que comer algo primero!».

Los genes tienen efecto… ya estaba en el refrigerador eligiendo qué degustar cuando escucha unos pasos a su lado. Está muy oscuro en la cocina, y casi no distingue nada.

«No te permitiremos que invadas mi hogar» –dijo Trunks convirtiéndose en SSJ para iluminarse.

«Ni que robes la comida de mi amigo» –continuó Goten igualmente.

«Debes pagar por tu robo».

«Y… y… ¿y…? ¿Qué más tengo que decir, Trunks?».

Su amigo, en posición de súper héroe, con el viento moviendo el cabello, se cae.

«Mejor no digas nada y acabemos con él».

«¡Sí!».

«Oigan… ¿qué hacen?» –interrogó Gohan con una gota.

«¿Hermano?» –preguntó Goten, reconociendo la voz.

Para salir de dudas, Trunks enciende la luz y los niños ven a Gohan de pie frente al refrigerador, cargado de comida.

«¿Me quieren decir qué hacen?» –preguntó el joven con cara de regaño, pero, sin hacerle demasiado caso, los dos niños tenían expresión de berrinche–. «¿Qué? ¿ahora qué les pasa?»

«¡No es justo! Tan bien que nos había quedado la presentación» –se quejó el niño Brief.

«Sí, y con tan poco tiempo de práctica, lástima que no fuera un ladrón de verdad» –comentó el niño de cabello alborotado.

Gohan casi se cae. Esos niños nunca cambiarán.

«¡No deberían hacer esas ridiculeces! ¡Dan vergüenza ajena con esas tontas presentaciones!» –regaño el primogénito Son con una gota.

«El comal le dijo a la olla» –murmuró Trunks.

«Bueno, ¿y qué hacen despiertos?».

«Lo mismo te pregunto, hermano».

«Sí, ¿qué pensabas hacer, Gohan?».

*Si saben que voy tras las esferas, querrán ir conmigo… mejor me hago el tonto*. «¿Yo? Este… nomás aquí, tomando un bocadillo de media noche».

«Te acompañamos» –dijo su hermano.

«Está bien…»


«Estuvo delicioso» –comentó Goten. El trío de semi-Sayajins caminaba por el pasillo, y se detiene frente a la puerta de la habitación de Trunks.

«¡Ah!… ¡Qué sueño tengo!» –mintió Gohan–. «Buenas noches».

«Buenas noches, hermano».

«Buenas noches, Gohan».

En cuanto se despidió de los dos niños, se dirigió rápidamente al laboratorio de Bulma. A fuerza de visitarla tantos años, ya conoce el camino con los ojos cerrados, o más bien dicho, en la oscuridad. Llegó al laboratorio, y comenzó a buscar entre todos los estantes y cajones.

«¿Dónde podrá guardar Bulma el radar?».

«Mi mamá siempre la deja en el cajón del estante que está allá».

«Ah, gracias Trunks…» –va al mencionado estante y lo toma–. «¿Eh? ¡¿Qué hacen despiertos?!».

Con sus angelicales sonrisas y expresión de «no rompo un plato» estaban su hermano y Trunks.

«¿Vas a buscar las esferas, hermano?».

«También queremos ir».

«¡Ah, no!».


Horas después, en una playa, se encontraba un trío de personas buscando entre la arena.

«¡Mira, hermano, encontré la esfera!».

«¿Encontré? Si yo la vi primero» –replicó rápidamente el niño de cabello morado.

El joven suspiró y tomó la esfera.

«Y han estado así desde que salimos…» –se lamentó.

«¡Sí, ya encontramos la esfera de cuatro estrellas!» –gritó el niño de cabello alborotado.

«¿La de cuatro estrellas?» –se dijo sorprendido Gohan. Contó 1… 2… 3… 4… cuatro estrellas, su esfera, hacía tiempo que no la veía. Sonrío–. «Qué ironía…» dijo de nuevo para sí. La echó junto a las demás en la mochila.

«¿Cuántas nos faltan, hermano?» –preguntó curioso Goten, viendo la mochila.

«¡Qué tonto eres, Goten, no sabes ni contar!» –dijo Trunks–. «Son… son…» –comenzó haciendo cuentas con los dedos–. «¡Dile tu, Gohan!».

«Pues contando ésta, sólo nos faltan dos, las de tres y cinco estrellas» –dijo sin emoción el adolescente–. «Vamos, volvamos, deben estar preocupados por nosotros y los demás no tardarán en ir a la Corporación».

Los tres subieron al avión que Gohan sacó de una cápsula, subieron, Gohan dejó la mochila a un lado del asiento del conductor y continuó pensando mientras piloteaba.

–¡Papá! ¡Va a matar al Señor Piccoro! –reclamó el niño.

–Hay que esperar –dijo tranquilamente, sentado en el piso–. *Apresúrate, Vegeta…*

Cell estaba peleando contra Piccoro, o más bien, masacrándolo. El niño se pasea preocupado frente a la puerta de la habitación del tiempo, sintiendo cómo disminuía el Ki de la persona que más respetaba.

Siente con horror algo… el Ki desapareció. Mr.Popo comenzó a llorar. Él no pudo soportarlo, estaba punto de emprender el vuelo, pero su padre lo abrazó, deteniéndolo. Se agita en sus brazos, tratando de ir a ayudarlo.

–¡Señor Piccoro! ¡Señor Piccoro! ¡Señor Piccoro! –gritaba histérico el niño.

–No tiene caso, Gohan, no puedes hacer nada –le susurró su padre.

Esos recuerdos le dolían, pero éste fue interrumpido por otro que le causaba más dolor que ése.

«¿Qué esperas para atacarme? ¿O tienes miedo?».

*Me enseñaste a ser fuerte y evitaste que me hiciera daño a mí mismo… Tengo que devolverte el favor, papá…*

Aprieta con más fuerza el timón de la nave mientras vuela dirección oeste.


N. de la A.: Está bien, demándenme por poner notas de autor, pero he recibido varias amenazas de muerte y creo que a algunas personas les gustaría darse una idea de qué sucede en la mente de una maniática como una servidora. Quise hacer este capítulo un poco más calmado, porque el anterior me quedó un poco exagerado y desgraciado. Bueno, en los siguientes capítulos veran más acción. Bye.

Kakaroto – Capítulo 5

Capítulo 5: «Incertidumbre»

Fanfic: Kakaroto

Videl vuelve con los niños cuando ve salir con caras largas al grupo. Tiene deseos de preguntarle a Gohan el porqué de estas expresiones, pero se detiene al ver que la de él es peor o igual.

Guiados por Bulma, se dirigen a la salida. Ya se habían puesto de acuerdo para reunirse al día siguiente y discutir el ‘problema’.

Están llenos de preocupación, dolor, tristeza y, en el caso de Goten, confusión y culpa. Caminan silenciosamente. Para llegar a la salida, atraviesan el jardín interior de la corporación, que aún tiene los restos de la fiesta de esa tarde, los agujeros en la pared, las mesas volteadas, las enormes torres de platos y la mesa con los álbumes fotográficos con los que se divirtieron tanto.

Pasando junto a esta mesa, un dinosaurio que olfateaba curioso saluda a Goten con un movimiento de cabeza, feliz de verlo; había jugado con él en la fiesta, Goten responde a su saludo con una triste sonrisa.

Como para invitarlo a jugar de nuevo, el dinosaurio gruñe estruendosamente.

El ruido de su gruñido hace que todos volteen. Con la fuerza del aliento del enorme animal, los álbumes se abren y de ellos salen volando las fotografías en todas direcciones y llueven sobre el grupo.

El destino cruel se burlaba de ellos.

Donde vieran había una fotografía, y en la mayoría de éstas se encontraban a su amigo Goku, de todas las edades, con cola o sin cola, peleando, entrenando, comiendo, como un adulto o un inocente niño, pero en todas con su sonrisa, su expresión alegre y despreocupada, igual a la que mostraba hacía unas horas, pero totalmente diferente al frío y fiero mirar que ahora debía tener.

No podían huir de esa imagen, no había a donde desviar la vista, sólo podían agachar la cabeza y cerrar los ojos.

Bulma, casi a punto de llorar, se cubre la cara. Vegeta se para a un lado de ella, no la abraza, ni le dice una palabra de consuelo, la simple cercanía, el hacerle saber que él estaba con ella, es su forma de consolarla.

Goten y Gohan estaban igual de tristeza. Pero a cada uno una mano en el hombro los apoyó: a Gohan, Videl y a Goten, Trunks.

Para Chichi esto es el acabóse. Está de espaldas al grupo, sus ojos y labios tiemblan imaginando que tal vez esas fotografías serían los únicos lugares en donde lo volvería a ver de esa manera, tan inocente, tan… tan… tan Goku, siempre dispuesto a dar una sonrisa y ayuda a quien lo necesitase.

Ya no puede más… Voltea, todos consolados por alguien, Vegeta a Bulma, Videl a Gohan, Trunks a Goten, 18 a Krilin, Ten Shin Han a Chaoz… todos tienen a alguien… menos ella… Comienza a sentir un vacío y frío que no había sentido jamás, necesitaba un abrazo, alguien que sólo la dejara llorar en su hombro y que le dijera que todo saldría bien… es demasiado pedir en esa situación.

«Bulma… ¿no te molesta que nos quedemos hoy? Estoy un poco cansada» –pide con la voz como un hilo y tratando de que no se le quebrara.

Bulma no se sorprende de la petición, de la súplica, de su amiga.

«Claro. Goten, tú puedes quedarte en el cuarto de Trunks. Gohan, Chichi, síganme» –les dice. Voltea hacia los demás–. «Hasta mañana, muchachos».

Nadie le contesta, y ella no esperaba una contestación. Trunks lleva a Goten, que ésta como zombie, a su cuarto. Bulma guía a Gohan y a Chichi a sus habitaciones.

En el jardín, todos se retiran de nuevo, pero antes de irse, a Krilin le llama la atención una foto. La recoge y observa más detenidamente. Es de cuando entrenaban juntos él y su amigo con Kame Sennin, ambos aparecen bastante cansados y golpeados, despues de un entrenar JUNTOS todo el día.

Comienza a reír. Todos lo miran extrañados. Calma su risa y observa la fotografía con una sonrisa, a pesar de que sus ojos expresan tristeza.

«No les he contado cómo fue que conocí a Goku… Caí cabeza abajo en la arena y él me sacó, ja, es gracioso… yo nunca le di las gracias por eso» –lo dice como si fuese una broma.

«Krilin…» –calla el maestro sabiendo del dolor que Krilin expresaba tras esas palabras.

«Claro…» –continúa–. «Después se las di por revivirme, por salvarme la vida a mí, al planeta, a la humanidad, pero nunca le agradecí que me sacara de la arena ese día» –cierra los ojos con unas pequeñas perlas de lágrimas saliendo de ellos. Arruga la fotografía que tenía en sus manos al cerrar el puño… acababa de perder a su mejor amigo.

Se dirige a la puerta, todos lo siguen, cuando aparecen en escena Mr.Satán, Mr.Boo y la Sra.Brief volviendo de comer. Los pobres ingenuos que no sospechaban los hechos.

«Los pastelillos estaban deliciosos» –dice de lo mas contento el monstruo rosa.

«Ay, Boo, eres un glotón, jajajaja» –continúa con su risa histérica hasta que voltea a ver las caras de funeral que tenían los demas–. «¿Qué les pasa? ¿Ya nos vamos? Tanto que nos estábamos divirtiendo Boo y yo aquí».

Nadie le contesta, pero su hija le lanza una mirada de ‘por favor, cállate’. Con su enorme intuición, no se da cuenta de esta mirada, pero sí nota que faltan personas en el grupo.

«Oigan, ¿y dónde está la anfitriona? No me he despedido, no quiero ser maleducado».

«Papá, vamos» –le dice su hija, jalándolo.

«Oigan, tampoco veo a Goku ni a su familia, ¿no me digan que aún no se recupera? Tal vez si le llevamos algo de comer, se sienta mejor» –Va hacia una mesa y toma una bandeja con bastantes postres–. «Vamos, Boo. Conociendo a Goku, de seguro esto lo pondrá sano antes de que nos demos cuenta, jaja» –Se dirige con la charola hacia el jardín para ir al cuarto donde pensaba que estaba el ‘enfermo’.

Su hija lo detiene del traje.

«Papá, no se siente mal, no esta ahí, vámonos» –dice su hija tratando de callarlo.

«¿No está ahí? ¿Dónde está? ¿Qué pasó?» –preguntó.

Videl iba a comenzar a contarle, pero se detiene al ver las caras de sus extraños amigos. En ese momento no deseaban hablar de nada, mucho menos de eso, y debía respetar el dolor ajeno.

«Luego te explico, vámonos».

«Pero…».

«Vámonos» –gruñe amenazante.

Lo jala y se lo lleva hacia la salida. Mr. Boo los sigue.

Todos se van. Nadie sabía qué sucedería el día de mañana, sólo sabían que enfrentarían el ‘problema’ juntos, como habían hecho con otros, pero esperaban no tener que solucionarlo de la misma manera que muchos.

Mientras Chichi, Gohan y Bulma atravesaban en fila india uno de los tantos pasillos de la Corporación…

Se detienen junto a una puerta. La mujer de cabello azul presiona un interruptor y la puerta se abre automáticamente.

«Puedes dormir aquí, Gohan» –le ofreció Bulma.

El joven entra a la habitación.

«Buenas noches, Bulma. Hasta mañana, mamá».

«Buenas noches» –contesta.

«Hasta mañana, hijo».

El muchacho entra en la habitación y presiona el interruptor desde adentro para cerrar la puerta.

Bulma deja a Chichi en la habitación de al lado de la de su hijo.

«No te preocupes, Chichi, todo se solucionará, ya verás».

Ella no comenta nada, sólo entra en la habitación. Cierra la puerta tras de sí, no enciende la luz, da unos pasos dentro de la impecable, pero fría habitación de huespedes. Por la oscuridad, no se distingue ni su rostro, sólo una tenue luz creada por los postes de luz que se filtraban por la ventana dejaba observar su silueta en medio de la oscuridad. Esta misma luz permite observar el brillo de una pequeña lágrima que resbala por su cara.

Dentro de sí era un caos total, por un lado sabía que esa persona que la golpeó no era la persona con que compartió su vida tantos años, y al mismo tiempo guardaba la esperanza de que hubiera un rastro, una sombra de él.

Ya lo había perdido tantas veces, pero esto, esto es una pérdida total. Las otras ocasiones sabía que se encontraba entrenando, viviendo aventuras, comiendo, incluso muerto podía imaginarse que él la recordaba y la extrañaba, que sus rezos le llegaban, que su presencia en espíritu le daba fuerzas para seguir sola, pero ahora ni siquiera ese pequeño consuelo le queda.

No era nada justo, ahora que por fin había vuelto a casa, esos últimos años después de la batalla con Boo, su sueño se había cumplido, estaba en casa con ella y sus hijos, su hijo menor tenía un padre, y ella, después de tantas penas, tenía lo que más anhelaba, su familia y su compañero…

En su habitación, Trunks, tratando de ser amable, él mismo destiende el saco de dormir de su amigo, le da ánimos y le ofrece que juegue con sus juguetes favoritos, pero nada logra sacarlo de su estado de ánimo triste y culpable.

«Goten, ¿quieres jugar con el robot que me construyó mi abuelo?».

Menea su caída cabeza negativamente.

«¿Quieres jugar con mis juguetes nuevos?».

Menea nuevamente la cabeza negativamente. Nada de lo que hiciera lograba cambiar su expresión.

En ciudad Satán, Videl les explica la situación a su padre y a su rosado amigo, o eso trata de hacer, pues no comprenden nada y no pudo darles más detalles.

«¡¿QUÉEEEEEEEEE?! ¡¿QUE GOKU QUÉEEEEE?!» –gritó histerico Mr.Satan–. «¡¡¡NO PUEDE SER!!! ¡¿Ahora quién salvará el mundo para aumentar mi fama?!».

*Pobre Gohan…* –piensa preocupada Videl, sin hacer caso al ataque de histeria de su padre–. *…Iré a mañana a ayudarlo… Después de todo, la Gran Sayaman no puede quedarse al margen…*

«Un momento…» –reflexiona Mr.Satan–. «Si Goku se volvió malo… querrá pelear con la persona más fuerte del planeta… o sea, ¡YO! ¡¡¡NO PUEDE SER!!!» –continúa gritando solo–. «¡¡¡TENGO QUE ESCONDERME!!!» –dice de lo más cobarde–. «Boo, ¡TÚ ME DEFENDERÁS!».

«Papá… no creo que piense en ti…» (-_-U)

Bulma vuelve de mostrarle su hospedaje a los Son. Entrando en su habitación, ve a su esposo con su típica e inexpresiva cara. A pesar de eso, ella podía jurar que noto un pequeño aire de desánimo en él.

Por unos instantes, ninguno dice nada.

Ella rompe el silencio.

«No era cierto lo que dijiste hace un momento, ¿verdad?» –pregunta tranquilamente.

Él no contesta. Su silencio confirma su pregunta.

«¡No pensarás atacarlo!».

«Haremos lo que debamos» –contesta secamente.

«¡Lo que debamos!» –repite Bulma molesta–. «¡Lo que deseas es acabar con Goku! Como ahora ya es más débil, podrás derrotarlo fácilmente como siempre has querido… ¡Cómo eres capaz de pensar en eso en estos momentos!» –le reclama furiosa.

A él el comentario le molesta. Pensó que después de tantos años ella entendía que el que no se expresase como los demás humanos, no quería decir que no se sintiera igual, o peor.

«Sabes que no es él» –reafirma en el mismo tono.

«Pero… pero…» –contradice angustiada–. «Ustedes quieren destruirlo sin más ni más» –le dice desquitando su frustración en él–. «¡Qué rápido olvidan lo que ha hecho por nosotros! Él no… no podemos… ¡ni siquiera lo merecen como amigos!… Ni yo tampoco» –le dice con su voz quebrándose–. «¡¿Por que?! ¡¿Por qué le tiene que suceder a alguien tan bueno como él?! Por qué…».

Él entiende lo que le sucede, pero no está en discusión el luchar o no en contra de un enemigo como era ése.

«No hay otra solución. Lo entiendes, pero no quieres aceptarlo» –le contesta. Recuerda las palabras de ella de hacía unas horas, lo mucho que significa para ella su casi hermano, amigo de tantos años–. «Si hay otra manera, la hallaremos».

«¡Claro que la hallaré!» –dice ella, decidida. Seca sus lágrimas–. «Debe haber alguna manera, no perderé las esperanzas».

Vegeta no pude evitar sonreír, no recordaba que su esposa era demasiado fuerte y terca para dejarse caer sin luchar, pero a pesar de eso no debía dejar a un lado la realidad. Kakaroto no tiene ni piedad, ni sentimientos, ni lealtad, sólo la meta de matar, y no podrían controlarlo más que por la fuerza.

En un lugar alejado, un herido, cansado y hambriento guerrero se refugia en un oscura cueva para continuar, luego de que se recupere, con una batalla pendiente, especialmente en contra de aquel muchacho, es una humillación que supere sus poderes. Se acuesta en el duro suelo para descansar… mañana tendría tiempo para arreglar ese asunto…

Gohan dando vueltas en su cama sin conciliar el sueño.

Chichi, cansada de llorar, dormida.

Goten, desanimado, dando vueltas una y otra vez los hechos en su mente, con la culpa llenándolo.

A miles de Kilómetros de ahí, en una pequeña isla, Krilin.

En un departamento en una ciudad, una estrella del Beisball.

En una cabaña en unas alejadas montañas, un dúo de amigos.

En un templo más allá de las nubes, un joven dios.

Todos ellos sin saber qué sucedería, temiendo y llorando la pérdida una gran persona, amigo, guerrero y compañero, y peor aún, sabiendo que es sólo el principio, no saben qué sucederá, ni si serán capaces de hacer lo que están obligados a hacer. Todo había pasado tan rápido, tantas cosas sucederían, pero… olvidaban a alguien, una persona fuerte que no se dejaría derrotar como ellos lo hacían…

Kakaroto – Capítulo 4

Capítulo 4: «Explicaciones»

Fanfic: Kakaroto

El príncipe Sayajin logra adelantarse al ataque. Trata de detener la brillante esfera con sus manos, pero se encuentra cansado y herido de su lucha de la tarde. La fuerza del ataque comienza a hacerlo ceder, voltea y ve la capital del oeste y, sin tener otra salida, recibe el ataque directamente, quedando en peor estado del que se encontraba.

«[¡Qué! ¿Por qué hizo eso, majestad?]» –le preguntó confundido.

La actitud de su, aunque lo negase, amigo, comenzó a poner nervioso al príncipe. Primero ataca a su familia y al montón de bobos que tiene como amigos. Luego, ¡habla en Sayajin!, le dice príncipe, lo trata con respeto y trata de destruir una ciudad. Une las piezas del rompecabezas en su mente y encuentra la respuesta.

«[No tengo intenciones de destruir aún esta ciudad, Kakaroto. Unos de nuestros aliados se encuentran ahí]».

Kakaroto se muestra un tanto desconfiado con la respuesta, pero asiente.

«[Entiendo]» –luego lo observa un poco extrañado, y su atención se centra en él en busca de algo–. «[¿Dónde esta su cola?]» –pregunta.

«[Es una larga historia, sígueme…]».

«[Sí, majestad…]».

Vegeta se dirige a la Capsule Corp. Ya había hecho la primero, tranquilizarlo. Ahora debía engañarlo y llevarlo con su esposa y los demás para encontrar una explicación a toda esta absurda situación. No continúa con sus pensamientos: un ataque peor que el anterior le llega de lleno por la espalda. El cobarde ataque de su supuesto subordinado lo hace caer de golpe al suelo.

*éste no es el cruel y frío príncipe sayajin. no tiene cola, trata de salvar a las basuras…, se comporta como uno de esos seres inferiores* –piensa Kakaroto.

«¡¿Quién eres?!» –gruñe una voz a sus espaldas.

Era el muchacho idiota que había dejado fuera de combate.

«Te felicito, muchacho. Te recuperas rápido».

«¡Te hice una pregunta!».

«¿Quieres saber el nombre de quién te matará? Muy bien, soy una persona muy benévola, así que te cumpliré ese deseo. Mi nombre es Kakaroto».

«¡¿Qué?!».

«¿Además de estúpido eres sordo?».

«No puede ser» –se dice Gohan, tratando de entender la situación.

«Basta de charla…» –dice el Sayajin puro.

Comienza a atacarlo, Gohan reacciona, pasa a su transformación mística y se defiende.

«No cometeré el mismo error» –dice el joven, decidido.

Lo ataca, lo ataca de verdad. Pronto su padre se ve en una obvia desventaja y sólo alcanza a esquivar difícilmente los golpes. A su hijo le sorprende que ni siquiera se transforme en SSJ.

Gohan está decidido a detener a éste, fuera quien fuera. No era su padre, pero sí un peligro.

Kakaroto, por su parte, comienza a verse en dificultades. Ese muchacho lo estaba haciendo puré. Como último recurso, deja que la fuerza de un golpe lo lance lejos en el aire. Concentra energía en su mano, pero no es la azul de su Kame Hame Ha, era un gran aro de energía anaranjada con pequeñas descargas eléctricas saltando de ella. Se la lanza.

Él la esquiva sin dificultad. Pero la energía cambia de curso abruptamente, formando una curva hacia la ciudad. El joven ve con ojos asesinos a su atacante, a su padre. Éste lo mira con una ligera sonrisa.

Gohan va y de un golpe desvía el ataque hacia las montañas cercanas a la Capital del Oeste.

Cuando trata de sentir el Ki de su oponente, éste ha desaparecido su presencia.

«Rayos…».

Preocupado y confundido, recoge el cuerpo de Vegeta y se dirige a la Corporación. En el camino ve a sus lastimados amigos. Desciende junto a su maestro.

«Señor Piccoro» –lo llama preocupado.

Éste comienza a reaccionar al escuchar la voz de su discípulo. Se incorpora con un poco de dificultades.

«Qué bueno que esté bien, Señor Piccoro».

El Namek se cura con su propia magia y luego ayuda a los demás. Por último, cura a Vegeta.

Todos están confundidos.

«Esto no está nada bien» –comenta Krilin, apretando sus puños preocupado.

«Creo que ése no era mi padre».

«¿Crees que sea otra persona la que nos atacó?» –dijo Yamucha.

«Tal vez sea un clon o algo así. Recuerden que ese doctor Gero tomó células de él» –comentó Ten Shin Han.

«No puede ser que tenga el mismo Ki».

Vegeta se pone de pie. Está de espaldas a ellos.

«¿Tú que piensas, Vegeta?».

«Ése… era Kakaroto».

«Es lo que estamos pensando. Tal vez esté confundido solamente» –dijo sin darle importancia a la afirmación de Vegeta.

«O tal vez este enfermo» –dice inocentemente Chaoz.

Vegeta crispa los puños y voltea a verlos exasperado.

«¿Acaso no entienden? ¡No era Goku, como lo llaman, ése era KAKAROTO!».

«¿A qué te refieres con eso, Vegeta?» –pregunta Piccoro.

«Es el Sayajin que llegó a la Tierra hace años, el que era antes de perder la memoria, que acaba de recuperar».

«¡QUÉEEEEE!» –exclaman sorprendidos todos.

«No es cierto, es imposible» –dice Krilin.

Gohan comienza a analizar los hechos. Todo coincidía.

*»mi nombre es kakaroto»*

«No…».

«Eso no es posible, Vegeta. Él aún recuerda cómo pelear y algunas de sus técnicas» –dice Piccoro, escéptico.

«La pelea es parte del lado Sayajin de Ka—… de él. Es parte de su instinto latente de guerrero».

«Pero no se transformó en SSJ, y tú siempre dices que un Sayajin lucha con todas sus fuerzas. Además de que su Ki era más débil de lo normal».

«Hace falta más que fuerza para transformarse…» –dice Gohan, recordando cómo su padre se lo había dicho en la habitación del tiempo. Él no lograba convertirse y aún así se mostraba paciente con él.

«Entonces… él no es Goku» –dice 18, que también estaba recuperada.

«Así es» –dijo con no muy buenos ánimos el Príncipe.

Nadie dice nada. A todos les cae la noticia de bomba.

«Vayamos a la Corporación. Los demás deben estar preocupados» –dice secamente Gohan. Los demás emprenden el vuelo hacia el lugar.

«Ay…» –18 trata de elevarse, pero no lo logra y cae al piso sentada.

Krilin lo nota y va hacia ella.

«¿Te pasa algo?».

«No puedo volar».

«¡Qué! Qué extraño, Piccoro te curó».

«Pero sólo mi parte humana. Mis circuitos deben estar dañados».

«Ya veo… ¡Tendré que llevarte yo!» –dijo ofreciéndose a hacer tan enorme ‘sacrificio’.

«Qué más nos queda… ¡Pero no creas que porque estoy más débil vas a aprovecharte!» –le advierte su esposa.

Él la carga en sus brazos y van con los demás y les dicen el porqué de que la cargue.

«Vaya, Krilin, esto es igual que en la batalla con Cell. ¿Recuerdas cómo insististe en cargarla?» –comenta divertido Yamucha.

«Sí» –contesta un poco sonrojado Krilin. 18 no dice nada, pero también se sonroja.

Llegan con el preocupado grupo en la Capsule Corp. y les cuentan lo que sucedió.

«¿Por qué hizo eso mi papá?» –pregunta Goten.

Trunks nota la tristeza de su amigo.

Gohan intercambia miradas con Videl. No necesita palabras ni telepatía para darse a entender con ella.

«Vamos, niños, dejemos que hablen a gusto». –La muchacha se los lleva de la habitación, cosa que no les gusta a los pequeños, pero ante la actitud tan grave de todos, no era momento de hacer berrinche.

Vegeta les explica su teoría, más bien la realidad.

«Esto es una desgracia… Nunca pensé que algo así sucediera» –dijo el maestro Rochi.

«Nadie lo esperaba» –comentó triste Bulma.

«Vegeta, nos contaste que él te habló en lenguaje Sayajin. Eso no es posible, él era un bebé cuando se golpeó la cabeza» –argumentó Ten-Shin-Han viendo una esperanza de que no fuese cierto lo que Vegeta decía.

«Las naves de los bebés que son enviados a planetas lejanos tiene un dispositivo que les enseña de manera inconsciente a los soldados el lenguaje, información de la familia, técnicas, imágenes de los gobernantes para asegurar lealtad, y por último les implantaban la misión de matar» –explica el Sayajin.

«Es por eso que nos atacó…» –dijo Lunch.

«¿No hay manera de devolverle la memoria?» –pregunta Gohan.

«No, es imposible. Aunque no nos guste y lo neguemos, Goku era originalmente la persona que vimos hoy… y no podemos hacer nada… Él nunca volverá».

Esas palabras causan que la preocupación e impotencia de todos se convirtiera en pesar y melancolía por esa persona tan especial que conocían y que al parecer ya no verían jamás.

«En ese caso debemos detenerlo… Es un peligro. Escapó y no logró hacer muchos daños ahora, pero su objetivo es matar…» –dijo Piccoro.

«¡Piccoro!» –dijo Bulma.

«…debemos… detenerlo…» –repitió Krilin sin creerlo.

«Ahora debe estar cansado después de tanta lucha. Se esconderá, pero mañana despertará y destruirá la primera ciudad que encuentre» –dijo Gohan.

Bulma no podía imaginar a su amigo cometiendo todas las atrocidades que sus amigos le habían contado.

«Sí, él no hará nada hasta mañana. Nosotros no podemos hacer nada tampoco. Vayan a casa y descansen. Pueden pensar en una solución y mañana nos veremos aquí para decidir lo que haremos» –dijo Bulma.

«O cómo lo atacaremos…» –terminó Vegeta.

El último comentario no le agrada a nadie, ni a él mismo.

«Compadezco a Goku si éstos son sus mejores amigos…» –dice Chichi tranquilamente con la vista fija en una ventana.

«Chichi… Lo sentimos mucho, créeme… pero hay que ver las cosas de manera fría, aunque nos duela» –dijo Yamucha.

«Lo único que veo es cómo se organizan para destruir a su supuesto mejor amigo» –dijo. Lo más escalofriante de todo es que, a diferencia de otras ocasiones, no gritó, no se desmayó, no tuvo un ataque de furia histérica, nada. Eso era lo peor: estaba tan tranquila… eso no es un buen signo en ella.

«Veámonos aquí mañana. Los acompaño a la salida» –dijo.

«Bulma… Sé que no es el momento, pero 18 tiene una descompostura por la pelea y…».

«Con gusto, Krilin» –dijo antes de que terminara.

«Mañana lo veremos, no te preocupes por mí» –le dijo 18, sintiendo el dolor de su esposo, que aún con ese pesar se encargaba de preocuparse por ella.

Todos salen de la habitación, la última en salir fue Chichi. Le da un último vistazo a la ventana en la que estuvo fija desde que despertó su compañero. Desde ella se podían ver las estrellas y el horizonte a lo lejos.

*Goku…*

N. de la A.: Bueno, traté de mejorar más este capítulo, porque el tercero no me quedó nada bien. En los siguientes capítulos no incluiré más notas para que no interrumpan la trama, pero ya va a empezar la época de mis exámenes, así que no escribiré en varios días, pero no se preocupen, en mis vacaciones de semestre les compensaré con varios capítulos. Bye. ^_^.

Kakaroto – Capítulo 3

Capítulo 3: «¿GOKU?»

Fanfic: Kakaroto

Chichi se acerca a la cama.

«Estamos en casa de Bulma. ¿No lo recuerdas, Goku?» –le preguntó tocándole el brazo.

Goku la rechaza, lanzándola con violencia contra la pared. Ella rebota en ésta y cae al piso. Todos quedan helados. Ella voltea a verlo incrédula.

«¡GOKU!» –le llama sin salir de su asombro. Goku, SU Goku nunca le había ni siquiera levantado la voz desde que lo conocía. Siempre era alegre y aunque le gritaba, él siempre le daba una sonrisa, aún cuando ella estuviese exagerando. ¿Por qué ahora, sin razón, la golpeaba?

El mal presentimiento de Chichi se estaba cumpliendo.

«¿Por qué demonios me llamas así, hembra?» –dijo con la mirada como un témpano.

Ella abre la boca sin dar crédito a lo que decía y CÓMO lo decía.

«Papá, ¿por qué golpeaste a mi mamá?» –le preguntó Goten, acercándose confundido y abrazando su pierna.

«Humanos fastidiosos» –dice para sí.

Dicho esto, le da un terrible golpe en la cara que lo lanza lejos, agujereando la pared hasta donde Bulma y Vegeta se encontraban.

Vegeta y Bulma se levantan sorprendidos y el primero cubre a su esposa para protegerla de la nube de polvo.

Goten, que había quedado incrustado en el piso, se levanta lentamente y acaricia su mejilla lastimada. Al borde de las lágrimas, voltea a ver a su padre.

«¿Qué te sucede, papá? ¿Estás molesto porque te golpeaste por mi culpa?» –le dijo dando un paso hacia su padre con lágrimas saliendo de sus ojos. No podía creer que su padre le hiciese eso. Tal vez estaba molesto. ¿Qué podía haber hecho para que reaccionase así?

Éste sólo le sonríe maligna y fríamente mientras estira su mano haciendo que un resplandor azul aparezca en ella. Ninguno de los presentes alcanza a asimilar la situación.

«No se de qué hablas, niño» –le dice como si no entendiera o no le interesase. Así era. Le lanza la energía sin importarle nada.

El niño, en estado de shock, no atina a moverse, sólo observa con los ojos muy abiertos a su padre y una luz que se acerca.

«¡GOTEN!» –Trunks alcanza a reaccionar y se lanza sobre su amigo, protegiéndolo y casi recibiendo él mismo el impacto.

«¡Papá! ¿Qué haces?» –le pregunta Gohan, aprisionándolo por la espalda. Goku, desesperado, trata de liberarse.

«¡Suéltame!» –le exige repetidas veces, forcejeando con el joven.

Gohan, en medio de la confusión, sólo tiene un pensamiento claro: algo malo pasa.

«¿Así que no quieres soltarme?» –gruñó.

Goku pone sus manos hacia abajo.

«¿Eh?» –articula Gohan sin entender.

Cuando Gohan menos se lo espera, su padre lanza dos columnas de energía hacia el piso y con el impulso salen volando hacia arriba, con su cuerpo atravesando los diferentes niveles de la Corporación hasta el techo. En el trayecto, suelta a su presa, que emprende el vuelo en el firmamento ya nocturno de la Capital del oeste, quedando suspendido sobre la Corporación.

Todos los demás que estaban dentro del edificio se acercan desconcertados al agujero en el techo para ver qué sucedía con padre e hijo.

«¿Qué está pasando aquí?» –exclama Ten-Shin-Han.

«Algo le pasa a Goku» –dijo Picoro.

Con la nube de polvo ya disipada, Bulma y Vegeta se asoman por el agujero en la pared.

«¿Qué fue eso?» –preguntó Bulma–. «Voy a tener que contratar trabajadores de planta para que arreglen las paredes» –dijo pensando que se trataba de uno de tantos ‘se me pasó la mano’ de alguno de sus poderosos amigos.

«Es Goku, se volvió loco».

«¡¿Qué?!» –exclamaron al mismo tiempo Bulma y Vegeta.

«¿Qué sucedió exactamente?» –preguntó Bulma de nuevo.

«Goku atacó a Chichi y luego a Goten» –explica Yamcha.

«¡No es cierto!» –interrumpe Chichi.

Los presentes voltean a verla y pierden el hilo de lo que sucede fuera de la corporación.

«¡Ése no puede ser Goku!» –dijo poniéndose de pie con la cabeza baja.

Ella había compartido situaciones terribles, dolor, momentos felices y años de paz junto con él y definitivamente ése no era Goku, no SU Goku.

«¿Cómo que no es él, Chichi?» –pregunta el maestro.

«No sé qué suceda… pero ése, ése definitivamente no es el Goku que conocemos» –dijo en un tono escalofriantemente tranquilo.

Sobre la corporación…

«¡PAPÁ! ¿Qué demonios te sucede? ¿Por qué hiciste eso?» –le reclama Gohan a Goku.

Éste se muestra confundido.

«Todos en este lugar están locos» –exclama antes de atacarlo.

Gohan logra reaccionar y esquiva sorprendido el golpe.

«¿Por qué me atacas?» –le grita.

Él no contesta, sólo lo ataca con más fiereza. Su hijo no comprende nada, y trata de esquivar sus golpes.

«¿Qué esperas para atacarme? ¿O tienes miedo?» –le reta Goku.

*¡¿qué demonios le sucede?! debo detenerlo, está actuando muy extraño. puede ser peligroso* –pensó. Él nunca lo había escuchado así a él, a su padre, que siempre tuvo el honor de un guerrero y, aunque le gustara hacerlo, nunca buscó una pelea innecesaria.

El muchacho aumenta su Ki, un aura blanca lo cubre mientras esquiva los golpes. Su atacante se aparta y sonríe con satisfacción.

«Al fin vas a dejar de huir, chico…».

«Perdóname, papá…» –dice casi para sí. No era fácil atacar al ser que más quieres y respetas en el mundo.

Reúne sus fuerzas y le lanza un golpe, tratando de no mirar su objetivo. Éste, por su parte, no se esperaba que aquel humano débil lograra atacarle con esa velocidad y no logra esquivarlo. Se estrella contra la calle y así queda.

El joven ve a su padre boca abajo, incrustado en el pavimento. Siente su Ki, era muy pequeño… Tal vez no había calculado su fuerza, pensó angustiado. Había olvidado que su padre estaba confundido, lo trató como a un enemigo a él, a su padre…

El ki de su padre comenzó a descender rápidamente. Eso quería decir…

«¡NO!» –gritó, con el miedo creciendo en sí–. «¿Qué hice?» –se dijo angustiado.

Vuela hacia su lastimado padre.

En la Corporación, todos terminaban de contarle a Bulma y Vegeta los acontecimientos. Todos los que controlaban su Ki, de pronto sintieron el de su amigo disminuir de manera violenta.

«¿Qué pasa?» –pregunta Bulma al ver que sus amigos voltean en una misma dirección todos preocupados.

«El Ki de Goku…» –responde Krilin–. «Está disminuyendo… Él va a…». –Sin dudarlo, sale volando para ir en busca de su amigo.

Los demás que pueden lo siguen. Goten no alcanza a reaccionar bien lo que sucede y Trunks se queda con él.

«Kakaroto…» –susurra Vegeta antes de salir volando en dirección al Ki de su eterno enemigo.

Quedan preocupadas Bulma, Videl y Chichi.

«¡PAPÁ!» –exclama Gohan al ver la condición de su padre. Lo voltea boca arriba y ve su pésimo estado.

«Perdóname, por favor…» –susurra rogándole a Dios que estuviese bien. Un momento… ¿Dios? ¡Dende! Claro, ¿qué estaba pensando? No era momento para autocompadecerse. Debía darse prisa.

*iré por dende para que lo cure* –pensó, pues con las heridas que tenia, no era conveniente trasladarlo.

Ya iba elevándose de espaldas a su padre para ir por la ayuda cuando éste despierta y lo mira siniestro.

«¡Estúpido!» –le grita.

El joven voltea sorprendido, pero antes que reaccionara recibe un golpe en la nuca que lo deja fuera de combate.

«Qué tonto… A pesar de su poder, no es un gran rival» –dijo casi con desprecio al ver el cuerpo del muchacho.

Siente varios Ki acercarse.

*así que vienen más insectos…*.

Se queda parado junto al poste de luz que iluminaba a su hijo. El primero en llegar es Krilin. Aterriza a unos metros, se asusta al ver a Gohan inconsciente y va hacia él. Por suerte, sólo estaba desmayado.

«Goku, ¿qué sucedió? Todos sentimos cambios muy repentinos en sus Ki» –le pregunta a su amigo que estaba de espaldas a él y con la oscuridad envolviéndolo.

Él no contesta y voltea sobre su hombro. La oscuridad no le deja ver a Krilin bien su rostro, sólo la silueta de una sonrisa torcida le indica a Krilin que lo escuchó.

«¿Por qué insisten en llamarme así?» –le pregunta fríamente.

«Estás muy extraño, Goku» –dijo notando un extraño tono en sus palabras–. «¿Qué te pasa?».

«Ya van dos veces que me preguntan eso unas sabandijas el día de hoy. No me sucede nada, y por si quieres saberlo, el tonto de tu amigo fue muy fácil de derrotar» –dijo dando un paso hacia su oyente. La luz artificial del poste deja ver a Goku con su usual traje hecho jiras con las recientes luchas, su cabello alborotado, pero una expresión fiera había sustituido su eterna sonrisa y alegría.

Por alguna razón, esa vista lo dejó helado de miedo.

«No vale la pena malgastar mi energía con una basura, pero tengo deseos de divertirme».

Golpea a su amigo, sin tener éste oportunidad de defenderse. Atraviesa un aparador de cristal y su cuerpo se llena de pequeñas heridas.

Los demás también llegan, excepto Vegeta que observa a distancia, en la oscuridad, la situación. Ven a Gohan y luego a Krilin, sangrante, levantarse.

«Qué bien. Más debiluchos, más entretenimiento… Aunque no tiene caso matar seres tan insignificantes».

Todos se asombran. ¿Ése era su amigo de tantos años?

Se lanza a atacarlos sin más ni más. Ellos, tratando de salvar la ciudad, se elevan en el aire. Él los sigue. Ellos, contestando a duras penas sus golpes, lo atacan en grupo. Uno por uno quedan fuera de combate y bastante heridos en el suelo, o incrustados en edificios.

«Como lo suponía… En este lugar no hay ningún oponente que valga la pena».

Extiende su brazo hacia arriba y comienza a concentrar una gran cantidad de energía en su palma, y estaba a punto de lanzarla cuando una mano toma su brazo.

«¿En qué estás pensando, Kakaroto?».

Él voltea a verlo y abre los ojos como plato. Con la azul luz de su ataque logra distinguir las facciones de quien lo detiene, las analiza con cuidado, tratando de recordar. Le era tan familiar, era como un vago recuerdo. Logra recordarlo. Hace desaparecer la energía, baja el brazo y se inclina ante él con la cabeza baja.

«[Príncipe Vegeta… no lo había reconocido]» –se disculpa, ¡en lenguaje Sayajin!

*¡¡¡¡¡¡QUÉ!!!!!! él hablo en lenguaje sayajin… caí en la dimensión desconocida… esto no me huele bien, y creo saber qué sucede… mejor le sigo la corrinete*

«[¿Qué pensabas hacer, Kakaroto?]».

«[Cumplir con mi misión, señor]».

*¡¡me llamó señor!!* –piensa aún más extrañado.

«[Sólo iba a terminar con esos insectos]» –dijo señalando hacia la capital del oeste–. «[Si me permite, debo terminar…]».

Forma de nuevo su ataque y lo lanza contra la ciudad.

«¡No!».

Vegeta se lanza a detener el ataque.

Notas de la Autora: No me vean así, ya era hora de que Goku mostrara su lado malo, ¿no? Piensan que esto es lo peor de la historia… ¡Pues noooo! aún le falta. Jajaja. Ñaca ñaca. Aunque debo confesar que esperaba hacerlo más dramático, pero lo mío son los hechos y no más, aunque les tengo preparado algo para los siguientes capítulos que… uuy… mejor corran por unos Kleenex.

Kakaroto – Capítulo 2

Capítulo 2: «Sucesos»

Fanfic: Kakaroto

En el interior de la Capsule Corp.

«Ya es tarde. Ya anocheció y en un rato todos se irán, y esos dos no aparecen» –comento molesta Bulma.

«Goku nunca ha seguido horarios» –dijo la mujer de cabello azul largo, o sea, Lunch.

«Tienen unos maridos bastante problemáticos» –les dijo 18 a Chichi y Bulma.

«Sí, y tú uno bastante dejado, pero aún así estás con él, ¿no?» –le contestó casi indiferente Chichi.

18 queda en silencio.

«Trunks, Goten, vengan» –llama la mujer morena.

Los niños se miran y dudan en ir al llamado, pues ya los habían castigado esa tarde, no fuera que se arrepintiera de rebajarles la condena.

«¿Crees que nos van a regañar de nuevo?» –le susurra Goten a su amigo.

«Con todo el castigo que nos dieron, ¿qué perdemos?» –le contesta.

Trunks y Goten se acercan a la mesa y Maron, que estaba con ellos persiguiendo al dinosaurio, se sienta en las piernas de su mamá.

«Vayan por sus padres y díganles que vuelvan» –les ordenó la mujer morena.

«Sí» –contestó su hijo de inmediato.

«No creo que mi papá me haga caso» –protestó a su madre el niño de pelo lila.

«Pues dile que yo le digo» –le dijo con seguridad Bulma, y el niño asiente.

*entonces viene de inmediato* –pensó Trunks.

Y como sus padres, salen volando por la ventana.

«Qué mandilones son nuestros papás» –le comenta con vergüenza Trunks a Goten mientras vuelan en dirección al ki de sus padres.

«Es cierto, sobre todo el mío, mi mamá siempre termina convenciéndolo de que haga lo que le dice».

«¡Sí! El mío también».

Ambos quedan pensativos.

«¡Ya sé! Los han de amenazar» –concluye Trunks.

«¿Pero qué podrían hacerle nuestras mamás a nuestro papás si son tan fuertes para que los convenzan…?».

«Eso sí… ¿Quién sabe?… Tal vez con dejarlos sin comer».

«Con qué más podrían amenazarlos…» –dice Goten.

Mientras, con Vegeta y Goku…

Los dos, heridos y cansados, seguían peleando en el aire sin darse tiempo ni para respirar entre golpe y golpe. Se separan y, después de varias acrobacias en el aire, caen a unos metros el uno del otro. Ambos sonríen. Desaparecen en el aire…

Cada vez que uno trataba de golpear al otro, la ilusión desaparecía. Goku se quedó quieto en el aire buscando el ki de Vegeta para su próximo ataque. Ambos estaban muy distraídos en la pelea y no notaron el ki de los niños acercarse.

Los niños sólo vieron a Goku solo el aire.

Goku estaba atento al próximo movimiento de Vegeta y relajaba su Ki para detectar el de su adversario. Respira profundo y se prepara.

De nuevo pierde el control de sus sentidos y su mente se aleja del lugar. Siente como si estuviese en un lugar oscuro, ve de nuevo la luz intensa y luego la imagen de la luna llena y un enorme bosque, curiosamente como el de su sueño.

*¿dónde estoy?* –preguntó, tratando de reconocer el lugar. Ahora apreciaba más detalles y veía unas enormes rocas.

«¡Papá!» –lo llama Goten.

Goku, sorprendido al salir repentinamente de su ensueño, voltea, y en ese momento Vegeta aparece y le da un fuerte codazo en la cara que lo lanza muy lejos. Su cabeza recibe el impacto, quedando incrustado entre el piso y una enorme roca a una buena distancia.

Goten y Trunks quedan helados en el aire.

«¡Chiquillos tontos! ¿Cómo se les ocurre interrumpir cuando estábamos peleando?» –les gritó furioso Vegeta.

«Goten, mi papá tiene razón».

«Tú tampoco viste a tu papá y yo vi al mío solo. ¿Qué querías que hiciera?».

«Pues que te fijaras, porque eres un distraído».

«Ni digas nada, que si no fuera porque tiraste unas ollas, no nos hubieran atrapado en la cocina».

«Pero tú-«.

«¡YA CÁLLENSE! ¡Y TÚ, KAKAROTO, NO TE HAGAS EL TONTO, ESE GOLPE NO ES NADA PARA TI!» –gritó en dirección a donde estaba Goku.

«…».

«Vamos, papá, mi mamá se va a molestar» –le dijo su hijo con la intención de apresurarlo.

«Sí, vamos, señor, la mía también si no los llevamos a los dos» –dijo Trunks.

«…».

«Qué demonios…» –dijo fastidiado Vegeta volando hacia Goku.

Los niños lo imitaron y los tres descendieron junto a él. Vegeta lo revisa y lo pone en su hombro.

*sólo está inconsciente por el golpe, pero, ¿cómo es posible que ese insignificante golpe le haya afectado? ¿por qué se habrá distraído tanto? aún antes de que el hijo de Kakaroto interrumpiera, él no prestaba atención, y sobre todo ¿por qué demonios lo ayudo?… ¡bah!*

«¿Qué le pasa a mi papá?» –preguntó preocupado el niño de cabello alborotado.

«No tiene nada, sólo está inconsciente, seguramente por el golpe en la cabeza» –le dice, aún cavilando.

«Además de que no pudo contra mi papa» –continuó orgulloso el niño Brief.

«Lo agarró desprevenido» –defendió molesto el otro niño.

«Sí, pero aunque no lo haya estado…» –comenzó de nuevo.

«¡NO EMPIECEN!» –les gritó Vegeta mientras se elevaba.

Ambos niños quedaron silenciosos el resto del camino. Claro está, dándose de golpes silenciosamente y calmándose cuando el príncipe volteaba a verlos.

Finalmente llegaron a la Capsule Corp. y al entrar en el jardín todos se abalanzan encima de él preguntándole y reclamándole en su mayoría por traer en ese estado a, para la mayoría, uno de sus mejores amigos.

«¡YA DÉJENME EN PAZ!» –gritó el Sayajin exasperado, quitándose a todos de encima.

«¡De seguro tú tuviste la culpa y te sobrepasaste! Les dijimos que tuvieran cuidado, pero nooo, qué se puede esperar» –le gritó al oído Bulma.

«¡En primera, no está herido más que de algunas menores; segundo, está inconsciente porque se golpeó la cabeza; y tercero, no tengo por qué cuidar de Kakaroto como si fuera su niñera!» –le respondió.

«No es momento de eso. Hay que llevar a Goku a descansar» –regañó Chichi, preocupada.

Todos siguen a Bulma a un cuarto. Entran todos y Vegeta deja caer sin cuidado a Goku en la cama.

«Puedo curarlo si lo desea» –se ofrece Dende.

«¿Y qué esperas?» –le dijo la mujer más fuerte del mundo empujándolo hacia la cama.

«Vaya forma de tratar a un dios…».

«¡Pero ya!» –lo apresura.

«Este muchacho no sabe imponer su autoridad». (-_-U) dice el hombre verde de turbante con una mano en la frente.

Dende pone sus manos sobre el pecho de Goku y de ellas emana una energía blanca. Las heridas y raspones de Goku desaparecen.

«¿Qué hace?» pregunta la hija del campeón del mundo (….jajajajaja) al oído de Gohan.

«Lo está curando. Es un poder que tiene» –contesta éste como si fuese lo más normal del mundo.

«Con ustedes nunca se deja de aprender nuevas cosas increíbles» –dice Videl.

«Ya está» –concluye Dende.

«¿Y por qué no ha despertado?» –pregunta Chaoz.

«Ya lo curé. Está bien, sólo dormido». –Voltea a ver a Vegeta. –»¿No desea que lo cure a usted también?».

Vegeta estaba a punto de acercarse a él cuando Bulma lo detiene.

«No, gracias, Dende. Yo me encargo…» –dijo llevando a su esposo hacia la puerta, jalándolo de su brazo lastimado.

«Maldita mujer…» –maldice entre dientes antes de entrar a otra habitación para que Bulma lo curase.

Lo llevó a un cuarto a un lado del de donde estaba Goku (con un edificio como ése, no creo que tengan problemas de cuartos).

Hizo que se sentase en la cama y de su bolsillo sacó un estuche de cápsulas para escoger una y hacer aparecer un pequeño botiquín. Se sienta a su lado y comienza a limiparle una herida en el brazo.

«Vegeta, eres un estúpido» –comenzó Bulma–. «¿Qué crees que sentí al verte entrar con Goku de esa manera? Pensé que estaría más grave o incluso muerto» –lo regañó mientras limpiaba sus heridas–. «¿Crees que no me preocupé?» le ‘preguntó’ a Vegeta.

«¿Tanto te importa ese estúpido?» –le respondió éste con una mezcla de celos y fastidio.

«Claro que sí. Tú no sabes, pero cuando tú llegaste a la Tierra yo ya tenía más de una década de conocerlo. Es como mi hermano menor, mi mejor amigo». Se detiene para tomar una venda del botiquín–. «Con él he vivido muchísimas aventuras. Me ha ayudado y hecho sentir segura en las peores situaciones. Lo conozco desde antes que todos. Cuando era un niñito inocente y salvaje hemos pasado muchas situaciones difíciles juntos. Me ha salvado la vida más veces de las que puedo recordar, lo he visto crecer y convertirse en lo que hoy es… y me preocupo por él…», terminó con algo de emoción en su voz.

«¿Nada más?» –le respondió molesto.

«No» –le contestó bruscamente, recordando su enojo y apretando más el vendaje, sin importunarse ante la mueca de dolor de Vegeta–. «Tengo mucho que agradecerle ademas de eso, porque si no fuera por él no conocería a todas esas maravillosas personas que están en el otro cuarto…» –dijo señalando la pared. Baja los ojos–. «Ni a ti…».

Comienza a limpiarle los demás raspones sin mirarlo a los ojos. Él también queda silencioso.

En el otro cuarto, con Goku y cia.

«Aquí están» –dijo asomándose por la puerta la Sra. Brief–. «Pensé que se habían ido, me había preocupado».

«¿Qué pasa, abuela?» –le pregunta su nieto.

«No sabía qué hacer con todos los pastelillos que había preparado» –dijo con voz ‘mortificada’.

Trunks: -_-U

«¡Pastelillos, pastelillos, qué bien!» –dijo aplaudiendo el monstruo rosa.

«Vamos, Boo» –le sugiere su amigo el campeón del mundo… (JAJAJAJAJA…, perdón, debo dejar de hacer esto).

«VAMOS, VAMOS» –dice Mr.Boo mientras camina entusiasta hacia la puerta, seguido de Mr. Satán.

Salen de la habitación.

Todos los demás quedan callados observando a Goku, cuando éste comienza a mover su mano.

«Ya está despertando» –exclama Yamcha.

Todos se acercan a la cama al ver que Goku comienza a reaccionar.

«Goku, qué bueno que ya estés bien» –le dijo Chichi, acercando su mano a Goku.

Goku abre de súbito los ojos y salta de la cama sin prestar atención a Chichi. Mira hacia todos lados con mirada maligna y desconfiada. Todos lo miran con expresiones de alegría y caras sonrientes.

«¿Dónde rayos estoy?» –preguntó como un animal acorralado.

Notas de la Autora: Preparen varias cajas de Kleenex o pañuelos para los siguientes capítulos. Y lo que esté entre corchetes es en idioma Sayajin. Van a sufrir, ñaca ñaca.

Kakaroto – Capítulo 1

Capítulo 1: «Presentimientos»

Fanfic: Kakaroto

Un enorme y estrellado firmamento se observa. Tranquilidad. Lo único que se escuchaba eran los sonidos nocturnos de insectos. En un bosque enorme, la calma reinaba.

De pronto, un mono gigante gruñe, rompiendo el silencio mágico de la noche, y comienza a destruir todo lo que tiene a su alcance. Lanzando árboles, destruyendo rocas cercanas y golpeándose el pecho mientras rugía salvajemente.

Tras de los árboles aparecen un grupo de personas: un hombre bajo, con cabello oscuro y sin nariz, otro hombre de tres ojos, otro con una cicatriz en la cara, un anciano con anteojos negros y el último con la estatura de un niño pequeño y tez muy blanca. Todos, como si estuviesen de acuerdo, atacan al mismo tiempo al monstruo.

El gigantesco animal, sin mucha dificultad golpea y lanza uno por uno a cada uno de sus contrincantes, dejándolos heridos e incrustados en el suelo. Luego, de entre las sombras, aparece un adolescente y un niño pequeño.

Ambos, y sin razón, ponen una mirada de reproche.

Ellos comienzan a aumentar su tamaño mientras les salía pelo y colmillos, y sus latidos se convirtieron en golpes a su pecho. Se comienzan a convertir en un monstruo igual al que miraban.

Cuando ambos están transformados, se colocan cada uno al lado del primate más grande.

Aparece otro hombre, un poco bajo, con cabello en punta. Levita justo frente al rostro del mono y lo mira con sonrisa cínica mientras esquiva sus golpes.

«no puedes negarlo, no puedes negarlo, no puedes…» –se escuchaba una voz conocida.

Por último aparecen dos mujeres con los ojos llenos de lágrimas. Una morena con ropas chinas y otra con un vestido ajustado y cabello azul. Ambas voltean a verlo y cierran los ojos, esperando…

Los tres oozaru lanzan energía por su boca haciendo que todo a su alrededor quede destruido. El brillo ilumina a todos los heridos y a las mujeres antes de que se desintegren. Entre las sombras se deslumbra una silueta que no se distingue bien.

«no puedes negarlo…».

«¡NOOOOOOO! ¡NO ES CIERTO! ¡NO TE LO PERMITIRÉEEEEEEE!».

Goku gritaba y pateaba dentro de su cama. Súbitamente abre los ojos y por reflejo lanza una esfera de energía contra el techo mientras se levanta desesperado, sudando y con la respiración agitada.

«¡Goku! ¿Qué te sucede?» –preguntó la misma mujer morena del sueño, despertando, y poniendo una mano en el hombro de su esposo.

«No lo sé…» –contesta con la respiración entrecortada, mirando a su alrededor.

«Creo que sólo fue una pesadilla» –dijo tumbándose con los ojos cerrados en la cama con una mano sobre su cabeza, casualmente donde estaba una cicatriz muy antigua.

«¿Estás bien?» –le pregunta. Goku observa la angustia en su rostro.

«Sí» –le dijo con una sonrisa a a medias. *no debo preocuparla sin saber siquiera qué me sucede*

Por la puerta entran rápidamente dos figuras. Un muchacho de unos dieciocho años, arrastrando a uno pequeño adormilado.

«¡MAMÁ! ¡PAPÁ! ¿Sucede algo malo? Escuchamos ruidos». –Voltea a ver el techo que ya estaba tapiado, pero que de nuevo está agujerado–. «Una pesadilla, ¿no?»

«Te lo dije…» –dijo bostezando el niño con el osito.

«Sí, de nuevo…» –dijo casi con resignación Goku.

«Papá, esto ya no es normal, es la tercera vez que tienes pesadillas» –le comentó preocupado su hijo mayor.

«Es verdad. ¿Seguro que no sucede nada?» –agregó su esposa.

«Es sólo un sueño…» –dijo tratando de tranquilizarlos. Su obligación para con su familia era protegerla y ayudarles con sus problemas, no causárselos.

«Tal vez si nos cuentas tu sueño sepamos la razón» –insistió el joven.

«No es nada… Vayan a dormir… Mañana quedamos de ir con Bulma. Ya es tarde, luego hablaremos».

«Está bien. Vamos, Goten» –llama a su hermanito que estaba roncando y hasta con un moco (-_-U)

Toma al pequeño y lo carga en su espalda.

«Buenas noches».

«Buenas noches» –le contestan antes de que salga y cierre la puerta tras de sí.

Goku vuelve a acomodarse para intentar dormir.

«Goku…» –lo llamó la mujer.

«¿mmm?» –le contesta con los ojos cerrados tratando de dormir.

«Puedes confiar en mí si algo te molesta».

«…Chichi…». –Esa mujer siempre sabía cuando algo le sucedía. A ella no podía engañarla tan fácil como a su hijo.

«Recuerda que no debe haber secretos entre esposos. Debemos estar juntos en las buenas y en las malas» –le recuerda su mujer.

«No debes preocuparte, nada sucederá, yo estaré para que nada ni nadie nos separe ni haga daño, no lo permitiré» –*NO LO PERMITIRÉ* se repitió a sí mismo en su mente tratando de convencerse a sí mismo también.

Chichi lo mira con expresión de preocupación.

«Te lo prometo».

Ella, sólo de observar la expresión tierna con esa mezcla de madurez e inocencia que tanto amaba de Goku, le dio más seguridad, pero sin hacer desaparecer su inquietud.

«Espero que esta vez sí sepas lo que prometes» –le dijo más tranquila.

«Aunque no lo supiera, la última promesa que hice sin saber, me hizo el hombre más feliz de mundo».

Ella sonríe, feliz de su comentario, y se acurruca junto a él para dormir.

«Pero no le hagas promesas así a nadie más que a mí» –le advirtió.

«No, y sabes que cumplo lo que prometo, así que cuidado con lo que me pidas» –le advierte divertido.

Ambos ríen y comienzan a quedarse dormidos.

Al día siguiente, ya entrada la tarde, en el jardín interior de la Capsule Corp., los Z senshi, Picoro, Dende, Videl, Mr. Satán y Boo estaban reunidos en una fiesta, incluso Ten-Shin-Han, Chaoz, y como sorpresa, a Lunch. Habían celebrado el estar juntos y habían comido, por supuesto que eran visibles las consecuencias lógicas de una reunión así: varios agujeros en la pared curiosamente con la forma del maestro Rochi, unas mesas volteadas y con agujeros de balas (no olviden que Lunch también estaba invitada) y unas 15 torres de platos.

(Si quieren leer con detalle lo sucedido en la Fiesta lean mi fic «Fiesta», en la sección de fanfics cortos)

Las mujeres (18, Chichi, Bulma y Lunch) menos Videl, que estaba con Gohan, estaban tomando el té y charlando, mientras los demás platicaban y los niños perseguían a un dinosaurio.

«Vegeta, ya te he dicho mil veces que no me digas Kakaroto, mi nombre es G-O-K-U» –le dice molesto.

Vegeta siempre insistía en llamarle con ese nombre que, aparte de él, sólo habían usado para referirse a él dos personas: su hermano que tuvo que matar, y quién destruyó su especie: Freezer. Cada vez que lo escuchaba era como gritarle que era un Sayajin, un salvaje asesino por naturaleza nacido muy lejos para destruir el planeta y las personas que considera su hogar, familia y sus más queridos amigos.

«Ah, qué bien, ya aprendiste a deletrear Ka-ka-ro-to».

Por ese nombre conoció a Goku y por ése lo llamaría. Siendo el único sayajin verdadero, quería mantenerle a Goku aunque fuera el nombre Sayajin, pues en lo demás lo consideraba un humano.

«Contigo no se puede, Vegeta…» –murmura molesto–. «Debería decirle a Bulma de cuando te encelaste en el otro mundo».

«¡No te atrevas!» –lo amenazó.

Con las Mujeres…

«Miren eso». –Las llamó la rubia, señalando a Vegeta gritándole a Goku.

«Ahí van de nuevo…» –dijo en un suspiro la mujer de cabello azul corto. Siempre era lo mismo.

«¿De qué hablan?» –preguntó confundida Lunch.

«Mira: 5, 4, 3…» –comenzó la mujer morena.

Goku se acerca a la mesa.

«2, 1…».

«Chichi, voy a ir a pelear con Vegeta».

Las mujeres estallan en risas, dejando a Goku confundido.

«Se ve que los conocen bien» –las felicitó la mujer de doble personalidad, aún riendo.

«No lo creas. Lo que sucede es que en cada reunión siempre hacen lo mismo» –dijo la androide.

«Goku: tú y Vegeta no tienen remedio, no pueden estar juntos porque van por ahí a pelear. ¿No podemos terminar una fiesta en paz por una vez? Deberían tener más consideración» –lo regañó Bulma–. «¿Verdad, Chichi?».

«No tiene nada de malo, Bulma. Ya sabes cómo son, deberíamos estar acostumbradas. (A Goku): Sólo tengan cuidado».

Todos voltean a verla. TODOS.

«Chichi… ¿No te sientes mal?» –le preguntó sorprendido su esposo.

«No».

«¿Qué esperas, Kakaroto? ¿Que te dé permiso tu mujer?» –dijo sarcástico el príncipe.

«Pues por lo menos él sí es considerado, no como otros que no quiero mencionar, pero que estoy viendo» –le dijo la anfitriona mirándolo fijamente.

«En un rato volvemos» –aseguró Goku.

«Ten cuidado».

«Tú también, Vegeta» –dijo Bulma.

«Humpt» –fue la respuesta.

Ambos salen volando. Chichi queda pensativa, mirando la ventana por donde se fueron.

*goku…* –piensa Chichi con una mano en su pecho.

«¿Sucede algo, Chichi?» –le preguntó Bulma a Chichi.

«¿Eh? Nada» –dijo saliendo de sus pensamientos–. «Sólo pensaba en lo mucho que les gusta pelear a esos dos».

«Sí, desde que conozco a Goku sólo sé de dos cosas que le gusten: comer y pelear».

«Pues con Vegeta es lo mismo… sólo que es más molesto».

Mientras, en un lugar alejado, ambos Sayajin sobrevuelan una planicie.

En pleno vuelo, Goku de improviso se siente aturdido, como si a su alrededor todo hubiera desaparecido y estuviese flotando en el vacío. De pronto queda deslumbrado por un luz cegadora, se cubre de la luz y para en seco, confundido. Ve por un segundo la imagen de un palacio, pero se veía pequeño y a ojo de pájaro. Aguza sus sentidos para asimilar dónde está.

Como llegó, la imagen se fue con un flashaso, dejándolo confundido.

«¿Qué pasa, Kakaroto?» –lo llamó Vegeta al verlo en medio del aire, en trance.

Parpadea y sacude su cabeza.

«…Nada…».

«Ahora verás el resultado del entrenamiento» –le advirtió Vegeta. Aunque haya admitido que él era más fuerte durante la batalla con Boo, un sayajin de estirpe real debe ser capaz de alcanzar a uno de clase baja, ¿o no?

«Sí…» –contestó sin prestarle mucha atención *¿qué fue eso? se parecía al palacio de… no, debo estar aún confundido por todo el ajetreo de la fiesta y no dormir bien. espero que pelear me despeje la mente*

Comenzó a atacar a su adversario intentando alejar con sus golpes a sus preocupaciones.

Horas después, en la Capsule Corp., Chichi pensaba.

*¿qué le sucede? ha pasado más de un año desde que volvió del más allá, y poco a poco ha cambiado. a los demás podrá engañarlos con su aspecto alegre, pero a mí no… lo veo preocupado, es muy extraño, ni cuando sabía de la llegada de los androides estaba así. sé que él quiere dejarme al margen de su problema, no quiere que me preocupe. Goku, siempre cargando solo con todo…*

Nota de la Autora: Quise hacer este fic porque parece que Vegeta es el único en Dragón World con conflictos internos. No tengo nada en contra de él, es más, es uno de mis personajes favoritos, pero quise que Goku también tuviera lo suyo.